LA FUNCION DE LOS MEDIOS EN EL ASPECTO CAMBIANTE DE LOS TRIBUNALES
DE ESTADOS UNIDOS

Por Gary A. Hengstler thin blue line

Photo of Gary A. Hengstler

Como observó el distinguido juez del tribunal federal de apelaciones Learned Hand, "la mano que rige la prensa, la radio, la pantalla y la revista de gran difusión, rige al país". Más aún, el juez Hand llegó también a la conclusión de que el poder de los medios de información es un hecho inalterable: "Nos guste o no, debemos aprender a aceptarlo".

Lo que es notable es que el juez Hand llegó a esta conclusión en 1942, antes del advenimiento de la televisión. Hoy el mundo es un lugar diferente, debido en parte al adelanto de las comunicaciones masivas. Vemos las crisis humanas a medida que se desarrollan. Podemos juzgar por nosotros mismos la sinceridad de los gobernantes interrogados por periodistas ante las cámaras.

El resultado neto es que los gobiernos han sido forzados a ser más abiertos y responsables. Ahora los gobiernos deben tener en cuenta a la opinión pública de maneras en que nunca tuvieron que hacerlo antes. Se han terminado los días en que gobernantes poderosos podían actuar en gran parte en secreto, indiferentes a las opiniones de sus ciudadanos.

A medida que la gente en todas partes se ha acostumbrado a estar mejor informada de los acontecimientos en su nación y en el resto del mundo, esto ha investido a los mensajeros de cierto reconocimiento y, consecuentemente, de gran influencia. Para bien o para mal, los medios de información tienen un poder considerable para influir favorable o desfavorablemente en la gente con respecto a los que están en el gobierno.

No es sorprendente que los tribunales, el sistema judicial y la profesión legal no hayan escapado al escrutinio más penetrante de los medios de información. Hoy en día, los medios capitalizan con el apetito constante de los estadounidenses por la ley y de manera regular acuden a ella para brindar información y para cautivar. Cada vez se dedica más y más tiempo en los noticieros nocturnos y espacio en los diarios a los procedimientos judiciales, especialmente de casos penales. Los relatos que contienen temas legales son también la materia prima de las casas editoriales, los cineastas y los productores de series de televisión en Estados Unidos. En realidad, mucho del material ficcionalizado consiste simplemente en informes periodísticos en un nuevo envoltorio.

El interés en la aplicación de la ley a la vida en Estados Unidos se arraiga en los orígenes de la nación. Los fundadores de la patria tenían una cosa en común -- una desconfianza profunda en el potencial de abuso de poder por los gobernantes. Por lo tanto, la Constitución se redactó para asegurar que Estados Unidos sería gobernado por el imperio de la ley y no por un sistema fundado en la condición social de algún individuo.

Estos conceptos de aplicación igual de la ley, imparcialidad fundamental y debido proceso fueron inculcados en la conciencia estadounidense desde el comienzo de la república, y esa es la razón por la cual los temas del bien y el mal y juego limpio aparecen regularmente en programas de entretenimiento de televisión y en la cobertura periodística estadounidense. Estos son valores por los cuales los estadounidenses se preocupan apasionadamente, valores que vigilan regularmente mientras observan a sus tribunales en acción.

Al mismo tiempo, otro factor crítico en la creciente e intensa atención pública en los tribunales estadounidenses y los casos que se presentan en ellos es simplemente la naturaleza humana. Ya sea en las noticias cotidianas o en los relatos de ficción, a los estadounidenses les interesa lo que les ocurre a otros. La gente se interesa en la gente: las penurias que sufren, la manera en que enfrentan los desafíos y su júbilo en el triunfo sobre la adversidad.

En ninguna parte hay una fuente más grande de relatos cautivantes que en estos casos presentados diariamente ante los tribunales de Estados Unidos. Ahora que los tribunales se encuentran bajo el microscopio de los medios de información, lo más probable es que lo seguirán estando. La demanda intensificada de información de los tribunales ha requerido cambios importantes en la manera en que éstos funcionaban tradicionalmente. Como en la mayoría de los cambios, hubo consecuencias positivas y negativas.

Una consecuencia positiva de los cambios alentados por los medios de información y efectuados por los tribunales es que más estadounidenses que nunca antes tienen conocimiento de sus derechos constitucionales. Están más familiarizados con los métodos de la policía para investigar los delitos y la manera en que los tribunales juzgan los casos para determinar culpabilidad o inocencia. En suma, los ciudadanos tienen más conocimiento que sus antepasados sobre la ley y su impacto.

Preservación de la integridad de los tribunales

Por otro lado, las nuevas demandas de los medios de información pueden llegar a crear conflictos internos a los jueces cuando tratan de reconciliar dos obligaciones aparentemente contradictorias. Por ejemplo, las normas éticas que rigen a los jueces estadounidenses requieren que no comenten públicamente acerca de los casos planteados ante el tribunal. La prohibición de esos comentarios está dirigida a asegurar que el juez no diga nada que pueda hacer que el público cuestione su imparcialidad. La mayor parte de las preguntas que se le hacen a un juez, sin embargo, se refieren a un caso pendiente específico debido a que es noticia del momento. Consecuentemente, los jueces tienen que aprender a tratar con los medios. Tienen que encontrar maneras de ayudar a los reporteros a conseguir su noticia a la vez que permanecen dentro de los límites de las normas éticas sobre comentarios en público.

Debido a que los tribunales no tienen poderes de aplicación en y de sí mismos, los jueces saben que su autoridad existe sólo en la medida en que el público tenga confianza en la integridad e imparcialidad de los tribunales para impartir justicia. Puesto que la mayoría de la gente no va a los tribunales asiduamente, la percepción de la calidad de la justicia proviene en gran medida de los informes de los medios sobre la labor judicial. Eso significa que ahora más tribunales tratan de cooperar más plenamente con los medios para ayudar a educar al público sobre el sistema judicial.

Los medios de información comparten el reconocimiento de los tribunales de que se necesita más cooperación para fortalecer la confianza del público en ambas instituciones. Una encuesta realizada en 2002, por encargo del Colegio de Abogados de Estados Unidos, determinó que los abogados, los jueces y los medios tienen que realizar una labor mejor para ganarse la confianza del público. Según esa encuesta, sólo el 19 por ciento de los ciudadanos estadounidenses dicen que tienen "mucha o plena confianza" en los abogados y en la profesión legal. El poder judicial tuvo la tasa más alta con el 33 por ciento y los medios la más baja con el 16 por ciento. En comparación, la profesión médica encabezó la lista con el 50 por ciento.

Mayor atención de los medios

Una de las maneras positivas en que los medios de información han afectado el sistema judicial consiste en ayudar a alentar un mayor sentido de apertura por parte de los tribunales para que el público pueda ver por sí mismo cómo sirven a la gente. Al mismo tiempo, los medios han comenzado a concentrarse también en las actividades de jueces individuales, algunas veces en detrimento del magistrado.

Por ejemplo, una estación de televisión de Denver, Colorado, siguió a los jueces del estado durante su seminario anual de educación judicial de tres días de duración. El seminario obligatorio iba dirigido a mantener a los jueces al día de los cambios en la ley y fue financiado con fondos públicos. La estación de televisión usó cámaras ocultas para mostrar que nueve de los 300 jueces se dedicaron a actividades recreativas en vez de asistir a algunas de las clases. Los jueces sorprendidos por las cámaras ciertamente fueron abochornados cuando pareció que estaban tomando vacaciones a costa de los contribuyentes, y brindaron un ejemplo de cómo una cobertura de prensa más amplia puede tener efectos negativos en la imagen de los tribunales.

Sin embargo, los medios de información podrían argumentar que exponer a aquellos funcionarios públicos que no están desempeñando sus deberes constituye un servicio público positivo. Cualquiera que sea el punto de vista, el hecho es que la mayor atención de los medios en los tribunales también supone una concentración mayor en los jueces individuales.

El área en que la cobertura más amplia de los medios ha causado mayor preocupación en los tribunales estadounidenses es en la cobertura noticiosa previa al juicio de casos penales. La dificultad consiste en que la constitución de Estados Unidos algunas veces pone frente a frente a los tribunales y los medios en un choque entre enmiendas. La Primera Enmienda garantiza la libertad de los medios para informar sobre cualquier cosa que deseen, incluidos tantos detalles como puedan encontrar sobre el arresto de un sospechoso. La Sexta enmienda, en cambio, garantiza el derecho del acusado a un juicio imparcial y público, adjudicando implícitamente al magistrado del juicio la carga de asegurar la imparcialidad.

Debido a que en Estados Unidos se usa el sistema de jurados, la culpabilidad o inocencia del acusado es determinada por ciudadanos comunes y corrientes de la comunidad. El problema surge cuando los jurados potenciales se enteran a través de los medios de hechos o supuestos hechos sobre el caso que no se permite presentar en el juicio. Un ejemplo de esto sería cuando la policía anuncia a los medios que el sospechoso ha confesado el delito. Sin embargo, en una audiencia posterior, el juez podría determinar que la confesión fue obtenida ilegalmente por la policía y no permitir que el fiscal presente dicha confesión como prueba. En realidad, el juez tiene la esperanza de que los jurados escogidos para oír el caso serán capaces de desechar el conocimiento de la confesión que han leído en el diario o visto en la televisión. Si el jurado no puede desechar esa evidencia, no se puede seguir considerando que el juicio será imparcial.

Garantía de juicio imparcial

El resultado es que cuando la cobertura de un juicio por parte de los medios de información es especialmente intensa, los tribunales con frecuencia tienen que considerar medios alternativos y más costosos de garantizar un juicio imparcial.

Esas alternativas incluyen:

  • Trasladar todo el juicio a otra ciudad donde la cobertura noticiosa no haya sido tan intensa;
  • Ordenar al jurado que no lea los diarios ni mire los noticieros de televisión;
  • Impartir "órdenes de mordaza" que prohíban al fiscal, abogado defensor y otro personal del tribunal hablar sobre el caso con los medios; o
  • En raros casos, mantener al jurado aislado en un hotel donde se lo vigile y se impida que tenga acceso a los medios de información.

Los casos "de mayor notoriedad", como el juicio por asesinato contra O.J. Simpson en 1995, atraen una cobertura extraordinaria de los medios y han causado grandes problemas a los tribunales. Además de la cobertura de rutina del juicio, los tribunales ahora tienen que lidiar con los programas de diálogo por televisión en los que los abogados hablan de lo que ocurrió en el juicio ese día y especulan sobre lo que ocurrirá en los días siguientes. El resultado es que el juicio serio puede comenzar a cobrar la apariencia de un espectáculo, de la misma manera en que las competencias deportivas alimentan programas de comentarios en los que se analiza y conjetura sobre los juegos. Los jueces tienen razones para preocuparse de la percepción pública de los tribunales cuando los casos individuales se tratan de manera similar a los eventos deportivos.

A los jueces también les preocupa el potencial de erosión de la confianza pública, debido a que hubo algunos casos en la historia estadounidense en los que la cobertura de prensa parece haber afectado la imparcialidad fundamental del juicio. Por ejemplo, el juicio en 1935 de Richard Bruno Hauptmann, acusado del secuestro y asesinato del hijo del aviador Charles Lindbergh, atrajo una cobertura de prensa sin precedentes. Hauptmann fue declarado culpable, pero investigaciones posteriores plantearon dudas acerca de si el frenesí de los medios creó una presión para llegar rápidamente a un veredicto que pudo haber declarado culpable a un hombre inocente.

La cobertura de prensa en 1954 en el caso del doctor Sam Sheppard fue tan intensa que la Corte Suprema de Estados Unidos usó ese caso para asignar a los jueces de proceso la responsabilidad de prevención de la publicidad perjudicial. El doctor Sheppard había sido acusado del asesinato de su esposa y su caso fue la base de la serie de televisión y más tarde la película "El Fugitivo".

El temor a la posibilidad de que la cobertura de prensa afecte adversamente la calidad de la justicia es lo que lleva a la Corte Suprema a prohibir la cobertura de televisión de los argumentos. La Corte ha permitido grabaciones de sonido, pero hasta hace poco sólo permitía la difusión de grabaciones de video con fines históricos o de archivo, mucho tiempo después de haberse dado los fallos.

El reciente caso que involucró las elecciones presidenciales de 2000 entre el entonces gobernador George W. Bush y el ex vicepresidente Al Gore constituyó la primera vez que la Corte dio a conocer la grabación de sonido de manera oportuna para que los medios cubrieran el evento. Está por verse aún si eso conducirá a que se ablanden las restricciones de cobertura de la Corte por parte de los medios electrónicos.

Acceso público y cobertura en directa

Un problema relacionado es la cuestión del acceso público al juicio mismo. Cada vez más las estaciones de televisión piden a los tribunales que permitan la cobertura de los juicios en directa. Sostienen que el público tiene derecho a ver el juicio y que la cantidad limitada de asientos en la sala del tribunal no debería ser un obstáculo ya que las cámaras de televisión pueden llevar el juicio al público en sus hogares. Quienes se oponen mantienen que la presencia de las cámaras de televisión afectará el comportamiento de los testigos y el personal del tribunal de una manera que cambiará la imparcialidad del juicio. En la actualidad no se permite la presencia de cámaras de televisión en los tribunales federales. Se permite que cada estado decida si acepta la cobertura televisada de los juicios y los tribunales todavía no han llegado a un consenso sobre la cuestión de difusión televisada de los procedimientos.

Se cree que la primera cobertura de televisión de un caso judicial tuvo lugar en la ciudad de Oklahoma City, Oklahoma, en 1953, con el juicio penal de Billy Eugene Manley. La primera transmisión en directa de un juicio ocurrió en 1955 cuando Harry L. Washburn fue juzgado por asesinato en Waco, Texas.

En 1984, la cadena CNN transmitió la primera cobertura televisada nacional de un juicio, en New Bedford, Massachusetts, donde varios hombres fueron acusados de violar a una mujer sobre la mesa de billar de un bar local. El gran interés en ese caso condujo a la creación de "Court TV", canal de televisión que ofrece cobertura diaria de actividades en los tribunales, concentrándose en los procedimientos judiciales más noticiosos y controversiales de Estados Unidos en los tribunales que permiten la cobertura en directa.

En la actualidad son 25 los estados en los que se permite la cobertura televisada cuando el juez del caso autoriza la presencia de cámaras en la sala del tribunal. Ocho estados restringen la cobertura televisada cuando los testigos objetan la presencia de cámaras de televisión en la sala. Y 17 estados prohíben esencialmente la cobertura del juicio por televisión por medio de una variedad de normas del tribunal. Hay sin embargo indicaciones de que más tribunales están abriendo sus puertas a los medios de información.

Demandas y soluciones modernas

Lo que los jueces han descubierto luego del aumento de la cobertura de prensa es que los métodos antiguos y el personal tradicional no serán suficientes para satisfacer las demandas modernas. Esa es la razón por la que más tribunales están contratando especialistas, llamados oficiales de información pública de los tribunales, para que trabajen con los medios. Estos enlaces de medios sirven tres fines:

  • Son un recurso para que los reporteros corroboren los hechos y ayuden a asegurar una cobertura periodística precisa de la labor del tribunal;
  • Proveen al tribunal un portavoz que puede responder a las preguntas de los medios, protegiendo de esa manera al juez de hacer algún comentario inadvertido que pueda violar las normas éticas, y
  • Proveen al tribunal un especialista que sabe cómo promover con los medios las buenas noticias de la labor del tribunal, y de una manera noticiosa.

Además, más tribunales estadounidenses proveen información al público directamente a través de sus propios sitios en Internet. La ventaja que los tribunales ven en este cambio es que les permite más control sobre la información que se ofrece al público. También le brinda al público -- y a los medios de información -- acceso electrónico, lo cual reduce el tiempo que el personal del tribunal dedica a buscar en los archivos de papel para los reporteros. Finalmente, provee al tribunal un medio alternativo para corregir la información cuando el tribunal considera que los medios han informado inexactamente sobre un caso.

Los tribunales de Estados Unidos, al igual que otros segmentos de la sociedad de hoy, han tenido que ajustarse al adelanto de la tecnología y a la ampliación de las comunicaciones. Pero hay algo que permanece inamovible. Aun cuando los tribunales y los medios de información han hecho ajustes en la manera en que funcionan en este ambiente de cambio, ambos han permanecido fieles a sus funciones vitales en el sistema democrático de Estados Unidos. El desaparecido y gran periodista de la cadena CBS Edward R. Murrow definió la importancia de los tribunales y los medios para Estados Unidos cuando dijo: "Lo que distingue verdaderamente a una sociedad libre de todas las otras es un poder judicial independiente y una prensa libre".

Sea cual sea la manera en se altere en el futuro la interacción cotidiana entre los tribunales y los medios de información, ambos harán los cambios con la mirada puesta siempre en su misión de salvaguardar las libertades de los ciudadanos a los cuales sirven.

thin blue line

Gary A. Hengstler es director del Centro Nacional Donald W. Reynolds de Tribunales y los Medios en el Colegio Jurídico Nacional en Reno, Nevada.

thin blue line