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Los buscapleitos son un gran problema escolar

Por Amanda Gardner
Reportera de HealthDay

Martes, 3 de noviembre (HealthDayNews) -- Daniel Scruggs se ahorcó en el clóset de su dormitorio el 2 de enero de 2002. Tenía 12 años y fue golpeado tan brutalmente en su escuela en Meridien, Connecticut que estuvo ausente por 44 días ese año.

Esto pudiera ser un ejemplo particularmente trágico de la clásica conducta escolar, golpear a otros, pero más y más personas ven a los buscapleitos como un problema serio que debe corregirse.

Un estudio que apareció en la Journal of the American Medical Association en 2001 encuestó a más de 15,000 estudiantes de sexto a décimo grado y encontró que cerca de 30 por ciento reportó estar involucrado en "peleas moderadas o frecuentes" o fue considerado como buscapleitos, o fue apaleado, o ambas.

"Las golpizas en los planteles escolares prevalecen los EE.UU. y con frecuencia son invisibles", indicó el Dr. Robert Bidwell, profesor auxiliar de pediatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Hawai. "No lo sabíamos hasta hace varios años".

Bidwell presentó el tema de las golpizas el 2 de noviembre en la Conferencia y Exhibición Anual de la Academia Americana de Pediatría en Nueva Orleáns.

Contrario con la creencia popular que "los niños son niños" y "las niñas son niñas", Bidwell añadió que las golpizas son peligrosas. Tanto el buscapleitos y sus objetivos tienen grandes cifras de depresión y suicidio. Los buscapleitos mantienen tendencias de comportamiento arriesgado como anuncio de sustancias, mientras que las personas que son continuamente víctimas de abuso tienen grandes cifras de dolencias físicas como jaquecas, dolor estomacal y hasta enfermedades infecciosas como resfriados.

Todo está compuesto por que la mayoría de las escuelas no tiene políticas efectivas o programas dirigidos a buscapleitos, añadió Bidwell. Muchas no cuentan con programas de ninguna índole.

Parte del problema es que las escuelas (y otros) discrepan si los buscapleitos son un problema. Para quienes asienten, existe una disputa de cómo resolverlo. Algunos quieren castigar a los buscapleitos. Otros desean buscarle remedio.

Con los años, Bidwell se ha percatado que hay pocos maestros adiestrados para lidiar con el problema. Aun ha encontrado maestros que escuchan que un estudiante llama a otro "marica" al fondo del salón de clases y no hacen nada. Aunque desconocen qué hacer, temen que serán señalados, o temen que la administración no los proteja.

"Lo que en realidad se necesita es mucho adiestramiento a maestros y administradores sobre la naturaleza del problema", dijo. "No creo [que los maestros] obtienen las destrezas para reconocer o identificar un buscapleitos. Con frecuencia, no necesitan ser apoyados por la escuela cuando se alzan. Como sociedad no todos están de cuerdo con que ser buscapleitos es algo malo".

"Las intervenciones escolares pueden ayudar a que los niños aprendan formas apropiadas de resolver el conflicto", agregó Susan Swearer, profesora auxiliar de psicología en las escuelas y supervisora de la Clínica de Terapia para Niños y Adolescentes de la Universidad de Nebraska en Lincoln. "Los esfuerzos de prevención pueden estar dirigidos al espectador, a los niños que observan las peleas pero generalmente no intervienen".

Tener un procedimiento establecido en la escuela es un buen comienzo. "Los niños necesitan poder reportar problemas de buscapleitos con el conocimiento de que algo se hará al respecto", dijo Swearer.

Los pediatras pueden estar dispuestos a ayudar, utilizando un chequeo adecuado al niño y formularle preguntas y posiblemente referir al niño o la familia al consejero de salud mental apropiado, dijo Bidwell.

Bidwell ha visitado escuelas para hablar a los consejeros y principales a favor de los estudiantes golpeados y sus familias. "Ha habido veces en que he salido frustrado porque las escuelas no piensan que es un problema serio o no tienen ideas claras de qué hacer, que el siguiente paso era acudir a acción legal", dijo. "Muchas de mis actividades han sido fuera de los portones para tratar de que las escuelas hagan lo que les corresponde. He dado a padres el número La Unión de Libertad Civil Americana (ACLU por sus siglas en inglés), y en ocasiones debido a que las escuelas temen la controversia. Ese es el último recurso, pero es totalmente profesional y correcto".

Desgraciadamente, no existe una solución fácil para el problema de las peleas escolares. "No hay una respuesta simple", dijo Swearer. "Nuestras intervenciones tienen que ser complejas. No es simplemente que las escuelas sean algo o los padres hagan algo o los niños hagan algo; todos estos sistemas tienen que interactuar y colaborar juntos para disminuir las peleas escolares".

Más información

Para más sobre buscapleitos, puedes investigar en la Zona Segura o visita byllying.org.

(FUENTES: Susan Swearer, Ph.D., profesora auxiliar, psicóloga escolar y supervisora, Clínica de Terapia Infantil y Adolescentes, Universidad de Nebraska-Lincoln; Robert Bidwell, M.D., profesor asociado de pediatría, Escuela de Medicina de la Universidad de Hawai, Honolulu; 25 de abril de 2001, Journal of the American Medical Association; 2 de noviembre de 2003, presentación, Conferencia y Exhibición anual de la Academia Americana de Pediatría, Nueva Orleáns )

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