PROGRESOS
EN LA INDUSTRIA FARMACEUTICA
ESTUDIO DE CASO: BRASIL
Por Gerald Mossinghoff
El
14 de mayo de 1996, el presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso,
firmó una nueva ley de la propiedad intelectual. Dicha ley dispone
la concesión de patentes por 20 años para productos farmacéuticos
e incluye "protección en la tubería", es decir,
protección para fármacos que aún no han llegado al
mercado. Bajo la ley de propiedad industrial antes vigente, promulgada
en Brasil en 1971, los productos farmacéuticos no eran patentables.
¿Cómo se produjo este cambio tan significativo?
Por supuesto, hubo considerables presiones de la comunidad internacional,
encabezada por los Estados Unidos. The Pharmaceutical Research and Manufacturers
of America, en un comunicado dirigido a la Oficina del Representante de
Comercio de los EUA (RCEU), estimó que las pérdidas de la
industria estadounidense en Brasil a causa de la piratería de patentes
rebasaron los US$720 millones tan sólo en 1995. Brasil fue incluido
en la "lista de vigilancia prioritaria" del RCEU, con una posible
amenaza de sanciones comerciales. Más aún, el acuerdo de
la Organización Mundial del Comercio sobre los Aspectos de la Propiedad
Intelectual Relacionados con el Comercio (TRIPS por sus siglas en inglés)
establece la obligación de que todos los países miembros
de la OMC ya hayan instituido la debida protección para las patentes
en el año 2006.
En realidad, la ley brasileña es aún más estricta
que los requisitos de la OMC en algunos aspectos de la piratería
de patentes, y fue promulgada varios años antes de la fecha límite.
Esto sugiere que el verdadero ímpetu de la legislación provino
del propio pueblo brasileño. Con anterioridad, Brasil había
argumentado que era necesario condonar la piratería de patentes
farmacéuticas para proporcionar medicinas a precio accesible a
sus ciudadanos más pobres. En fechas más recientes, Brasil
ha llegado a adoptar el punto de vista de que es más conveniente
para el país modernizar su economía para adaptarla a las
normas internacionales.
"Lo que estamos haciendo es acabar con la mentalidad colonialista",
dijo el presidente Cardoso cuando firmó esta ley. "Inventaremos
más, inventaremos y patentaremos nuestros inventos con valor y
quién sabe si en lugar de pagar a otros, otros serán los
que empiecen a pagarnos a nosotros. Ningún país puede crecer
a base de pillaje".
Aunque algunos se opusieron a la legislación, como varios políticos
de inclinación izquierdista y la industria farmacéutica
nacional, la opinión consensual sostuvo con firmeza que la nueva
ley era necesaria para la modernización de Brasil, un paso clave
para atraer inversión de IyD, y un factor importante para mejorar
la salud pública. Un prominente converso de la propuesta en torno
a las patentes fue el embajador de Brasil en los Estados Unidos, Paulo
Tarso Flecha de Lima, quien cayó gravemente enfermo en Washington
y fue atendido con éxito a base de nuevos fármacos.
"Una nueva generación de antibióticos -no disponible
en Brasil por falta de una ley adecuada- me salvó", declaró.
"Si antes no estaba a favor de una ley sobre patentes, ahora sí
lo estoy".
Desde que se percibió con claridad que Brasil protegería
las patentes farmacéuticas, varias compañías multinacionales
de ese ramo han anunciado inversiones de cientos de millones de dólares
en ese país, lo cual creará empleos, estimulará la
economía y mejorará la salud de la población.
Éstos son algunos ejemplos:
- Roche ha anunciado planes de crear un centro latinoamericano de investigación
clínica en Brasil.
- Glaxo Wellcome está construyendo una planta manufacturera de
US$160 millones en Río de Janeiro.
- Bayer ha anunciado planes de construir un centro de investigación.
- Smith Line-Beecham construirá una fábrica con valor de
US$70 millones.
- Hoechst Marion Roussel ha anunciado inversiones por US$100 millones.
- Astra, que en 1981 vendió sus instalaciones en Brasil, regresará
a ese país con una instalación de producción de US$10
a US$12 millones.
- Pharmacia & Upjohn incrementará el número de empleos
en Brasil en 150%.
- Pfizer aumentará la producción en Brasil en 50% y creará
un centro de investigación que, entre otras cosas, será
capaz de adaptar los medicamentos a las condiciones locales.
- Eli Lilly invertirá US$82 millones en el año 2000 por
concepto de producción, investigación, capacitación
y equipo.
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