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Servicio noticioso desde Washington

3 de septiembre de 2004

Reconstruir para el futuro recordando a los caídos

(Se levanta "Torre de la Libertad" y monumento a las víctimas)

Washington -- Incluso mientras los escombros pulverizados del Centro Mundial del Comercio humeaban en los días y semanas que siguieron a los salvajes ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, los estadounidenses miraban la herida abierta en el horizonte de la ciudad de Nueva York y dirigían la vista al futuro.

Hasta esa mañana, el espacio de seis hectáreas donde habían estado las Torres Gemelas se contaba entre los terrenos más caros y productivos de la tierra. Después, la masa de acero retorcido y ruinas humeantes fue un cementerio: los restos mortales de más de tres cuartas partes de las 2.749 personas muertas allí no habían sido recobrados todavía, y probablemente no lo serán nunca.

Muy pronto llegó la respuesta: reconstruir, sí, pero el aniquilamiento sufrido ese día nunca debe ser olvidado. Deben reconocerse las necesidades del comercio; Nueva York es, por encima de todo, el corazón y el alma comercial de Estados Unidos. Pero los miles de vidas humanas segadas por los actos horribles de unos cuantos fanáticos habían consagrado el lugar. Sus almas merecían un monumento como testimonio de su valor, especialmente desde el momento en que sus cenizas ya se habían entremezclado con la tierra en el Punto Cero.

Hoy, tres años después de ese día devastador, se lleva a cabo la construcción del que será el edificio más alto del mundo. En el corazón del diseño está la Torre de la Libertad, que se propone llenar parte del cráter emocional y físico que quedó en el vecindario del sur de Manhattan. Cuando se la complete, en el 2008 o el 2009, la Torre de la Libertad se levantará a una altura de 1.776 pies (más de 530 metros). Aquella cifra -- y no por simple coincidencia -- recuerda el año en que las 13 pequeñas colonias que bordeaban la costa atlántica del continente norteamericano declararon que "son, y por derecho deben ser, estados libres e independientes".

Cómo llegaron hasta este día los estadounidenses es, en sí mismo, testimonio del proceso tanto de sufrimiento como de recuperación que atravesaron los sobrevivientes. En primer lugar, ingenieros, bomberos y trabajadores de la construcción tuvieron que despejar miles de toneladas de escombros. Lo hicieron con estoicismo, heroísmo y reverencia. Incluso mientras avanzaba el trabajo, se planteó la cuestión de lo que habría de llenar el espacio vacío.

Para responder a esta pregunta, el gobernador de Nueva York George Pataki y el entonces alcalde de la ciudad de Nueva York Rudy Giuliani crearon la Corporación para el Desarrollo del Sur de Manhattan (LMDC), entidad conjunta del estado y la ciudad para ayudar a planear y coordinar la reconstrucción y renovación del sur de Manhattan. A la LMDC se le encomendó hacer que el sur de Manhattan se recuperara de los ataques y surgiera mejor que antes.

Otros esfuerzos se combinaron también entre docenas de grupos cívicos, entre ellos la Alianza Cívica para Reconstruir la Zona Céntrica de Nueva York, e Imaginemos a Nueva York. Este último grupo llevó a cabo centenares de seminarios públicos y reunió más de 19.000 ideas, que finalmente quedaron encerradas en 49 "declaraciones de perspectivas" que se referían al futuro del lugar.

En el centro de los esfuerzos de la LMDC estaba la creación de un monumento permanente en el sitio del Centro Mundial del Comercio. En abril de 2003 la corporación abrió un concurso de diseños e invitó a una competencia mundial.

Se hizo un esfuerzo intencional para incluir puntos de vista del público, inclusive de las familias de las víctimas del 11/9. Más de 5.000 personas, que representaban seis continentes, 63 naciones y 49 estados norteamericanos, sometieron propuestas. Durante más de cuatro meses el jurado de 13 miembros examinó cada propuesta. El 19 de noviembre del 2003 la LMDC anunció los ocho finalistas en una exhibición pública en el Jardín de Invierno del Centro Financiero Mundial.

El 6 de enero del 2004 el jurado anunció el diseño del monumento que había ganado el concurso: "En Reflexión de la Ausencia", del arquitecto Michael Arad y el arquitecto paisajista Peter Walker. Presenta dos cuadriláteros abiertos con estanques hundidos que señalarán las "huellas" de las Torres Gemelas. Rodeado por un parque arbolado, el monumento, según dijeron los diseñadores, "resonará con los sentimientos de pérdida y ausencia" causados por los ataques. Desde los estanques bajarán rampas hasta el monumento mismo, y allí los espectadores podrán ver otro estanque, más grande, "que fluye en un abismo", enmarcado con los nombres de todas las víctimas.

También serán visibles en el lugar los cimientos del Centro Mundial del Comercio y parte del "muro de contención" levantado para mantener fuera de allí al río Hudson. A lo largo de un pasillo habrá un recinto, con una pequeña cámara atravesada, para permitirles a los visitantes encender un cirio o dejar un recuerdo. Habrá también, debajo del suelo, un centro interpretativo en el que los visitantes podrán ver artefactos de los edificios y algunos efectos personales de las víctimas. Los diseñadores tienen también en perspectiva en este centro áreas de exhibición, salas de lectura y una biblioteca de investigación

De modo apropiado, el diseño incluye también un salón muy privado para que los restos humanos no identificados se conserven en un gran vaso de piedra, debajo de una abertura al cielo en el techo. Los diseñadores contemplan que los parientes de las víctimas usen el salón como "un espacio personal para recordar".

Por encima del solemne monumento se alzará la Torre de la Libertad. Parientes de algunas de las víctimas asistieron el 4 de julio del 2004 a la ceremonia de iniciación de las obras, cuando se colocó una piedra angular de granito. La piedra angular, traída de las montañas Adirondack del estado de Nueva York, lleva la inscripción: "En honor y recuerdo de quienes perdieron la vida el 11 de septiembre de 2001, y como homenaje al perdurable espíritu de la libertad".

Daniel Libeskind, creador del plan de reconstrucción, les dijo a los reporteros que la Torre de la Libertad rinde homenaje a la capacidad de recuperación del espíritu humano. La Torre de la Libertad "inspirará en Nueva York, Estados Unidos y el mundo entero los ideales de libertad y democracia".

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, dijo que el día que comenzaron las obras fue una fecha histórica para Estados Unidos.

"Recordamos que las libertades, que son la roca basal de nuestra nación, nunca podrán ser sacudidas por la violencia o el odio. Al colocar esta magnífica piedra angular de esperanza, enviamos a la gente de todo el mundo el mensaje de que la libertad prevalecerá siempre", declaró Bloomberg.

John Foy, cuya suegra murió en el ataque, dijo: "Es un nuevo comienzo. Todos necesitamos salir de esto y ponernos por encima".

Agregó el gobernador Pataki que las 20 toneladas de granito de Adirondack que servirán de cimiento a la Torre de la Libertad representan "la roca basal de un nuevo símbolo de la fuerza y la confianza estadounidenses. Hoy, colocamos la piedra angular de un nuevo símbolo de esta ciudad y este país y de nuestra resolución frente al terrorismo".

La Torre de la Libertad será de silueta esbelta, ahusada desde la base hasta la cima y rematada por una aguja diseñada para evocar la vecina Estatua de la Libertad, el monumento que da la bienvenida a los que entran por mar en el puerto de Nueva York. El nuevo rascacielos sobrepasará al que actualmente se considera el edificio más alto del mundo, el Taipei 101 en Taiwán. El edificio de Taipei tiene 500 metros de altura.

La Torre de la Libertad ha sido diseñada para ser no sólo el edificio más alto del mundo, sino también el más seguro. La torre contendrá los sistemas de seguridad más modernos, tales como filtros de aire biológicos y químicos, ascensores y escaleras revestidos de concreto -- y de ancho extraordinario -- y salidas de extra seguridad.

Sólo los primeros 72 pisos del edificio estará ocupados por espacios alquilados y oficinas. Por encima de esos pisos estarán las turbinas eólicas, las antenas de radio y televisión y la aguja. Al elevarse en el cielo, visible desde muchos kilómetros de distancia, la aguja simbolizará la libertad, el recuerdo, el honor y la renovación del espíritu humano.

(El Servicio Noticioso desde Washington es un producto de la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web: http://usinfo.state.gov/espanol/)



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