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Folleto para el personal de salud pública Condones de Látex para
Hombres En junio del 2000, los Institutos Nacionales de Salud (NIH), en colaboración con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. (FDA) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) realizaron un seminario para evaluar las evidencias científicas disponibles sobre la eficacia de los condones de látex para hombres en la prevención de las enfermedades de transmisión sexual (ETS), entre ellas el VIH. Un sumario del seminario fue realizado en julio del 2001 y la versión en inglés se encuentra en http://www.niaid.nih.gov/dmid/stds/condomreport.pdf). La información en este folleto está basada en el reporte del seminario hecho por el NIH y en estudios adicionales que no se presentaron en ese reporte o que fueron publicados posteriormente al seminario (vea el documento en inglés "Condom Effectiveness" para mayor referencia). La mayoría de los estudios epidemiológicos que comparan las incidencias de transmisión de enfermedades de transmisión sexual entre los usuarios y no usuarios del condón se enfoca en el contacto sexual pene-vagina. Las recomendaciones en torno al uso del condón de látex para hombres y la prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS), entre ellas, el virus de inmunodeficiencia humana adquirida (VIH), se basan en informaciones sobre la forma en que se transmiten los diferentes tipos de ETS, las propiedades físicas de los condones, la cobertura de protección anatómica que ofrecen los condones y los estudios epidemiológicos del uso del condón y el riesgo de adquirir ETS. La forma más segura de evitar el contagio de una enfermedad de transmisión sexual es abstenerse de tener relaciones sexuales o estar en una relación monógama, a largo plazo, con una pareja que ya se sometió a las pruebas para detectar si tiene una ETS y que usted sepa que no está infectada. Para aquellas personas que tienen comportamientos sexuales que
las colocan en riesgo de adquirir ETS, el uso correcto y constante del
condón de látex para hombres puede reducir los riesgos de
transmisión de estas enfermedades. Sin embargo, ningún método
de protección es cien por ciento efectivo y el uso del condón
no puede garantizar protección absoluta contra las enfermedades
de transmisión sexual. Además, los condones lubricados con
espermaticidas no son más efectivos que otros condones con lubricación
para protegerse contra el VIH y otras enfermedades de transmisión
sexual. Los condones deben usarse en forma correcta y constante para que
ofrezcan la mejor protección. El uso incorrecto del condón
puede provocar deslizamientos o rupturas del mismo, disminuyendo su efecto
protector. El uso inconstante del condón, por ejemplo, no utilizarlo
cada vez que se tenga relaciones sexuales, puede provocar la transmisión
de ETS debido a que el contagio se puede producir con un solo acto sexual.
Enfermedades de Transmisión Sexual, entre Ellas el VIH
Hay dos formas principales por las que se pueden transmitir las enfermedades de transmisión sexual. El virus de inmunodeficiencia humana (VIH), así como la gonorrea, la clamidia y la tricomoniasis – enfermedades de secreción – son transmitidas cuando un semen o flujo vaginal infectado entra en contacto con superficies mucosas (en el caso de la uretra masculina, la vagina o el cuello uterino). Por el contrario, las úlceras genitales – herpes genital, sífilis y chancroide – y el virus del papiloma humano se transmiten principalmente por medio del contacto con piel infectada o superficies mucosas. Estudios de laboratorio han demostrado que los condones de látex ofrecen una barrera esencialmente impenetrable contra partículas del tamaño de los patógenos de las ETS. Bases teóricas para justificar la protección. Se asume que los condones ofrecen diferentes niveles de protección para evitar la transmisión de enfermedades de transmisión sexual, dependiendo de las diversas formas en que se transmiten esas enfermedades. Debido a que los condones bloquean la secreción de semen o protegen a la uretra masculina contra la exposición a las secreciones vaginales, estos ofrecen un nivel mayor de protección contra las enfermedades de secreción. La protección es menor contra las úlceras genitales o el virus del papiloma humano porque esas infecciones se pueden transmitir por la exposición a ciertas áreas, como piel infectada o superficies mucosas, que no están cubiertas o protegidas por el condón. Los estudios epidemiológicos buscan medir los
efectos protectores de los condones al comparar las tasas de incidencia
de las enfermedades de transmisión sexual entre los usuarios y
no usuarios del condón bajo condiciones de vida reales. Desarrollar
estas mediciones para determinar la efectividad del condón es un
gran reto. Como resultado, es probable que las mediciones observadas sobre la efectividad del condón no sean las correctas. La mayoría de los estudios epidemiológicos de las ETS, diferentes al VIH, están caracterizados por estas limitaciones metodológicas, y por ende, los resultados entre ellos varían ampliamente, pasando de la demostración de que los condones no ofrecen protección hasta los estudios que sugieren que el uso del condón ofrece una protección considerable. La ausencia de resultados concluyentes de los estudios epidemiológicos sobre la efectividad del condón indica que se necesita más investigación y no que los condones de látex no funcionan. En el caso de la infección por VIH, a diferencia de otras enfermedades de transmisión sexual, se han realizado diversos estudios utilizando, en forma cuidadosa, los más rigurosos métodos y mediciones que han demostrado que el uso constante del condón es un elemento altamente efectivo en la prevención de la transmisión del VIH. Otro tipo de estudio epidemiológico involucra el análisis de las tasas de incidencia de las enfermedades de transmisión sexual en poblaciones, en vez de en individuos. Este tipo de estudios ha demostrado que cuando se incrementa el uso del condón entre grupos de población, las tasas de incidencia de las enfermedades de transmisión sexual disminuyen en esos grupos. Otros estudios han examinado la relación entre el uso del condón y las complicaciones causadas por las infecciones de transmisión sexual. Por ejemplo, el uso del condón se ha asociado con una disminución del riesgo de aparición de cáncer cervical, una enfermedad asociada al virus del papiloma humano. La siguiente parte de este folleto incluye información específica sobre el VIH, las enfermedades de secreción, las úlceras genitales y el virus del papiloma humano, así como estudios de laboratorio, bases teóricas para justificar la protección y estudios epidemiológicos. VIH-SIDA
El SIDA, es por amplio margen, la condición más letal de todas las enfermedades de transmisión sexual y existe considerablemente mayor evidencia científica sobre la efectividad del condón en la prevención de la infección por VIH que en la prevención de otras ETS. El resultado de la investigación sobre la efectividad de los condones de látex en la prevención de la transmisión sexual del VIH es a la vez exhaustivo y concluyente. De hecho, la capacidad que tienen los condones de látex de prevenir la transmisión de VIH ha sido establecida científicamente en estudios bajo condiciones de “vida reales” con parejas sexualmente activas, así como en estudios de laboratorio. Estudios de laboratorio han demostrado que los condones de látex ofrecen una barrera esencialmente impenetrable contra partículas del tamaño de los patógenos de las ETS. Bases teóricas para justificar la protección. Los condones de látex cubren el pene y ofrecen una barrera efectiva contra la exposición a secreciones como el semen y los fluidos vaginales, bloqueando la vía de acceso a una infección de transmisión sexual por VIH. Los estudios epidemiológicos realizados bajo condiciones de vida reales, en donde un miembro de la pareja está infectado por VIH y el otro no lo está, demuestran en forma concluyente que el uso constante de los condones de látex provee un alto nivel de protección. Enfermedades de secreción, entre ellas la gonorrea, la clamidia y la tricomoniasis
La gonorrea, la clamidia y la tricomoniasis son consideradas enfermedades de secreción porque son transmitidas sexualmente por secreciones genitales como el semen o los fluidos vaginales. El VIH también se transmite por secreción genital. Estudios de laboratorio han demostrado que los condones de látex ofrecen una barrera esencialmente impenetrable contra partículas del tamaño de los patógenos de las ETS. Bases teóricas para justificar la protección. Las propiedades físicas de los condones de látex protegen contra las enfermedades de secreción como gonorrea, clamidia y tricomoniasis, porque ofrecen una barrera de protección contra las secreciones genitales que pueden transmitir organismos que causan enfermedades de transmisión sexual. Los estudios epidemiológicos que comparan las tasas de infección entre los usuarios y no usuarios del condón ofrecen evidencia de que los condones de látex pueden proteger contra la transmisión de clamidia, gonorrea y tricomoniasis. Sin embargo, otros estudios epidemiológicos muestran que los condones ofrecen muy poca o ninguna protección contra esas infecciones. Muchos de los estudios epidemiológicos que se encuentran disponibles no fueron diseñados o conducidos de forma que permitan una medición precisa de la efectividad del condón contra las enfermedades de secreción. Se requiere de más investigaciones para determinar el grado de protección que ofrecen los condones de látex contra las enfermedades de secreción, diferentes al VIH. Úlceras genitales y Virus del papiloma humano
Entre las enfermedades de úlceras genitales se encuentran el herpes genital, la sífilis y el chancroide. Estas enfermedades se transmiten primordialmente por medio del contacto “piel a piel” con úlceras o piel infectada de apariencia normal. Las infecciones por el virus del papiloma humano se transmiten por medio del contacto con piel genital infectada o fluidos y superficies mucosas. Las enfermedades de úlceras genitales y el virus del papiloma humano pueden presentarse en áreas genitales masculinas o femeninas que están descubiertas o cubiertas (es decir, protegidas por el condón). Estudios de laboratorio han demostrado que los condones de látex ofrecen una barrera esencialmente impermeable contra partículas del tamaño de los patógenos de las ETS. Bases teóricas para justificar la protección. La protección contra las enfermedades de úlceras genitales y el virus del papiloma humano depende del lugar en que se encuentre la úlcera o infección. Los condones de látex sólo pueden proteger contra la transmisión de enfermedades cuando las úlceras o la infección se encuentran en áreas genitales que están cubiertas o protegidas por el condón. Es así, que el uso constante y correcto de los condones de látex debería ofrecer protección contra la transmisión de enfermedades de úlceras genitales y el virus del papiloma humano en algunas, pero no en todas las circunstancias. Los estudios epidemiológicos que comparan las tasas de infección entre los usuarios y no usuarios del condón ofrecen evidencia de que los condones de látex pueden proteger contra la transmisión de clamidia, gonorrea y tricomoniasis. Sin embargo, otros estudios epidemiológicos muestran que los condones ofrecen muy poca o ninguna protección contra esas infecciones. Muchos de los estudios epidemiológicos que se encuentran disponibles no fueron diseñados o conducidos de forma que permitan una medición precisa de la efectividad del condón contra las enfermedades de úlceras genitales. Ningún estudio concluyente ha determinado específicamente la relación entre la transmisión de chancroide y el uso del condón, aunque muchos estudios han documentado un riesgo reducido en la aparición de úlceras genitales cuando el chancroide era la úlcera genital predominante. Se requiere de más investigaciones para determinar el grado de protección que ofrecen los condones de látex contra las úlceras genitales. A pesar de que algunos estudios epidemiológicos han mostrado bajas tasas de incidencia en la infección por el virus del papiloma humano entre usuarios del condón, la mayoría de estudios no ha podido hacer lo mismo. Es particularmente difícil estudiar la relación entre el uso del condón y la infección por el virus del papiloma humano debido a que esta infección es, a menudo, detectada en forma intermitente y también porque es difícil determinar la frecuencia de aparición de infecciones nuevas o ya existentes. Muchos de los estudios epidemiológicos que se encuentran disponibles no fueron diseñados o conducidos de forma que permitan una medición correcta de la efectividad del condón contra la infección por el virus del papiloma humano. Sin embargo, varios estudios han mostrado una asociación entre el uso del condón y un riesgo reducido de contraer enfermedades asociadas con el virus del papiloma humano, entre ellas verrugas genitales, displasia cervical y cáncer cervical. Se desconoce la razón de las bajas tasas de incidencia de cáncer cervical entre usuarios del condón, observadas en varios estudios. Se cree que la infección por el virus del papiloma humano es parte determinante, pero no suficiente por sí sola, en la aparición del cáncer cervical. La infección conjunta con otras enfermedades de transmisión sexual puede ser un factor que incremente la probabilidad de que la infección del virus por el papiloma humano provoque cáncer cervical. Se requiere de más investigaciones para determinar el grado de protección que ofrecen los condones de látex contra la infección por el virus del papiloma humano y enfermedades asociadas con él, como el cáncer cervical. Departamento de Salud y Servicios Humanos
Última Revisión: 28
de enero del 2003 |