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Office of the Press Secretary
30 de marzo de 2002
DISCURSO RADIAL DEL PRESIDENTE A LA NACIÓN
Buenos Días. Han pasado casi siete meses desde el ataque a nuestro país, y
el shock y la tristeza de ese día están todavía con nosotros. Para muchos,
la pena y el sentido de pérdida nunca pasarán del todo, y ellos están en
nuestros pensamientos, sobre todo en esta temporada santa.
Esta semana el mundo entero recuerda una vez más la esperanza que vive y
perdura para siempre. Para Judíos y Cristianos esta es una época de
alegría y renovación. La Pascua de los Judíos celebra la liberación del
pueblo judío de la opresión por la mano de un Dios fiel. Y mañana, Domingo
de Pascua, muchos cristianos celebrarán una esperanza que logra vencer
hasta la muerte.
Estos días santos representan las más profundas esperanzas de la humanidad,
compartidas por muchas tradiciones. Sentimos nuestra dependencia sobre el
Creador que nos hizo. Ponemos ante Él nuestras tristezas e inquietudes,
buscando la piedad de Dios. Pedimos perdón por nuestros defectos, buscando
la renovación que Él puede traer.
Los estadounidenses practican diversas religiones en iglesias, sinagogas,
mezquitas y templos. Y muchas buenas personas no practican ninguna
religión. Para los que observan la Pascua, la fe trae confianza en que el
fracaso nunca es final, que el sufrimiento es temporal, y que los dolores
de la Tierra serán superados. Podemos confiar también que el mal estará
presente y que podrá ser fuerte, pero no prevalecerá.
El 11 de septiembre un gran mal fue hecho a nuestro país. Los Estados
Unidos y el mundo civilizado ahora están juntos en una gran lucha contra
enemigos que no tienen consideración por la vida de gente inocente.
Enfrentamos serios retos y peligros en esta guerra. No podemos predecir lo
que nos espera. Sin embargo, en esta temporada, nos consuela saber que la
historia es de diseño moral.
La justicia y la crueldad siempre han estado en guerra, y Dios no es
neutral entre las dos. Sus propósitos con frecuencia son desafiados, pero
nunca derrotados.
Espero que esta temporada santa renovará la fe para quienes la busquen, y
traiga tranquilidad a los que la necesiten. Y para todos los que observan
estos días especiales, les deseo una Pascua santa y llena de alegría.
Gracias por escuchar.
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