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  Actualizada: 25/VII/03

La educación es la clave de la prosperidad en las Américas

EE.UU. participará en Tercera Reunión Ministerial Interamericana de Educación

III Reunión Ministerial Interamericana de Educación
Ciudad de México, México
11 al 13 de agosto de 2003

Se anticipa que la reunión de ministros de Educación del Hemisferio Occidental se ocupará de los retos educativos más apremiantes que enfrenta la región, a la vez que de examinar programas de educación innovadores que se desarrollan actualmente en las Américas, dice una alta funcionaria del Departamento de Educación. El 16 de julio, en conversación telefónica, la funcionaria ofreció una descripción detallada de los temas que es probable que el Secretario de Educación de Estados Unidos, Rod Paige, presente en la tercera Ministerial de Educación Interamericana, como así también una evaluación de los temas educativos generales que tiene ante sí la región.

Paige irá a la reunión en la ciudad de México al frente de una delegación interinstitucional estadounidense, que incluirá a funcionarios de los departamentos de Educación y de Estado y de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

La ministerial hemisférica se reunirá con los auspicios de la Organización de los Estados Americanos (OEA), explicó la funcionaria. Las 34 naciones miembros de la OEA han sido invitadas a la reunión, que será inaugurada por el presidente mexicano Vicente Fox, junto con el Secretario de Educación Pública de México Reyes Támez Guerra y el secretario general de la OEA César Gaviria.

El proceso de las reuniones ministeriales fue iniciado en la Cumbre de las Américas de Santiago de Chile en 1998, con el tema "Educación: Clave del Progreso". Esa cumbre destacó los esfuerzos internos realizados en educación, y el respaldo presidencial les concedió a los ministerios de educación herramientas política para justificar los aumentos presupuestales y aplicar reformas a nivel nacional. En la década de 1990 se registró, en general, una mejora en los sistemas educativos de toda la región. A partir de entonces los ministros de Educación se han reunido en Brasilia, Brasil (1998) y en Punta del Este, Uruguay (2001).

El objetivo de esas ministeriales es crear estrategias para impulsar la educación en el Hemisferio. Esta ministerial de educación establecerá la Comisión Interamericana de la OEA para la Educación y varios proyectos regionales relacionados con la capacitación de los docentes, la educación secundaria y el mejoramiento del acceso a la educación de calidad. De estas reuniones han resultado iniciativas como el Proyecto de Indicadores de Educación Regional. Administrado por el gobierno de Chile, con contribuciones de la USAID, ese proyecto crea un conjunto de indicadores de educación comparables y refuerza los sistemas nacionales de evaluación en las Américas, para ayudar en la reforma educativa a los encargados de diseñar políticas. Las anteriores reuniones ministeriales y cumbres de las Américas establecieron la meta de lograr la alfabetización universal y el acceso a la educación primaria para el año 2010, una tasa del 100% de matriculación en la educación primaria y del 75% en la escuela secundaria, y eliminar las disparidades por razones de sexo en la educación primaria y secundaria para el 2005. Para alcanzar esas metas, las reuniones ministeriales han establecido planes de educación que identifican las prioridades educativas y las inicitivas de las cumbres para este hemisferio:

  • mejorar la capacitación de los docentes
  • mejorar la educación en ciencias y el acceso a la tecnología (especialmente a la tecnología de la información)
  • hacer que la educación sea relevante para el mercado laboral
  • mejorar el acceso y la calidad de la educación superior
  • apoyar una mayor descentralización de los sistemas de educación
  • apoyar los proyectos de indicadores de la educación para medir el progreso
  • ampliar las oportunidades de intercambio de maestros, estudiantes y administradores
  • aumentar la disponibilidad de materiales educativos
  • fortalecer la capacidad administrativa en la educación.

Las reuniones periódicas de alto nivel sobre la educación regional tienen como fin alcanzar dos metas esenciales, agregó la alta funcionaria del Departamento de Educación. Identificó la primera de esas metas como "simplemente, estrechar vínculos entre los países de las Américas, alentar más contactos, más intercambio entre los pueblos, más aprendizaje de idiomas" y "promover el crecimiento económico y la función de la educación" en el sostenimiento de este crecimiento. Líderes de toda América Latina y el Caribe, añadió, reconocen la necesidad de una educación amplia, de alta calidad, porque "la educación es clave para desarrollar una fuerza laboral adiestrada" que garantice la prosperidad de una nación.

Además, destacó, "la educación contribuye a la democracia al promover estabilidad democrática y tolerancia". "No sólo la educación cívica", sino la educación en un contexto mucho más amplio, "dado que la gente educada es capaz de escoger opciones". O sea, "la educación tiene una función muy importante en alcanzar las metas de Estados Unidos dentro del proceso de la Cumbre de las Américas", apuntó.

Al mismo tiempo, anotó que los encargados de trazar políticas en Estados Unidos "no creen que lo saben todo" en cuestiones relativas a la educación. "La educación es una empresa muy compleja", advirtió. Por esta razón, la ministerial de la Ciudad de México será especialmente útil como foro para que los expertos regionales presenten sus ideas. La reunión "nos da la oportunidad de aprender unos de otros en términos de compartir las mejores prácticas y experiencias, y ayudarnos a establecer nexos" entre los educadores del Hemisferio, concluyó. "Cuando tenemos acceso al pensamiento y experiencias de otros países, eso nos ayuda a pensar de nuevas maneras y, a nuestra vez, podemos ayudar a nuestros asociados".

Mencionó a la Comisión Interamericana de Educación, dirigida por la OEA, como otra iniciativa importante surgida del proceso de la Cumbre. La Comisión "aplicará nuevas iniciativas para la educación y medirá las iniciativas vigentes, como el mecanismo para contar con datos comparables de educación y averiguar cuáles retos necesitan más atención" en cada estado miembro de la OEA. Reconoció la funcionaria que estos mecanismos no se han completado aún, pero agregó, "hemos comenzado. Esta es un área en la cual esperamos avanzar".

Se espera que un subproducto de la reunión en la Ciudad de México sea un nuevo impulso, indicó. El gobierno mexicano "le ha dado al Secretario Paige un lugar prominente en la agenda ministerial", añadió. "Habrá dos discursos de apertura en la Conferencia: uno lo pronunciará el Ministro de Educación de México, quien está a cargo de exponer los retos educativos que enfrenta la región. El otro discurso, el del Secretario Paige, se concentrará en mirar hacia el futuro y en cómo podríamos enfocar esos retos".

Ahora mismo, y desde una perspectiva estadounidense, el tema es particularmente apropiado, dado que "estamos en medio de un proceso de reforma educativa masiva, aquí en Estados Unidos", señaló. El Presidente Bush, al declarar que la educación figura entre sus máximas prioridades en el orden nacional, presentó al Congreso, para aprobación en 2001, su plan Que Ningún Niño se Quede Atrás. Esta ley, aprobada posteriormente, introduce varios cambios a la legislación federal. Concebida como un medio para cerrar la persistente brecha en los logros académicos entre los estudiantes en desventaja socioeconómica y pertenecientes a las minorías étnicas, y sus compañeros más privilegiados, la ley Que Ningún Niño se Quede Atrás se apoya en cuatro pilares: "mayor responsabilidad en los resultados, mayor flexibilidad para los distritos escolares y control local de los recursos, opciones ampliadas para los padres e hincapié en los métodos de enseñanza que han demostrado que dan resultado", dice una hoja informativa emitida por el Departamento de Educación.

En el aspecto de la flexibilidad, a la Casa Blanca está menos preocupada por el cumplimiento de los reglamentos burocráticos "en tanto logren un progreso demostrable" en el logro académico, hizo notar la funcionaria. "La flexibilidad se define como la manera cómo los estados usan los fondos federales", cosa que la Casa Blanca cree que debe dejarse al criterio de los administradores y educadores locales, quienes están mejor situados para calibrar las necesidades de sus estudiantes.

Recalcó que el programa Que Ningún Niño se Quede Atrás "trata de ofrecerles opciones a los padres", para que la gente tenga la alternativa de sacar a sus hijos de las escuelas que fracasan y colocarlos en un mejor ambiente de aprendizaje. "En partes del Hemisferio, los padres que disponen de medios tienen una cantidad de opciones, en tanto que los padres de bajos ingresos tienen pocas opciones y poco que decir en el proceso educativo". Un tema que debatirán los ministros será el de cómo darles a los padres una voz más fuerte. Cómo aumentar la participación paterna en la educación escolar de sus hijos, señaló.

Una característica importante de la ley Que Ningún Niño se Quede Atrás, sugirió la funcionaria, es la insistencia del plan en utilizar métodos de enseñanza exitosos. "Con el plan Que Ningún Niño se Quede Atrás esperamos que la educación se base en métodos efectivos", dijo. "Algunos métodos no han sido probados de modo concluyente, pero en algunos aspectos, como por ejemplo la lectura, sabemos cómo los niños aprenden mejor. "Nuestro mensaje es que la investigación confiable es muy importante", agregó. "Y, por la misma razón, queremos saber si hay pruebas sólidas de que los métodos que son útiles, digamos en México, serían también de ayuda en enseñarles los estudiantes hispánicos aquí en Estados Unidos".

En la Conferencia en la Ciudad de México, señaló, Estados Unidos espera destacar su participación en la región a través de una serie de iniciativas educativas. "Los programas financiados por la USAID, tales como los centros de adiestramiento de maestros, van cambiando la situación" en las Américas, afirmó. Conocidos oficialmente como Centros de Excelencia para la Capacitación del Magisterio, estos centros de recursos se establecieron para mejorar la calidad de la instrucción temprana en las aulas de todo el Hemisferio, y para mejorar la educación y capacidad de lectura generales de los niños, haciendo hincapié en los países menos desarrollados y en los maestros que trabajan en zonas rurales aisladas. La USAID calcula que alrededor de 15.000 maestros se beneficiarán con este adiestramiento en un período de cuatro años, que comenzó con la iniciación del programa en 2002.

En abril de 2001, antes de que los Centros abrieran formalmente, dijo Bush que Estados Unidos se había comprometido con este emprendimiento "porque el aprendizaje y la alfabetización son las bases del desarrollo y la democracia". Prometió el Presidente que "estos centros proporcionarán capacitación en alfabetización y educación básica, tanto personalmente como a través de la internet". Además de mejorar la instrucción en lectura y aumentar el conocimiento y las destrezas de enseñanza de los educadores, los Centros les darán a los maestros una introducción a la internet. La USAID argumenta que al entrar ellos mismos en la era de la información, los maestros pueden llevarle a la población estudiantil los beneficios de la tecnología, particularmente a quienes viven en comunidades en desventaja socioeconómica.

En la Ciudad de México "el Secretario Paige puede mencionar la política estadounidense internacional emprendida en diciembre de 2002, al ordenar al Departamento de Educación que se involucre más internacionalmente", especuló la funcionaria. Una participación mundial vigorosa de parte de Estados Unidos "requiere de nosotros que promovamos la percepción que tienen de otros países los estudiantes estadounidenses, y que estimulemos la instrucción en idiomas extranjeros" en las escuelas de Estados Unidos, "y que iniciemos proyectos e intercambios con otros países". Confirmó también que Estados Unidos presta atención a las reformas educativas en otras partes del mundo, y está muy atento a los acontecimientos en el Hemisferio Occidental.

"Hay una gran cantidad de innovación en la región y, ciertamente, los países latinoamericanos han hecho avances importantes en los años recientes", afirmó. "Las estadísticas del Banco Mundial indican que en 1960 el 74% de los adultos de América Latina estaban alfabetizados. En 1998 esa cifra saltó al 88%". En el mismo período (1960-1998), "Brasil pasó de una tasa de alfabetización entre los adultos de 49% al 68%", agregó. "El Banco Interamericano de Desarrollo informa que América Latina, en conjunto, ha alcanzado una tasa de culminación de la educación primaria del 82%, lo cual significa por lo menos seis años de escolaridad" por estudiante.

Sin embargo, "hay amplias divergencias entre los países de la región" en lo que hace a las tasas de culminación de la escuela primaria. "Hay también enormes retos en la matrícula y la culminación en la escuela secundaria. Y el otro factor es la calidad; la calidad educativa varía bastante" de un país a otro, y de una comunidad a la vecina dentro de un mismo país.

Otro funcionario del Departamento de Educación, quien participó en la conversación telefónica, concordó con la afirmación anterior y aportó algunos comentarios propios. En las Américas, dijo, "hay grandes problemas con la repetición de grados y también con la enseñanza 'después de la edad escolar', que es un problema social al igual que un problema educativo". La enseñanza "después de la edad escolar" es una expresión que se refiere a la presencia de estudiantes ya mayores en las escuelas primarias y secundarias. "Además, muchos niños no asisten habitualmente a la escuela en las áreas más pobres y en las áreas rurales", observó.

Sin embargo "vemos en la región cantidades de experimentos educativos interesantes", lo cual es muy alentador, dijo la funcionaria. Elogió un ambicioso programa de Brasil, emprendido por el presidente Luíz Inácio Lula da Silva, que les ofrece a los padres en las áreas rurales pobremente atendidas un modesto estipendio para que mantengan a sus hijos en la escuela. El programa, que ya da señales de éxito, ha resultado en que muchos más niños de las zonas rurales ingresen y permanezcan en la escuela y, como resultado, alegan los maestros, los padres se involucran más, se interesan más en la educación de sus hijos.

Por su parte, Chile ha diseñado un programa de educación compensatoria conocido como "900 Escuelas", que ofrece "recursos y apoyo adicionales a los niños que quedan rezagados por cualquier razón. Es similar a nuestro programa Capítulo I". En Chile, como en Estados Unidos, "se asignan recursos adicionales en las que los estudiantes muestran más necesidad", explicó. El programa recibió el nombre de "900 Escuelas" porque se originó cuando los expertos chilenos identificaron a las 900 escuelas que funcionaban peor en el país, escuelas que luego fueron objetivo de recursos extraordinarios. Hoy, dijo la funcionaria, el programa alcanza a más escuelas de las que implica su nombre, aproximadamente unas 1.200, según la Asociación para la Revitalización de la Educación en América Latina (AREAL). En un informe reciente, AREAL aplaude al programa de las "900 Escuelas", calificándolo de "ejemplo creativo de cómo los resultados de las evaluaciones pueden usarse no sólo para evaluar el logro estudiantil, sino también para guiar reformas de políticas".

Las ministeriales sobre educación que surgieron de la Cumbre de las Américas han establecido las siguientes prioridades: mejorar la capacitación de los maestros; mejorar la educación en ciencias y el acceso a la tecnología (especialmente la tecnología de la información); hacer que la educación sea relevante para el mercado laboral; mejorar el acceso y la calidad de la educación superior; apoyar una mayor descentralización de los sistemas de educación regionales; apoyar los proyectos de indicadores de la educación para medir el progreso; ampliar las oportunidades de intercambio de maestros, estudiantes y administradores; aumentar la disponibilidad de materiales educativos; y fortalecer las destrezas de administración de la educación. Todas estas metas, dijo la funcionaria, que se explayó brevemente sobre una de ellas en particular, son esenciales para el desarrollo de las Américas.

"La descentralización de los sistemas educativos ofrece una mayor flexibilidad", recordó. "Nuestra constitución les deja a los estados la responsabilidad de la educación, lo cual significa que la mayoría de las decisiones se toman al nivel estatal o local. Esto es muy inusual: en la mayoría de los países, el curriculo y todo lo demás lo dicta el gobierno federal". Reconoció que "hay ventajas y desventajas en ambos sistemas", pero hizo notar que Estados Unidos favorece generalmente un grado más alto de control local y estatal. La pregunta es "cómo alcanzar algún tiempo de equilibrio funcional" entre los sistemas en competencia, concluyó.

Mientras se prepara para reunirse con sus homólogos regionales en la Ciudad de México, el Secretario de Educación de Estados Unidos se concentrará en forjar vínculos más fuertes y una cooperación más profunda en el Hemisferio, indicó la funcionaria. Al hablar ante un público estadounidense en noviembre de 2002, el propio Paige aludió no sólo al papel decisivo de la educación para lograr una prosperidad más amplia en todo el mundo, sino a la importancia que tienen los estudios mundiales, tal como lo subrayaron los ataques terroristas en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001. Fomentar la tolerancia y la comprensión a través de la instrucción sobre otras culturas y temas mundiales, para fortalecer la democracia mediante programas de educación cívica, fue parte de su discurso. Casi con seguridad explorará estos temas en la ministerial de la Ciudad de México, pronosticó la funcionaria.

Los comentarios que hizo en noviembre el Secretario reflejan, aparentemente, una creciente percepción en Estados Unidos de la necesidad de llegar hasta los socios en el Hemisferio y en otras partes. "Ya no podemos permitirnos concentrarnos sólo en lo interno", dijo Paige. "Nuestra visión debe volverse más hacia afuera, hacia el mundo, alimentando las relaciones con otros países y mejorando los estudios sobre temas internacionales en nuestras escuelas". En Estados Unidos "siempre estamos conscientes de las lecciones del 11 de septiembre, que nos enseñaron que todas las medidas futuras de una rigurosa educación de primaria y secundaria, debe incluir unas bases sólidas sobre otras culturas, idiomas e historias", declaró. "O sea, necesitamos darle al mundo otra vez una educación de clase mundial".


Washington, D.C.
24 de julio de 2003