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1. Son ampliamente conocidos los perniciosos efectos ocasionados por la producción, la comercialización y el consumo de drogas en el Perú y en el mundo. El narcotráfico atenta contra la salud pública, socava las instituciones, corrompe a la sociedad, genera delincuencia y violencia, y provee
fondos para la corrupción y el terrorismo. Sin embargo, es poco conocido el irreparable daño que también ocasiona al medioamiente. En el caso del Perú, el cultivo ilícito de coca y el narcotráfico están destruyendo el bosque amazónico.
2. Según el Instituto Nacional del Recursos Naturales (INRENA), el 25% de la deforestación en todo el país, esto es, más de 2.3 millones de hectáreas, es atribuible al cultivo de coca. Las cifras se tornan aún más dramáticas si nos referimos al departamento de San Martín, en donde la
deforestación causada por el cultivo de coca supera el 40%, a Huánuco, en donde es mayor al 60%, o Ayacucho, en donde excede también el 60%. Gran parte de esta depredación, con sus secuelas de pérdida de biodiversidad, erosión de suelos, derrumbes e impacto en el calentamiento global, ha tenido lugar en bosques
tropicales únicos que albergan una incomparable biodiversidad y que forman parte de la más preciada reserva del planeta.
3. Pero no es sólo la deforestación el único impacto nocivo sobre el medioambiente. Es también el uso, por parte de campesinos cocaleros, de insecticidas altamente tóxicos como el parathion, y herbicidas como el paraquat, que perjudican la salud al ser manipulados sin protección, al tiempo que
contaminan los suelos y los ríos de la selva. La producción de cocaína, por su parte, genera un desecho anual de más de 13500 TM (trece mil quinientas toneladas métricas) de sustancias químicas en los ríos y corrientes de la Cuenca Amazónica Peruana. El resultado de estas prácticas es la degradación del
ecosistema vital del Perú, así como una espiral de contaminación y pobreza que, de no ser enfrentada, tendrá graves implicancias en el desarrollo sostenible del país.
4. Los gobiernos del Perú y de los Estados Unidos han desarrollado un enfoque integral para combatir el tráfico ilegal de drogas que incluye esfuerzos de interdicción y aplicación de la ley, erradicación y desarrollo alternativo. El Programa de Desarrollo Alternativo es el instrumento que hará
sostenible la estrategia conjunta de ambos países, mediante la ejecución de una serie de actividades económicas lícitas que promuevan el éxito económico en el marco de una cultura de la legalidad y la adhesión de la población a normas y valores democráticos. El fortalecimiento de los gobiernos locales y el
involucramiento creciente del sector privado son ejes fundamentales del desarrollo alternativo, como lo es también el componente ambiental.
5. En este contexto, ambos gobiernos firmaron el 12 de febrero de 2002 la Agenda Ambiental Conjunta. El gobierno del Perú lo hizo a través de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas, DEVIDA, y el gobierno de los Estados Unidos a través de su Agencia para el Desarrollo
Internacional, USAID. La ceremonia, como símbolo de que el desarrollo puede ser a la vez económicamente exitoso y ecológicamente sustentable, se realizó en las instalaciones de la empresa exportadora de muebles fabricados con madera certificada, Exportimo.
6. En dicha ocasión, el gobierno de Estados Unidos anunció la transferencia de 3.5 millones de dólares a Contradrogas, a ser empleados en el desarrollo del componente ambiental de los proyectos de desarrollo alternativo. Este componente incluye el desarrollo de prácticas agrícolas sustentables,
programas de conservación de parques nacionales y áreas protegidas, actividades de generación de ingresos para familias campesinas con base en el uso sostenible de recursos locales, así como la mitigación del impacto ambiental de obras de infraestructura tales como caminos rurales y carreteras.
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USAID