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La mala
memoria no es siempre lo que se piensa
Introducción
Muchas personas mayores se preocupan al volverse más olvidadizas,
pues piensan que la mala memoria es la primera señal de la enfermedad
de Alzheimer. Antes se pensaba que la pérdida de la memoria y la
confusión eran cosa normal en el proceso del envejecimiento. Sin
embargo, hoy en día los científicos han comprobado que la mayoría
de las personas siguen alertas y capaces a medida que envejecen,
aunque necesiten más tiempo para recordar las cosas.
Las fallas de memoria son comunes también. Algunos problemas de la
memoria son graves, pero otros no lo son. Las personas que presenten
cambios significativos de memoria, personalidad y comportamiento
pueden sufrir de un trastorno cerebral llamado demencia. La demencia
afecta seriamente la capacidad del individuo de realizar sus
actividades diarias. La enfermedad de Alzheimer es uno de los muchos
tipos de demencia que se conocen.
El término demencia describe un grupo de síntomas causados por
alteraciones de las funciones cerebrales. Entre los síntomas de
demencia se pueden mencionar el preguntar repetidamente lo mismo,
perderse en lugares conocidos, no poder seguir instrucciones,
desorientarse en el tiempo, con las personas y los lugares y descuidar
la seguridad, la higiene y la nutrición propia. Las personas con
demencia van perdiendo sus facultades mentales a diferentes ritmos
unas de otras. Muchas condiciones médicas causan la demencia, algunas
pueden revertirse y otras no. Además, muchas otras condiciones
clínicas pueden ocasionar síntomas parecidos a los de la enfermedad
de Alzheimer, sin que este sea el caso. Algunas de estas condiciones
pueden ser tratadas. Las condiciones que se pueden revertir pueden
estar ocasionadas por fiebre elevada, deshidratación, déficit
vitamínico y mala alimentación, reacciones adversas a medicamentos,
problemas de la glándula tiroides o un pequeño trauma en la cabeza.
Estos padecimientos pueden ser graves y deben ser tratados por un
médico lo antes posible.
A veces, las personas mayores presentan problemas emocionales que se
pueden confundir con la demencia. La tristeza, la soledad, la
preocupación o el aburrimiento pueden ser más comunes en las
persones mayores que están al borde de la jubilación o que deben
hacer frente a la muerte del cónyuge, un familiar o un amigo. La
adaptación a estos cambios hace que algunas personas se sientan
confusas u olvidadizas. Se pueden mitigar los problemas emocionales
con el apoyo de los amigos y la familia o mediante la ayuda
profesional de un médico o consejero.
Las dos formas más comunes de demencia en las personas mayores son la
enfermedad de Alzheimer y la demencia por infartos múltiples (a veces
conocida como demencia vascular). Estos tipos de demencia son
irreversibles, o sea, no tienen cura. En la enfermedad de Alzheimer,
los cambios en las células nerviosas de ciertas partes del cerebro
provocan la muerte de un gran número de células. Los síntomas de la
enfermedad de Alzheimer comienzan lentamente y van empeorando en forma
constante. A medida que avanza la enfermedad, los síntomas progresan
desde la mala memoria leve hasta deterioros graves en la capacidad de
pensamiento, de juicio y en la aptitud para desempeñar las
actividades de la vida cotidiana. Llega un momento en que los
pacientes necesitan asistencia total.
En la demencia por infartos múltiples, una serie de pequeños
derrames cerebrales o alteraciones menores de la irrigación
sanguínea en el cerebro pueden ocasionar la muerte del tejido
cerebral. El lugar del cerebro donde se producen los pequeños
derrames determina la gravedad del problema y los síntomas que surgen.
Los síntomas que comienzan repentinamente pueden ser indicio de este
tipo de demencia. Es probable que las personas que padecen de demencia
por infartos múltiples presenten signos de mejoría o que se
estabilicen por períodos prolongados, para posteriormente presentar
rápidamente nuevos síntomas si se producen otros derrames. En muchas
personas con demencia por infartos múltiples, la causa es la
hipertensión. Una de las razones más importantes para controlar la
hipertensión es prevenir los derrames cerebrales.
Diagnóstico
Las personas que estén preocupadas por sus problemas de memoria
deben consultar a su médico. Si el médico opina que el problema es
grave, entonces podrá recomendar una evaluación física,
neurológica y psiquiátrica completa. El examen médico completo en
los casos de pérdida de la memoria puede incluir la obtención de
datos sobre los antecedentes médicos de la persona, entre ellos el
uso de medicamentos con o sin receta médica, el régimen alimentario,
los problemas médicos que haya tenido y su estado general de salud.
Puesto que el diagnóstico correcto se basa en recordar con precisión
estos detalles, el médico puede también pedirle esta misma
información sobre el paciente a un familiar.
Para ayudar a identificar algunos problemas, el médico puede
solicitar análisis de sangre y orina. También se pueden realizar
pruebas de la capacidad mental, que permiten evaluar la memoria, la
capacidad para resolver problemas y hacer cuentas y el lenguaje. Una
tomografía del cerebro puede ayudar al médico a descartar una
condición médica curable. Dicho examen puede también mostrar
señales de las alteraciones normales del cerebro que están
relacionadas con la edad. En una etapa posterior puede ser necesario
realizar otra tomografía para ver si se han producido más cambios en
el cerebro.
La enfermedad de Alzheimer y la demencia por infartos múltiples
pueden presentarse al mismo tiempo, lo cual hace más difícil que el
médico pueda diagnosticar una u otra. Los científicos solían pensar
que la demencia por infartos múltiples y otros tipos de demencia
vascular eran responsables de la mayor parte de los trastornos
mentales irreversibles. En la actualidad se piensa que la mayoría de
las personas de la tercera edad con demencia irreversible padecen de
la enfermedad de Alzheimer.
Tratamiento
Aunque si el médico diagnostica una forma de demencia
irreversible, se puede hacer mucho para tratar al paciente y ayudar a
que la familia se adapte. La persona con demencia debe estar bajo
atención médica y puede consultar a un neurólogo, psiquiatra,
médico de familia, internista o geriatra. El médico puede tratar los
problemas físicos y de conducta del paciente y responder a las
múltiples inquietudes que éste o su familia puedan tener.
En el caso de algunas personas que se encuentren en la etapa inicial o
intermedia de la enfermedad de Alzheimer, se receta el medicamento
llamado tacrine (también conocido como Cognex o THA), donepezil
(Aricept), rivastigmine (Exelon), o galantamine (Reminyl) para
posiblemente retrasar el empeoramiento de algunos síntomas de la
enfermedad. Los médicos afirman que es muy importante que las
personas con demencia por infartos múltiples traten de prevenir
nuevos accidentes cerebrovasculares controlando la hipertensión,
vigilando y tratando el colesterol sanguíneo elevado y la diabetes, y
absteniéndose de fumar.
Muchas personas con demencia no necesitan medicamentos para tratar los
problemas de comportamiento. Pero para otros pacientes, los médicos
pueden recetar medicamentos para disminuir la agitación, la ansiedad,
la depresión o los trastornos del sueño que son problemas comunes en
la conducta de las personas que sufren demencia. El uso cuidadoso de
los medicamentos recetados puede hacer que algunas personas con
demencia se sientan más cómodas y que sea más fácil cuidar de
ellas.
Es importante mantener una alimentación sana. Aunque no se ha
comprobado que ninguna dieta o suplemento alimentario especial
prevenga o contrarreste la enfermedad de Alzheimer ni la demencia por
infartos múltiples, un régimen alimentario equilibrado ayuda a
mantener una buena salud general. En los casos de demencia por
infartos múltiples, una mejor alimentación puede ayudar a prevenir
más derrames cerebrales.
Los familiares y los amigos pueden ayudar a que las personas con
demencia continúen sus actividades cotidianas, ejercicios físicos y
contactos sociales. A las personas que sufren demencia se les debe
mantener al tanto de los detalles de su vida, como son la hora del
día, dónde viven y qué está sucediendo en casa o en el mundo.
Cualquier cosa que sirva para ayudar a la memoria puede ser apoyo en
la vida cotidiana de los pacientes que se encuentran en las etapas
iniciales de la demencia. Algunas familias han visto que un calendario
grande, una lista de las actividades diarias, notas sobre medidas de
seguridad sencillas e instrucciones escritas sobre cómo usar ciertos
artículos domésticos comunes resultan ser medios auxiliares muy
útiles.
Consejo del día
Los científicos están haciendo investigaciones para obtener
nuevos medicamentos que algún día puedan aminorar, contrarrestar o
prevenir el daño causado por la enfermedad de Alzheimer y la demencia
por infartos múltiples. Entre tanto, las personas que no tienen
síntomas de demencia pueden tratar de mantener la memoria aguzada.
Algunas sugerencias que se ofrecen son interesarse en alguna cosa,
actividad o pasatiempo y participar constantemente en actividades que
estimulen tanto la mente como el cuerpo. El prestar cuidadosa
atención al estado físico y al ejercicio puede ayudar mucho para
mantener un estado mental sano. Es importante limitar el consumo de
bebidas alcohólicas porque el beber mucho puede con el tiempo causar
daño cerebral permanente.
A muchas personas les resulta útil planificar sus tareas, hacer
listas de lo que tienen que hacer, utilizar notas, calendarios y otras
cosas que les ayuden con la memoria. También es posible recordar
mejor las cosas si mentalmente se las relaciona con otras cosas que
tienen un sentido especial para uno, como puede ser un nombre
familiar, una canción o los versos de un poema.
El estrés, la ansiedad o la depresión pueden hacer que la persona
tenga mala memoria, aunque generalmente esta sea pasajera y cese
cuando el estado de ánimo en cuestión desaparece. No obstante, si
ese estado de ánimo dura por mucho tiempo, es
importante buscar la ayuda de un profesional. El tratamiento puede
incluir psicoterapia o medicamentos, o una combinación de ambas cosas.
En las personas sanas ocurren con la edad ciertos cambios físicos y
mentales. Aun así, se pueden evitar muchos dolores y sufrimiento si
las personas mayores, sus familiares y sus médicos reconocen que la
demencia es una enfermedad y no parte del envejecimiento normal.
Recursos
También es importante contar con información exacta y actualizada
sobre la demencia. El Centro de Educación y Referencia sobre la
Enfermedad de Alzheimer (ADEAR por sus siglas en inglés) es un centro
de intercambio de información apoyado por el Instituto Nacional Sobre
el Envejecimiento.
Para obtener más información en inglés sobre la enfermedad de
Alzheimer y la demencia por infartos múltiples, comuníquese con:
Alzheimer's Association
919 Michigan Avenue, Suite 1100
Chicago, IL 60611-1676
Teléfono 1-800-272-3900
Correo electrónico: info@alz.org
Sitio en la Web (Internet):
http://www.alz.org
ADEAR Center
P. O. Box 8250
Silver Spring, MD 20907-8250
Teléfono 1-800-438-4380
Correo electrónico: adear@alzheimers.org
Sitio en la Web (Internet):
http://www.alzheimers.org
Las familias a menudo necesitan información sobre recursos
comunitarios, como son la
atención domiciliaria, la atención diurna de adultos, los programas
de ayuda temporal y los hogares de ancianos. Esta información
generalmente puede obtenerse de los organismos estatales o locales que
se ocupan de los asuntos sobre la tercera edad. Para obtener ayuda a
fin de localizar la institución correspondiente en su localidad,
llame a Eldercare Locator al número gratuito 1-800-677-1116.
Instituto Nacional Sobre el Envejecimiento
Departmento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos
Servicio de Salud Pública
Institutos Nacionales de Salud
Noviembre de 2001
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