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Comunidades rurales

Comunidades rurales
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Aproximadamente 46 millones de estadounidenses viven en áreas rurales, las cuales enfrentan retos únicos durante la pandemia del COVID-19.

Las desigualdades sistémicas sociales y de salud de larga data han puesto a ciertos residentes de zonas rurales en mayor riesgo de contraer COVID-19 o enfermarse gravemente. En general, los estadounidenses de zonas rurales tienden a tener tasas más elevadas de consumo de cigarrillos, hipertensión y obesidad, además de un menor acceso a la atención médica, lo que puede afectar negativamente los resultados de salud. También es menos probable que tengan seguro médico.

Las comunidades rurales también se están volviendo más diversas desde el punto de vista racial y étnico. Los grupos de minorías raciales y étnicas, incluidos los afroamericanos, hispanos y latinos, los indígenas estadounidenses/nativos de Alaska, y los asiáticos y habitantes de las islas del Pacífico, tienen un mayor riesgo de contraer COVID-19 y enfermarse gravemente como consecuencia.

Las áreas rurales pueden enfrentar diferentes retos de salud según la zona donde están ubicadas. Cada comunidad rural debería evaluar su nivel particular de susceptibilidadícono de pdfícono de sitio externo y vulnerabilidad social al COVID-19. A muchas comunidades rurales se las considera altamente vulnerables según el índice de vulnerabilidad social (SVI, por sus siglas en inglés) de los CDC. El SVI incluye factores como vivienda, transporte, estatus socioeconómico, raza y etnia, e idioma, los cuales pueden ser útiles para determinar cómo ayudar a las comunidades rurales antes, durante y después del COVID-19.

Las comunidades rurales también tienen fortalezas, activos y factores de protección que la salud pública puede utilizar para adaptar las políticas y mensajes diseñados para:

  1. reducir el riesgo de propagación del COVID-19 en la comunidad y
  2. mejorar la salud general de las poblaciones rurales, lo que puede reducir al mínimo la gravedad del COVID-19.

Cómo pueden responder las comunidades rurales durante el COVID-19

Estrategias para profesionales de la salud pública

  • Revise los datos y otros recursos disponibles para comprender mejor la carga que representa la enfermedad en su comunidad y estado.
  • Conéctese y colabore con proveedores de atención médica y otro tipo de actores (p. ej., departamentos de salud en otras jurisdicciones, farmacéuticos, nutricionistas, trabajadores de salud comunitarios, educadores, asesores, empresas, y organizaciones comunitarias, laborales, de defensa y de fe).
  • Identifique las necesidades de los socios y formas de acceder a recursos, como equipos de protección personal (EPP), medicamentos (incluida la naloxona para la sobredosis de opioides) y otros elementos necesarios.
  • Trabaje con organizaciones comunitarias, laborales, de fe y de defensa para comprender mejor los conocimientos, necesidades, barreras y retos de la comunidad en relación a la prevención del COVID-19
    • Incluya a líderes comunitarios de confianza que trabajen con poblaciones de minorías raciales y étnicas y personas con discapacidades.
    • Infórmese acerca de los retos o conceptos erróneos particulares con los que podrían toparse los socios en sus interacciones con los miembros de la comunidad, y ayude a identificar oportunidades para conectarse con la comunidad.
    • Adapte las estrategias de comunicación para educar e informar a los residentes de zonas rurales acerca del COVID-19 y cómo pueden protegerse, y compleméntelas con educación general sobre actividad física, alimentación saludable, manejo de enfermedades crónicas y forma de sobrellevar el estrés.
    • Si es posible, tenga en cuenta la información brindada por la comunidad al desarrollar los materiales.
    • Para fomentar la confianza y la credibilidad, comparta mensajes y materiales que tomen en consideración los problemas particulares de salud, el acceso a la atención médica y los retos del estilo de vida.

Estrategias para sistemas de atención médica y proveedores de atención médica rurales

Planificación

Atención del paciente

  • Llame al Centro Clínico de Guardia, una línea directa disponible las 24 horas con médicos capacitados de los CDC que responderán sus preguntas acerca del COVID-19.
    • Llame al 1-800-CDC-INFO (800-232-4636) y pida hablar con el Centro Clínico de Guardia.
  • Explíqueles a los pacientes con mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19 cómo pueden protegerse de la infección, incluso si las tasas de transmisión parecen ser bajas en su comunidad.
  • Comparta recursos acerca del COVID-19 para mantener a los pacientes informados, protegidos y empoderados.
  • Aprenda a presentar reclamacionesícono de sitio externo de reembolso por brindar pruebas de detección o tratamiento del COVID-19 a pacientes sin cobertura de seguro.
  • Busque maneras de garantizar que se satisfagan las necesidades de realización de pruebas de detección del COVID-19 al trabajar con departamentos de salud estatales y locales y laboratorios comerciales.
  • Evalúe el riesgo de daños por el uso de opioides ya que más personas podrían estar usando sustancias por sí solas, sin la ayuda de otras personas para suministrar naloxona, realizar reanimaciones o llamar a emergencias en caso de sobredosis.

Estrategias para organizaciones comunitarias y grupos de interés

  • Revise la información sobre el COVID-19, las consideraciones para organizaciones comunitarias y los recursos de comunicación de los gobiernos federales, estatales y locales.
  • Informe a su comunidad que es posible que ocurran casos de COVID-19, incluso si cuentan con una planificación y preparación meticulosas. Algunas personas pueden propagar la enfermedad antes de comenzar a tener síntomas, o incluso si nunca manifiestan síntomas.
  • Informe a la comunidad sobre los comportamientos de prevención del COVID-19 y el uso de mascarillas.
  • Brinde información sobre las prácticas de higiene y la necesidad de limitar los viajes.

Planifique y comunique las actividades constantes de mitigación, dado que no existe ningún tratamiento, vacuna ni otras intervenciones farmacológicas para el COVID-19.

  • Involucre a los miembros de la comunidad en las campañas educativas y los esfuerzos de mitigación.
    • Los residentes, las empresas locales y los medios pueden aportar ideas creativas sobre cómo proteger a su comunidad.
    • Busque ideas innovadoras en el Centro de Información de Salud Rural (RHIhubícono de sitio externo).
  • Esté al tanto del posible estigma relacionado con las pruebas de detección y tener COVID-19.
  • Trabaje con organizaciones y proveedores de atención médica locales para elaborar un programa de Trabajo de Salud Comunitaria (CHW)ícono de sitio externo si la comunidad aún no tiene uno.
  • Haga todo lo posible por seguir brindando servicios a las poblaciones rurales sin hogar en caso de que se produzca la propagación del COVID-19 en la comunidad. Vea los recursos de los CDC sobre cómo brindar apoyo a personas sin hogar
  • Vea los recursos de comunicación de los CDC.

Estrategias para residentes de zonas rurales

  • La mejor forma de prevenir la enfermedad es evitar estar expuesto al virus. Esto significa quedarse en casa siempre que sea posible y evitar los lugares públicos donde puede encontrarse con muchas otras personas. Si está cerca de otras personas, intente mantener una distancia de 6 pies (aproximadamente la distancia de dos brazos extendidos).
  • Use mascarillas y adopte otras medidas de prevención del COVID-19 para limitar su exposición al virus.
  • Sepa cómo contactar a un proveedor de atención médica si usted o un miembro de su familia se enferma.
  • Cuando sea posible, asista a las consultas de cuidados preventivos y otras citas de atención médica de rutina, como las visitas para vacunarse y controlar su presión arterial. Consúltele a su proveedor qué precauciones de seguridad debe tomar al asistir al consultorio.
  • Ofrézcase como voluntario al contactarse con organizaciones de servicios comunitarios y pregúnteles cómo puede ayudar.
    • Fabrique y distribuya mascarillas para otras personas de la comunidad.
    • Ayude a los adultos mayores, personas con discapacidades y otras personas con mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19, ya sean de su familia o de la comunidad, al hacerles las compras o los mandados.
  • Cree una tarjeta de información con los números de teléfono y las direcciones de los establecimientos de atención médica que también incluya los datos de los familiares y amigos que viven más cerca suyo.
    • Ubique los centros de salud estatales, locales o tribales con antelación para saber dónde realizarse la prueba de detección del COVID-19, además de obtener más información de salud sobre el COVID-19.
  • Cree un sistema de cadena telefónica con familiares, amigos y vecinos que será útil para compartir información y transmitir mensajes rápidamente si el COVID-19 afecta su comunidad.
  • Sepa qué medicamentos podrían necesitar los miembros de su familia y procure tener suministros adicionales a mano para reducir las visitas a la farmacia mientras el COVID-19 está circulando en la comunidad.
    • Muchos planes de seguro médico ahora permiten acceder a las recetas de forma anticipada para obtener un suministro de medicamentos de más de 90 días.
  • Busque formas que le permitan a usted y a su familia sobrellevar el estrés.

Estrategias para empresas y lugares de trabajo

  • Consulte al departamento de salud local para obtener información actualizada acerca de los casos de COVID-19 en su área.
  • Consulte los recursos de los CDC para empresas.
  • Hable con los empleados acerca de sus preocupaciones, y comparta recursos para mantener protegidos a los empleados y sus familias, además de ayudarlos a sobrellevar el estrés.
  • Use estrategias que ayuden a prevenir la propagación del COVID-19 en el lugar de trabajo, y ayude a proteger a todos los empleados, incluidos aquellos con mayor nivel de riesgo. Estas estrategias incluyen:
    • Si es posible, considere poner en marcha arreglos de teletrabajo junto con otras prácticas de distanciamiento social (mantenerse al menos a 6 pies de distancia de otras personas). Esto podría significar realizar cambios en el entorno físico, como agregar barreras físicas (divisores).
    • Aliente a los empleados a quedarse en casa si están enfermos y hacer uso de su licencia por enfermedad remunerada o no punitiva.
    • Promueva el lavado de manos.
    • Proporcione suministros para limpiar y desinfectar los espacios de trabajo, y equipo de protección personal adecuado.

Consideraciones adicionales

Las personas en áreas rurales a menudo están cerca de animales, ya sea ganado, mascotas o vida silvestre. Las interacciones entre personas y animales pueden ocurrir al realizar tareas agrícolas, trabajar con animales, interactuar con mascotas, visitar ferias o exposiciones de animales, o entrar en contacto con la vida silvestre al cazar, practicar excursionismo o durante otras actividades al aire libre, además de cuando las especies de vida silvestre se acercan a las viviendas. Seguimos aprendiendo acerca del virus que causa el COVID-19, pero al parecer puede propagarse de personas a ciertos tipos de animales, incluidas mascotas, en algunas situaciones. Con base en la información limitada disponible hasta la fecha, el riesgo de que los animales transmitan el COVID-19 a las personas se considera bajo.

Por qué el nivel de riesgo de las comunidades rurales puede ser mayor durante la pandemia de COVID-19

La salud de la población en las áreas rurales de los EE. UU.

Los estadounidenses que viven en áreas rurales pueden tener un mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19 porque:

  • Son mayores en edadícono de sitio externo que las poblaciones que no viven en áreas rurales.
  • Tienen tasas más elevadas de enfermedades crónicas subyacentes incluso luego de ajustar la variable de edad.
  • Es más probable que tengan alguna discapacidad:
    • Hasta un tercio de los adultos que viven en áreas rurales afirma tener alguna discapacidad, un valor 9 % más alto que el de quienes viven en áreas más urbanas.
    • Hasta 1 de cada 12 adultos que viven en condados rurales informa tener tres o más discapacidades, un valor 24 % más alto que el de quienes viven en áreas más urbanas.
    • En los Estados Unidos, los adultos con discapacidades tienen 3 veces más probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes o cáncer que quienes no tienen discapacidades.

Infraestructura de atención médica

La infraestructura de atención médica en áreas rurales es limitada. Desde 2005, se han cerrado 170 hospitalesícono de sitio externo y hay otros 700 que actualmente corren riesgo de cerrar. Muchos hospitales rurales tienen una cantidad limitada de camas de hospital, camas de UCI o respiradores, lo que puede afectar su capacidad de tratar a pacientes con COVID-19. Los residentes de zonas rurales que buscan atención médica a menudo deben viajar largas distancias para acceder a hospitales, establecimientos de atención médica y especialistas clínicos.

Otros problemas de infraestructura que afectan la capacidad de la comunidad rural de responder al COVID-19 incluyen:

  • Los servicios médicos de emergencia (EMS) a menudo emplean voluntarios que deben viajar largas distancias para responder a una llamada.
  • La falta de profesionales de la salud de atención primaria es común en muchas áreas rurales.
  • Los departamentos de salud pública que trabajan en áreas rurales a menudo brindan servicio a grandes regiones geográficas, incluidas poblaciones no rurales, lo que aumenta la demanda de recursos limitados.
  • En algunas áreas, no es posible hacer un uso generalizado de la telemedicina debido a la ausencia o funcionamiento defectuoso de las comunicaciones de Internet y banda ancha.

Industrias agrícolas y de procesamiento de alimentos

Las industrias de procesamiento de carnes rojas, carnes de aves de corral y alimentos se encuentran ubicadas mayoritariamente en áreas rurales. Los puestos laborales en estas industrias a menudo implican trabajar a una distancia menor a los 6 pies recomendados, lo que pone a los trabajadores en mayor riesgo de contraer y propagar el COVID-19. Los trabajadores no solo corren un mayor riesgo debido a las condiciones de estas industrias, sino que las industrias son consideradas críticas y es menos probable que cierren, lo que hace que los trabajadores no tengan otra opción que ir a trabajar cuando otras empresas están cerradas debido a la alta transmisión en la comunidad. Los brotes de COVID-19 entre trabajadores de establecimientos de procesamiento de carnes rojas y carnes de aves de corral pueden afectar rápidamente a una gran cantidad de trabajadores y propagarse a las comunidades en donde viven. Las intervenciones específicas en el lugar de trabajo y las iniciativas de prevención adaptadas a los grupos más afectados por el COVID-19 son fundamentales para reducir el riesgo de contraer COVID-19 en el trabajo.

Si desea obtener más información acerca del trabajo de los CDC para proteger la salud de las poblaciones rurales, contáctese a: ruralhealth@cdc.gov.

Última actualización: 3 de ago. del 2020