Retinoblastoma intraocular
Enfermedad unilateral
Opciones de tratamiento
Enfermedad bilateral
Opciones de tratamiento
El tratamiento para el retinoblastoma deberá planificarse después que se
conozca el grado tumoral dentro y fuera del ojo. Las opciones de tratamiento
consideran tanto la curación como la preservación de la vista.[1,2]
Las opciones de tratamiento para el ojo afectado son:
- Enucleación, si el tumor es masivo o si hay poca expectativa de mantener
visión útil.
- Radiación con haz externo con dosis que varían de 3,500 cGy a 4,600 cGy. Debido
a la necesidad de sedar a niños pequeños y los detalles intrincados de la
planificación de campos, es importante la pericia especial en radioterapia
pediátrica.
Métodos más nuevos de administración de radiación externa, están siendo utilizados en muchos centros en un intento de reducir efectos adversos a largo plazo. Entre estos tenemos Radioterapia de intensidad modulada (IMRT, por sus siglas in inglés) radioterapia esterostática y radioterapia de haz de protón. El Grupo oncológico pediátrico (COG) está llevando a cabo un protocolo en el que utiliza dosis reducidas de (2,600 cGy) IMRT en combinación con quimiorreducción.
- La crioterapia, que se usa además de radiación o en lugar de
fotocoagulación en el caso de lesiones menores de 4 diámetros discales en la
porción anterior de la retina.
- Ocasionalmente, se emplea sola la coagulación por luz (fotocoagulación) en
tumores pequeños. En los pacientes con etapa temprana de la enfermedad,
generalmente se emplea la coagulación por luz además de radioterapia o donde
hay recidiva limitada después de radioterapia. La fotocoagulación se emplea en
tumores ubicados posteriormente que tienen menos de 4 diámetros discales,
distintos de la cabeza del nervio óptico y la mácula, y sin afectar los vasos
nutricios grandes o de la coroides. La termoterapia llevada a cabo mediante
radiación infraroja constituye una alternativa a la fotocoagulación láser.[3]
- Braquiterapia con placas radiactivas para las presentaciones focales
unilaterales o para enfermedad recurrente después de radiación previa con
haz externo.[4]
- Durante los últimos 10 años, el uso de quimioterapia sistémica para
reducir el volumen del tumor (quimioreducción) y para eludir los efectos a
largo plazo ocasionados por la radioterapia en pacientes con tumores
intraoculares ha logrado hacer que muchos ojos sean tratables mediante crioterapia, o fotocoagulación
sola.[1,2,5] La quimioterapia puede continuarse también, o iniciarse, con intervenciones concurrentes de control local.[6] Algunos factores tales como ubicación del tumor (mácula), edad del
paciente, (paciente mayor de dos años) y tamaño del tumor se correlacionan con la respuesta a la quimioterapia.[6,7] La mayoría de los tumores tratados con vincristina y carboplatino requieren
de terapia local adicional;[1,2,5,8] la adición de etopósido al régimen
quimioterapéutico podría mejorar los resultados,[7,9] pero podría aumentar el
riesgo de desarrollar leucemia aguda.
Enfermedad unilateral
Opciones de tratamiento
Debido a que la mayoría de las enfermedades unilaterales son generalmente
masivas y a menudo no hay ninguna expectativa de preservar visión útil,
usualmente se inicia cirugía (enucleación) y no se administra radioterapia a
la base del tumor. No obstante, hasta esto está poniéndose a prueba, ya que se han tratado pacientes con enfermedad unilateral a base de quimioterapia con el propósito de preservar la visión en el ojo afectado.[2,10,11]
En los casos donde existe la posibilidad de preservar la visión
debido a que los tumores son más pequeños, deberá considerarse tratamiento con
otras modalidades (radioterapia, fotocoagulación, crioterapia, termoterapia
quimioreducción y braquiterapia) en vez de cirugía.
La quimoreducción en determinados niños con enfermedad unilateral, redujo la necesidad de enucleación o radiación de haz externo a un 68% dentro de los 5 años de tratamiento. El grupo de Reese-Ellsworth (RE) correlacionó con una quimioreducción exitosa: 11% de los niños clasificaron bajo los que tenían enfermedad del grupo RE II o III, 60% de los niños que tenían enfermedad del grupo RE IV, y 100% de los niños que tenían enfermedad del grupo RE necesitaron enucleación o radiación de haz externo dentro de los 5 años de tratamiento.[12] Debido a que una proporción de niños que presentan retinoblastoma unilateral con el
tiempo desarrollarán la misma enfermedad en el ojo opuesto, es muy importante
que los niños con retinoblastoma unilateral sean examinados periódicamente del
ojo no afectado. La enfermedad bilateral asincrónica ocurre más
frecuentemente en familias en que los padres están afectados.
Es necesario que un patólogo experimentado realice el reconocimiento concienzudo del espécimen enucleado para determinar si presenta características de alto riesgo de enfermedad metastásica. Estas comprenden siembras en la cámara anterior, complicación coroidea, tumor más allá de la lámina cribrosa, hemorragia intraocular, o extensión esclerosa o extraesclerosa.[13] La terapia sistémica adyuvante a base de vincristina, doxorrubicina y ciclofosfamida o de vincristina, carboplatino y etopósido ha sido utilizada en pacientes con ciertas características de alto riesgo evaluadas mediante revisión patológica después de la enucleación para evitar el desarrollo de la enfermedad metastásica.[14,15] Es necesario realizar ensayos clínicos para determinar con precisión cuáles son las características que verdaderamente indican alto riesgo.
Enfermedad bilateral
El manejo de enfermedad bilateral depende del grado de la enfermedad en cada
ojo.
Opciones de tratamiento
Generalmente la enfermedad se encuentra más avanzada en un ojo, con menos
afección del otro ojo. En el pasado el tratamiento estándar era la
extirpación del globo ocular con mayor daño. Sin embargo, si existe la
posibilidad de preservar la visión en ambos ojos, se indica efectuar
irradiación bilateral o quimiorreducción prestando una particular atención a la respuesta, y al tratamiento focal (o sea, crioterapia o terapia de rayos láser), según se indica.
Varios de los centros más grandes tanto en Europa como en Norteamérica, han publicado los resultados de ensayos sobre la utilización de quimioterapia sistémica en pacientes
cuyos tumores intraoculares no son factibles de un manejo local.[2,5,9-11,16-18]
Ejemplos de tales tumores son aquellos demasiados grandes para ser tratados
con crioterapia, fotocoagulación con rayos láser, o radioterapia con placa
(braquiterapia). Otro ejemplo es el caso del recién nacido con un tumor sobre
la cabeza del nervio óptico. Todas estas situaciones comparten la
posibilidad de que la terapia local limite la visión de tal manera, que
ofrezca muy poca ventaja sobre la extirpación del globo ocular. La mayoría de
los centros han limitado este enfoque a los pacientes con enfermedad
bilateral, al razonar que los pacientes con enfermedad unilateral, la
morbilidad por extracción del globo ocular es de carácter modesto. Cuando la enfermedad es masiva y no hay expectativa de poder preservar una visión útil, se suele realizar cirugía y no se aplica radioterapia.
En todos los casos, la meta de la quimioterapia es la
reducción (de aquí el término "quimiorreducción") del volumen tumoral, haciendo
posible el uso de terapia local (crioterapia, fotocoagulación, termoterapia y
radioterapia de placa, terapia local hipertérmica con díodo laser). [2,13] Todos los centros que hasta la
fecha nos informan, han mostrado que la meta a corto plazo es alcanzable,
especialmente en aquellos tumores que son Reese-Ellsworth del grupo IV o más baja, en el que se informa de respuestas en el 75% de los ojos. Los tumores
del grupo V, particularmente aquellos con semilla vítrea, han demostrado ser
problemáticos.[10,11] Las siembras subretinales tienen una tasa de recurrencia de 5% después de la quimioterapia.[19]
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