Combatiendo la discriminación en la vivienda
A principios de este mes, el Congressional Hispanic Caucus Institute publicó un informe en el que indicó que a pesar del deseo de tener casa propia, a muchas familias hispanas les resulta difícil hacer realidad ese sueño. Lamentablemente, esto es cierto, y los propios estudios realizados por HUD confirman esa conclusión.
En la Administracion de Bush, la propiedad de vivienda ha alcanzado cifras historicamente altas. Casi el 70 por ciento de los americanos tienen casa propia, y el índice de propiedad de vivienda entre las minorías ha sobrepasado el 50 por ciento por primera vez en la historia.
A pesar de este progreso, las minorías siguen teniendo muchas menos probabilidades de tener casa propia.
La diferencia en la propiedad de viviendas entre las minorías tiene muchas causas, pero indudablemente una de ellas es la discriminación. Y en una tierra donde nunca hay una excusa aceptable para la discriminación, eso es inaceptable.
Una de las misiones principales en el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano es nuestra constante lucha por asegurar que toda vivienda se ofrezca en igualdad de condiciones para todos. Esto fue una prioridad durante el auge del movimiento de los derechos civiles, cuando el Presidente Johnson firmó la Ley de Igualdad de en la Vivienda en 1968.
Más de dos tercios de las nuevas familias que se están constituyendo en este decenio son de minorías e inmigrantes. Las leyes federales que regulan las leyes sobre la igualdad en la vivienda aseguran que estas familias tengan el derecho a poseer, a usar y a transferir bienes raíces independientemente de la raza, el color, la religión, el sexo, el estado civil, la discapacidad y el origen nacional. Estas leyes velan por que cada comprador, vendedor y agente de bienes raíces sean tratados con imparcialidad.
Hemos hecho un progreso firme en erradicar de nuestras comunidades la discriminación en la vivienda, pero como ilustra vívidamente el nuevo informe, a esta batalla le falta mucho para concluir, y las minorías siguen sufriendo de discriminación.
Como parte de los esfuerzos que realiza el HUD por asegurar la igualdad de condiciones en la vivienda, aquí trabajamos para reducir la discriminación en las ventas y los préstamos, concentrándonos especialmente en los préstamos con intereses abusivos. También estamos atacando el problema de la discriminación por medio de la enseñanza, con un firme compromiso al asesoramiento en cuestiones de vivienda.
El asesoramiento en cuestiones de vivienda es especialmente importante para los hispanos, porque con frecuencia el inglés es su segundo idioma, y además, porque muchos vienen a este país como inmigrantes y no están familiarizados con sus derechos como propietarios y arrendatarios. Por medio de los programas de asesoramiento de HUD - que para el próximo año financiaremos con una asignación sin precedente de $45 millones - enseñamos a los compradores y arrendatarios potenciales a entender mejor el proceso de compra y alquiler, y que entiendan mejor sus derechos.
Estamos llevando a cabo una campaña nacional de anuncios valorada en un millón de dólares para informar al público sobre sus derechos en cuanto a la igualdad de condiciones en la vivienda, y lo que tienen que hacer si encuentran discriminación. Los anuncios han sido producidos en inglés y español, y en ellos se muestran las muchas situaciones en las que ocurre la discriminación cuando una persona anda en busca vivienda.
Otra parte de la labor de HUD para promover la vivienda equitativa entre la comunidad hispana, es la asignación de $2 millones del presupuesto del Gobierno para vivienda justa del año próximo, para apoyar las actividades de las agencias encargadas del cumplimiento de la ley y de divulgación en seis ciudades que están experimentando un crecimiento significativo o rápido entre sus poblaciones hispanas.
HUD también está reforzando sus actividades de cumplimiento de las leyes sobre trato equitativo en la vivienda. Esto significa hacer más investigaciones oportunas y eficientes de los casos en los que se cree que hubo discriminación.
Un ejemplo de la clase de discriminación que HUD está combatiendo ocurrió a principios de este mes en Arkansas, donde HUD enjuició a dos arrendadores de viviendas por haber violado la Ley de Igualdad de Oportunidades en la Vivienda, al negarse a alquilar una casa a una familia hispana. El caso se centró en una mujer hispana y su hija que esperaban alquilar una casa que vieron anunciada en el periódico local. No obstante, cuando los arrendadores supieron que la familia era hispana, le preguntaron a la mujer cuántas personas iban a vivir en la casa, y cuántos autos iban a tener en la propiedad. Al rechazar a la mujer y su hija, un arrendador dijo "Algunas veces si uno le alquila la casa a dos personas, se mudan 15 o 16 más a ella". Los arrendadores le alquilaron la casa a una pareja no hispana con un niño.
Hace treinta y seis años, el gobierno federal contrajo un nuevo compromiso de garantizar una América donde la igualdad y la oportunidad en la vivienda no fueran una simple meta, sino un derecho. Estoy segura que los cientos de pioneros que pelearon por una vivienda justa antes que nosotros, estarían satisfechos con el progreso que hemos logrado.
Pero también estoy segura que estarían de acuerdo con que nuestra labor todavía no ha terminado.
Nuestra labor no terminará hasta que no se abran todas las puertas que hoy permanecen cerradas, y hasta que la discriminación en todas sus formas desaparezca del proceso de vivienda. HUD está trabajando duro para hacer esa meta una realidad.
Carolyn Peoples es la Secretaria Asistente para Equidad de Vivienda e Igualdad de Oportunidades en el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano.
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