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Discurso del Embajador Hans H. Hertell

En ocasión de la

Inauguración del Sistema Automatizado de Seguimiento a Casos Criminales

Justicia XXI

 

15 de febrero del 2002

Suprema Corte de Justicia

Centro de los Héroes, Santo Domingo

 

Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Subero Isa

Honorables Jueces de la Suprema Corte

Procurador General Virgilio Bello Rosa

Magistrados

Distinguidos invitados

Amigos todos

 

El esfuerzo de colaboración de Justicia XXI -- entre la Suprema Corte de Justicia, la Procuraduría General de la República y la Embajada de los Estados Unidos -- ha sido un proceso extraordinario.

Si bien la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) suministró apoyo técnico y financiero para esta primera fase del sistema, reconocemos que el peso del liderazgo para este esfuerzo impresionante fue gracias a la dedicación de los organismos participantes y de los miembros dominicanos.

Los equipos técnicos del "Proyecto de Modernización de Justicia", el grupo de trabajo inter-institucional del Poder Judicial, del Ministerio Público, de la Procuraduría Fiscal de Santo Domingo, del Comisionado de Apoyo a la Reforma y Modernización de Justicia y, por supuesto, los funcionarios y consultores de USAID, todos ellos merecen nuestras felicitaciones.

La información que acabamos de recibir hoy, sobre los problemas en el sector justicia y la oportunidad de aplicar el sistema Justicia XXI para resolverlos, ha sido sumamente útil.  Nos ayuda a entender mejor el rostro humano del problema, el drama y la tragedia humana, repetida día tras día, hora tras hora, cuando la justicia es demorada y, por consiguiente, denegada.

Nuestro entendimiento de esta tragedia fortalece aún más la decisión de la Misión de los Estados Unidos de apoyar a los dominicanos en programas de fortalecimiento de la justicia. Reafirmamos nuestro compromiso de acompañar al Gobierno y a la sociedad civil en cumplir los retos de una justicia efectiva, accesible e imparcial para todos.

Los problemas de justicia identificados por el sector público y la sociedad civil son muchos y las presentaciones precedentes mostraron solamente algunos de ellos. 

La ciudadanía espera un tratamiento justo y honesto por parte de sus sistemas legales. Algunas personas tienen la idea de que de alguna forma, la promesa democrática de justicia imparcial y equitativa ha sido cooptada o corrompida, tanto por 1) fuerzas poderosas, 2) intereses especiales, o 3) quizás simple y trágicamente por la falta de atención del Gobierno a la causa del hombre y mujer común.

 

Los sistemas de justicia – y especialmente el sistema criminal – son sólo tan fuertes como el más débil de sus eslabones. Ciertamente la complejidad de este sistema: los policías, forenses, investigadores, fiscalizadores, defensores públicos, el sistema penitenciario, los médicos legistas y los tribunales involucrados, ponen a prueba la cooperación inter-institucional y las destrezas y paciencia de los administradores del sector justicia.

Justicia XXI es una herramienta poderosa para muchas de estas organizaciones, pero nunca será suficiente.  No puede resolver por sí sola los retos de coordinación inter-institucional.

Las organizaciones fuertes del sector justicia tienen otros requerimientos que pueden ser implementados, relativamente a corto plazo a través de acciones administrativas.  Las instituciones judiciales fuertes requieren de un personal altamente calificado seleccionado y retenido bajo normas de reclutamiento transparentes, públicas y rigurosas y con  sistemas de evaluaciones regulares.

En este sentido, queremos expresarles nuestras felicitaciones al Magistrado Presidente y a los honorables jueces de la Suprema Corte de Justicia por el excelso ejemplo que este Tribunal Supremo proporciona a toda América.  La Judicatura dominicana ha implementado de manera impresionante la ley de carrera judicial y los programas de la Escuela Nacional de la Magistratura, los cuales se mantienen como modelos de excelencia.

También queremos felicitar al Magistrado Procurador General de la República, Virgilio Bello Rosa, por el importante apoyo que él ha brindado a la iniciativa del estatuto de carrera del Ministerio Público.  Su liderazgo -- y el de los miembros de la comisión de justicia del Congreso que han trabajado en el anteproyecto de ley -- ofrece una iniciativa para asegurar un Ministerio Público fuerte e independiente.

La experiencia de América Latina en los últimos años ha indicado que otro requisito para una justicia moderna y eficaz esta relacionada con las reformas procesales penales. Estoy muy impresionado con el proceso dominicano para reformar el Código Procesal Penal, el cual se ha caracterizado por ser altamente participativo.  Este anteproyecto de ley fue aprobado el año pasado por el Senado y entiendo que ahora está siendo sometido a la Cámara de Diputados para su consideración.  Esperamos que éste sea considerado como una prioridad para el Congreso.

Y a ustedes, los aquí reunidos en el día de hoy -- jueces, fiscalizadores, defensores públicos, legisladores y líderes de la sociedad civil quienes participaron o formaron parte del “Foro de Apoyo de la Reforma Procesal Penal”--  mis felicitaciones en su trabajo de acompañar ese proceso.

Las organizaciones de la judicatura necesitan tener políticas claras que aseguren los valores dentro de los parámetros del debido proceso y garantías constitucionales. También necesitan disponer de recursos del Gobierno que derive de colocar la reforma judicial como una alta prioridad nacional.

Los costos de no invertir en los sistemas de justicia, así como los riesgos -- para la consolidación de la democracia, el estado de derecho, crecimiento económico -- son inmensos.   Donde los tribunales, ministerios públicos y servicios de defensa pública son débiles…el estado de derecho es débil.  Donde el estado de derecho es débil…la democracia es vulnerable…y donde la democracia es vulnerable…pueden surgir nuevas tiranías.

Hemos visto muchos ejemplos en otras partes del hemisferio, y del mundo, de un número de llamadas "catástrofes nacionales" -- países grandes y pequeños -- que han sufrido cataclismos de tipos sociales, políticos y económicos, debido a la ausencia de organizaciones de justicia independientes, efectivas, éticas y con credibilidad. 

La ausencia de un estado de derecho fue el común denominador para estos países en crisis y la ausencia de organizaciones de justicia independientes, efectivas y éticas, están entre las causas comunes. 

Nuestro interés en fortalecer un Estado de Derecho, y a las organizaciones de justicia,  está enfocado en lo que éstas ofrecen al bienestar del individuo. El estado de derecho y el debido proceso son esenciales porque respetan la dignidad y la importancia de cada persona, y garantizan los frutos y las promesas de la democracia. 

En su ponencia inaugural, después de tomar juramento como Presidente de los Estados Unidos de América,  George Bush llamó a los estadounidenses a

 

…"Representar la promesa de la democracia….representar la promesa en nuestras vidas …y en nuestras leyes….y en nuestro apoyo a lo que vemos hoy aquí y apoyo para lo que esperamos para el mañana."

 

De parte de la Embajada de los Estados Unidos en la República Dominicana, quiero expresarles que estamos muy orgullosos de apoyar a los dominicanos en el proceso de fortalecimiento de la judicatura nacional; en sus propios esfuerzos nacionales para “representar la promesa de la democracia, para construir un hoy y un mañana, donde la justicia prevalecerá”.

 

 Gracias.


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