Índice Información general Clasificación celular Información sobre las etapas
Aspectos generales de las opciones de tratamiento Carcinoma de células basales de la piel Carcinoma escamocelular de la piel Queratosis actínica Modificaciones a este sumario (06/13/2003) Información adicional
Información general
Nota: El PDQ también pone a su disposición sumarios adicionales, que contienen información por separado sobre los Exámenes de detección del cáncer de la piel 1 y la Prevención del cáncer de la piel 2.
(Nota: Estos sumarios solo están disponibles en inglés.)
El carcinoma de células basales es la forma más común de cáncer de la piel. El
segundo tipo más común de neoplasia maligna de la piel es el carcinoma escamocelular.
Aunque estos dos tipos de cáncer de la piel son las neoplasias malignas más comunes, representan menos del 0.1% de las muertes de pacientes debidas a
cáncer. Estos dos tipos de cáncer de la piel tienen mayor probabilidad de
ocurrir en individuos que tienen la tez clara que han estado expuestos en forma
considerable a la luz solar, y ambos tipos de cánceres de la piel son más
comunes en latitudes sureñas del hemisferio Norte.[1] La tasa general de
curación para ambos tipos de cáncer de la piel está directamente relacionada
con la etapa de la enfermedad y el tipo de tratamiento empleado.[2] Sin
embargo, ya que ni el carcinoma de células basales ni el carcinoma
escamocelular son enfermedades que se deben notificar, se desconocen
con precisión las tasas de curación a 5 años. Aunque el carcinoma de células
basales y el carcinoma escamocelular son los tipos más frecuentes de tumores de
la piel, la piel también puede ser el sitio de una gran variedad de neoplasias
malignas. Estos otros tipos de enfermedad maligna son el melanoma maligno, los
linfomas cutáneos de células T (micosis fungoides), el sarcoma de Kaposi,
la enfermedad extramamaria de Paget, el carcinoma apocrino de la piel y las neoplasias malignas metastásicas de diversos sitios primarios. (Para mayor información, consultar los sumarios del PDQ sobre el tratamiento del Melanoma 3; la Micosis fungoide y el síndrome de Sezary 4; y el Sarcoma de Kaposi 5). Ya se han publicado las pautas para el cuidado del
carcinoma escamocelular cutáneo.[3]
Bibliografía
- Wagner RF, Casciato DA: Skin cancers. In: Casciato DA, Lowitz BB, eds.: Manual of Clinical Oncology. 4th ed. Philadelphia, Pa: Lippincott, Williams, and Wilkins, 2000, pp 336-373.
- Rowe DE, Carroll RJ, Day CL Jr: Long-term recurrence rates in previously untreated (primary) basal cell carcinoma: implications for patient follow-up. J Dermatol Surg Oncol 15 (3): 315-28, 1989.
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[PUBMED Abstract]
Clasificación celular
Tanto el carcinoma de células basales como el carcinoma escamocelular son de
origen epitelial.
Generalmente, se diagnostican en base a su histopatología de rutina.[1] Los
carcinomas escamocelulares se clasifican de 1 a 4 en base a la proporción de
células de diferenciación que están presentes, el grado atípico de las células
tumorales y la profundidad de penetración del tumor.[2] Los carcinomas
apocrinos, los cuales son inusuales, están asociados con un curso indolente y
comúnmente surgen en la axila.[3]
Bibliografía
- Lever WF, Schaumburg-Lever G: Histopathology of the Skin. New York: JB Lippincott, 6th ed., 1983.
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[PUBMED Abstract]
Información sobre las etapas
El carcinoma de células basales rara vez hace metástasis, por lo tanto
generalmente no es necesario efectuar un examen de evaluación de metástasis.[1]
Se deberán examinar en forma rutinaria los ganglios linfáticos regionales
examinados en todos los casos de carcinomas escamocelulares, especialmente en
tumores de alto riesgo que aparecen en los labios, los oídos, regiones perianales y
perigenitales, o en áreas de alto riesgo de la mano.[2] Además, los ganglios
linfáticos regionales deberán examinarse en casos de carcinomas escamocelulares
que surgen en sitios de ulceración crónica o inflamación, cicatrices de
quemaduras o sitios de tratamiento radioterapéutico previo.
El Comité Estadounidense Conjunto sobre el Cáncer (AJCC, por sus siglas en inglés) ha designado las etapas mediante clasificación TNM.[3] La clasificación TNM
(tumor primario, complicación ganglionar y metástasis) se emplea para clasificar
tanto el carcinoma de células basales como el carcinoma escamocelular.
Definiciones TNM
Tumor primario (T) -
TX: Tumor primario no puede evaluarse
- T0: No hay pruebas de tumor primario
- Tis: Carcinoma in situ
-
T1: Tumor de 2 cm o menos en su mayor dimensión
- T2: Tumor de más de 2 cm pero no más de 5 cm en su mayor dimensión
- T3: Tumor de más de 5 cm en su mayor dimensión
- T4: Tumor invade estructuras profundas extradermales (i.e., cartílago,
esqueleto, músculo, o hueso)
[Nota: En caso de tumores múltiples simultáneos, el tumor con la categoría T más alta será el clasificado y el número de tumores separados se indicará en paréntesis, e.j.,T2 (5).]
Ganglios linfáticos regionales (N) - NX: No se pueden evaluar los ganglios linfáticos regionales
- N0: No hay metástasis a los ganglios linfáticos regionales
-
N1: Hay metástasis a los ganglios linfáticos regionales
Metástasis a distancia (M) - MX: No se puede evaluar la metástasis a distancia
- M0: No hay metástasis a distancia
- M1: Hay metástasis a distancia
Agrupación por etapas del AJCC
Etapa 0
Etapa I
Etapa II
Etapa III - T4, N0, M0
- Cualquier T, N1, M0
Etapa IV - Cualquier T, cualquier N, M1
Carcinoma de células basales El carcinoma de células basales es por lo menos tres veces más común que el
carcinoma escamocelular en pacientes que no están inmunocomprometidos.
Generalmente ocurre en áreas de la piel expuestas al sol, y la nariz es el
sitio más frecuente. Aunque hay muchas presentaciones clínicas diferentes para
el carcinoma de células basales, el tipo más característico es la lesión
ganglionar asintomática o ulcerosa ganglionar o ganglionar que se encuentra
elevada de la piel circundante con una apariencia nacarada y contiene vasos
telangiectásicos. Se reconoce que el carcinoma de células basales tiene una
tendencia a ser localmente destructivo. Las áreas de alto riesgo para recidiva
de
tumores son la región central de la cara (región periorbitaria, párpados,
pliegue nasolabial, ángulo de la nariz y mejilla), región postauricular,
pabellón de la oreja, canal del oído, frente y cuero cabelludo.[4] Un subtipo
específico de carcinoma de células basales es el tipo de forma morfea.
Aparece típicamente como una placa firme, como cicatriz, y debido a los
márgenes clínicos indistinguibles del tumor, es difícil tratarlo adecuadamente
con tratamientos tradicionales.[1]
Carcinoma escamocelular Los tumores escamocelulares también tienden a ocurrir en porciones de la piel
expuestas al sol como los oídos, el labio inferior y la parte dorsal de la mano.
Sin embargo, los carcinomas escamocelulares que surgen en áreas de la piel que
no están expuestas al sol o se originan de nuevo en áreas de la piel expuestas
al sol tienen pronósticos peores ya que tienen una mayor tendencia a hacer
metástasis. El daño crónico producido por el sol, sitios de quemaduras
anteriores, exposición a arsénico, inflamación cutánea crónica como las que se
ven en úlceras permanentes de la piel y sitios que han recibido anteriormente
terapia de rayos X están predispuestos al desarrollo de carcinomas
escamocelulares.[1]
Queratosis actínica Las queratosis actínicas son precursoras potenciales de carcinomas
escamocelulares. Estas placas típicamente escamosas y rojos surgen
generalmente en áreas de la piel que han estado crónicamente expuestas al sol y
es posible que se encuentren en la cara y en las áreas dorsales de la mano.
Aunque la vasta mayoría de queratosis actínicas no se convierten en carcinomas
escamocelulares, se piensa que hasta un 5% de las queratosis actínicas
evolucionará para convertirse en este carcinoma localmente invasor. Debido a
este potencial premaligno, se recomienda la destrucción de las queratosis
actínicas.[1]
Bibliografía
- Wagner RF, Casciato DA: Skin cancers. In: Casciato DA, Lowitz BB, eds.: Manual of Clinical Oncology. 4th ed. Philadelphia, Pa: Lippincott, Williams, and Wilkins, 2000, pp 336-373.
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- Dubin N, Kopf AW: Multivariate risk score for recurrence of cutaneous basal cell carcinomas. Arch Dermatol 119 (5): 373-7, 1983.
[PUBMED Abstract]
Aspectos generales de las opciones de tratamiento
Cuando el PDQ designa a un tratamiento como "estándar" o "en evaluación clínica", esto no debe tomarse como base para determinar si se otorgan reembolsos. Carcinoma de células basales de la piel
Los métodos tradicionales de tratamiento incluyen el uso de criocirugía,
radioterapia, electrodesecación y curetaje, y escisión simple. Cada uno de
estos métodos es útil en situaciones clínicas específicas.[1] Dependiendo de
la selección de los casos, estos métodos tienen tasas de curación que oscilan entre
85% y 95%. La cirugía micrográfica de Mohs, una técnica más nueva de cirugía,
tiene las tasas más altas de curación a 5 años para el tratamiento quirúrgico
tanto de tumores primarios (96%) como recidivantes (90%). Este método emplea el
control microscópico para evaluar el grado de invasión del tumor.
Opciones de tratamiento estándar:
- Cirugía micrográfica de Mohs.[2] Aunque este método es complicado y requiere entrenamiento especial, tiene la tasa
de curación más alta de todos los tratamientos quirúrgicos porque el tumor se
delínea microscópicamente hasta que se remueve por completo. Mientras otros
métodos de tratamiento para carcinoma de células basales recurrente tienen tasas
de fracaso de cerca del 50%, se ha informado de tasas de curación del 96% cuando
se tratan con la cirugía micrográfica de Mohs. Además, se indica para el
tratamiento de carcinomas primarios de células basales cuando ocurren en sitios
que se sabe que tienen una tasa alta de fracaso en el tratamiento inicial con
métodos tradicionales (área periorbitaria, pliegue nasolabial, ángulo de
nariz-mejilla, surco posterior de la mejilla, pabellón, canal del oído, frente,
cuero cabelludo, o tumores que surgen en una cicatriz). La cirugía micrográfica
de Mohs también se indica en el caso de tumores con bordes clínicos mal
definidos, tumores con diámetros mayores de 2 cm, tumores con características
histopatológicas que muestran patrones de forma morfea o escleróticos y tumores
que surgen en regiones donde se desea la preservación máxima de tejidos no
afectados, tales como el párpado, la nariz, los dedos y los genitales.
- Escisión simple con seccionado congelado o permanente para evaluar márgenes.
Este tratamiento quirúrgico tradicional generalmente depende de los márgenes
quirúrgicos que varían de 3 a 10 mm, dependiendo del diámetro del tumor.[3] La
recidiva tumoral no es poco común ya que sólo una fracción pequeña del margen
total del tumor se examina patológicamente. La tasa de recidiva para tumores
primarios mayores de 1.5 cm en diámetro es al menos 12% dentro de 5 años; si el
tumor primario mide más de 3 cm, la tasa de recidiva de 5 años es de 23.1%.
Tumores primarios de los oídos, ojos, cuero cabelludo y nariz tienen tasas de
recidiva que varían entre 12.9% a 25%.
- Electrodesecación y curetaje. Este método es el más ampliamente empleado para la extracción de carcinomas
primarios de células basales. Aunque es un método rápido de destrucción tumoral,
la idoneidad del tratamiento no puede evaluarse de inmediato ya que el cirujano
visualmente no puede detectar la profundidad de la invasión microscópica del
tumor.
Los tumores con diámetros que oscilan entre 2 y 5 mm tienen una tasa de recidiva
de 15% después del tratamiento con electrodesecación y curetaje. Cuando los
tumores más grandes de 3 cm se tratan con electrodesecación y curetaje, se deberá
esperar una tasa de recidiva del 50% dentro de 5 años.
- Criocirugía.
La criocirugía puede considerarse para tumores primarios pequeños, clínicamente
bien definidos. Es especialmente útil para pacientes debilitados con condiciones
médicas que excluyen otros tipos de cirugía. Sin embargo, las contraindicaciones
absolutas para criocirugía incluyen a pacientes que tienen una tolerancia anormal
al frío, crioglobulinemia, criofibrinogenemia, enfermedad de Raynaud (sólo para
el tratamiento de lesiones de manos y pies), y trastornos de deficiencia de
plaquetas. La morfea o el carcinoma esclerosante de células basales no deberán
ser tratados con criocirugía. Contraindicaciones relativas de criocirugía son
los tumores del cuero cabelludo, aleta de la nariz, pliegue nasolabial, trago,
surco postauricular, margen libre del párpado, borde bermellón del labio superior
y sección inferior de las piernas. También se deberá tener cuidado antes de tratar una neoplasia
ganglionar ulcerosa mayor de 3 cm, carcinomas fijados al hueso o cartílago
subyacente, tumores situados en los márgenes laterales de los dedos y en la fosa
ulnar del codo, o
carcinomas recidivantes después de la escisión quirúrgica. Hay morbilidad
significativa asociada con el uso de criocirugía. El edema es común después del
tratamiento, especialmente alrededor de la región periorbitaria, la sien y la
frente. Los tumores tratados generalmente exudan material necrótico, después de
lo cual se forma una escara y persiste durante cerca de 4 semanas. Es inevitable
la pérdida permanente de pigmento en el sitio de tratamiento. Se ha informado sobre
atrofia y de cicatrización hipertrófica, así como de casos de neuropatía motora y
sensorial.
- Radioterapia. La radiación es una elección lógica de tratamiento, particularmente para lesiones
primarias que requieran cirugía más difícil o extensiva (p. ej., párpados, nariz,
orejas). Elimina la necesidad de injerto de piel cuando la cirugía daría como
resultado un defecto extenso. Los resultados cosméticos son generalmente buenos
o excelentes con una cantidad pequeña de pigmento o telangiectasia en el portal
del tratamiento. La radioterapia puede también ser usada para lesiones que
recurran después de un enfoque quirúrgico primario.[4] La radioterapia está
contraindicada para pacientes con xeroderma pigmentoso, epidermodisplasia
verruciforme o con síndrome del nevo basocelular ya que puede inducir el
surgimiento de más tumores en el área de tratamiento.
- Rayo láser de dióxido de carbono.
Este método se aplica con mayor frecuencia al tipo superficial de carcinoma de
células basales. Puede considerarse cuando hay un sangrado de diátesis, ya que
no es común el sangrado cuando se emplea este tipo de rayo láser.
- Fluorouracilo tópico (5-FU).
Este método puede ser útil en el tratamiento de determinados pacientes seleccionados con carcinomas de células basales
superficiales . Se requiere hacer un seguimiento cuidadoso y
prolongado, ya que porciones foliculares profundas del tumor pueden escapar al
tratamiento y resultar en recidivas tumorales futuras.[5]
- Retinoides sistémicos. A pesar de que varias pruebas clínicas han demostrado
alguna eficacia de los retinoides sistémicos actualmente disponibles tanto en
quimioterapia como en quimioprevención, la toxicidad a largo plazo de estos
agentes generalmente los excluye como alternativas de tratamiento para la mayoría
de los pacientes.[6] Hay estudios que están explorando su valor como agentes
preventivos de cáncer en pacientes en alto riesgo de desarrollar tumores
múltiples.
- Interferón alfa. Varios estudios anteriores han revelado respuestas variables del carcinoma de
células basales al interferón alfa intralesional.[7,8] Se esperan informes
adicionales para que este tratamiento pueda ser recomendado en la práctica
clínica de rutina.
- Terapia fotodinámica.[9] La terapia fotodinámica con fotosensibilizadores puede ser un tratamiento
efectivo para los tumores epiteliales superficiales de la piel.[10]
Seguimiento:
- Después del tratamiento para carcinoma de células basales, el paciente deberá ser
examinado clínicamente cada 6 meses durante 5 años.[11] Posteriormente, el
paciente deberá ser examinado para determinar la presencia de tumor recurrente o tumores primarios nuevos en
intervalos anuales. Se ha encontrado prospectivamente que 36% de los pacientes
que desarrollan un carcinoma de células basales desarrollarán un segundo
carcinoma primario de células basales dentro de los siguientes 5 años. Un
diagnóstico y tratamiento temprano de los carcinomas de células basales
recidivantes u otro carcinoma primario de células basales es deseable ya que el
tratamiento de la enfermedad en sus primeras etapas resulta en menos morbilidad
para el paciente.
Bibliografía
- Preston DS, Stern RS: Nonmelanoma cancers of the skin. N Engl J Med 327 (23): 1649-62, 1992.
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- Thomas RM, Amonette RA: Mohs micrographic surgery. Am Fam Physician 37 (3): 135-42, 1988.
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- Greenway HT, Cornell RC, Tanner DJ, et al.: Treatment of basal cell carcinoma with intralesional interferon. J Am Acad Dermatol 15 (3): 437-43, 1986.
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- Padovan I, Brodarec I, Ikić D, et al.: Effect of interferon in therapy of skin and head and neck tumors. J Cancer Res Clin Oncol 100 (3): 295-310, 1981.
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[PUBMED Abstract]
- Rowe DE, Carroll RJ, Day CL Jr: Long-term recurrence rates in previously untreated (primary) basal cell carcinoma: implications for patient follow-up. J Dermatol Surg Oncol 15 (3): 315-28, 1989.
[PUBMED Abstract]
Carcinoma escamocelular de la piel
El carcinoma escamocelular localizado a la piel es una enfermedad sumamente
curable.[1] Los métodos tradicionales de tratamiento incluyen el uso de
criocirugía, radioterapia, electrodesecación y curetaje, y escisión simple.
Cada uno de estos métodos puede ser útil en situaciones clínicas específicas.
De todos los métodos de tratamiento disponibles, la cirugía micrográfica de
Mohs tiene la tasa de curación más alta a 5 años tanto para tumores primarios
como para tumores recidivantes. Este método emplea control microscópico para
evaluar el grado de invasión del tumor. Se indica efectuar una linfadenectomía
cuando los ganglios linfáticos regionales están afectados.
Opciones de tratamiento estándar:
- Cirugía micrográfica de Mohs.[2] Aunque este método es complicado y requiere entrenamiento especial, tiene la tasa
más alta de curación de todos los tratamientos quirúrgicos porque el tumor se
delínea microscópicamente hasta que se remueve por completo. Está indicada para
el tratamiento de carcinomas escamocelulares primarios cuando ocurren en sitios
que se sabe que tienen una tasa alta de fracaso siguiendo métodos tradicionales,
para tumores primarios con bordes clínicos mal definidos, para tumores primarios
con diámetros mayores de 2 cm, o para tumores primarios que surgen en las
regiones donde se desea preservar la mayor cantidad posible de tejido no
afectado, tal como la cara, cabeza, y genitales. Deberá emplearse para
carcinomas de células escamosas que presentan invasión perineural ya que el
tránsito tumoral a lo largo de los nervios puede extenderse muchos centímetros
lejos del sitio del tumor primario o recidivante.[3] Los carcinomas de células
escamosas recidivantes pueden ser tratados también con esta técnica.
- Escisión simple con seccionado congelado o permanente para evaluación de
márgenes. Este tratamiento quirúrgico tradicional generalmente depende de
márgenes quirúrgicos que varían de 3 a 10 mm, dependiendo del diámetro del tumor
original.[4] La recidiva del tumor no es rara porque sólo una fracción pequeña
del margen total del tumor se examina patológicamente.
- Electrodesecación y curetaje. Este es un método rápido para la destrucción tumoral, pero no se puede evaluar de
inmediato la idoneidad del tratamiento ya que el cirujano no puede detectar
visualmente la profundidad de la invasión microscópica del tumor. Deberá
reservarse para tumores primarios muy pequeños ya que esta
enfermedad tiene potencial metastásico.
- Criocirugía. La criocirugía se emplea para tumores in situ clínicamente bien definidos. Es
especialmente útil para pacientes debilitados con condiciones médicas que
excluyen otros tipos de cirugía. Sin embargo, las contraindicaciones absolutas
para criocirugía comprenden a pacientes que tienen una tolerancia anormal al
frío, crioglobulinemia, criofibrinogenemia, enfermedad de Raynaud y trastornos de
deficiencia de plaquetas. Las contraindicaciones relativas para criocirugía son
los tumores en el cuero cabelludo, la aleta de la nariz, pliegue nasolabial,
trago, surco postauricular margen libre del párpado, borde bermellón del labio
superior y piernas. También se deberá tener cuidado antes de tratar neoplasia
ganglionar ulcerosa mayor de 3 cm, carcinomas fijados al hueso o cartílago,
tumores situados en los márgenes laterales de los dedos y en la fosa ulnar del
codo, o para carcinomas recurrentes después de la escisión quirúrgica. Hay
considerable morbilidad asociada con el uso de la criocirugía. El edema es común
después del tratamiento, especialmente alrededor de la región periorbitaria, sien
y frente. Los tumores tratados generalmente exudan material necrótico, después
de lo cual se forma una escara y persiste durante cerca de 4 semanas. Es
inevitable la pérdida permanente de pigmento en el sitio de tratamiento. Se ha
informado de atrofia y de cicatrización hipertrófica, así como casos de
neuropatía motora y sensorial.
- Radioterapia.
La radiación es una elección lógica de tratamiento, particularmente para lesiones
primarias que requieran cirugía más difícil o extensiva (p. ej., párpados, nariz,
orejas). Elimina la necesidad de injerto de piel cuando la cirugía daría como
resultado un defecto extenso. Los resultados cosméticos son generalmente buenos
o excelentes con una cantidad pequeña de pigmento o telangiectasia en el portal
del tratamiento. La radioterapia puede también ser usada para lesiones que
recurran después de un enfoque quirúrgico primario.[5] La radioterapia está
contraindicada para pacientes con xeroderma pigmentoso, epidermodisplasia
verruciforme o con síndrome del nevo basocelular ya que puede inducir el
surgimiento de más tumores en el área de tratamiento.
- Fluorouracilo tópico (5-FU).
Este método puede ser útil en el manejo de carcinomas seleccionados de células
escamosas in situ (enfermedad de Bowen). Se requiere efectuar un seguimiento
cuidadoso y prolongado ya que las porciones foliculares profundas del tumor
pueden escapar al tratamiento y resultar en recidiva futura de tumor.[6]
- Rayo láser de dióxido de carbono.
Este método puede ser útil en el manejo de carcinomas seleccionados de células
escamosas in situ. Puede considerarse cuando una diátesis de sangrado está
presente, ya que el sangrado es raro cuando se usa este láser.
- Interferón alfa. Actualmente se llevan a cabo algunas pruebas clínicas para tratar los carcinomas
escamocelulares con interferón alfa intralesional.[7] Los resultados deberán
estar disponibles en varios años. Un informe muestra que la combinación de
interferón alfa y retinoides es un tratamiento efectivo para el carcinoma de
células escamosas.[8]
Seguimiento:
- Ya que los carcinomas de células escamosas tienen un potencial metastásico
definitivo, estos pacientes deberán ser examinados cada 3 meses durante los
primeros años y luego seguidos indefinidamente a intervalos de 6 meses.
Bibliografía
- Preston DS, Stern RS: Nonmelanoma cancers of the skin. N Engl J Med 327 (23): 1649-62, 1992.
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- Cottel WI: Perineural invasion by squamous-cell carcinoma. J Dermatol Surg Oncol 8 (7): 589-600, 1982.
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[PUBMED Abstract]
Queratosis actínica
La queratosis actínica generalmente aparece en regiones de la piel que han
tenido un exposición crónica al sol como la cara y la parte dorsal de las
manos. La queilitis actínica es una condición relacionada que aparece
generalmente en los labios inferiores.[1] Representan transformación epitelial
temprana que con el tiempo puede convertirse en carcinoma invasor de células
escamosas. La queratosis actínica es una condición premaligna, que deberá ser
tratada con uno de los métodos disponibles.[2]
Opciones de tratamiento estándar:
- Agentes tópicos:
- Acido tricloroacético.
- Fenol.
- Fluorouracilo (5-FU): Trata la enfermedad clínicamente obvia así como
también las regiones de complicación subclínica. Se asocia generalmente con un
resultado cosmético superior.
- Acido retinoico: Está siendo evaluado para el tratamiento y
prevención de la queratosis actínica.
- Criocirugía.
- Electrodesecación y curetaje.
- Dermabrasión.
- Escisión de afeite.
- Rayo láser de dióxido de carbono.
Bibliografía
- Picascia DD, Robinson JK: Actinic cheilitis: a review of the etiology, differential diagnosis, and treatment. J Am Acad Dermatol 17 (2 Pt 1): 255-64, 1987.
[PUBMED Abstract]
- Preston DS, Stern RS: Nonmelanoma cancers of the skin. N Engl J Med 327 (23): 1649-62, 1992.
[PUBMED Abstract]
Modificaciones a este sumario (06/13/2003)
Los sumarios del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan en la medida en que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes hechos a este sumario a partir de la fecha arriba indicada.
Se introdujeron cambios editoriales y de formato a este sumario. Información adicional
Qué es el PDQ Sumarios adicionales del PDQ Importante: La presente información está dirigida principalmente al personal médico y a otros profesionales de la salud. Si usted tiene alguna pregunta relacionada con el presente tema, puede preguntar a su médico o comunicarse directamente con el Servicio de Información sobre el Cáncer al 1-800-4-CANCER (1-800-422-6237).
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