Revisión: 10/23/2002
El cáncer de pulmónEl diagnóstico de cáncer de pulmón origina muchas preguntas y una necesidad de respuestas claras. Esperamos que esta hoja informativa del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) sea una ayuda que proporciona información acerca de algunas de las causas y formas de prevenir el cáncer de pulmón y describe los síntomas, la detección, el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad. Al contar con esta información importante, es posible que los pacientes y sus familiares puedan estar mejor preparados para enfrentarse a los retos que les esperan. La investigación del cáncer ha llevado a un progreso contra el cáncer de pulmón, y nuestros conocimientos siguen aumentando. Los investigadores siguen buscando formas mejores de prevenir, detectar, diagnosticar y tratar el cáncer de pulmón. El Servicio de Información sobre el Cáncer y los otros recursos del NCI que se indican en la sección de “Recursos del Instituto Nacional del Cáncer” pueden proporcionar la información más actual y precisa sobre el cáncer de pulmón. Las publicaciones que se mencionan en esta hoja informativa, y otras, están disponibles a través del Servicio de Información sobre el Cáncer llamando al teléfono 1–800–4–CANCER (1–800–422–6237). Muchas publicaciones del NCI están también disponibles en Internet en los sitios que se indican en la sección de Recursos al final de la hoja informativa.
El proceso del cáncer
El cuerpo está compuesto de muchos tipos de células. Normalmente, las células crecen, se dividen y producen más células cuando son necesarias para mantener el cuerpo sano y para que funcione adecuadamente. Algunas veces, sin embargo, el proceso se altera y las células siguen dividiéndose cuando no es necesario que haya células nuevas. La masa de células sobrantes forma un crecimiento o tumor. Los tumores pueden ser benignos o malignos. Los tumores benignos no son cancerosos. Generalmente se pueden extirpar y, en la mayoría de los casos, no vuelven a aparecer. Las células de tumores benignos no se diseminan a otras partes del cuerpo. Lo que es más importante, en muy pocos casos los tumores benignos son una amenaza para la vida. Los tumores malignos son cancerosos. Las células en los tumores malignos son anormales y se dividen sin orden ni control. Estas células cancerosas pueden invadir y destruir el tejido en su derredor. Las células cancerosas pueden también desprenderse del tumor maligno y entrar en el torrente sanguíneo o en el sistema linfático (los tejidos y órganos que producen, almacenan y transportan las células blancas de la sangre que combaten la infección y otras enfermedades). Con este proceso, llamado metástasis, es como se disemina el cáncer del tumor original (primario) para formar tumores nuevos (secundarios) en otras partes del cuerpo.
Los pulmones
¿Qué es el cáncer de pulmón?
El cáncer de pulmón de células no pequeñas es más común que el cáncer de pulmón de células pequeñas y, en general, crece y se disemina con más lentitud. Hay tres tipos principales de cáncer de pulmón de células no pequeñas y toman el nombre del tipo de células en donde se desarrolla el cáncer: carcinoma de células escamosas (también llamado carcinoma epidermoide), adenocarcinoma y carcinoma de células grandes. El cáncer de pulmón de células pequeñas, a veces llamado cáncer de células en avena, es menos común que el cáncer de pulmón de células no pequeñas. Este tipo de cáncer de pulmón crece con más rapidez y es posible que se disemine a otros órganos del cuerpo. Los cánceres que empiezan en los pulmones se dividen en dos tipos principales: cáncer de pulmón de células no pequeñas y cáncer de pulmón de células pequeñas, lo cual depende de cómo se ven las células en el microscopio. Cada tipo de cáncer de pulmón crece y se disemina en forma diferente y se trata en forma también diferente.
Cáncer de pulmón, ¿quién tiene el riesgo?
Cigarrillos. El fumar cigarrillos causa cáncer de pulmón. Sustancias dañinas, llamadas carcinógenos, en el tabaco, dañan las células de los pulmones. Con el tiempo, las células dañadas pueden hacerse cancerosas. La probabilidad de que un fumador desarrolle cáncer de pulmón se ve afectada por la edad a la que se empezó a fumar, por el tiempo que la persona ha fumado, el número de cigarrillos fumados al día y la fuerza con la que inhala el fumador. El dejar de fumar reduce considerablemente el riesgo de una persona de desarrollar cáncer de pulmón. Cigarros puros y pipas. Las personas que fuman cigarros puros y pipas tienen un riesgo mayor de cáncer de pulmón que las personas que no fuman. El número de años que fuma una persona, el número de pipas o cigarros fumados al día y la fuerza con la que inhala la persona, todo esto afecta el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón. Aun los fumadores de cigarros puros y pipa que no inhalan tienen un riesgo mayor de cáncer de pulmón, de boca y de otros tipos. Humo de tabaco en el ambiente. La posibilidad de desarrollar cáncer de pulmón aumenta con la exposición al humo de tabaco en el ambiente: el humo en el aire cuando otra persona está fumando. La exposición al humo de tabaco en el ambiente se llama fumar de segunda mano o fumar en forma pasiva o involuntaria. Radón. El radón es un gas radiactivo invisible, sin olor y sin sabor, que ocurre en forma natural en la tierra y rocas. Puede dañar los pulmones, lo cual puede llevar al cáncer de pulmón. Las personas que trabajan en las minas pueden exponerse al radón y, en algunas partes del país, hay radón también en las casas. El fumar aumenta el riesgo de cáncer de pulmón todavía más en aquellas personas que ya tienen el riesgo a causa de su exposición al radón. Un estuche para uso doméstico que permite medir los niveles de radón en las casas está en venta en la mayoría de las tiendas de ferretería. La prueba doméstica para el radón es relativamente fácil de usar y no es cara. Una vez que se corrige el problema del radón, el peligro desaparece por completo. Asbesto. Asbesto es el nombre de un grupo de minerales que ocurren como fibras en forma natural y se usan en algunas industrias. Las fibras de asbesto tienden a romperse con facilidad en partículas que pueden flotar en el aire y pegarse a la ropa. Cuando las partículas son inhaladas, se pueden alojar en los pulmones, dañando las células y aumentando el riesgo de cáncer de pulmón. Los estudios han demostrado que los trabajadores que han estado expuestos a grandes cantidades de asbesto tienen un riesgo de desarrollar cáncer de pulmón que es 3 ó 4 veces mayor que el de trabajadores que no han estado expuestos al asbesto. Se ha observado esta exposición en tales industrias como la de construcción naval, minería y manufactura del asbesto, trabajo de aislantes y reparación de frenos. El riesgo de cáncer de pulmón es todavía mayor entre los trabajadores del asbesto que fuman también. Los trabajadores del asbesto deberán usar equipo protector que proporciona la empresa y seguir las prácticas laborales y los procedimientos de seguridad recomendados. Contaminación. Los investigadores han encontrado una relación entre el cáncer de pulmón y la exposición a algunos contaminantes del aire, como los productos que resultan de la combustión del diesel y de otros combustibles fósiles. Sin embargo, esta relación no ha sido definida con claridad y se está llevando a cabo más investigación. Enfermedades de pulmón. Algunas enfermedades de pulmón, como la tuberculosis (TB), aumentan las posibilidades de una persona de desarrollar cáncer de pulmón. El cáncer de pulmón tiende a desarrollarse en las áreas del pulmón que tienen cicatrices de tuberculosis. Antecedentes personales. La persona que ha tenido cáncer de pulmón una vez tiene más probabilidad de desarrollar un segundo cáncer de pulmón cuando se compara con una persona que nunca lo ha tenido. Dejar de fumar después de que se diagnostica el cáncer de pulmón puede prevenir el desarrollo de un segundo cáncer de pulmón. Los investigadores siguen estudiando las causas del cáncer de pulmón y continúan buscando formas de prevenirlo. Ya sabemos que la mejor forma de prevenir el cáncer de pulmón es dejar de fumar (o no empezar nunca). En cuanto más pronto deja uno de fumar, es mejor. Aun cuando usted haya fumado por muchos años, nunca es demasiado tarde para beneficiarse de dejar de fumar. La mejor forma de prevenir el cáncer de pulmón es dejar de fumar o no empezar a fumar nunca.
El reconocimiento de los síntomas
Estos síntomas pueden ser causados por cáncer o por otras condiciones. Es importante consultar con un médico.
El diagnóstico de cáncer de pulmón
Broncoscopia. El médico pone un broncoscopio (un tubo delgado, luminoso) por la boca o por la nariz hasta llegar a la traquea para ver dentro de las vías respiratorias. A través de este tubo, el médico puede recoger células o muestras pequeñas de tejido. Aspiración con aguja. Una aguja es insertada en el tumor a través del pecho para extraer una muestra de tejido. Toracentesis. Por medio de una aguja, el médico extrae una muestra del líquido que rodea los pulmones para buscar células cancerosas. Toracotomía. A veces es necesaria la cirugía para abrir el tórax y poder diagnosticar el cáncer de pulmón. Este procedimiento es una operación mayor que se realiza en el hospital.
Estadificación de la enfermedad
Escanograma de TAC o tomografía computarizada. Una computadora conectada a una máquina de rayos X crea una serie de imágenes detalladas de las áreas internas del cuerpo. IRM (imágenes de resonancia magnética). Un imán poderoso conectado a una computadora produce imágenes detalladas de las áreas internas del cuerpo. Estudios con radionúclidos. Los escanogramas con radionúclidos (isótopos radiactivos) pueden mostrar si el cáncer se ha diseminado a otros órganos, como al hígado. El paciente ingiere o recibe una inyección de una sustancia ligeramente radiactiva. Una máquina (escáner) mide y registra el nivel de radiactividad en ciertos órganos para revelar las áreas anormales. Escanograma óseo. El escanograma óseo, un tipo de estudio con radionúclidos, puede mostrar si el cáncer se ha diseminado a los huesos. Se inyecta en la vena una pequeña cantidad de una sustancia radiactiva que viaja por el torrente sanguíneo y se concentra en las áreas de crecimiento óseo anormal. Un instrumento llamado escáner mide los niveles de radiactividad en estas áreas y los registra en película de rayos X. Mediastinoscopia/Mediastinotomía. Una mediastinoscopia puede ayudar a mostrar si el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos del tórax. Usando un instrumento óptico luminoso llamado endoscopio, el médico examina el centro del tórax (mediastino) y los ganglios linfáticos cercanos. En la mediastinoscopia, el endoscopio es insertado a través de una pequeña incisión en el cuello; en la mediastinotomía, la incisión se hace en el tórax. En cualquiera de los dos procedimientos, el endoscopio se usa también para recoger una muestra de tejido. El paciente recibe anestesia general.
Tratamiento para cáncer de pulmón
La cirugía es una operación para extirpar el cáncer. El tipo de cirugía que realiza el médico depende de la localización del tumor en el pulmón. Una operación para quitar sólo una pequeña parte del pulmón se llama resección segmentaria o en cuña. Cuando el cirujano remueve todo un lóbulo del pulmón, el procedimiento se llama una lobectomía. La neumonectomía es la extirpación de todo un pulmón. Algunos tumores son inoperables (no se pueden extirpar con cirugía) a causa del tamaño o del sitio, y algunos pacientes no pueden tener cirugía por otras razones médicas. La quimioterapia es el uso de fármacos anticancerosos para destruir las células cancerosas por todo el cuerpo. Aun después de que se haya extirpado el cáncer del pulmón, células cancerosas pueden todavía estar presentes en el tejido cercano o en otra parte del cuerpo. La quimioterapia se puede usar para controlar el crecimiento del cáncer o para aliviar los síntomas. La mayoría de los fármacos anticancerosos se administran por inyección directamente en la vena (vía intravenosa) o por medio de un catéter, un tubo delgado que se coloca en una vena grande y permanece allí por el tiempo que es necesario. Algunos fármacos anticancerosos se administran en forma de píldoras o tabletas. La radioterapia es el uso de rayos de alta energía para destruir las células cancerosas. La radioterapia se dirige a un área limitada y afecta las células cancerosas sólo en esa área. La radioterapia se puede usar antes de la cirugía para reducir el tamaño de un tumor o después de la cirugía para destruir cualquier célula cancerosa que haya quedado en el área tratada. Los médicos usan también la radioterapia, con frecuencia combinada con quimioterapia, como tratamiento primario en vez de cirugía. La radioterapia puede también usarse para aliviar síntomas como la falta de respiración. La radiación para el tratamiento de cáncer de pulmón con más frecuencia procede de una máquina (radiación externa). La radiación puede también proceder de un implante (un recipiente pequeño de material radiactivo) que se coloca directamente dentro del tumor o cerca de él (radiación interna). La terapia fotodinámica, un tipo de terapia con rayos láser, consiste en el uso de un compuesto químico especial que se inyecta en el torrente de la sangre y que es absorbido por las células en todo el cuerpo. El compuesto químico sale rápidamente de las células normales pero permanece por más tiempo en las células cancerosas. Una luz láser dirigida al cáncer hace reaccionar el compuesto químico, el cual mata entonces las células cancerosas que lo han absorbido. La terapia fotodinámica puede ser usada para reducir los síntomas del cáncer de pulmón—por ejemplo, para controlar el sangrado o para aliviar los problemas de respiración debidos a que las vías de respiración están bloqueadas cuando el cáncer no se puede extirpar por medio de cirugía. La terapia fotodinámica puede también usarse para tratar tumores muy pequeños en pacientes para quienes los tratamientos ordinarios para cáncer de pulmón no son adecuados. Los estudios clínicos (estudios de investigación) para evaluar formas nuevas de tratar el cáncer son una opción para muchos pacientes con cáncer de pulmón. En algunos estudios, todos los pacientes reciben el tratamiento nuevo. En otros, los médicos comparan terapias diferentes al dar el tratamiento nuevo a un grupo de pacientes y la terapia ordinaria (estándar) al otro grupo. Por medio de la investigación, los médicos están explorando formas nuevas y posiblemente más efectivas de tratar el cáncer de pulmón. Se puede encontrar más información acerca de los estudios de tratamiento en la publicación del NCI La participación en los estudios clínicos: lo que los pacientes de cáncer deben saber. El PDQ®, el banco de datos de información sobre el cáncer del Instituto Nacional del Cáncer, contiene información detallada acerca de los estudios en curso para cáncer de pulmón. NCI tiene también un sitio de Internet: http://www.cancer.gov/clinical_trials/ que proporciona información detallada para pacientes, profesionales de la salud y el público acerca de los estudios en curso sobre el cáncer de pulmón.
Tratamiento del cáncer de pulmón de células no pequeñas
Tratamiento del cáncer de pulmón de células pequeñas
Efectos secundarios
La cirugía para cáncer de pulmón es una operación mayor. Después de la cirugía de pulmón, aire y líquidos tienden a juntarse en el tórax. Los pacientes necesitan con frecuencia ayuda para voltearse, para toser y para respirar con profundidad. Estas actividades son importantes para la recuperación porque ayudan a que se expanda el tejido de pulmón que queda y a desalojar el exceso de aire y de líquido. El dolor o la debilidad en el tórax y el brazo y la falta de respiración son los efectos secundarios comunes de la cirugía de cáncer de pulmón. Los pacientes pueden necesitar varias semanas o meses para recuperar las fuerzas y la energía. La quimioterapia afecta tanto las células normales como las cancerosas. Los efectos secundarios dependen en gran parte de los fármacos determinados y de la dosis (cantidad de fármaco que se administra). Los efectos secundarios comunes de la quimioterapia son las náuseas y vómitos, la pérdida del pelo, llagas en la boca y fatiga. La radioterapia, como la quimioterapia, afecta las células normales tanto como las cancerosas. Los efectos secundarios de la radioterapia dependen principalmente de la parte del cuerpo que es tratada y de la dosis del tratamiento. Los efectos secundarios comunes de la radioterapia son sequedad e irritación de la garganta; dificultad para tragar alimentos; fatiga; cambios de la piel en el sitio del tratamiento y pérdida del apetito. Los pacientes que reciben radiación al cerebro pueden tener dolores de cabeza, cambios en la piel, fatiga, náuseas y vómitos, pérdida de pelo o problemas con los procesos de la memoria y pensamientos. La terapia fotodinámica hace la piel y los ojos sensibles a la luz por 6 semanas o más después del tratamiento. Se recomienda a los pacientes que eviten la luz directa del sol y la luz brillante interior durante 6 semanas por lo menos. Si los pacientes necesitan salir al exterior, tienen que usar ropa protectora, incluyendo anteojos para el sol. Otros efectos secundarios temporales de la terapia fotodinámica pueden ser la tos, dificultad para pasar alimentos y dolor al respirar o falta de respiración. Los pacientes deberán consultar con su médico lo que deben hacer si resultan ampollas en la piel o ésta se pone roja o hinchada. Hoy en día, a causa de lo que se ha aprendido en los estudios clínicos, los médicos pueden controlar, disminuir o evitar muchos de los efectos secundarios del tratamiento. Varios folletos útiles del NCI, incluyendo La quimioterapia y usted, La radioterapia y usted y Eating Hints for Cancer Patients, sugieren formas de sobreponerse a los efectos secundarios del tratamiento del cáncer. Los médicos y el personal de enfermería pueden explicar los efectos secundarios posibles del tratamiento y ellos pueden sugerir la forma de ayudar a aliviar los síntomas que pueden ocurrir durante y después del tratamiento.
La importancia del cuidado de seguimiento
Apoyo emocional
Preguntas para su médicoEsta hoja informativa está diseñada para ayudarle a obtener de su médico la información que usted necesita, para que así pueda tomar decisiones basadas en la información acerca de su cuidado médico. Además, cuando usted haga las preguntas a su médico, esto le ayudará a entender mejor su situación. Para ayudarse también a recordar lo que dice el médico, usted puede tomar notas o preguntar si puede usar una grabadora. Algunas personas prefieren que les acompañe un familiar o un amigo cuando hablen con el médico, para que participen en la discusión, para que tomen notas o sólo para que escuchen.
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