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Tumor de Wilms y otros tumores renales infantiles (PDQ®): Tratamiento
Versión PacienteVersión Profesional De SaludIn EnglishActualizado: 06/16/2004




Información general






Clasificación celular






Información sobre los estadios






Aspectos generales de las opciones de tratamiento






Tumor de Wilms en estadio I






Tumor de Wilms en estadio II






Tumor de Wilms en estadio III






Tumor de Wilms en estadio IV






Tumor de Wilms en estadio V






Sarcoma de células claras del riñón






Tumor rabdoide del riñón






Tumor neuroepitelial del riñón






Tumor de Wilms recurrente y otros tumores renales pediátricos






Modificaciones a este sumario (06/16/2004)






Información adicional



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Información general

Este sumario informativo sobre el tratamiento del cáncer provee un compendio que abarca tanto el pronóstico y diagnóstico como la clasificación y tratamiento del tumor de Wilms y otros tumores renales infantiles (tales como el sarcoma de células claras del riñón, [CCSK, por sus siglas en inglés] tumor rabdoide del riñón, tumor neuroepitelial del riñón [NETK, por sus siglas en inglés] y nefroblastoma cístico parcialmente diferenciado). (Para mayor información sobre el tratamiento pediátrico del carcinoma de las células renales, consulte el sumario del PDQ sobre los Cánceres poco comunes de la niñez).

El Instituto Nacional del Cáncer provee los sumarios de tratamiento con información oncológica pediátrica del PDQ como un servicio público para aumentar el grado de accesibilidad de información con base científica entre el personal sanitario, pacientes y el público en general. Estos sumarios son periódicamente actualizados conforme a las más recientes investigaciones y descubrimientos publicados en la literatura especializada por un Consejo Editorial conformado por especialistas en oncología y pediatría.

El cáncer es poco común en los niños y adolescentes. Los niños y adolescentes con cáncer deben ser referidos a centros médicos que cuenten con un personal médico multidisciplinario de especialistas en cáncer con amplia experiencia en el tratamiento de los cánceres que aparecen durante la niñez y la adolescencia. Dicho personal debe tener un enfoque que incorpore la pericia del médico de cabecera, subespecialistas en cirugía pediátrica, radiooncólogos y hematólogos pediatras, especialistas en rehabilitación, especialistas en enfermería pediátrica, trabajadores sociales y otros, con el fin de asegurarse de que los pacientes reciban el tratamiento, apoyo terapéutico y rehabilitación que determinen una calidad de vida y supervivencia óptima. Para obtener información específica sobre los cuidados médicos de apoyo para niños y adolescentes con cáncer, consultar los sumarios del PDQ sobre el Cuidado médico de apoyo.

Las pautas para los centros de cáncer pediátrico y su función en el tratamiento del paciente pediátrico con cáncer han sido delineados por la Academia Estadounidense de Pediatría.[1] En estos centros oncológicos pediátricos, se llevan acabo ensayos clínicos para la mayoría de los cánceres que se presentan en niños y adolescentes, y a la mayoría de los pacientes o familiares se les ofrece la oportunidad de participar en estos ensayos. Estos ensayos clínicos para niños y adolescentes están diseñados generalmente para comparar lo que se considera una terapia potencialmente mejor con la terapia que se considera estándar. La mayor parte del progreso alcanzado en la identificación de terapias curativas para el cáncer infantil, se ha logrado a través de ensayos clínicos. Para mayor información sobre ensayos clínicos en curso, consulte el portal de Internet del NCI, Cancer.gov. (Nota: La información contenida en este enlace solo está disponible en inglés).

El tumor de Wilms es una enfermedad curable en la mayoría de los niños afectados. En los Estados Unidos se diagnostican más de 500 casos cada año. Más del 90% sobreviven 4 años después del diagnóstico, lo cual constituye un avance si se compara con el 80% de supervivencia que se observaba entre el 1975 y 1984.[2] El pronóstico está relacionado no sólo con el estadio de la enfermedad en el momento del diagnóstico, las características histopatológicas del tumor, la edad del paciente y el tamaño del tumor, sino también con la estrategia en equipo para cada paciente por parte del cirujano pediatra, el radiooncólogo y el oncólogo pediatra.[2-4] Ensayos clínicos anteriores han evaluado en parte, con cierto grado de éxito, si una terapia reducida es suficiente para controlar la enfermedad en pacientes en estadio inicial con tumor de Wilms de histología favorable.[5,6] Algunos ensayos clínicos en curso están evaluando los factores biológicos en el desarrollo del tumor de Wilms, sarcoma de células claras y el tumor rabdoide renal.[2]

El tumor de Wilms normalmente se desarrolla en niños en cierto sentido saludables, pero menos de un 10% se presenta en niños con malformaciones conocidas. Los fenotipos relacionados con el tumor de Wilms pueden clasificarse en síndromes de sobre crecimiento o sin sobre crecimiento, el síndrome de sobre crecimiento es el resultado de un excesivo crecimiento somático prenatal y postnatal, lo cual resulta en macroglosia, nefromegalia y hemihipertrofia. Los dos tumores de sobre crecimiento más comunes relacionados con el tumor de Wilms son el síndrome de Beckwith Wiedemann y la hemihipertrofia aislada.[7-11] Otros incluyen el síndrome de Perlman, el de Soto y el de Simpson-Golabi-Behemel. Los trastornos de no sobre crecimiento relacionados con el tumor de Wilms incluye la aniridia aislada, trisomía 18, aniridia combinada con malformaciones genitourinaria y el síndrome de retardo mental (AGR), síndrome de Bloom y el de Denys-Drash.[12] Los niños con predisposición a desarrollar tumor de Wilms (por ejemplo, síndrome de Beckwith-Weidemann, hemihipertrofia, aniridia) deben ser sometidos a exámenes de detección con ultrasonido cada 3 meses hasta que hayan cumplido 8 años de edad.[7-11]

El tumor de Wilms (hereditario o esporádico) parece resultar de cambios en uno o más de varios genes. Algunas mutaciones específicas de línea germinal en uno de estos genes (gen-1 del tumor de Wilms o WT1) localizado en el brazo corto del cromosoma 11 (banda 11p13) no solamente están relacionadas con el tumor de Wilms, sino que también causa una variedad de problemas genitourinarios tales como el criptorquidismo e hipospadias,[13] así como el síndrome Denys-Drash, un padecimiento poco común. Un gen que causa aniridia está situado cerca del gen WT1 en el cromosoma 11p13, y las eliminaciones que abarcan los genes WT1 y de aniridia pueden explicar la asociación entre la aniridia y el tumor de Wilms. Los pacientes con aniridia o hemihipertrofia deberán ser examinados con ultrasonido cada 3 meses hasta que hayan cumplido 8 años de edad.[7] Los niños con anormalidades Aniridia-genitourinaria de Wilms, síndrome de retraso (mental) (WAGR, por sus siglas en inglés) tienen un mayor riesgo de eventualmente desarrollar insuficiencia renal y debe dárseles seguimiento. Los pacientes con tumor de Wilms y aniridia sin anormalidades genitourinarias corren un riesgo menor pero también debe dárseles seguimiento.[14] Parece haber un segundo gen del tumor de Wilms en el locus del gen de Beckwith-Wiedemann o cerca de él en el cromosoma 11p15, y los niños con el síndrome de Beckwith-Wiedemann corren un riesgo mayor de desarrollar el tumor de Wilms. Aproximadamente un quinto de los pacientes con el síndrome Beckwith-Wiedemann, que desarrollan el tumor de Wilms, presentan enfermedad bilateral, principalmente al momento del diagnóstico, a pesar de que también se observa recurrencia metacrona.[7-9]

Aproximadamente un tercio de los tumores de Wilms padecen una pérdida de material genético en las células tumorales del brazo corto del cromosoma 11, incluyendo una o ambas regiones del gen del tumor de Wilms en este cromosoma. Los genes en otros cromosomas también pueden tener una función etiológica en el tumor de Wilms, y en algunos tumores aparece pérdida de material genético del cromosoma 16, o el cromosoma 1p o ambas.[15,16] Muchos de los tumores de Wilms, parecen surgir de células precursoras de riñones embrionarios retenidos de forma anormal y aunadas en grupos llamados descansos nefrogénicos. Las diferentes lesiones genéticas están relacionadas con diferentes subtipos de descansos nefrogénicos.[17] Los tumores de Wilms que se desarrollan a partir del descanso nefrogénico intralobular, generalmente contiene elementos heterólogos tales como músculos lisos, cartílagos y células planas y están relacionados con la pérdida de ADN en el brazo corto del cromosoma 11p y ocasionalmente con mutación WT1. En contraste, los tumores de Wilms que se desarrollan a partir del descanso nefrogénico perilobar, el cual aparenta reflejar un estadio ligeramente tardía en el desarrollo embriónico renal, y que generalmente se encuentra en niños mayores, están relacionados con una pérdida de la impresión del gen IGF2, el cual estimula la proliferación celular. Generalmente la copia materna de IGF2 está impresa, es decir no se expresa en el embrión y cuando se expresa en el tumor, se produce el doble del ARN IGF2. El descanso perilobar está también relacionado con el tumor de Wilms infantil y el síndrome Beckwith-Wiedeman.[18]

A pesar del número de genes que parecen estar implicados en el desarrollo del tumor de Wilms, el tumor hereditario de Wilms no es común, teniendo del 1% al 2% de los pacientes una historia positiva familiar de tumor de Wilms.[19,20] El riesgo de padecer el tumor de Wilms entre los descendientes de personas que han tenido tumores unilaterales (o sea, esporádicos) es bastante bajo (<2%).[21] Los hermanos de niños con tumor de Wilms tienen una probabilidad baja de desarrollar este tumor.[19] Entre el 4% y el 5% de los pacientes tienen tumores de Wilms bilaterales, pero por lo general no son hereditarios.[19,20] Muchos de los tumores bilaterales están presentes cuando primero se diagnostica el tumor de Wilms (por ejemplo, sincrónico) pero se podría desarrollar un segundo tumor de Wilms en el otro riñón entre el 1% y 3% de los niños que han sido tratados con éxito por este padecimiento. La incidencia de dichos tumores de Wilms bilaterales metacrónicos es mucho mayor en niños a quienes se les diagnosticó el tumor de Wilms original antes de los doce meses de edad o en quienes el riñón resecado contiene descansos nefrogénicos. Se recomienda realizar exámenes de ultrasonido abdominales periódicamente para la detección temprana de los tumores de Wilms bilaterales metacrónicos así: cada 3 meses durante 6 años para niños con descansos nefrogénicos en el riñón resecado (si el niño tenía menos de 48 meses cuando primero se le diagnosticó) y cada 3 meses durante 4 años (si el niño tenía más de 48 meses cuando primero se le diagnosticó). Para otros pacientes, cada 6 meses por dos años y luego anualmente durante un período de 1 a 3 años.[22,23]

Tanto los sarcomas de células claras del riñón, los tumores rabdoides del riñón, los tumores neuroepiteliales del riñón y el nefroblastoma cístico parcialmente diferenciado (ver las descripciones en la sección de Clasificación celular) constituyen tumores renales infantiles no relacionados con el tumor de Wilms. Debido a su ubicación renal, estos han sido tratados en ensayos clínicos desarrollados por el Grupo nacional de estudios sobre el tumor de Wilms. El enfoque al tratamiento de estos sin embargo, es distinto al del tumor de Wilms, y requiere de un diagnóstico preciso a tiempo.

Bibliografía

  1. Guidelines for the pediatric cancer center and role of such centers in diagnosis and treatment. American Academy of Pediatrics Section Statement Section on Hematology/Oncology. Pediatrics 99 (1): 139-41, 1997.  [PUBMED Abstract]

  2. Green DM, Children's Oncology Group: Phase III Multimodality Therapy Based on Histology, Stage, Age, and Tumor Size in Children With Wilms' Tumor, Clear Cell Sarcoma of the Kidney, or Rhabdoid Tumors of the Kidney, COG-Q9401, Clinical trial, Closed.  [PDQ Clinical Trial]

  3. Ritchey ML, Haase GM, Shochat S: Current management of Wilms' tumor. Semin Surg Oncol 9 (6): 502-9, 1993 Nov-Dec.  [PUBMED Abstract]

  4. Breslow N, Sharples K, Beckwith JB, et al.: Prognostic factors in nonmetastatic, favorable histology Wilms' tumor. Results of the Third National Wilms' Tumor Study. Cancer 68 (11): 2345-53, 1991.  [PUBMED Abstract]

  5. D'Angio GJ, Breslow N, Beckwith JB, et al.: Treatment of Wilms' tumor. Results of the Third National Wilms' Tumor Study. Cancer 64 (2): 349-60, 1989.  [PUBMED Abstract]

  6. Mitchell C, Jones PM, Kelsey A, et al.: The treatment of Wilms' tumour: results of the United Kingdom Children's cancer study group (UKCCSG) second Wilms' tumour study. Br J Cancer 83 (5): 602-8, 2000.  [PUBMED Abstract]

  7. Green DM, Breslow NE, Beckwith JB, et al.: Screening of children with hemihypertrophy, aniridia, and Beckwith-Wiedemann syndrome in patients with Wilms tumor: a report from the National Wilms Tumor Study. Med Pediatr Oncol 21 (3): 188-92, 1993.  [PUBMED Abstract]

  8. DeBaun MR, Siegel MJ, Choyke PL: Nephromegaly in infancy and early childhood: a risk factor for Wilms tumor in Beckwith-Wiedemann syndrome. J Pediatr 132 (3 Pt 1): 401-4, 1998.  [PUBMED Abstract]

  9. DeBaun MR, Tucker MA: Risk of cancer during the first four years of life in children from The Beckwith-Wiedemann Syndrome Registry. J Pediatr 132 (3 Pt 1): 398-400, 1998.  [PUBMED Abstract]

  10. Porteus MH, Narkool P, Neuberg D, et al.: Characteristics and outcome of children with Beckwith-Wiedemann syndrome and Wilms' tumor: a report from the National Wilms Tumor Study Group. J Clin Oncol 18 (10): 2026-31, 2000.  [PUBMED Abstract]

  11. Hoyme HE, Seaver LH, Jones KL, et al.: Isolated hemihyperplasia (hemihypertrophy): report of a prospective multicenter study of the incidence of neoplasia and review. Am J Med Genet 79 (4): 274-8, 1998.  [PUBMED Abstract]

  12. Clericuzio CL: Clinical phenotypes and Wilms tumor. Med Pediatr Oncol 21 (3): 182-7, 1993.  [PUBMED Abstract]

  13. Diller L, Ghahremani M, Morgan J, et al.: Constitutional WT1 mutations in Wilms' tumor patients. J Clin Oncol 16 (11): 3634-40, 1998.  [PUBMED Abstract]

  14. Breslow NE, Takashima JR, Ritchey ML, et al.: Renal failure in the Denys-Drash and Wilms' tumor-aniridia syndromes. Cancer Res 60 (15): 4030-2, 2000.  [PUBMED Abstract]

  15. Coppes MJ, Haber DA, Grundy PE: Genetic events in the development of Wilms' tumor. N Engl J Med 331 (9): 586-90, 1994.  [PUBMED Abstract]

  16. Grundy PE, Telzerow PE, Breslow N, et al.: Loss of heterozygosity for chromosomes 16q and 1p in Wilms' tumors predicts an adverse outcome. Cancer Res 54 (9): 2331-3, 1994.  [PUBMED Abstract]

  17. Beckwith JB: Nephrogenic rests and the pathogenesis of Wilms tumor: developmental and clinical considerations. Am J Med Genet 79 (4): 268-73, 1998.  [PUBMED Abstract]

  18. Ravenel JD, Broman KW, Perlman EJ, et al.: Loss of imprinting of insulin-like growth factor-II (IGF2) gene in distinguishing specific biologic subtypes of Wilms tumor. J Natl Cancer Inst 93 (22): 1698-703, 2001.  [PUBMED Abstract]

  19. Bonaïti-Pellié C, Chompret A, Tournade MF, et al.: Genetics and epidemiology of Wilms' tumor: the French Wilms' tumor study. Med Pediatr Oncol 20 (4): 284-91, 1992.  [PUBMED Abstract]

  20. Breslow NE, Beckwith JB: Epidemiological features of Wilms' tumor: results of the National Wilms' Tumor Study. J Natl Cancer Inst 68 (3): 429-36, 1982.  [PUBMED Abstract]

  21. Li FP, Williams WR, Gimbrere K, et al.: Heritable fraction of unilateral Wilms tumor. Pediatrics 81 (1): 147-9, 1988.  [PUBMED Abstract]

  22. Paulino AC, Thakkar B, Henderson WG: Metachronous bilateral Wilms' tumor: the importance of time interval to the development of a second tumor. Cancer 82 (2): 415-20, 1998.  [PUBMED Abstract]

  23. Coppes MJ, Arnold M, Beckwith JB, et al.: Factors affecting the risk of contralateral Wilms tumor development: a report from the National Wilms Tumor Study Group. Cancer 85 (7): 1616-25, 1999.  [PUBMED Abstract]

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