For Immediate Release
Office of the Press Secretary
11 de abril de 2002
DECLARACIONES DEL PRESIDENTE SOBRE LA INICIATIVA BASADA EN LA FE
The East Room
2:33 P.M. EDT
EL PRESIDENTE: Gracias a todos, gracias por venir. Elaine,
muchísimas gracias. Agradezco mucho la labor que está haciendo. Y gracias
por la bondadosa presentación. Quiero darles la bienvenida a todos acá a la
Casa Blanca, la casa de la nación.
Es un honor darles la bienvenida a aquellos quienes han escuchado el
gran llamado: a amar al prójimo así como les gustaría ser amados. Es un
llamado universal y es un llamado que se ha podido aplicar durante el
transcurso de la historia. Realmente es necesario actualmente.
Y entonces quiero agradecerles por venir a ayudarnos a hablar sobre un
asunto muy importante, una ley importante, un aspecto para asegurarnos que
el futuro de nuestro país ofrezca esperanza a todos aquellos que viven acá.
Parte de la razón por la cual están acá es para darle rienda suelta a
su talento y energía en el Capitolio. (Risas.) Y agradezco su voluntad de
ser prácticos en Washington. Porque existe una ley en la cual espero
trabajen. Es un momento en que es urgente que actúen. Y pienso que va a
ayudar a Estados Unidos.
Esto realmente no se trata sobre ningún partido político, les quiero
asegurar. Es una manera de asegurarnos que Estados Unidos tenga tanta
esperanza como posiblemente pueda tener. Quiero agradecer a todos aquellos
quienes están acá en el estrado conmigo, aparte de la Secretaria de
Trabajo. Gracias por venir. Agradezco que sean soldados en el ejército de
la compasión.
Quiero agradecer al Senador Santorum, quien es el autor de la ley
sobre la cual voy a hablar, y al Senador Brownback del estado de Kansas por
venir. Como el autor del proyecto de ley, pensé que conseguiría usted un
mejor asiento. (Risas.) Sam cogió su asiento porque llegó puntualmente.
(Risas y aplausos.) Aún respaldo su proyecto de ley. (Risas.)
Ambos Senadores son excelentes personas y buenos miembros. Y quiero
darles las gracias
a todos por venir.
Agradezco al Cardenal McCarrick por estar aquí también, mi amigo de
mucho tiempo. Y quiero agradecerles a todos.
Sé que han conocido a mi confidente, Jim Towey, quien está aquí.
Trabaja en nuestra Oficina Basada en la Fe. Allí está. Hola Jim, ¿cómo
está? Jim es un alma notable a quien pude convencer que dejara el sector
privado para venir a trabajar acá. Y si tienen alguna queja sobre cómo
está funcionando la opción caritativa o sugerencias sobre cómo mejorarla,
él está a la disposición. Su trabajo es colaborar con la comunidad de la
fe para hacer de Estados Unidos un mejor lugar. Fue el abogado de la Madre
Teresa. Trabajó para los demócratas y los republicanos. Este no es un
hombre político, les complacerá oír. Y realizará su trabajo de manera que
los enorgullezca.
Los eventos del 11 de septiembre constituyeron un momento
increíblemente tenebroso. Pero lo que más me enorgullece, a través de las
tinieblas, brilló nuestro carácter. Este es realmente un país increíble en
el cual vivimos. Fueron héroes los que arriesgaron las vidas y los
estadounidenses respondieron con increíble generosidad. Quiero decir,
nuestro corazón estaba unido con aquellos que perdieron su, aquellos que --
las familias se acongojaron. Fue un momento notable, realmente lo fue.
Fue una prueba de nuestro carácter. La gente rezó. Todos los credos
oraban por un país. La gente se acongojó junta. Todos los problemas
raciales desaparecieron, porque todos nos dimos cuenta que éramos
estadounidenses, con todo en juego -- todo en juego.
Las organizaciones directamente relacionadas a los esfuerzos de alivio
recibieron $2 mil millones durante ese rápido periodo de tiempo. La bondad
del país está sobreponiéndose a la maldad que se nos hizo. Estamos
sobreponiéndonos a la maldad que se nos hizo, también, por medio de la
acción militar. Y actuaremos. Quiero asegurarles que no buscamos la
venganza, buscamos la justicia. Y creo que si somos pacientes y estamos
resueltos y unidos, que de esta maldad vendrá paz duradera -- paz en las
regiones del mundo que actualmente parece que no pueden ser pacíficas.
Considero que podemos lograr la paz al ser fuertes y al dirigir al
mundo hacia la paz. La paz es la piedra angular de la política de
relaciones exteriores de este país; es nuestro objetivo. Van a haber
momentos difíciles para lograr esa paz. Pero necesitan saber que vamos a
ser muy recios cuando necesitemos ser recios. Y nos vamos a mantener
concentrados en mantener nuestro territorio nacional seguro y atraparemos a
los homicidas barbáricos uno por uno. Ese es nuestro llamado. La historia
nos ha llamado a la acción y debemos responder y responderemos. (Aplauso.)
Pero necesitamos hacer más que simplemente hacer al mundo más seguro.
Necesitamos hacer al mundo y a nuestro país un mejor lugar. Para combatir
el mal, debemos ser más que simplemente un poder militar. Debemos ser un
-- debemos mostrar nuestro poder a través de nuestra compasión por
nuestros conciudadanos.
Pronuncié un discurso en Monterrey, México, el otro día en el que
hablé sobre cómo este país ayudará a los países en desarrollo que son
pobres y que sufren. Me enorgulleció pronunciar ese discurso.
Dentro del país, sin embargo, también tenemos que reconocer que aunque
somos un país rico y poderoso, existen sectores de desesperación y
desesperanza. Hay demasiadas personas en Estados Unidos que se preguntan
si Estados Unidos es o no para ellos. Y entonces, parte de nuestra lucha
por hacer a nuestro país más seguro debe ser una también de hacer a este
país mejor para todos nosotros. Y el punto de partida es entender que el
país puede ser cambiado, un corazón, un alma, una conciencia a la vez.
Una persona no puede hacer todo. Pero una persona puede hacer algo
para ayudar a alguien. Y su labor como empresarios sociales y personas
profundamente dedicadas a nuestro futuro es reunir ese amor y esa compasión
que existen. Y están realizando una gran labor al hacerlo y quiero
agradecerles.
Mi trabajo es continuar dirigiéndome al espíritu de los países para
que hagan un llamado a lo mejor, y lo haré. Recordaré a la gente que si
quieren combatir la maldad, deben hacer algo de bien. Y es también
reconocer los problemas cuando existan y esforzarse por solucionar aquellos
problemas, eliminar los obstáculos y las barreras que previenen que los que
sanan a los vecindarios y los asistentes realicen su labor.
Los últimos siete meses han mostrado cuánto depende el país de las
instituciones benéficas. Sin embargo, actualmente, las instituciones
benéficas de Estados Unidos enfrentan una época difícil. Me parece irónico
que durante la secuela inmediata al 11 de septiembre, respondimos y, sin
embargo, hay demasiadas instituciones benéficas que experimentan problemas.
Parte de ello se debe a una recesión; lo reconozco. Parte de ello es que
mucho dinero ha sido destinado a organizaciones benéficas directamente
involucradas en los esfuerzos de alivio. Y eso es bueno; pero no es
suficientemente bueno para el futuro de nuestro país que muchas caridades
sufren hoy, y vamos a hacer algo al respecto.
Si existe alguna duda, déjenme citarles unas cuantas estadísticas para
probarlo. America's Second Harvest, la segunda mayor organización benéfica
del país, informa que más de 80 por ciento de sus afiliados encaran una
mayor demanda de alimentos, mientras que 40 por ciento han visto una
disminución significativa en donaciones de alimentos y fondos. Ese es un
problema.
En California del norte, United Way enfrenta un déficit sin
precedentes en la recaudación de fondos para el 2001. Las donaciones
fueron 14 por ciento menores que el año anterior. Ese es un problema. El
líder del grupo dijo lo siguiente, "No creo que jamás hayamos tenido una
disminución de esta magnitud. Afecta nuestra habilidad de prestar
servicios a nuestra comunidad". Y concuerdo.
United Way en Orlando se vio forzada a despedir a 17 por ciento de su
personal en febrero porque recaudó significativamente menos que su
objetivo. Mucha gente en esta sala, muchas personas cuyo único propósito
es ayudar a los estadounidenses necesitados, están enfrentando mayores
necesidades con menos recursos. Y nuestro gobierno debe reconocer el
problema y abordarlo de manera constructiva.
Primero, como mencioné, mi trabajo es hacer un llamado a los
estadounidenses para que amen a su prójimo como les gustaría ser amados,
que entiendan que ser un ciudadano es más que simplemente ser un
espectador, es ser un participante en nuestra comunidad. Y continuaré --
continuaré haciendo un llamado a los estadounidenses para que sirvan. Y
continuaré hablando sobre los sectores de desesperación y desesperanza para
que quede claro a aquellos que quizá estén cómodos que tienen un -- que
hay quienes no lo están. Y necesitamos su ayuda.
Voy a asegurarme que nuestro gobierno apruebe una ley que hace un par
de cosas. Una, exhorta al sector privado a dar, hace los ejércitos de la
compasión una empresa más beneficiosa para las personas al permitir que la
gente deduzca de sus impuestos a los ingresos todas las donaciones
caritativas. (Aplauso.)
Es un problema para aquellos que no detallan. No pueden deducir sus
donaciones. Y deberíamos permitirlo. Deberíamos fomentar las donaciones
al permitírselo a aquellos que no detallan. Oigan, las donaciones
caritativas son importantes para todas las personas del país, no sólo para
los ricos. Todos deberían ser exhortados a donar. (Aplauso.)
Lo que se denomina la ley CARE, la ley para facultar la recuperación
de la ayuda caritativa, patrocinada por Rick Santorum y Joe Lieberman,
tienen esto como un aspecto -- como un aspecto central del proyecto de
ley. Es un aspecto importante de la ley y les urjo que lleven su mensaje al
Comité de Finanzas del Senado de los Estados Unidos que tiene algo que ver
con este tipo de ley. (Risas.) Estoy seguro que responderán.
Probablemente saben que la Cámara de Representantes ya aprobó una
buena ley. J.C. Watts y Tony Hall fueron los patrocinadores. Se aprobó.
Y ahora, entonces el foco de atención -- es por eso que el foco de
atención es el Senado de los Estados Unidos.
La ley CARE también reconoce -- oh, de paso, solamente para que la
gente entienda el alcance de lo que estamos hablando, unos 84 millones de
estadounidenses no detallan y por lo tanto no tienen la oportunidad de
deducir. Y realmente creemos -- y sé que concuerdan conmigo -- que
cambiar las leyes tributarias, dar un incentivo a los 84 millones, podría y
probablemente elevaría sustancialmente la cantidad de donaciones en los
Estados Unidos, lo cual sería realmente útil y esperanzador y positivo.
Lo otro de lo cual el gobierno federal no debe preocuparse es sobre la
función de los programas basados en la fe en proporcionar ayuda a la gente
necesitada. Déjenme decirlo más directamente: el gobierno federal no
debería discriminar contra la fe. (Aplauso.) Debe haber condiciones
equitativas a la disposición. Cuando tengamos dinero federal, se debe
permitir a la gente que obtenga acceso a ese dinero sin tener que perder su
misión o cambiar su misión. Necesitamos saber que en nuestra sociedad, la
fe puede tener un impacto en la gente en maneras que el gobierno no puede.
Quiero decir, el gobierno puede emitir cheques, pero no podemos poner
esperanza en los corazones de la gente o darle sentido a la vida de la
gente. Eso lo hace gente que ha oído un llamado o que actúa basada en la
fe y está dispuesta a compartir esa fe. Y no estoy hablando sobre ninguna
religión en particular -- estoy hablando sobre todas las religiones bajo
Dios Todopoderoso. Y no deberíamos temer ese tipo de programas.
El programa para la adicción de alguien tiene mayores posibilidades de
curar debido a la fe. Los programas que están dispuestos a entrar a los
sistemas de prisiones -- saben, programas que dijeron, bueno, imprimir
placas está bien, pero quizá no cambie la vida de alguien para mejor. Los
programas que rodean a un niño de amor, debido a la fe, y ofrecen un mapa
basado en -- un futuro basado en el amor por un niño. Eso es lo que
deberíamos reconocer que sucede.
Oigan, algunos de los mejores programas de asistencia pública en los
Estados Unidos están en las esquinas de las calles de los vecindarios
pobres de Estados Unidos, en un lugar de culto. (Aplauso.) Algunos de los
mejores lugares donde las almas perdidas encuentran esperanza son nuestras
sinagogas. Las mezquitas dan gran esperanza a la gente que se pregunta si
Estados Unidos es para ellos. Y nuestro gobierno debe reconocer el poder
de estos programas. Estos programas no tienen grandes burocracias ni
reglas interminables en las que se embrollan. Mantienen el foco de su
misión. No tienen un horario. (Risas.) Están abiertos cuando son
necesitados.
Ha habido algunos programas contra el crimen basados en la fe, como el
Hermano
Rivers, de Boston, Massachussets, quien ha realizado una fantástica labor.
Y entonces esta ley reconoce que parte del mosaico de ayuda y bienestar en
Estados Unidos proviene de la comunidad de la fe y que no deberíamos temer
la fe, que deberíamos acogerla en nuestra sociedad. Urjo que la ley CARE
se apruebe por el Senado antes del Día del Soldado Caído. (Aplauso.)
Quiero agradecer a los sanadores de los vecindarios que están aquí.
Una de las cosas sobre las cuales hago alarde es el espíritu empresarial en
los Estados Unidos. Pero la gente tiene que entender, el espíritu
empresarial no solamente se aplica a montar un negocio. Nuestro espíritu
empresarial también se aplica a ayudar a la gente. Y una de las grandes
alegrías de ser candidato, y eventualmente Presidente, es la oportunidad de
ver estos pequeños programas que se inician porque alguien oyó un llamado.
Me explico, es un aspecto increíble de la estructura de nuestra nación.
Alguien ha oído el -- dicho, creo que voy a dedicar mi energía y mi
talento a un vecindario en el que nadie más se ha atrevido caminar.
Y ha cambiado la vida de la gente. Y es asombroso cuando se comienza
-- el Hermano Lusk acá comenzó con -- no pienso que, bueno, quizá haya
sido un edificio, lucía como un edificio. (Risas.) Pero ahora tiene este
lugar magnífico en los barrios pobres de Filadelfia, porque tenía una
visión y un sueño de hacer algo.
Pero es el efecto, y la razón por la cual creo tanto en esta misión de
la que todos somos parte, es porque cuando esa alma que decide hacer algo
cambia un corazón, es probable que ese corazón que ha cambiado est
dispuesto a cambiar a otro corazón. Y es ese efecto el que tendrá un
efecto increíblemente profundo en todos nosotros.
Para combatir el mal, debemos hacer el bien. Es el impulso en
aumento de millones de actos de bondad y compasión lo que define el
verdadero rostro de los Estados Unidos, que muestra de qué está hecho este
país realmente. Por un lado, somos fuertes y recios militarmente. Pero,
por otro lado, esto es -- somos una nación que es compasiva y decente y
cariñosa. Y ningún mal, ningún terrorista puede extinguir esa luz.
Que Dios los bendiga. (Aplauso.)
END 2:54 P.M. EDT
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