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Linfoma relacionado con el SIDA (PDQ®): Tratamiento     
Actualizado: 06/16/2004
Versión Profesional De Salud
Índice

Información general
Linfoma de Hodgkin relacionado con el VIH
Clasificación celular
Información sobre los estadios
Sistema de subclasificación por estadios
Aspectos generales de las opciones de tratamiento
Linfoma periférico/sistémico relacionado con el SIDA
Linfoma primario del sistema nervioso central relacionado con el SIDA
Modificaciones a este sumario (06/16/2004)
Información adicional

Información general

Nota: Algunas citas en el texto de esta sección vienen seguidas de un nivel de prueba. El Consejo de Redacción del PDQ usa un sistema de clasificación formal para ayudar al lector a juzgar la solidez de las pruebas relacionadas con los resultados observados en una estrategia terapéutica. (Para mayor información, consultar el sumario del PDQ sobre los Niveles de prueba 1.)

El síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA) se describió por primera vez en 1981, y las primeras definiciones incluían ciertas infecciones oportunistas, el sarcoma de Kaposi y linfomas del sistema nervioso central (SNC). (Para mayor información, consultar el sumario del PDQ sobre el tratamiento del Sarcoma de Kaposi 2 y el tratamiento del Linfoma primario del sistema nervioso central 3.) En 1984, un estudio que abarcó múltiples centros describió el espectro clínico de linfomas no Hodgkin (LNH) en las poblaciones con riesgo de SIDA.[1] En 1985 y 1987, los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) revisaron la definición del SIDA para incluir a pacientes infectados con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que tenían LNH de células B agresivo. La incidencia del LNH ha aumentado en un curso casi paralelo con la epidemia del SIDA y representa entre 2% a 3% de los casos de SIDA recién diagnosticados.[2]

Patológicamente, los linfomas relacionadas con el SIDA están compuestos de un estrecho abanico de tipos histológicos que consisten casi exclusivamente en tumores agresivos a base de células B. Estos comprenden:

  • El linfoma de células B grandes difusas.
  • El linfoma inmunoblástico de células B.
  • El linfoma de células pequeñas no hendidas, de Burkitt o semejante.

Los linfomas asociados con el VIH pueden ser categorizados como:

  • Linfoma agresivo de células B.
  • Linfoma primario del sistema nervioso central (PCNSL, por sus siglas en inglés) los cuales representan 20% de todos los casos de linfoma no Hodgkin en los pacientes del SIDA. (Para mayor información, ver el sumario del PDQ sobre el Tratamiento del linfoma primario del SNC 3.)
  • Linfoma de efusión primaria.
  • Enfermedad de Castleman plasmablástica multicéntrica.

El linfoma de efusión primaria se ha relacionado con el Sarcoma de Kaposis asociado con el virus del hérpes humano, tipo 8 (KSHV/HHV-8, por sus siglas en inglés).[3,4] El linfoma de efusión primaria se presenta en una fase líquida que se esparce sobre las membranas serosas en la ausencia de nódulos o adenopatía.[3] Además de HHV-8, muchos casos están también relacionados con el virus Epstein-Barr. Podría presentarse extensión del linfoma desde la efusión hacia el tejido subyacente. La enfermedad de Castleman plasmablástica multicéntrica también está relacionada con una coinfección de KSHV/HHV-8 y HIV.[5,6] Típicamente los pacientes presentan fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso, linfadenopatía y hepatoesplenomegalia. Los pacientes podrían evolucionar a un linfoma de efusión primaria o a un linfoma de células grandes plasmablástico o anaplástico. Se ha afirmado anecdóticamente de respuesta ante el rituximab.[5] [Nivel de prueba: 3iiiDiii]

Una base de datos internacional compuesta de 48,000 individuos VIH seropositivos de los Estados Unidos, Europa y Australia encontró un descenso de 42% en la incidencia de LNH desde 1997 hasta 1999 en comparación con aquellos desde 1992 a 1996, ambos sobre PCNSL y linfoma sistémico.[7] La introducción del tratamiento con antirretrovirales altamente activos (HAART, por sus siglas en inglés) ha sido la razón de esta disminución; se siguen llevando acabo estudios confirmatorios. El diagnóstico del SIDA precede el inicio del LNH en aproximadamente 57% de los pacientes, pero en un 30%, el diagnóstico del SIDA se hace en el momento del diagnóstico del LNH y la reacción positiva al VIH.[8] La distribución geográfica de estos linfomas es también similar a la propagación geográfica del SIDA. A diferencia del sarcoma de Kaposi, que muestra predilección por los hombres homosexuales y parece estar disminuyendo en incidencia, todos los grupos de riesgo parecen tener un número excesivo de LNH; estos grupos de riesgo incluyen a personas que usan drogas intravenosas y a niños de individuos con VIH positivo.

En general, el entorno clínico y la respuesta al tratamiento de los pacientes con linfoma relacionado con el SIDA son muy diferentes de los de los pacientes sin VIH con linfoma. El individuo con linfoma agresivo que está infectado por el VIH se presenta generalmente con enfermedad en estadio avanzado que suele ser extraganglionar.[9] Entre los sitios entranodales más comunes se encuentra la médula ósea, el hígado, las meninges y el tracto gastrointestinal, mientras que a la vez sitios poco usuales también son característicos como el ano, corazón, canal biliar, encía y los músculos. El curso clínico es más agresivo, y la enfermedad es más extensa y menos sensible a la quimioterapia. La inmunodeficiencia y las citopenias, común en estos pacientes en el momento de la presentación inicial, son exacerbadas con la administración de la quimioterapia. En consecuencia, el tratamiento de la malignidad aumenta el riesgo de infecciones oportunistas que, a su vez, comprometen aún más el uso del tratamiento adecuado.

El pronóstico de los pacientes con linfoma relacionado con el SIDA ha estado asociado con el estadio (grado de la enfermedad, afección extraganglionar y afección de la médula ósea), la gravedad de la inmunodeficiencia subyacente (medida por el conteo de linfocitos CD4 en la sangre periférica), el nivel funcional y el diagnóstico previo del SIDA (historia clínica de infección oportunista o sarcoma de Kaposi). Los pacientes con linfoma primario del SNC (LPSNC) relacionado con el SIDA parecen tener una enfermedad subyacente relacionada con el VIH más grave que los pacientes con linfoma sistémico. En un informe, esta gravedad se manifestó en pacientes con LPSNC que tenían mayor incidencia de diagnóstico previo de SIDA (73% contra 37%), un número mediano de linfocitos CD4 más bajo(30/dL contra 189/dL) y peor supervivencia mediana (2,5 meses contra 6,0 meses).[10] Este informe mostró también que los pacientes con factores precarios de riesgo (definidos como nivel funcional de Karnofsky menor del 70%, historia de diagnóstico previo de SIDA y afección de la médula ósea) tenían una supervivencia mediana de 4,0 meses comparados con un grupo de pronóstico bueno sin ninguno de estos factores de riesgo, que tenían una supervivencia mediana de 11,3 meses.

En otro informe, los factores de pronóstico se evaluaron en un grupo de 192 pacientes con linfoma relacionado con el SIDA recién diagnosticado que se dividieron de manera aleatoria para recibir ya fuera bajas dosis de metotrexato, bleomicina, doxorubicina, ciclofosfamida, vincristina y dexametasona (m-BACOD) o dosis estándar de m-BACOD con el factor estimulante de la colonia de granulocitos y macrófagos.[11] No hubo diferencia entre estos dos tratamientos en términos de su eficacia en relación con la supervivencia libre de enfermedad, la supervivencia mediana ni la proporción de riesgo de muerte.[11] [Nivel de prueba: 1iiA] En un análisis con múltiples variables, los factores asociados con la disminución de la supervivencia fueron edad mayor de 35 años, historia de uso de drogas intravenosas, enfermedad en estadio III o IV y recuentos de CD4 menores de 100 células por mm3. Las tasas de supervivencia mediana fueron de 46 semanas para los pacientes sin factores de riesgo o con uno sólo, 44 semanas para los pacientes con 2 factores riesgosos y 18 semanas para los pacientes con 3 o más factores de riesgo. El índice de pronóstico internacional podría ser un factor pronóstico de la supervivencia.[12-14] En un estudio de cohorte multicéntrico, con 203 pacientes, en un modelo Cox multivariable, la respuesta a HAART estuvo independientemente relacionada con una supervivencia prolongada (coeficiente de peligro 0,32; 95% intervalo de confianza 0,16-0,62).[15] [Nivel de prueba: 3iiiD]

Linfoma de Hodgkin relacionado con el VIH

Desde 1984, se ha revisado varias series de casos de linfoma de Hodgkin que ocurrieron en pacientes con riesgo de SIDA;[16] sin embargo, el linfoma de Hodgkin todavía no forma parte de la definición del SIDA del CDC porque no ha habido una clara demostración de que tenga mayor incidencia en combinación con el VIH, como es el caso del LNH agresivo. Los CDC, junto con el Departamento de Salud Pública de San Francisco, informaron sobre un estudio en el cual hombres infectados por el VIH tuvieron un riesgo excesivo, que se atribuyó a la infección del VIH, de 19,3 casos de linfoma de Hodgkin por 100,000 persona- años y 224,9 casos de LNH por 100,000 persona-años. Aunque en este informe se encontró una incidencia excesiva de linfoma de Hodgkin en los hombres homosexuales infectados con VIH, será necesario realizar estudios epidemiológicos adicionales antes que los CDC vuelvan a tomar en consideración el linfoma de Hodgkin como malignidad asociada con el VIH.[17]

El linfoma de Hodgkin asociado con el VIH se presenta en una forma agresiva, a menudo con afección extraganglionar o de médula ósea.[16,18] Una característica peculiar del linfoma de Hodgkin asociado con el VIH es la menor frecuencia de adenopatía mediastinal en comparación con la misma enfermedad no asociada con el VIH. La mayoría de los pacientes en estas series tenía ya sea celularidad mixta o linfoma de Hodgkin con depleción linfocítica, expresión de proteínas asociadas con el virus de Epstein-Barr en células de Reed-Stenberg, síntomas de categoría B y un conteo medio de 300/dL o menos de linfocitos CD4.[19] La supervivencia mediana es de 8 a 20 meses, mucho menos que la supervivencia que se espera en los pacientes con el linfoma de Hodgkin no asociada con el VIH. Entre las posibles causas de la disminución en la supervivencia se encuentran la muerte temprana por motivo de otras enfermedades relacionadas con el SIDA, la eficacia disminuida de las terapias de norma y los mayores efectos tóxicos del tratamiento.

Bibliografía

  1. Ziegler JL, Beckstead JA, Volberding PA, et al.: Non-Hodgkin's lymphoma in 90 homosexual men. Relation to generalized lymphadenopathy and the acquired immunodeficiency syndrome. N Engl J Med 311 (9): 565-70, 1984.  [PUBMED Abstract]

  2. Rabkin CS, Yellin F: Cancer incidence in a population with a high prevalence of infection with human immunodeficiency virus type 1. J Natl Cancer Inst 86 (22): 1711-6, 1994.  [PUBMED Abstract]

  3. Simonelli C, Spina M, Cinelli R, et al.: Clinical features and outcome of primary effusion lymphoma in HIV-infected patients: a single-institution study. J Clin Oncol 21 (21): 3948-54, 2003.  [PUBMED Abstract]

  4. Nador RG, Cesarman E, Chadburn A, et al.: Primary effusion lymphoma: a distinct clinicopathologic entity associated with the Kaposi's sarcoma-associated herpes virus. Blood 88 (2): 645-56, 1996.  [PUBMED Abstract]

  5. Goedert JJ: Multicentric Castleman disease: viral and cellular targets for intervention. Blood 102 (8): 2710-11, 2003. 

  6. Marcelin AG, Aaron L, Mateus C, et al.: Rituximab therapy for HIV-associated Castleman disease. Blood 102 (8): 2786-8, 2003.  [PUBMED Abstract]

  7. International Collaboration on HIV and Cancer.: Highly active antiretroviral therapy and incidence of cancer in human immunodeficiency virus-infected adults. J Natl Cancer Inst 92 (22): 1823-30, 2000.  [PUBMED Abstract]

  8. Knowles DM, Chamulak GA, Subar M, et al.: Lymphoid neoplasia associated with the acquired immunodeficiency syndrome (AIDS). The New York University Medical Center experience with 105 patients (1981-1986). Ann Intern Med 108 (5): 744-53, 1988.  [PUBMED Abstract]

  9. Sparano JA: Clinical aspects and management of AIDS-related lymphoma. Eur J Cancer 37 (10): 1296-305, 2001.  [PUBMED Abstract]

  10. Levine AM, Sullivan-Halley J, Pike MC, et al.: Human immunodeficiency virus-related lymphoma. Prognostic factors predictive of survival. Cancer 68 (11): 2466-72, 1991.  [PUBMED Abstract]

  11. Kaplan LD, Straus DJ, Testa MA, et al.: Low-dose compared with standard-dose m-BACOD chemotherapy for non-Hodgkin's lymphoma associated with human immunodeficiency virus infection. National Institute of Allergy and Infectious Diseases AIDS Clinical Trials Group. N Engl J Med 336 (23): 1641-8, 1997.  [PUBMED Abstract]

  12. Navarro JT, Ribera JM, Oriol A, et al.: International prognostic index is the best prognostic factor for survival in patients with AIDS-related non-Hodgkin's lymphoma treated with CHOP. A multivariate study of 46 patients. Haematologica 83 (6): 508-13, 1998.  [PUBMED Abstract]

  13. Rossi G, Donisi A, Casari S, et al.: The International Prognostic Index can be used as a guide to treatment decisions regarding patients with human immunodeficiency virus-related systemic non-Hodgkin lymphoma. Cancer 86 (11): 2391-7, 1999.  [PUBMED Abstract]

  14. Straus DJ, Huang J, Testa MA, et al.: Prognostic factors in the treatment of human immunodeficiency virus-associated non-Hodgkin's lymphoma: analysis of AIDS Clinical Trials Group protocol 142--low-dose versus standard-dose m-BACOD plus granulocyte-macrophage colony-stimulating factor. National Institute of Allergy and Infectious Diseases. J Clin Oncol 16 (11): 3601-6, 1998.  [PUBMED Abstract]

  15. Hoffmann C, Wolf E, Fätkenheuer G, et al.: Response to highly active antiretroviral therapy strongly predicts outcome in patients with AIDS-related lymphoma. AIDS 17 (10): 1521-9, 2003.  [PUBMED Abstract]

  16. Spina M, Vaccher E, Nasti G, et al.: Human immunodeficiency virus-associated Hodgkin's disease. Semin Oncol 27 (4): 480-8, 2000.  [PUBMED Abstract]

  17. Hessol NA, Katz MH, Liu JY, et al.: Increased incidence of Hodgkin disease in homosexual men with HIV infection. Ann Intern Med 117 (4): 309-11, 1992.  [PUBMED Abstract]

  18. Re A, Casari S, Cattaneo C, et al.: Hodgkin disease developing in patients infected by human immunodeficiency virus results in clinical features and a prognosis similar to those in patients with human immunodeficiency virus-related non-Hodgkin lymphoma. Cancer 92 (11): 2739-45, 2001.  [PUBMED Abstract]

  19. Dolcetti R, Boiocchi M, Gloghini A, et al.: Pathogenetic and histogenetic features of HIV-associated Hodgkin's disease. Eur J Cancer 37 (10): 1276-87, 2001.  [PUBMED Abstract]

Clasificación celular

Desde el punto de vista patológico, los linfomas relacionadas con el SIDA están compuestos de un estrecho abanico de tipos histológicos que consisten casi exclusivamente en tumores agresivos a base de células B. Estos comprenden:

  • El linfoma de células B grandes difuso.
  • El inmunoblástico de células B.
  • El linfoma de células pequeñas no hendidas, de Burkitt o semejante.

Los tres tipos patológicos están distribuidos igualmente y representan la enfermedad agresiva.

Los linfomas relacionados con el SIDA, aunque usualmente se originan de células B, como lo demuestran los estudios de transposición de los genes de inmunoglobulinas de cadena pesada, también se ha mostrado que son oligoclonales, policlonales y monoclonales en su origen. El VIH, a pesar de que no parece tener una función etiológica directa, sí conduce a un ambiente inmunológico alterado. El VIH generalmente infecta a los linfocitos T, cuya pérdida de la función reguladora lleva a una hipergamaglobulinemia e hiperplasia policlonal de células B. Las células B no representan el blanco de la infección del VIH. Es el virus conocido como Epstein-Barr (EBV, por sus siglas en inglés), en cambio, el que se piensa que es al menos un cofactor en la etiología de algunos de estos linfomas. El genoma del EBV se ha detectado en diversos números de pacientes con linfomas relacionados con el SIDA; el análisis molecular indica que las células fueron infectadas antes de que empezara la proliferación clonal.[1] El EBV se detecta en 30% de los pacientes que presentan células pequeñas no hendidas y en 80% de los pacientes con linfomas de células grandes difusos. El raro linfoma de efusión primaria constantemente hospeda el virus del herpes humano tipo 8 y frecuentemente contiene EBV.[2] También se ha identificado linfomas de células T relacionados con el VIH y parecen estar asociados con la infección del EBV.[3]

Bibliografía

  1. Neri A, Barriga F, Inghirami G, et al.: Epstein-Barr virus infection precedes clonal expansion in Burkitt's and acquired immunodeficiency syndrome-associated lymphoma. Blood 77 (5): 1092-5, 1991.  [PUBMED Abstract]

  2. Simonelli C, Spina M, Cinelli R, et al.: Clinical features and outcome of primary effusion lymphoma in HIV-infected patients: a single-institution study. J Clin Oncol 21 (21): 3948-54, 2003.  [PUBMED Abstract]

  3. Thomas JA, Cotter F, Hanby AM, et al.: Epstein-Barr virus-related oral T-cell lymphoma associated with human immunodeficiency virus immunosuppression. Blood 81 (12): 3350-6, 1993.  [PUBMED Abstract]

Información sobre los estadios

Aunque el estadio es importante al seleccionar el tratamiento para los pacientes con (LNH) que no tienen el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA), la mayoría de los pacientes con linfomas relacionados con el SIDA tienen enfermedad bastante avanzada. En general, el sistema de clasificación usado es el sistema de Ann Arbor, el cual es idéntico al que se usa para los LNH que no están relacionados con el SIDA.

Sistema de subclasificación por estadios

El LNH en estadios I, II, III y IV puede subclasificarse en categorías A y B: B para aquellos con síntomas generalizados bien definidos y A para aquellos sin dichos síntomas. La designación B se da a los pacientes con cualquiera de los siguientes síntomas:

  • pérdida inexplicable de más del 10% del peso corporal en los 6 meses antes del diagnóstico
  • fiebre inexplicable con temperaturas mayores de 38° C
  • sudores nocturnos que empapan

La designación "E" se emplea cuando las malignidades linfoides extraganglionares surgen en los tejidos que se encuentran lejos de los agregados linfáticos principales. Si se ha presentado prueba patológica de afección de uno o más sitios extralinfáticos, se indica el símbolo para el sitio de afección, seguido de un signo más (+). Los sitios se identifican con las anotaciones siguientes:

N = ganglios H = hígado L = pulmónM = médula ósea
S = bazo P = pleura O = hueso D = piel

Estadio I

El LNH en estadio I significa afección de una sola región de ganglios linfáticos (I) o afección localizada de un solo órgano o sitio extralinfático (IE).[1,2]

Estadio II

El LNH en estadio II significa afección de dos o más regiones de ganglios linfáticos del mismo lado del diafragma (II) o afección localizada de un solo órgano o sitio extralinfático asociado y sus ganglios linfáticos regionales, con complicación de otras regiones de ganglios linfáticos al mismo lado del diafragma o sin ellas (IIE).[1,2]

Estadio III

El LNH en estadio III significa afección de las regiones de ganglios linfáticos a ambos lados del diafragma (III) que también puede estar acompañada por afección localizada de un órgano o sitio extralinfático (IIIE), afección del bazo (IIIS) o de ambos (IIIS+E).[1,2]

Estadio IV

El LNH en estadio IV significa afección diseminada (multifocal) de uno o más órganos extralinfáticos con afección asociada de ganglios linfáticos o sin ella, o afección aislada de órgano extralinfático con afección ganglionar distante (no regional).[1,2]

Algunos factores que son importantes para determinar el pronóstico no están incluidos en el sistema de clasificación de los LNH. Todos estos factores deben tomarse en cuenta cuando se seleccione el tratamiento. El pronóstico está relacionado con la gravedad de la deficiencia inmunológica subyacente (conteo de linfocitos CD4), la presencia o historia clínica de infecciones oportunistas (enfermedad previa que define el SIDA), afección de la médula ósea, nivel funcional y la presencia de enfermedad extraganglionar.[3] Típicamente, los linfomas relacionados con el SIDA están diseminados con enfermedad extraganglionar en el momento de su presentación. Los sitios extraganglionares más comunes son la región gastrointestinal (GI), el sistema nervioso central, la médula ósea y el hígado. En una serie, el grupo más grande de pacientes tenía tanto enfermedad extraganglionar como ganglionar (43%), pero un tercio de los pacientes se presentó con enfermedad extraganglionar solamente.[4] En una segunda serie, 87% de los pacientes tenía enfermedad extraganglionar en la presentación.[5]

Dos tercios de los pacientes tienen enfermedad en estadio IV al momento del diagnóstico. Además, las presentaciones inusuales son la afección del recto, el corazón, el pericardio, el parénquima pulmonar, los conductos biliares, la boca y los tejidos subcutáneos y blandos. Las características clínicas de los linfomas relacionados con el SIDA se correlacionan con la histopatología. La mayoría de los pacientes con linfomas de células pequeñas no hendidas (de Burkitt) se presenta con enfermedad en estadio IV, principalmente debido a la afección de la médula ósea. Esto se compara con un 40%, aproximadamente, de presentación en estadio IV entre aquellos con linfomas inmunoblásticos y de células grandes. Se ha observado una ocurrencia particular de afección de la región GI en los pacientes que tienen linfomas de tipo inmunoblástico y de células grandes no hendidas.[6] Aunque se debe evaluar el comportamiento de alto riesgo en cada paciente, el análisis del VIH probablemente se deberá hacer para cualquier paciente que tenga linfoma de Burkitt o la presentación atípica del linfoma extraganglionar que afecta sitios raros, es decir, el recto, la región GI, el hueso, o la órbita. En forma similar, el linfoma maligno deberá considerarse en cualquier paciente infectado por el VIH que tiene linfadenopatía progresiva, tumores en cualquier sitio, síntomas en el SNC, o emaciación inexplicable, fiebre o dolor abdominal.

Bibliografía

  1. Lymphoid neoplasms. In: American Joint Committee on Cancer.: AJCC Cancer Staging Manual. 6th ed. New York, NY: Springer, 2002, pp 393-406. 

  2. National Cancer Institute sponsored study of classifications of non-Hodgkin's lymphomas: summary and description of a working formulation for clinical usage. The Non-Hodgkin's Lymphoma Pathologic Classification Project. Cancer 49 (10): 2112-35, 1982.  [PUBMED Abstract]

  3. Levine AM: Acquired immunodeficiency syndrome-related lymphoma: clinical aspects. Semin Oncol 27 (4): 442-53, 2000.  [PUBMED Abstract]

  4. Kaplan LD, Abrams DI, Feigal E, et al.: AIDS-associated non-Hodgkin's lymphoma in San Francisco. JAMA 261 (5): 719-24, 1989.  [PUBMED Abstract]

  5. Knowles DM, Chamulak GA, Subar M, et al.: Lymphoid neoplasia associated with the acquired immunodeficiency syndrome (AIDS). The New York University Medical Center experience with 105 patients (1981-1986). Ann Intern Med 108 (5): 744-53, 1988.  [PUBMED Abstract]

  6. Raphael BG, Knowles DM: Acquired immunodeficiency syndrome-associated non-Hodgkin's lymphoma. Semin Oncol 17 (3): 361-6, 1990.  [PUBMED Abstract]

Aspectos generales de las opciones de tratamiento

Nota: Algunas citas en el texto de esta sección vienen seguidas de un nivel de prueba. El Consejo de Redacción del PDQ usa un sistema de clasificación formal para ayudar al lector a juzgar la solidez de las pruebas relacionadas con los resultados observados en una estrategia terapéutica. (Para mayor información, consultar el sumario del PDQ sobre los Niveles de prueba 1).

El tratamiento de los linfomas relacionados con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) presenta el reto de integrar la terapia apropiada para el estadio y el subconjunto histológico de linfoma maligno con las limitaciones impuestas por la infección del VIH, hasta la fecha enfermedad incurable.[1] Además de la terapia antitumoral, los elementos esenciales de una estrategia terapéutica óptima contra el linfoma no Hodgkin incluye terapia antirretroviral, profilaxis para infecciones oportunistas y reconocimiento y tratamiento rápidos de las infecciones concurrentes.[2] Los pacientes con reacción positiva al VIH e inmunodeficiencia subyacente tienen poca reserva de médula ósea, comprometiendo de ese modo el potencial para la intensidad de la dosis de fármacos. Hay un riesgo de infección oportunista intercurrente, que también puede conducir a una disminución en la entrega de los fármacos. Además, la quimioterapia misma compromete el sistema inmune aumentando así la probabilidad de infección oportunista. En general, las tasas de respuesta son más bajas que para una población no infectada de VIH. Ocurren respuestas completas, pero tienden a ser de duración más corta con recaídas frecuentes. El asunto es si el potencial curativo de la quimioterapia de dosis alta está tan afectado por la morbilidad y la mortalidad relacionada con el tratamiento que se deba usar quimioterapia de dosis baja. La mayoría de los estudios han empleado una intensidad inferior de dosis, y los retrasos en el tratamiento han sido comunes. Algunos investigadores han tratado de usar regímenes intensivos, produciendo una supervivencia general mediana en los pacientes tratados de entre 6 y 9 meses.[3-6]

Los pacientes con los pronósticos más favorables y supervivencia prolongada tienden a tener un conteo de linfocitos CD4 superior a 100/μL, menos enfermedad (estadio I o II), ningún síntoma sistémico, buen nivel funcional, además de no tener ningún síntoma sistémico ni ninguna afección del sistema nervioso central o de la médula ósea. La intensidad óptima de la dosis de quimioterapia en estos pacientes se encuentra en evaluación clínica. En un estudio aleatorio prospectivo, 198 pacientes seropositivos al VIH, con linfoma agresivo sin tratar, recibieron una terapia de dosis estándar con metotrexato, bleomicina, doxorubicina, ciclofosfamida, vincristina y dexametasona(m-BACOD) más factor estimulante de la colonia de granulocitos y macrófagos (GM-CSF, por sus siglas en inglés) o una dosis reducida de m-BACOD con GM-CSF administrado según se necesitara.[7] No hubo diferencias en las tasas de respuesta, de supervivencia sin enfermedad ni de supervivencia (la supervivencia mediana fue de 8 meses).[7] [Nivel de prueba: 1iiA] Las dosis reducidas de m-BACOD causaron menos efectos hematológicos tóxicos y días de hospitalización sin perder su eficacia.

Fuera del contexto de un ensayo clínico, la quimioterapia de dosis baja debe tenerse en cuenta para la mayoría de los pacientes con infección VIH y un conteo de linfocitos CD4 menor de 200. Aunque la terapia m-BACOD se utilizó en el ensayo aleatorio, muchos clínicos ahora emplean la mitad de la dosis de CHOP (ciclofosfamida, doxorubicina, vincristina y prednisona).[8] Los pacientes con VIH y conteo de linfocitos CD4 por encima de 200 pueden tolerar la quimioterapia a dosis entera con menos complicaciones; todavía no se sabe si la eficacia en este grupo de pacientes se vería comprometida por una terapia de dosis baja. Se puede administrar ya sea una dosis modificada o dosis completa de CHOP en combinación con la terapia antirretroviral altamente activa.[2,9,10]

Cuando el PDQ designa a un tratamiento como "estándar" o "en evaluación clínica", esto no debe tomarse como base para determinar si se otorgan reembolsos.

Bibliografía

  1. Levine AM: Acquired immunodeficiency syndrome-related lymphoma: clinical aspects. Semin Oncol 27 (4): 442-53, 2000.  [PUBMED Abstract]

  2. Tirelli U, Bernardi D: Impact of HAART on the clinical management of AIDS-related cancers. Eur J Cancer 37 (10): 1320-4, 2001.  [PUBMED Abstract]

  3. Gisselbrecht C, Oksenhendler E, Tirelli U, et al.: Human immunodeficiency virus-related lymphoma treatment with intensive combination chemotherapy. French-Italian Cooperative Group. Am J Med 95 (2): 188-96, 1993.  [PUBMED Abstract]

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  5. Spina M, Vaccher E, Juzbasic S, et al.: Human immunodeficiency virus-related non-Hodgkin lymphoma: activity of infusional cyclophosphamide, doxorubicin, and etoposide as second-line chemotherapy in 40 patients. Cancer 92 (1): 200-6, 2001.  [PUBMED Abstract]

  6. Sparano JA: Clinical aspects and management of AIDS-related lymphoma. Eur J Cancer 37 (10): 1296-305, 2001.  [PUBMED Abstract]

  7. Kaplan LD, Straus DJ, Testa MA, et al.: Low-dose compared with standard-dose m-BACOD chemotherapy for non-Hodgkin's lymphoma associated with human immunodeficiency virus infection. National Institute of Allergy and Infectious Diseases AIDS Clinical Trials Group. N Engl J Med 336 (23): 1641-8, 1997.  [PUBMED Abstract]

  8. Ratner L, AIDS Associated Malignancies Clinical Trials Consortium: Phase II Pilot Study of Combination Chemotherapy Modified Cyclophosphamide, Doxorubicin, Vincristine, and Prednisone and Combination Antiviral Therapy in the Treatment of AIDS-Related Non-Hodgkin's Lymphoma (Summary Last Modified 04/2001), AMC-005, Clinical trial, Completed.  [PDQ Clinical Trial] 4

  9. Ratner L, Lee J, Tang S, et al.: Chemotherapy for human immunodeficiency virus-associated non-Hodgkin's lymphoma in combination with highly active antiretroviral therapy. J Clin Oncol 19 (8): 2171-8, 2001.  [PUBMED Abstract]

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Linfoma periférico/sistémico relacionado con el SIDA

Como se indica arriba, el tratamiento de los linfomas relacionados con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) implica la superación de varios problemas. Todos estos son linfomas agresivos, que por definición son linfomas de células grandes difusos o inmunoblásticos, o linfomas de células pequeñas no hendidas. Estos linfomas con frecuencia afectan la médula ósea y el sistema nervioso central y por lo tanto están generalmente en un estadio avanzado. Además, la inmunodeficiencia del SIDA y la leucopenia que comúnmente se observa con la infección del VIH dificultan el uso de la quimioterapia inmunosupresora.

Se ha informado que un gran número de estudios retrospectivos, y varios estudios prospectivos, usan regímenes como la combinación de ciclofosfamida, doxorubicina, vincristina y prednisona (CHOP) y la combinación de dosis intermedia de metotrexato, bleomicina, doxorubicina, ciclofosfamida, vincristina y dexametasona (m-BACOD), como se emplea comúnmente con linfomas agresivos no relacionados con el SIDA.[1-4] En general, estos estudios han combinado los diversos subgrupos histológicos de linfomas periféricos sistémicos relacionados con el SIDA. Los investigadores han tratado los linfomas difusos de células grandes o inmunoblásticos como lo han hecho con los linfomas de células pequeñas no hendidas y no como trataron a los linfomas que no estaban relacionados con el VIH. Estos estudios han revelado que las remisiones completas son posibles, aunque las respuestas son a menudo de duración corta y las recaídas son frecuentes. Los pacientes que entran en remisión tienen mayor probabilidad de tener menos enfermedad, sin afección de la médula ósea o del sistema nervioso central (SNC), sin enfermedad previa definidora del SIDA y con mejor nivel funcional. Aquellos pacientes en riesgo de comprometer subsecuentemente el SNC incluye aquellos con compromiso de la médula ósea o aquellos con el virus Epstein-Barr que haya sido identificado en el tumor primario o en el fluido cerebroespinal (mediante Reacción en Cadena de la Polimerasa).[5-7] Usualmente se toma en cuenta la quimioterapia intratecal para aquellos pacientes que corren un riesgo mayor de compromiso del SNC. Se ha observado respuestas completas generales aproximadamente en el 50% de los pacientes. La tasa de respuesta completa y el tiempo de supervivencia es mayor en los pacientes con linfoma difuso de células grandes. No se sabe a ciencia cierta si los pacientes con linfoma inmunoblástico y de células pequeñas no hendidas tienen un pronóstico peor; éste varía de una serie a otra.[8]

No se conoce el régimen de tratamiento más apropiado para pacientes con linfoma relacionado con el SIDA. Los retrasos en la terapia y las reducciones de dosis son a menudo necesarios, y algunos investigadores han abogado por el empleo de regímenes quimioterapéuticos de dosis más baja. Como la mielosupresión y las infecciones oportunistas son los efectos tóxicos predominantes, los esfuerzos se han enfocado en combinar la quimioterapia de combinación con los factores estimuladores de colonias y la terapia antirretroviral. Se observó menos mielosupresión cuando una infusión de 96 horas de ciclofosfamida, doxorubicina y etopósido (CDE) se combinó con filgastrim (G-CSF) y didanosina (ddI).[9] El Consorcio Estadounidense sobre la Malignidad del SIDA está comparando la dosis estándar de CHOP con rituximab o sin este (el anticuerpo monoclonal anti-CD20).[10] Se puede administrar una dosis modificada o completa de CHOP en combinación con la terapia antirretroviral altamente activa.[11] Ya sea la dosis modificada o la dosis completa el CHOP se puede administrar en combinación con la terapia antiretroviral altamente activa (HAART).[12-14]

Una serie de pacientes altamente selectos con linfoma resistente o de recaída luego de aplicarse quimioterapia de primera línea y con respuesta continua al HAART, se sometieron a quimioterapia de segunda línea. Dieciséis pacientes respondieron a la quimioterapia y subsiguientemente se sometieron a altas dosis de terapia y trasplante de células madre periféricas autólogas. No hubo decesos a causa del tratamiento y seis pacientes permanecieron vivos y sin enfermedad por un promedio de 8 meses luego del trasplante.[15] [Nivel de prueba: 3iiiDii]

Bibliografía

  1. Kaplan LD, Abrams DI, Feigal E, et al.: AIDS-associated non-Hodgkin's lymphoma in San Francisco. JAMA 261 (5): 719-24, 1989.  [PUBMED Abstract]

  2. Levine AM, Wernz JC, Kaplan L, et al.: Low-dose chemotherapy with central nervous system prophylaxis and zidovudine maintenance in AIDS-related lymphoma. A prospective multi-institutional trial. JAMA 266 (1): 84-8, 1991.  [PUBMED Abstract]

  3. Kaplan LD, Kahn JO, Crowe S, et al.: Clinical and virologic effects of recombinant human granulocyte-macrophage colony-stimulating factor in patients receiving chemotherapy for human immunodeficiency virus-associated non-Hodgkin's lymphoma: results of a randomized trial. J Clin Oncol 9 (6): 929-40, 1991.  [PUBMED Abstract]

  4. Levine AM: Acquired immunodeficiency syndrome-related lymphoma: clinical aspects. Semin Oncol 27 (4): 442-53, 2000.  [PUBMED Abstract]

  5. Gill PS, Levine AM, Krailo M, et al.: AIDS-related malignant lymphoma: results of prospective treatment trials. J Clin Oncol 5 (9): 1322-8, 1987.  [PUBMED Abstract]

  6. Cingolani A, Gastaldi R, Fassone L, et al.: Epstein-Barr virus infection is predictive of CNS involvement in systemic AIDS-related non-Hodgkin's lymphomas. J Clin Oncol 18 (19): 3325-30, 2000.  [PUBMED Abstract]

  7. Scadden DT: Epstein-Barr virus, the CNS, and AIDS-related lymphomas: as close as flame to smoke. J Clin Oncol 18 (19): 3323-4, 2000.  [PUBMED Abstract]

  8. Pedersen C, Gerstoft J, Lundgren JD, et al.: HIV-associated lymphoma: histopathology and association with Epstein-Barr virus genome related to clinical, immunological and prognostic features. Eur J Cancer 27 (11): 1416-23, 1991.  [PUBMED Abstract]

  9. Sparano JA, Wiernik PH, Hu X, et al.: Pilot trial of infusional cyclophosphamide, doxorubicin, and etoposide plus didanosine and filgrastim in patients with human immunodeficiency virus-associated non-Hodgkin's lymphoma. J Clin Oncol 14 (11): 3026-35, 1996.  [PUBMED Abstract]

  10. Spina M, Sparano JA, Jaeger U, et al.: Rituximab and chemotherapy is highly effective in patients with CD20-positive non-Hodgkin's lymphoma and HIV infection. AIDS 17 (1): 137-8, 2003.  [PUBMED Abstract]

  11. Kaplan LD, AIDS Associated Malignancies Clinical Trials Consortium: Phase III Randomized Study of CHOP (Cyclophosphamide, Doxorubicin, Vincristine, and Prednisone) With or Without Rituximab in Patients With Previously Untreated HIV-Associated Non-Hodgkin's Lymphoma, AMC-010, Clinical trial, Closed.  [PDQ Clinical Trial] 5

  12. Tirelli U, Bernardi D: Impact of HAART on the clinical management of AIDS-related cancers. Eur J Cancer 37 (10): 1320-4, 2001.  [PUBMED Abstract]

  13. Ratner L, Lee J, Tang S, et al.: Chemotherapy for human immunodeficiency virus-associated non-Hodgkin's lymphoma in combination with highly active antiretroviral therapy. J Clin Oncol 19 (8): 2171-8, 2001.  [PUBMED Abstract]

  14. Tam HK, Zhang ZF, Jacobson LP, et al.: Effect of highly active antiretroviral therapy on survival among HIV-infected men with Kaposi sarcoma or non-Hodgkin lymphoma. Int J Cancer 98 (6): 916-22, 2002.  [PUBMED Abstract]

  15. Re A, Cattaneo C, Michieli M, et al.: High-dose therapy and autologous peripheral-blood stem-cell transplantation as salvage treatment for HIV-associated lymphoma in patients receiving highly active antiretroviral therapy. J Clin Oncol 21 (23): 4423-7, 2003.  [PUBMED Abstract]

Linfoma primario del sistema nervioso central relacionado con el SIDA

Hasta el decenio 1980-90, los linfomas primarios del sistema nervioso central (LPSNC) eran una enfermedad rara. El PCNSL ha aumentado de forma dramática relacionado con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).[1] El LPSNC representa aproximadamente un 0.6% de los diagnósticos iniciales del SIDA y es la segunda lesión nodular más frecuente del sistema nervioso central (SNC) en adultos con el SIDA. Como otros linfomas relacionados con el SIDA, estos son ordinariamente neoplasmas agresivos de células B, ya sea linfomas difusos de células grandes o linfomas difusos inmunoblásticos no Hodgkin. Sin embargo, a diferencia de los linfomas sistémicos relacionados con el SIDA en los cuales de un 30% a un 50% de los tumores se asocian con el virus de Epstein-Barr (EBV), se ha observado que el LPSNC relacionado con el SIDA tiene una asociación de 100% con EBV.[2] Este porcentaje indica una función patógena del EBV en esta enfermedad. Estos pacientes tienen generalmente evidencia de SIDA muy avanzado, están gravemente debilitados y presentan síntomas neurológicos focales como convulsiones, cambios del estado mental y parálisis.

Los rastreos de tomografía computarizada muestran lesiones masivas que se definen por contraste, las cuales no pueden siempre distinguirse de otras enfermedades del SNC, como la toxoplasmosis, que ocurren en los pacientes con SIDA.[3] Los estudios de imaginería de resonancia magnética utilizando el contraste con gadolinio pueden ser un instrumento diagnóstico inicial útil para diferenciar el linfoma de toxoplasmosis cerebral y el de la leucoencefalopatía multifocal progresiva. El linfoma tiende a presentar grandes lesiones que son realzadas por el gadolinio. En la toxoplasmosis cerebral, el realce en forma de aros es muy común, las lesiones tienden a ser más pequeñas y se ven lesiones múltiples.[4-6] El uso de rastreo por emisión de positrón ha mostrado una mejor capacidad en distinguir el PCNSL de la toxoplasmosis.[7,8] El PSNCL tiene mayor absorción mientras que las lesiones de toxoplasmosis son inactivas metabólicamente. Los anticuerpos en contra de la toxoplasmosis también pueden ser muy útiles, ya que casi toda la toxoplasmosis cerebral ocurre como consecuencia de la reactividad de una infección previa. Si la titulación con IgG es menos de 1:4, lo más probable es que la enfermedad no sea toxoplásmica. Una punción lumbar puede ser útil para detectar hasta 23% de los pacientes con células malignas en el fluido de la columna vertebral (CSF, por sus siglas en inglés). Evaluar el CSF para ver si contiene DNA de EBV podría ser un instrumento útil específicamente para detectar linfomas ya que el EBV se encuentra presente en todos los pacientes con PCNSL. A pesar de todas estas evaluaciones, sin embargo, la mayoría de los pacientes con PCNSL requieren un diagnóstico patológico.[9-11] El diagnóstico se hace mediante biopsia. A veces se intenta llevar acabo una biopsia solo después del fracaso del tratamiento con antibióticos para tratar la toxoplasmosis, lo cual producirá una mejoría clínica y radiográfica dentro de 1 a 3 semanas en aquellos pacientes con toxoplasmosis cerebral.[12] El LPSNC suele identificarse como una manifestación terminal del SIDA o en una examinación postmortem.

La radioterapia sola se ha empleado generalmente en este grupo de pacientes. Con dosis entre 3500 y 4000 cGy, la supervivencia mediana ha sido solamente de 72 a 119 días.[3,13,14] La supervivencia es más larga en los pacientes más jóvenes con un mejor nivel funcional y ausencia de infección oportunista.[15] La mayoría de los pacientes responde al tratamiento mostrando una mejoría parcial de los síntomas neurológicos. Las autopsias han revelado que estos pacientes mueren de infecciones oportunistas así como de progresión del tumor. El tratamiento de estos pacientes también está complicado por otras infecciones del SNC relacionadas con el SIDA, entre ellas, la encefalitis subaguda del SIDA, la encefalitis citomegaloviral y encefalitis toxoplásmica. Se ha informado sobre las remisiones espontáneas después de la terapia antirretroviral altamente activa.[16]

Bibliografía

  1. Ziegler JL, Beckstead JA, Volberding PA, et al.: Non-Hodgkin's lymphoma in 90 homosexual men. Relation to generalized lymphadenopathy and the acquired immunodeficiency syndrome. N Engl J Med 311 (9): 565-70, 1984.  [PUBMED Abstract]

  2. MacMahon EM, Glass JD, Hayward SD, et al.: Epstein-Barr virus in AIDS-related primary central nervous system lymphoma. Lancet 338 (8773): 969-73, 1991.  [PUBMED Abstract]

  3. Goldstein JD, Dickson DW, Moser FG, et al.: Primary central nervous system lymphoma in acquired immune deficiency syndrome. A clinical and pathologic study with results of treatment with radiation. Cancer 67 (11): 2756-65, 1991.  [PUBMED Abstract]

  4. Nyberg DA, Federle MP: AIDS-related Kaposi sarcoma and lymphomas. Semin Roentgenol 22 (1): 54-65, 1987.  [PUBMED Abstract]

  5. Fine HA, Mayer RJ: Primary central nervous system lymphoma. Ann Intern Med 119 (11): 1093-104, 1993.  [PUBMED Abstract]

  6. Ciricillo SF, Rosenblum ML: Use of CT and MR imaging to distinguish intracranial lesions and to define the need for biopsy in AIDS patients. J Neurosurg 73 (5): 720-4, 1990.  [PUBMED Abstract]

  7. Hoffman JM, Waskin HA, Schifter T, et al.: FDG-PET in differentiating lymphoma from nonmalignant central nervous system lesions in patients with AIDS. J Nucl Med 34 (4): 567-75, 1993.  [PUBMED Abstract]

  8. Pierce MA, Johnson MD, Maciunas RJ, et al.: Evaluating contrast-enhancing brain lesions in patients with AIDS by using positron emission tomography. Ann Intern Med 123 (8): 594-8, 1995.  [PUBMED Abstract]

  9. Cinque P, Brytting M, Vago L, et al.: Epstein-Barr virus DNA in cerebrospinal fluid from patients with AIDS-related primary lymphoma of the central nervous system. Lancet 342 (8868): 398-401, 1993.  [PUBMED Abstract]

  10. Cingolani A, De Luca A, Larocca LM, et al.: Minimally invasive diagnosis of acquired immunodeficiency syndrome-related primary central nervous system lymphoma. J Natl Cancer Inst 90 (5): 364-9, 1998.  [PUBMED Abstract]

  11. Yarchoan R, Jaffe ES, Little R: Diagnosing central nervous system lymphoma in the setting of AIDS: a step forward. J Natl Cancer Inst 90 (5): 346-7, 1998.  [PUBMED Abstract]

  12. Mathews C, Barba D, Fullerton SC: Early biopsy versus empiric treatment with delayed biopsy of non-responders in suspected HIV-associated cerebral toxoplasmosis: a decision analysis. AIDS 9 (11): 1243-50, 1995.  [PUBMED Abstract]

  13. Baumgartner JE, Rachlin JR, Beckstead JH, et al.: Primary central nervous system lymphomas: natural history and response to radiation therapy in 55 patients with acquired immunodeficiency syndrome. J Neurosurg 73 (2): 206-11, 1990.  [PUBMED Abstract]

  14. Remick SC, Diamond C, Migliozzi JA, et al.: Primary central nervous system lymphoma in patients with and without the acquired immune deficiency syndrome. A retrospective analysis and review of the literature. Medicine (Baltimore) 69 (6): 345-60, 1990.  [PUBMED Abstract]

  15. Corn BW, Donahue BR, Rosenstock JG, et al.: Performance status and age as independent predictors of survival among AIDS patients with primary CNS lymphoma: a multivariate analysis of a multi-institutional experience. Cancer J Sci Am 3 (1): 52-6, 1997 Jan-Feb.  [PUBMED Abstract]

  16. McGowan JP, Shah S: Long-term remission of AIDS-related primary central nervous system lymphoma associated with highly active antiretroviral therapy. AIDS 12 (8): 952-4, 1998.  [PUBMED Abstract]

Modificaciones a este sumario (06/16/2004)

Los sumarios del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan en la medida en que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes hechos a este sumario a partir de la fecha arriba indicada.

Información general

Se añadió a Simonelli et al. como referencia de esta sección. Se expandió la lista de tipos histológicos de linfomas relacionados con el SIDA y categorías de linfomas relacionados con el HIV y se revisó el texto para indicar que el linfoma de efusión primaria se presenta en una fase líquida que se esparce sobre las membranas serosas en la ausencia de nódulos o adenopatía. Además de HHV-8, muchos casos están también relacionados con el virus Epstein-Barr. Se añadió texto para indicar que podría presentarse extensión del linfoma desde la efusión hacia el tejido subyacente. También se añadió que la enfermedad de Castleman plasmablástica multicéntrica está de igual manera relacionada con una coinfección de KSHV/HHV-8 y HIV (se citó a Goedert y a Marcelin et al.) y que típicamente los pacientes presentan fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso, linfadenopatía y hepatoesplenomegalia. Los pacientes podrían evolucionar a un linfoma de efusión primaria o a un linfoma de células grandes plasmablástico o anaplástico. Se ha afirmado anecdóticamente de respuesta ante el rituximab (se citó el nivel de prueba: 3iiiDiii).

Se añadió texto para indicar que en un estudio de cohorte multicéntrico, con 203 pacientes, en un modelo Cox multivariable, la respuesta a HAART estuvo independientemente relacionada con una supervivencia prolongada (se citó a Hoffmann et al. y el nivel de prueba: 3iiiD).

Clasificación celular

Se añadió a Simonelli et al. como referencia de esta sección.

Linfoma periférico sistémico relacionado con el SIDA

Se añadió a Spina et al. como referencia de esta sección. Se añadió texto para indicar que una serie de pacientes altamente selectos con linfoma resistente o de recaída luego de aplicarse quimioterapia de primera línea y con respuesta continua al HAART, se sometieron a quimioterapia de segunda línea. Dieciséis pacientes respondieron a la quimioterapia y subsiguientemente se sometieron a altas dosis de terapia y trasplante de células madre periféricas autólogas. No hubo decesos a causa del tratamiento y seis pacientes permanecieron vivos y sin enfermedad por un promedio de 8 meses luego del trasplante (se citó a Re et al. y el nivel de prueba: 3iiiDii).

Información adicional

Qué es el PDQ

Sumarios adicionales del PDQ

Importante:

La presente información está dirigida principalmente al personal médico y a otros profesionales de la salud. Si usted tiene alguna pregunta relacionada con el presente tema, puede preguntar a su médico o comunicarse directamente con el Servicio de Información sobre el Cáncer al 1-800-4-CANCER (1-800-422-6237).



Glosario

Nivel de prueba 1iiA
Ensayo clínico aleatorio, controlado, no ciego con mortalidad total como criterio de valoración. Véase Niveles de prueba para los estudios de tratamientos del cáncer: definiciones y uso (PDQ ®) para mayor información.
Nivel de prueba 3iiiDi
Series de casos no consecutivos con supervivencia total libre de enfermedad como criterio de valoración. Véase Niveles de prueba para los estudios de tratamientos del cáncer: definiciones y uso (PDQ ®) para mayor información.
Nivel de prueba 3iiiDii
Series de casos no consecutivos con supervivencia libre de evolución como criterio de valoración. Véase Niveles de prueba para los estudios de tratamientos del cáncer: definiciones y uso (PDQ ®) para mayor información.
Nivel de prueba 3iiiDiii
Series de casos no consecutivos con tasa de respuesta tumoral como criterio de valoración. Véase Niveles de prueba para los estudios de tratamientos del cáncer: definiciones y uso (PDQ ®) para mayor información.


Lista de Enlaces

1http://cancer.gov/templates/doc.aspx?viewid=00f9c915-a398-402f-9659-f8f403df2c6
8&version;=1
2http://cancer.gov/templates/doc.aspx?viewid=3e1b72cc-e9d6-444f-9c27-5ea1953810b
e&version;=1
3http://cancer.gov/templates/doc.aspx?viewid=76da88e9-0f93-4f93-bab8-70f621f8401
f&version;=1
4http://cancer.gov/search/viewclinicaltrials.aspx?version= healt
hprofessional &cdrid=65315
5http://cancer.gov/search/viewclinicaltrials.aspx?version= healt
hprofessional &cdrid=66666
6http://cancer.gov/cancerinfo/pdq/cancerdatabase
7http://www.cancer.gov/espanol/pdq/tratamientoadultos
8http://www.cancer.gov/espanol/pdq/tratamientopediatrico
9http://www.cancer.gov/espanol/pdq/cuidadosdeapoyo
10http://cancer.gov/cancerinfo/pdq/screening
11http://cancer.gov/cancerinfo/pdq/prevention
12http://cancer.gov/cancerinfo/pdq/genetics
13http://cancer.gov/cancerinfo/pdq/cam