Índice Introducción Descripción Evaluación
Manejo con fármacos Intervenciones físicas y psicosociales Intervenciones anticáncer Intervenciones invasivas Tratamiento para pacientes de edad avanzada Cambios a este sumario (04/14/2003) Preguntas u opiniones sobre este sumario Para mayor información Descripción del PDQ
Introducción
Este sumario para pacientes sobre el dolor es una adaptación del sumario
dirigido a profesionales de la salud por expertos en oncología. Esta y otras
informaciones fidedignas sobre el cáncer y su tratamiento, exámenes de
detección, prevención, apoyo terapéutico y ensayos clínicos en curso están
disponibles a través del Instituto Nacional del Cáncer. El dolor asociado con
el cáncer puede controlarse en la mayoría de los casos, pero con frecuencia
recibe un tratamiento deficiente. Este breve sumario describe el manejo del
dolor provocado por el cáncer mediante el uso de medicamentos, métodos físicos
e intervenciones psicológicas.
Descripción
El dolor provocado por el cáncer se puede controlar eficazmente en la mayoría
de los pacientes con cáncer o con historial de dicho padecimiento. Aunque
este dolor no siempre se puede aliviar completamente, la mayoría de los
pacientes reciben algo de alivio de la terapia. El manejo del dolor mejora la
calidad de vida de los pacientes en todas las etapas de la enfermedad.
Un factor importante en el manejo del dolor provocado por el cáncer es la
flexibilidad. Los pacientes difieren en su diagnóstico, la etapa de la
enfermedad en la que se encuentran, sus respuestas al dolor y a los
tratamientos, y sus gustos personales, por lo que el manejo del dolor
provocado por el cáncer debe ser individualizado. Los pacientes, sus familias
y sus proveedores de salud deben cooperar estrechamente para que el manejo del
dolor del paciente sea eficaz.
Evaluación
Para tratar el dolor, es necesario medirlo. El paciente y el médico deben
medir los niveles del dolor a intervalos regulares después de comenzar a
tratar el cáncer, cada vez que el paciente informe sobre un dolor nuevo, y
después de comenzar un tratamiento para el dolor. Se debe identificar y
tratar con rapidez la causa del dolor.
Informe del paciente para sí mismo
Para ayudar al proveedor médico a determinar el tipo y el nivel del dolor, los
pacientes con cáncer pueden describir la ubicación y la intensidad del dolor,
los factores agravantes o aliviadores, y sus objetivos en relación con el
control del dolor.Se le podría pedir al familiar o persona encargada que rinda un informe en aquellos casos en los que el paciente tenga problemas del habla, lenguage o trastorno mental.
- Dolor: El paciente puede describir el dolor, cuándo empezó, cuánto dura, y
si es más fuerte a ciertas horas del día o de la noche.
- Ubicación: El paciente puede mostrar con exactitud dónde le duele señalando
el punto en su cuerpo o en el dibujo de un cuerpo y a dónde va el dolor si es
que se mueve o se extiende.
- Intensidad o gravedad: El paciente puede llevar un diario para anotar el
grado de gravedad del dolor.
- Factores agravantes o aliviadores: El paciente puede identificar factores
que hacen que el dolor aumente o disminuya.
- Respuesta conductuable al dolor: El proveedor de salud o personas encargadas del cuidado del paciente pueden notar conductas que indiquen síntomas de dolor en aquellos pacientes que tienen problemas de comunicación.
- Objetivos sobre el control del dolor: Con ayuda de su proveedor médico, el
paciente puede decidir cuánto dolor puede aguantar y cuánta mejoría puede
lograr.
El paciente puede utilizar un diario cotidiano sobre el dolor para así tener una mejor conciencia de este, aumentar el control sobre el, y recibir una guía adecuada por parte de los profesionales de la salud sobre la mejor forma de manejar el dolor.
Evaluación de los resultados del manejo del dolor
Los resultados del manejo del dolor se deben medir mediante el seguimiento de
la disminución de la gravedad del dolor y el progreso en la capacidad de
pensar, bienestar emocional y funciones sociales. Se debe hacer seguimiento
también a los resultados después de tomar los medicamentos para el dolor. La
adicción a los medicamentos no es común entre los pacientes de cáncer. El que
desarrolle una tolerancia más alta hacia un medicamento o se vuelva
físicamente dependiente de ese medicamento para el alivio del dolor no
significa que el paciente está adicto. Los pacientes deben tomar los
medicamentos para el dolor tal como se los recete el médico. Los pacientes que
tienen historia de abuso de drogas, pueden tolerar una dosis más alta del
medicamento para el control del dolor.
Manejo con fármacos
Principios básicos del manejo del dolor relacionado con el cáncer
La Organización Mundial de la Salud (OMS) desarrolló un programa de 3 pasos
para el manejo del dolor basado en la severidad del dolor:
- Para el dolor que va de leve a moderado, el médico podría recetar un
medicamento de la fase I tal como aspirina, acetaminofeno o uno
antiinflamatorio no esteroides (AINE, por sus siglas en inglés). Los
pacientes deben ser monitoreados en sus efectos secundarios especialmente
aquellos ocasionados por AINE como en los riñones o estómago y problemas
intestinales.
- Cuando el dolor tarda en aliviarse o aumenta, el médico podría cambiar la
receta a un medicamento para el dolor en la fase II o la fase III. La mayoría
de los pacientes con dolor relacionado con el cáncer necesitarán un
medicamento de fase II o III. El médico podría pasar por alto los
medicamentos en la fase I si los pacientes inicialmente tienen un dolor que va
de lo moderado a lo severo.
- En cada etapa el médico podría recetar medicamentos o tratamientos
adicionales (como por ejemplo radioterapia).
- El paciente debe tomar sus dosis de forma regular, por vía oral y de acorde
al horario estipulado para mantener un nivel constante de fármaco en el
cuerpo. Así evitará que el dolor recurra. Si el paciente está incapacitado de
tragar, el medicamento deberá administrarse por otra ruta (p.ej., mediante
infusión o inyección).
- El médico puede recetar dosis adicionales del fármaco para que el paciente
las tome según lo necesite para el dolor que se presenta entre horario y
horario del medicamento.
- El médico hará un reajuste de la dosis para el dolor para las necesidades
individuales de cada paciente y sus condiciones físicas.
El acetaminofeno y los AINEs
Los AINEs son eficaces en el alivio del dolor leve, y se pueden administrar
junto con opiáceos para mitigar dolores moderados o fuertes. El acetaminofeno
también alivia el dolor, pero no tiene el efecto antiinflamatorio de la
aspirina o los AINEs. Los pacientes, especialmente los pacientes mayores de
edad, que toman acetaminofeno deben ser observados cuidadosamente por efectos
secundarios.
Opioides
Los opioides son muy eficaces para el alivio del dolor moderado a fuerte. Los
casos de tratamiento deficiente surgen cuando la preocupación sobre la
adicción a estos fármacos (dependencia psicológica) hace que ésta se confunda
con la tolerancia y la dependencia física. Muchos pacientes con dolor
provocado por el cáncer se vuelven tolerantes a los opioides durante terapias
de larga duración. Esto hace necesario aumentar sus dosis para continuar
aliviando su dolor, incluso aunque puedan surgir efectos secundarios.
Tipos de opioides
Existen varios tipos de opioides. La morfina es el opioide más común
utilizado en el manejo del cáncer. Otros opioides comúnmente utilizados son
la idromorfona, oxicodona, metadona y fentanilo. La disponibilidad de varios
y diferentes opioides le permite al médico ciertas flexibilidad en recetar un
régimen de medicamentos que llenaran las necesidades individuales del
paciente.
Pautas en la administración de opioides
La mayoría de los pacientes con dolor del cáncer necesitarán recibir un
medicamento contra el dolor en un horario fijo para manejar el dolor y
prevenir que este empeore. El médico recetará una dosis de medicamento
opioide que podrá tomarse según se necesite junto al opioide regular en sus
dosis establecidas para controlar el dolor que se presente entre las dosis
estipuladas. La cantidad de tiempo entre dosis dependerá del tipo de opioide
que recete el médico. La dosis correcta consistirá en la cantidad de opioide
que controle el dolor con la menor cantidad de efectos secundarios posibles.
La meta es lograr un buen equilibrio entre el alivio del dolor y los efectos
secundarios mediante un reajuste gradual de la dosis. Si el paciente se
volviera tolerante al opioide, esto se puede resolver aumentando sus dosis o
cambiando el medicamento por otro opioide, especialmente si se necesitan dosis
más altas.
Ocasionalmente, las dosis necesitan reducirse o suspenderse. Esto podría
presentarse cuando los pacientes se recuperan del dolor debido al tratamiento
del cáncer como el bloqueo de nervios o la radioterapia. El médico podría
disminuir las dosis cuando el paciente experimenta sedación relacionada con el
opioide y un buen control del dolor.
Los medicamentos para el dolor se pueden administrar de varias maneras. El
método preferido es el oral, ya que los fármacos administrados por vía oral
son convenientes y por lo general cuestan poco. Cuando el paciente no puede
tomar medicamentos por vía oral, se pueden utilizar otros métodos menos
invasores, como la vía rectal o los parches de medicamento que se colocan en
la piel. Los métodos intravenosos sólo se utilizan cuando los métodos que son
simplemente menos exigentes, menos costosos resultan inapropiados, ineficaces
o no aceptables al paciente. Algunas veces se usan bombas analgésicas
controladas por el paciente (PCA, por sus siglas en inglés) que se utilizan
para determinar la dosis necesaria al principio de la terapia. Una vez se
logra controlar el dolor, el médico podría recetar dosis regulares de opioides
basadas en la cantidad requerida por el paciente cuando utiliza la bomba PCA.
La administración intraespinal de los opioides combinada con un anestésico
local podría resultar útil en algunos pacientes que sufren de dolor
incontrolable.
Efectos secundarios de los opioides
Los pacientes deben vigilarse de cerca para determinar si presentan algunos de
los efectos secundarios más comunes de los opiáceos, los cuales incluyen
estreñimiento, náusea y somnolencia. El médico debe consultar con el paciente
antes de iniciar una terapia con opioides. La náusea y la somnolencia suelen
presentarse por lo general al inicio de la terapia y tiende a mejorar a los
pocos días, otro de los efectos secundarios de los opioides incluye el vómito,
problemas para pensar claramente, problemas para respirar, la sobredosis
gradual, y mal desempeño sexual.
Los opioides disminuyen las contracciones musculares y movimientos del
estómago y los intestinos, lo que da como resultado deposiciones duras. La
clave para prevenir eficazmente el estreñimiento es asegurarse de que el
paciente ingiere suficientes líquidos para mantener las deposiciones suaves.
El médico debe recetar un suavizador de deposiciones al inicio de un
tratamiento con opioides. Si el paciente no responde ante el suavizador de
deposiciones, se deberá recetar laxantes adicionales.
Los pacientes deben hablar con sus médicos sobre los efectos secundarios que
lleguen a ser demasiado molestos o fuertes. Debido a que existen diferencias
entre los diversos pacientes en cuanto al grado de efectos secundarios
ocasionados por los opioides, los efectos severos o prolongados deben
informárseles al médico. En estos casos el médico podría reducir la dosis del
opioide, cambiar de opioide o cambiar la forma de administración de este, por
ejemplo de forma intravenosa o inyectada en vez de oral, para de esta manera
reducir los efectos secundarios. (Para mayor información sobre como lidiar con estos efectos secundarios, consultar los sumarios del
PDQ sobre las Complicaciones gastrointestinales 1, la Náusea y vómito 2,
La nutrición en el tratamiento del cáncer 3 y los Aspectos relacionados con la sexualidad y la reproducción 4.)
Fármacos utilizados con los medicamentos para el dolor
También se puede administrar otros fármacos al mismo tiempo que los
medicamentos contra el dolor con el fin de aumentar su eficacia, tratar los
síntomas y aliviar tipos específicos de dolor. Estos fármacos incluyen los
corticosteroides, los anticonvulsivos, los antidepresivos, los anestésicos
locales y los estimulantes. Existen diferencias marcadas en como los pacientes
responden a estos medicamentos. Los efectos secundarios son comunes y deben
ser comunicados al médico.
Intervenciones físicas y psicosociales
Se pueden utilizar métodos físicos y psicológicos no invasores junto con
fármacos y otros tratamientos para manejar el dolor durante todas las fases
del tratamiento del cáncer. La eficacia de las intervenciones contra el dolor
dependerá de la participación del paciente en el tratamiento y de su capacidad
para indicar a su proveedor médico qué métodos le alivian mejor el dolor.
Intervenciones físicas
La debilidad, el desgaste muscular y el dolor muscular/óseo se pueden tratar
con calor (compresas calientes o almohadillas eléctricas); frío (paquetes de
hielo flexibles); masajes, presión y vibración (para ayudar con la
relajación); ejercicio (para fortalecer los músculos, aflojar las
articulaciones rígidas, recuperar la coordinación y el equilibrio, y
fortalecer el corazón); cambios de posición; restricción del movimiento de
áreas doloridas o huesos rotos; estimulación; estimulación eléctrica
controlada de bajo voltaje; o acupuntura.
Intervenciones relacionadas con el pensamiento y la conducta
Las intervenciones relacionadas con el pensamiento y la conducta también son
importantes para tratar el dolor, al servir para que los pacientes se sientan
en control de su situación y para que aprendan a afrontar su enfermedad y sus
síntomas. Es útil comenzar estas intervenciones temprano durante el curso de
la enfermedad para que los pacientes puedan aprender y practicar sus
habilidades cuando aún tienen suficiente fuerza y energía. Se deben probar
diversos métodos, y se debe utilizar uno o varios regularmente.
- Imaginería y relajación: Se pueden utilizar técnicas de relajación simples
para los episodios de dolor cortos (por ejemplo, durante los procedimientos
del tratamiento del cáncer). Las técnicas breves y simples son apropiadas para
periodos en que la capacidad de concentración del paciente se ve limitada por
dolores fuertes, ansiedad intensa o fatiga. (Vea los ejercicios de relajación
que aparecen debajo)
- Hipnosis: Se pueden usar técnicas hipnóticas para promover la relajación, y
éstas pueden combinarse con otros métodos relacionados con el pensamiento y la
conducta. La hipnosis surte efecto como calmante del dolor para las personas
que son capaces de concentrarse y usar la imaginería, y que están dispuestos a
practicar esta técnica.
- Pensamiento dirigido: Para no concentrarse en el dolor o en las emociones
negativas que éste conlleva se pueden utilizar distracciones internas (por
ejemplo, contar, rezar, o decirse a sí mismo "Puedo aguantar") o externas
(como la música, la televisión, el diálogo, el escuchar a alguien leer, o el
mirar a algo específico). Los pacientes también pueden aprender a estudiar y
evaluar los pensamientos negativos y reemplazarlos con ideas e imágenes más
positivas.
- Educación del paciente: Los proveedores médicos pueden entregar a los
pacientes información e instrucciones sobre el dolor y su manejo y
asegurarles que es posible controlar eficazmente la mayoría de los dolores.
También deben hablarles sobre los obstáculos más importantes que existen a la
hora de lograr un manejo eficaz del dolor.
- Apoyo psicológico: La terapia psicológica a corto plazo ayuda a algunos
pacientes. Los que desarrollan una depresión clínica o un trastorno de la
adaptación pueden acudir a un psiquiatra para obtener un diagnóstico.
- Grupos de apoyo y orientación religiosa: Los grupos de apoyo ayudan a
muchos pacientes, y la orientación religiosa puede ayudarles también al
proporcionarles cuidados espirituales y apoyo social.
Los siguientes ejercicios de relajación pueden ser útiles para el alivio del
dolor.
Ejercicio 1. Respiración lenta y rítmica para la relajación * - Tome aire lenta y profundamente, mantenga el estómago y los hombros
relajados.
- Expulse el aire despacio y note cómo empieza a relajarse; sienta que la
tensión abandona su cuerpo.
- Respire lentamente y de forma regular a un ritmo cómodo para usted. Si lo
desea, puede respirar inflando y desinflando el abdomen.
- Para ayudarle a concentrarse en su respiración y respirar de forma lenta y
rítmica: cuente hasta tres para sí mismo al tomar aire o diga para sus
adentros algo como "paz" o "ahhh" al expulsarlo.
- Siga los pasos 1 a 4 sólo una vez o repita los pasos 3 y 4 hasta un máximo
de 20 minutos.
- Para terminar, respire profundamente. Al expulsar el aire, dígase a sí
mismo: "me siento alerta y relajado".
Ejercicio 2. Contacto físico simple, masaje o calor * - El contacto físico y el masaje son métodos tradicionales para ayudar a que
otros se relajen. Como ejemplos tenemos:
- Contacto o masaje breve, como el tomar a alguien de la mano, colocarle la
mano en el hombro un instante o darle un pequeño masaje en los hombros.
- Poner los pies en remojo en agua tibia o envolverlos en una toalla húmeda y
caliente.
- Masaje del cuerpo entero o sólo la espalda, los pies o las manos (entre 3 y
10 minutos). Si el paciente es recatado o no puede moverse o voltearse con
facilidad en la cama, se puede considerar el masaje de las manos y los pies.
- Uso de un lubricante tibio. Se puede calentar un poco de loción en un
recipiente en el microondas o un frasco de loción sumergiéndolo en agua
caliente durante 10 minutos aproximadamente.
- Los masajes para relajar se suelen dar en forma de toques suaves, largos y
lentos; no obstante, se puede probar a ejercer diferentes grados de presión y
usar distintos tipos de masaje, como si estuviese amasando la piel y
golpecitos ligeros de arriba hacia abajo, para determinar cuál prefiere el
paciente.
Sobre todo para las personas de edad avanzada, un masaje de la espalda
que surta efecto relajando al paciente puede consistir en 3 minutos o
menos de toques lentos y rítmicos (unos 60 por minuto) a ambos lados de
la columna, desde lo alto de la cabeza hasta la cintura. Para mantener el
contacto continuamente, empiece a bajar una mano por la espalda mientras
la otra está aún en la cintura, y luego levántela. Es una buena idea
tener un horario regular para el masaje, ya que esto le da al paciente
algo agradable que esperar con ansias.
Ejercicio 3. Experiencias pasadas agradables * - Toda persona cuenta con experiencias pasadas que le hacen sentirse tranquilo y
cómodo al pensar en ellas. Quizás usted pueda recordar una de esas
experiencias y sentir lo mismo en el presente. Considere las siguientes
preguntas:
- ¿Puede recordar alguna situación, incluso de cuando era niño, en que se
sintiera tranquilo, sosegado, seguro, esperanzado o cómodo?
- ¿Se ha encontrado alguna vez soñando despierto sobre algo que le ha hecho
sentirse sereno? ¿En qué estaba pensando?
- ¿Le hace sentirse bien la música? ¿Qué clase de música prefiere?
- ¿Tienen algún poema favorito que le haga sentirse alegre o tranquilo?
- ¿Es usted religioso o lo ha sido alguna vez? ¿Tiene lecturas, himnos u
oraciones favoritas? Aunque no las haya oído ni haya pensado en ellas durante
mucho tiempo, las experiencia religiosas infantiles pueden servir aún para
sosegarle.
Puntos adicionales: Algunas de las cosas que le hacen sentir bien, como su
música favorita o una oración, se pueden grabar para que usted las oiga
siempre que quiera; o, si tiene buena memoria, puede simplemente cerrar los
ojos y recordar la experiencia o las palabras que desee.
Ejercicio 4. Escuchar música de forma activa *
- Obtenga los siguientes objetos:
- Un reproductor o una grabadora de casete (conviene que sea uno de los más
pequeños que funcionan con pilas).
- Auriculares (con ellos se consigue más estímulo que oyendo música de un
altavoz y además se evita molestar a otras personas).
- Una cinta de casete de música que le guste (casi todo el mundo prefiere
música rápida y viva, pero algunos elijen música relajante. También se pueden
escuchar grabaciones de comedias, acontecimientos deportivos, programas de
radio antiguos o historias).
- Marque el ritmo de la música usando, por ejemplo, un dedo o meneando la
cabeza. Eso le ayudará a concentrarse en la música y no en sus molestias.
- Mantenga los ojos abiertos y fije su mirada en un punto o un objeto
inmóvil. Si desea cerrar los ojos, imagínese algo relacionado con la música.
- Escuche la música a un volumen agradable. Si aumenta la molestia, pruebe a
subir el volumen, y bájelo cuando la molestia se vaya aliviando.
- Si este ejercicio no le da suficientes resultados, pruebe una de los
siguientes ideas: dése un masaje al ritmo de la música, pruebe otro tipo de
música, o marque el ritmo de la música de más de una forma, por ejemplo, con
la mano y el pie al mismo tiempo.
Puntos adicionales: Esta técnica funciona para muchos pacientes y la utilizan
muchas personas, probablemente debido a que el equipo necesario es algo fácil
de encontrar que forma parte de nuestra rutina diaria. Otras de sus ventajas
son que es fácil de aprender y no le deja a uno exhausto física ni
mentalmente. Si se encuentra muy cansado, puede dedicarse a escuchar la música
solamente, sin marcar el ritmo ni fijar su mirada en un punto.
* [Nota: Adaptado y reproducido con permiso, de McCaffery M, and Beebe A: Pain:
Clinical Manual for Nursing Practice. St. Louis, Mo: CV Mosby: 1989.]
Intervenciones anticáncer
Radioterapia
La radioterapia local o del cuerpo entero puede aumentar la eficacia de los
medicamentos contra el dolor y otras terapias no invasoras al afectar
directamente a la causa del dolor (por ejemplo, reduciendo el tamaño del
tumor). Una sola inyección de un agente radioactivo puede aliviar el dolor
cuando el cáncer se disemina de forma extensa por los huesos.
Cirugía
Se puede utilizar la cirugía para extirpar el tumor en parte o en su totalidad
con el fin de reducir el dolor directamente, aliviar síntomas de obstrucción o
compresión, y mejorar los resultados, incluso aumentando la supervivencia a
largo plazo.
Intervenciones invasivas
Se debe utilizar los métodos menos invasores para aliviar el dolor antes de
probar tratamientos invasores. No obstante, algunos pacientes pueden necesitar
este tipo de terapia.
Bloqueos de los nervios
El bloqueo de los nervios consiste en la inyección ya sea de un anestésico
local o de un fármaco que desactiva los nervios con el fin de controlar
dolores que no es posible aliviar de otra manera. Estos bloqueos se pueden
usar para determinar de dónde proviene el dolor, tratar padecimientos
dolorosos que responden a este tratamiento, predecir cómo responderá el dolor
a tratamientos a largo plazo, y evitar el dolor después de un procedimiento
médico.
Intervenciones neurológicas
Se puede realizar una operación para implantar un aparato que administre
fármacos o que estimule los nervios mediante corrientes eléctricas. En casos
excepcionales, es posible llevar a cabo una operación para destruir uno o
varios nervios que formen parte del itinerario del dolor.
Manejo del dolor provocado por procedimientos médicos
Muchos de los procedimientos para el diagnóstico y el tratamiento son
dolorosos, pero es posible tratar este dolor antes de que aparezca. Se pueden
utilizar anestésicos locales u opiáceos de poca duración para manejar el dolor
provocado por dichos procedimientos, siempre que se cuente con el tiempo
suficiente para que el fármaco surta efecto. También se pueden usar fármacos
contra la ansiedad o sedantes para reducir la ansiedad o sedar al paciente.
Los tratamientos como la imaginería y la relajación son útiles en el manejo
del dolor y la ansiedad provocada por procedimientos médicos.
Los pacientes normalmente toleran mejor los procedimientos si saben lo que
esperar. La compañía de un familiar o amigo durante el procedimiento puede
ayudar a reducir su ansiedad.
Tanto los pacientes como sus familiares deberían recibir instrucciones por
escrito sobre cómo manejar el dolor en casa y con quién ponerse en contacto si
tienen preguntas relacionadas con el manejo de esa molestia.
Tratamiento para pacientes de edad avanzada
Los pacientes de edad más avanzada corren el riesgo de recibir tratamientos
deficientes para el dolor debido a que a veces se subestima su sensibilidad al
dolor, se espera que lo toleren bien, y existen ideas falsas sobre su
habilidad para beneficiarse de los opioides. Los problemas que pueden surgir a
la hora de evaluar y tratar el dolor relacionado con el cáncer en pacientes de
edad avanzada incluyen:
- El padecimiento de varias enfermedades crónicas y la existencia de varias
fuentes de dolor. La edad y tratamientos complicados con medicamentos ponen a
las personas mayores en mayor riesgo de interacciones entre los medicamentos y
entre los medicamentos y las enfermedades crónicas.
-
Los problemas de la vista, el oído, el movimiento y el razonamiento pueden
hacer necesario usar pruebas más simples y un control más frecuente para
determinar el grado de dolor en los pacientes de más edad.
- Es más probable que los pacientes mayores padezcan efectos secundarios de
los medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE, por sus siglas en
inglés), como toxicidad estomacal y del hígado, problemas para pensar,
estreñimiento y dolores de cabeza.
- Eficacia de los opioides: Los pacientes de más edad pueden ser más
sensitivos al alivio del dolor y a los efectos de los opioides en el sistema
nervioso central y por lo tanto tener periodos más prolongados de alivio del
dolor.
- La analgesia controlada por el paciente se debe utilizar con precaución con
los pacientes de edad avanzada, ya que los fármacos tardan más tiempo en salir
de su cuerpo y estos pacientes son más sensibles a sus efectos secundarios.
- Otras vías de administración, como la vía rectal, pueden no ser útiles con
estos pacientes debido a su incapacidad física para administrarse el
medicamento.
- El control del dolor después de una operación requiere mantener un contacto
directo y frecuente con los proveedores médicos, para el monitoreo del manejo
del dolor.
- Se debe realizar una nueva evaluación del manejo del dolor y efectuar los
cambios necesarios cada vez que el paciente se mude (por ejemplo, del hospital
a su casa o a un asilo).
Cambios a este sumario (04/14/2003)
Los sumarios del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan en la medida en que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes hechos a este sumario a partir de la fecha arriba indicada.
Se introdujeron cambios a este sumario. Preguntas u opiniones sobre este sumario
Si tiene preguntas o algun comentario sobre este sumario, por favor utilice el formulario de opinión 5 disponible en nuestro portal de Internet, Cancer.gov. Solo podemos responder los mensajes escritos en inglés. Para mayor información
Llámenos Para obtener más información, las personas que residen en los Estados Unidos pueden llamar gratuitamente al Servicio de Información del Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) 1-800-4-CANCER (1-800-422-6237); de lunes a viernes de 9:00 a.m. a 4:30 p.m. Las personas sordas o con dificultad para escuchar que tienen equipo de TTY, pueden llamar al 1-800-332-8615. La llamada es gratis y un especialista en información sobre el cáncer estará disponible para responder sus preguntas. Organizaciones y portales de Internet
El portal de Internet del NCI, Cancer.gov 6, provee acceso en línea e información sobre el cáncer, ensayos clínicos, otras organizaciones y portales que ofrecen servicios de apoyo y recursos a los pacientes de cáncer y sus familiares. Hay muchos lugares donde las personas pueden conseguir información sobre servicios y tratamientos para el cáncer. Generalmente, los hospitales de su ciudad pueden orientarlo sobre agencias locales o regionales que ofrecen información sobre ayuda financiera, transporte de ida y vuelta al hospital para recibir tratamiento, cómo recibir atención a domicilio, y cómo afrontar otros problemas relacionados con el cáncer y su tratamiento. Publicaciones El Instituto Nacional del Cáncer, distribuye material educativo para informar a los pacientes, profesionales de la salud y el público en general. Estas publicaciones describen los diferentes tipos de cáncer y sus respectivos tratamientos así como pautas para sobrellevar el cáncer e información sobre ensayos clínicos. Algunas publicaciones proveen información sobre las diferentes pruebas de detección del cáncer, sus causas y cómo prevenirlo, además de estadísticas e información sobre las investigaciones científicas llevadas a cabo en el Instituto Nacional del Cáncer. Estas publicaciones del NCI, sobre estos y otros temas, pueden solicitarse o imprimirse directamente a través del Servicio de Localización de Publicaciones del NCI 7. También se pueden solicitar por teléfono llamando gratuitamente al Servicio de Información sobre el Cáncer al 1-800-4-CANCER (1-800-422-6237), TTY al 1-800-332-8615. Ayuda Personal "LiveHelp", un servicio de mensajería instantánea del NCI, es un programa disponible en varios de los portales de Internet del Instituto, que provee a los usuarios la oportunidad de conversar en vivo con un especialista en información del cáncer. Por el momento, este servicio solo está disponible en inglés. Dicho servicio está disponible de lunes a viernes de 9:00 a.m. a 10:00 p.m., hora del este. Los especialistas en información pueden ayudar a los usuarios a encontrar información en el portal de Internet del NCI, y responder sus preguntas sobre el cáncer. Escríbanos
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Descripción del PDQ
El PDQ es una vasta base de datos sobre el cáncer disponible en Cancer.gov. El PDQ es una base de datos del Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) que contiene información completa sobre el cáncer. La mayoría de la información que se encuentra en el PDQ, está disponible en Cancer.gov 6, el portal de internet del NCI. El PDQ es uno de los servicios del NCI, el cual forma parte de los Institutos Nacionales de la Salud, que es el centro principal de investigación biomédica del gobierno federal. El PDQ contiene sumarios con información sobre el cáncer. La base de datos del PDQ contiene sumarios con la más reciente información publicada sobre la prevención, detección, genética, tratamiento, apoyo terapéutico y medicina complementaria y alternativa relacionada con el cáncer. La mayoría de los sumarios se encuentran en dos versiones. La versión para profesionales contiene información detallada, escrita en un lenguaje técnico y la versión para pacientes está escrita en un lenguaje sencillo y fácil de entender. Ambas versiones proveen información precisa y actualizada sobre el cáncer. Los sumarios del PDQ con información sobre el cáncer son redactados y revisados con frecuencia por expertos en la materia. El Consejo de Redacción, compuesto por expertos en oncología y especialidades afines, es el responsable de redactar y mantener los sumarios con información sobre el cáncer. Estos sumarios son revisados regularmente y se les incorporan los cambios debidos en la medida en que se obtiene nueva información. La fecha al final de cada sumario ("Fecha de actualización") indica la fecha del cambio efectuado más reciente. El PDQ también contiene información sobre ensayos clínicos. Algunos pacientes desarrollan síntomas ocasionados ya sea por el cáncer mismo o como consecuencia del tratamiento administrado. Los pacientes que desarrollan síntomas como consecuencia del tratamiento, podrían considerar el hecho de participar en un ensayo clínico. Un ensayo clínico es un estudio que trata de dar respuesta a ciertas preguntas de carácter científico, como por ejemplo si un medicamento es mejor que otro. Estos ensayos se basan en estudios anteriores y lo que se ha aprendido en el laboratorio. El propósito de todo esto es encontrar mejores métodos para ayudar a los pacientes con cáncer. Durante estos ensayos se obtiene información acerca de los nuevos tratamientos, sus riesgos, su eficacia y si trabajan o no. Cuando estos experimentos demuestran que el nuevo tratamiento es mejor que el empleado hasta ese momento, este puede convertirse en el tratamiento "estándar". El PDQ contiene un listado de ensayos clínicos disponibles en Cancer.gov 8. Tanto la versión para profesionales como para pacientes contiene descripciones de estos. El PDQ cuenta también con una lista de oncólogos que participan en ensayos clínicos. Para mayor información, llame al Servicio de Información sobre el Cáncer al 1-800-4-CANCER (1-800-422-6237); la línea para sordos TTY al 1-800-332-8615. |