Infecciones del oído sin tratar amenazan la audición de su hijo
NIH
A comienzos de la semana, su bebé de 2 años de edad tuvo un resfrío
y dolor de garganta. Ahora usted se da cuenta que él está más
irritable que lo usual, no está durmiendo bien y se tira constantemente
de la oreja. Estos son los primeros signos de un problema de salud común
entre los bebés y los niños pequeños—la infección
de oídos. La inflamación del oído medio, u otitis media,
según se conoce médicamente, se produce cuando las infecciones que
causan los resfríos y los problemas respiratorios se propagan al oído
medio. Tres de cada cuatro niños han experimentado otitis media para cuando
llegan a los 3 años de edad. Las infecciones del oído que se dejan
sin tratar, no sólo pueden causar dolor intenso, sino dar lugar a graves
complicaciones—incluso la pérdida de audición, según
indica el Instituto Nacional de Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación
(NIDCD, por su sigla en inglés), perteneciente a los Institutos Nacionales
de la Salud.
Aunque los adultos pueden contraer infecciones al oído, los bebés
y niños pequeños sufren de otitis media con mayor frecuencia.
Los investigadores piensan que una razón de esto quizá sea que
el conducto, llamado trompa de Eustaquio, que conecta la parte superior de la
garganta con el oído medio, es mucho más corto y más recto
en los niños que en los adultos. Cuando la trompa se bloquea con mucosidad
o se inflama debido a una infección viral o a un resfrío, el oído
medio no puede ventilarse adecuadamente. El líquido que se drenaría
comúnmente empieza a acumularse en el oído medio causando dolor,
dificultad para escuchar y pérdida del equilibrio. Una infección
sin tratar puede propagarse del oído medio a otras partes de la cabeza,
incluyendo el cerebro. Además, la pérdida de audición generalmente
temporal por una infección de oído puede tornarse permanente,
si la infección no se trata.
Dado que los bebés y los niños pequeños no han desarrollado
el lenguaje y aptitudes del idioma lo suficiente como para expresar lo que les
está molestando, la detección de la infección del oído
de un niño es por lo general difícil para los padres. Sin embargo,
hay algunos signos comunes para observar (ver recuadro).
Los médicos, por otro lado, pueden diagnosticar la condición
más fácilmente al examinar los oídos del niño con
una luz especial llamada otoscopio. El doctor observará el oído
externo y el tímpano, buscando signos de inflamación, que es lo
que indica la presencia de infección. Si el oído está inflamado
la mayoría de los médicos recomendarán un antibiótico
y analgésicos.
Es importante saber cómo funcionan los antibióticos y analgésicos.
Los antibióticos sólo actúan sobre los microorganismos
llamados bacterias, que pueden causar la enfermedad. Los antibióticos
no son eficaces contra los virus, como aquellos asociados con un resfrío.
Para ser eficaces, los antibióticos deben tomarse hasta que se finalice
la dosis. Unos pocos días después de que el medicamento comienza
a actuar, su niño podría dejar de tirar de su oreja y parecerá
estar sintiéndose mejor. Esto no significa que la infección haya
desaparecido. Debe continuar tomando el medicamento, sino las bacterias podrían
volver. Siga las indicaciones del doctor al pie de la letra.
Su doctor también puede administrar analgésicos a los niños,
tales como paracetamol. Los medicamentos, tales como antihistamínicos
y descongestionantes, no ayudan en la prevención o el tratamiento de
la otitis media.
Si el líquido permanece en el oído medio durante más de
tres meses y se asocia con pérdida de la audición, muchos doctores
sugieren una operación para insertar "tubos de drenaje" en
los oídos afectados. Estos tubos permanecen generalmente en el tímpano
entre 6 y 12 meses, después de los cuales saldrán del oído
de manera natural.
Si su niño muestra signos de una infección de oído, consulte
con su doctor cuanto antes.
Consejos sabios
¿Puede determinar si un niño pequeño tiene una infección
de oído?
La mayoría de los niños afectados por la otitis media (una infección
del oído medio) todavía no han desarrollado el lenguaje y aptitudes
del idioma lo suficiente como para expresar lo que les está molestando.
Eso a menudo hace que este trastorno sea difícil de detectar. Los padres
y aquellos que cuidan a los niños deben observar si se presentan estos
signos comunes:
• Irritabilidad inusual
• Dificultad para dormir
• Tirar de una o ambas orejas
• Fiebre
• Líquido que sale del oído
• Pérdida del equilibrio
• Falta de respuesta a sonidos tenues, u otros signos de dificultad para
escuchar, tales como sentarse demasiado cerca de la televisión o no poner
atención.
Si usted nota cualquiera de estos signos en un niño, consulte al doctor.
El doctor puede diagnosticar una infección de oído al examinar
los oídos con un instrumento de luz especial. Un tratamiento a tiempo
puede aliviar el dolor, curar la infección y prevenir la pérdida
de audición permanente.
¿Cómo oímos?
Los oídos constan de tres partes principales: oído externo, oído
medio y oído interno. El oído externo incluye la pinna, la parte
visible del oído y el canal del oído. El oído externo se
extiende al tímpano, que separa el oído externo del oído
medio. El oído medio es un espacio lleno de aire que está ubicado
detrás del tímpano. El oído medio contiene tres huesos
diminutos-- martillo, yunque y estribo que transmiten los sonidos del tímpano
al oído interno. El oído interno contiene el órgano auditivo
y del equilibrio. La cóclea es el órgano de la capacidad auditiva
que convierte las ondas sonoras en señales eléctricas que se envían
como impulsos nerviosos al cerebro donde se interpretan.
¿Qué es la disfunción del oído medio?
El oído medio empieza en el tímpano. Detrás del tímpano
está el espacio del oído medio, que normalmente está lleno
de aire. Este espacio contiene tres huesos diminutos del oído medio,
que toman el nombre de su forma: martillo, yunque y estribo. Este espacio también
contiene la abertura de la trompa de Eustaquio. Este conducto conecta el espacio
del oído medio con la parte superior de la garganta.
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