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  Actualizada: 15/IV/04

Palabras del Representante Lincoln Díaz-Balart al recibir las condecoraciones del Congreso de Colombia

Representante Lincoln Díaz-Balart con Senador Germán Vargas Lleras
En el Salón de la Constitución, el presidente del Senado, Germán Vargas Lleras, impuso la Orden del Congreso de Colombia en el grado de Gran Cruz al Representante Lincoln Díaz-Balart


Señor Presidente; señores senadores y congresistas; señor Embajador; señoras y señores:

Para toda persona seria es un profundo honor estar aquí entre ustedes, en esta reunión solemne, en este digno y soberano Congreso de la hermana República de Colombia, recibiendo esta extraordinaria condecoración.

Para alguien como yo, quien salió a los cuatro años de edad de su patria natal, huyendo junto a sus padres y su hermano de una tiranía totalitaria, alguien quien ha admirado toda la vida a Colombia y a su culto pueblo y, quien aprecia de forma suprema la libertad y la democracia, el honor es aún mayor, como lo es también el agradecimiento por él.

Tuve la dicha de arribar en condición de niño refugiado político a una gran nación, libre y generosa. Estados Unidos de América me ha permitido, como a millones de otros quienes han llegado a sus costas anhelando la libertad, intentar hacer realidad mis sueños. La comunidad donde resido me eligió para representarla en el Congreso de Estados Unidos, y allí he podido luchar por mejorar la calidad de vida de mi comunidad, por ayudar a otros inmigrantes, por incrementar la seguridad de la nación; he podido luchar por ayudar a naciones amigas como Colombia a preservar su libertad, y hasta por la libertad de la isla donde nací, la cual volverá a ser libre.

Generosa de espíritu y admirable es Estados Unidos de América. Y cientos de miles, millones de compatriotas de ustedes, de colombianos, comparten conmigo la experiencia vital de haber llegado a Estados Unidos en busca de paz y oportunidades.

Esos cientos de miles de colombianos en Estados Unidos enriquecen con su fecundo trabajo diario a cada una de las comunidades donde residen y a toda la gran nación que ellos han adoptado con amor y devoción como su segunda patria.

Para mí es un honor representar en el Congreso a una gran parte de esa noble comunidad colombiana en Estados Unidos. Y de la misma forma como presenté legislación hace unos años (y por fin logré su aprobación en el Congreso y la sanción presidencial) que le otorgó la residencia permanente a cientos de miles de nuestros hermanos centroamericanos, he presentado legislación para legalizar la condición migratoria de los colombianos y peruanos quienes llevan ya algunos años en Estados Unidos, ambos grupos nacionales compartiendo el común denominador de haber emigrado a Estados Unidos huyendo de la violencia terrorista.

Una última palabra sobre la guerra de Colombia, de esta gran nación, para preservar su libertad y su democracia. Repito aquí mis palabras del 3 de abril de 2003 en un debate en la Cámara de Representantes de Estados Unidos donde logramos derrotar una enmienda que buscaba reducir nuestra ayuda a Colombia incluida en la ley de presupuesto suplementario de guerra que aprobamos ese día.

Allí dije textualmente:

Señor Presidente, probablemente no existe un pueblo libre y un gobierno democrático en todo el mundo que confronte una amenaza más seria del terrorismo, y especialmente del narcoterrorismo, que Colombia. Los terroristas en Colombia, debido a que están involucrados en el narcotráfico, disponen de cientos de millones, de miles de millones de dólares para adquirir las armas más destructivas, de estados delincuentes y de grupos terroristas del mundo entero, para causar la más seria destrucción concebible. Esos miles de millones de dólares disponibles a los narcoterroristas en Colombia les han permitido llevar a cabo una campaña sostenida de violencia, de secuestro, de los crímenes más horribles concebibles contra el pueblo colombiano. Y, día tras día, el pueblo colombiano y su gobiemo democráticamente electo están luchando contra los narcoterroristas de una forma extraordinaria, de una forma valiente, de una forma admirable. Lo que estamos haciendo hoy en este Congreso con el apoyo del Presidente Bush, y con su orientación y su liderazgo, es decirle al pueblo colombiano y a su gobiemo democráticamente electo que los apoyamos en sus esfuerzos contra los narcoterroristas...

Hasta ahí mis palabras en el Congreso de Estados Unidos.

Derrotamos esa desafortunada enmienda en el Congreso de Washington ese día hace un año. Ustedes, queridos amigos, el pueblo de Colombia, su Presidente, su gobiemo, su Congreso, y sus heróicas fuerzas armadas y cuerpos de seguridad, en defensa de la democracia y el estado de derecho, confrontan y derrotan cada día a las fuerzas del odio y del mal, y por eso, tienen y tendrán siempre todo nuestro apoyo, nuestra admiración, nuestra solidaridad y nuestra gratitud.

Muchas gracias.


Representante Lincoln Díaz-Balart con Representante Alonso Acosta
En el Salón Elíptico el representante Lincoln Díaz-Balart recibió la Orden de la Democracia Simón Bolívar en el grado de Gran Cruz Extraordinaria de manos del presidente de la Cámara, Alonso Acosta


Bogotá, D.C.
13 de abril de 2004


Visita del representante Lincoln Díaz-Balart a Colombia