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Manteniendo Los Habitos Alimenticios
Cada vez que un nuevo grupo de inmigrantes arriba a los Estados Unidos, el
panorama gastronómico cambia, tanto para el recién llegado
como para los anfitriones. Todas las culturas tratan de mantener sus
hábitos de alimentación resistiendo la aculturación.
Treinta anos atrás era muy difícil preparar un plato
tradicional latino porque en el supermercado no vendían los
ingredientes necesarios. Existían muy pocas tiendas latinas
y no todas ofrecían la variedad deseada.
El aumento demográfico de los latinos -que alcanzó
a 40 millones este año- impactó en la demanda por productos
latinos.
Ahora, hasta las cadenas de supermercados americanos se están
adaptando al gusto “latino” ofreciendo una enorme variedad
de productos tales como; hojas de cactus, tortillas, queso fresco,
chorizos, mangos, salsa picante, yuca, leche de coco, empanadas, dulce
de leche, pupusas, churros, tamales, tacos, pastel de tres leches,
pastel de choclo, brazo de reina, ají, tomatillos verdes, etc.
Hispanos tienen una relación muy peculiar con los alimentos.
Es un asunto familiar, es amistad, es añoranza, es sensual.
Cocinar es un placer y lo más importante es una alegría
compartirlo. Cuando van de compras van en grupos, como experimentando
una guía turística del mercado. Se sienten más
cómodos comprando en lugares que ofrecen delicias conocidas.
Usualmente, las familias latinas tradicionales van a comprar 4 o
5 veces a la semana, prefieren el pan caliente en la mañana.
En la carnicería piden la carne cortada en forma especial,
y van a comprar frutas frescas a la frutería.
Sin embargo, a medida que el inmigrante latino comienza a aceptar
nuevos alimentos y se adapta a nuevas costumbres de alimentación
comienza a vivir un estilo de vida menos saludable. Se deja tentar
por las papas fritas, hamburguesas, grasas, dulces, carne, pollo y
pan enriquecidos. Desgraciadamente, estos nuevos hábitos alimenticios
aumentan la incidencia de diabetes, ataques al corazón, de
obesidad, la presión alta y cáncer.
Por eso, es recomendable que se mantenga una dieta nutritiva y balanceada,
rica en deliciosos y sustanciosos alimentos. Coma huevos y mantequilla
con moderación. Prepare carnes a la parrilla y cocine el pescado
al horno. Trate siempre de incluir en su dieta frutas, vegetales,
granos y legumbres. Para calmar su sed tome agua pura o jugos naturales
de frutas.
Manténganse lejos del alcohol y el cigarrillo. Y lo más
importante, no olvide de hacer ejercicios para mantenerse en un buen
estado físico.