For Immediate Release
Office of the Press Secretary
3 de febrero de 2003
El Presidente Comenta sobre las Medidas para Proteger el Territorio Nacional del Terrorismo Biológico
Natcher Building
National Institutes of Health
Bethesda, Maryland
2:05 P.M. EST
EL PRESIDENTE: Gracias por esa cálida bienvenida. Es un placer estar aqu
en el National Institutes of Health (Instituto Nacional de la Salud), un
centro de excelencia, un centro de la lucidez del pueblo estadounidense. Es
un lugar donde tantas excelentes personas se dedican todos los días a
ayudar a salvar vidas. Y estamos agradecidos por ello. Estados Unidos está
realmente orgulloso de lo que hacen aquí. NIH es una gran honra para los
Estados Unidos. (Aplausos.)
Hace dos años, se recordó a los Estados Unidos una vez más de los
sacrificios que se hacen en nombre del descubrimiento científico. Los siete
valientes hombres y mujeres del Columbia serán
recordados por sus logros, su heroísmo y su sentido de admiración. Nuestras
oraciones acompañan a sus familias y a sus seres queridos.
Su misión de 16 días prometía responder problemas científicos que nos
eluden acá en la tierra. Columbia llevaba en su carga los experimentos de
algunos de los estudiantes de los Estados Unidos. Espero que aquellos
niños, nuestros científicos futuros, continúen haciendo preguntas,
continúen explorando, continúen descubriendo.
Y aunque lamentamos la pérdida de dichos astronautas, la causa por la cual
murieron continuará; la travesía de los Estados Unidos por el espacio
continuará. (Aplausos.) El espíritu de la ciencia moderna encarnado en
nuestro programa espacial se puede encontrar aquí en NIH, donde todos los
días se alcanzan logros enormes contra la enfermedad y el sufrimiento.
Estos logros que se han alcanzado por medio del gran ingenio y la
determinación y la seria resolución moral de la comunidad científica de los
Estados Unidos.
Ahora se ha hecho un llamado a nuestros científicos a que respondan a otro
desafío: los esfuerzos del hombre para usar las enfermedades como armas de
guerra y terrorismo. Esta amenaza ha puesto a los científicos
investigadores en el centro de nuestra misión de defender al pueblo
estadounidense. Ha puesto a NIH directamente en medio de nuestra guerra
para defender a los Estados Unidos y vencer el terrorismo internacional.
Con atención y determinación y los recursos necesarios, este gobierno
actuará antes que los peligros estén ante nosotros.
Quiero dar las gracias a Tommy Thompson por su liderazgo en el Department
of Health and Human Services (Departamento de Salud y Servicios Humanos). Y
quiero dar las gracias a mi amigo, Tom Ridge, por asumir el mando del
Departamento de Seguridad del Territorio Nacional, la nueva agencia
concebida para coordinar los recursos federales con los recursos estatales
y locales para proteger, proteger de mejor manera a los Estados Unidos.
Es un honor para mí que nos acompañen miembros del Congreso de los Estados
Unidos. El Senador Ted Kennedy de Massachusetts nos acompaña; gracias,
Senador Kennedy. Y Chris
Cox de California; Jim Turner de Texas; Chris Van Hollen de Maryland.
Quiero agradecer al Dr. Elias Zerhouni, director del instituto, National
Institutes of Health, por su excelente, excelente liderazgo de esta
institución realmente importante. Realmente está realizando una gran labor.
Saben, cuando lo seleccioné, pensé que lo haría bien... (risas)... ha
superado mis expectativas por mucho. (Aplausos.) Es un hombre realmente,
realmente bueno que es una honra para nuestro país con su liderazgo.
Tony Fauci, por supuesto, lo conozco desde hace mucho tiempo. Es un
distinguido director del National Institute of Allergies and Infectious
Diseases (Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas)... uno
de los generales en la guerra contra el VIH/SIDA, por lo cual estamos
realmente agradecidos, Tony, por su dedicación. (Aplausos.) Quiero dar las
gracias... Mark McClellan se encuentra aquí con nosotros, el director de la
Food and Drug Administration (Administración de Alimentos y Medicamentos).
Aprecio su liderazgo, Mark, en esta agencia tan increíblemente importante.
Nos acompaña Gary Nabel. Es el director del Vaccine Research Center (Centro
de Investigación sobre las Vacunas), quien nos llevó en una gira muy
interesante. Le pregunté si esto es lo mejor del mundo, y dijo, seguro, no
sólo contamos con el mejor equipo del mundo, Sr. Presidente, sino que
tenemos trabajando aquí a las mejores personas del mundo. Y deseo
agradecerle por su liderazgo, Gary. (Aplausos.)
Y quiero dar las gracias a todos los esmerados empleados del National
Institutes of Health y la Food and Drug Administration, el Department of
Health and Human Services y el nuevo Department of Homeland Security
(Departamento de Seguridad del Territorio Nacional) quienes están hoy aquí.
Gracias por su dedicación a nuestro país. Gracias por trabajar largas
horas, lo cual me permite recorrer el país y decir al pueblo estadounidense
que existen muchas personas buenas que trabajan horas largas y arduas para
protegerlos, hacer lo más que podemos por asegurarnos de que los Estados
Unidos esté seguro y protegido.
Hoy, remití al Congreso de los Estados Unidos mi presupuesto para el año
fiscal 2004. El presupuesto cumple con los compromisos fundamentales de
nuestro gobierno, incluso nuestros compromisos de ser buenos supervisores
del dinero de los contribuyentes. Propongo que los gastos discrecionales
federales aumenten en no más de 4 por ciento este año. Eso se aproxima al
aumento en los ingresos familiares que se prevé. Parece ser un punto de
referencia razonable para el presupuesto federal.
Dentro de ese límite, podemos financiar prioridades esenciales en el país y
extranjero, y cumplir con la responsabilidad de mostrar disciplina fiscal
en Washington, D.C.
La primera responsabilidad de nuestro gobierno es defender nuestra nación.
Los ataques del 11 de septiembre de 2001 advirtieron a los Estados Unidos
de los peligros de una nueva era. Enfrentamos un tipo diferente de amenaza
de la que solíamos enfrentar.
Esa mañana, vimos el rostro de un enemigo dispuesto a usar cualquier método
para atacar a los
Estados Unidos - sin importar cuánta destrucción cause, sin importar
cuántas vidas inocentes se pierdan. El tipo de hombre que se apoderaría de
aviones llenos de personas inocentes y los estrellaría contra edificios no
dudaría en utilizar armas biológicas o químicas o nucleares. No lo dudarían
en absoluto. No valoran la vida como nosotros valoramos la vida en los
Estados Unidos. No consideran cada vida preciosa, como nosotros
consideramos cada vida preciosa en los Estados Unidos.
Tenemos motivo para creer que los terroristas y los regímenes al margen de
la ley utilizarían dichas armas contra los Estados Unidos. Se nos lo ha
advertido. El 11 de septiembre de
2001, mostraron claramente lo que piensan de nuestro país. Y tomaremos en
cuenta las lecciones del 2001, del 11 de septiembre de 2001.
Sabemos que nuestros enemigos se están dedicando a adquirir armas de
destrucción en masa. Es un hecho. Si lograsen sus ambiciones algún día, se
dispondrían a causar daños catastróficos a los Estados Unidos, con muchas
más bajas que el 11 de septiembre.
Por lo que vamos a hacer todo en nuestras manos por proteger al pueblo y
prevenir que jamás suceda eso. En todo el mundo, estamos esforzándonos
decididamente con muchos amigos para acorralar a los terroristas
dondequiera que se escondan, sea cual sea la cueva en que se encuentren, y
llevarlos ante la justicia. No importa cuánto tarde. Una por una,
desbarataremos sus redes para que los Estados Unidos y nuestros amigos y
aliados estén a salvo del peligro.
Estamos colaborando con las autoridades internacionales para vigilar y
controlar las armas nucleares. Procuramos fortalecer los acuerdos mundiales
que prohíben la producción y distribución de tecnología de misiles y armas
de destrucción en masa. Estamos colaborando con otros en el mundo para
enfrentar la nueva amenaza.
Y en Iraq, donde un régimen brutal se está armando para amenazar al
mundo... la paz del mundo, hemos manifestado nuestras intenciones muy
claramente. Si el dictador no se desarma, si no se libra de sus armas de
destrucción en masa, entonces Estados Unidos liderará una coalición para
desarmarlo. Y lo haremos en nombre de la paz y lo haremos por la seguridad
del pueblo estadounidense.
Además, al confrontar los peligros en el extranjero, estamos tomando
medidas sin precedente para proteger el territorio nacional. Hemos
intensificado la seguridad en nuestras fronteras y puertos, destacado
inspectores federales en nuestros aeropuertos, comenzado a vacunar contra
la viruela a las tropas y a aquellos que son los primeros en responder. Y
estamos acumulando suficientes vacunas para inocular a toda la población.
Estamos proponiendo miles de millones de dólares para ayudar a los primeros
en responder y a los hospitales a aumentar su efectividad. El Congreso
necesita concluir el proceso de asignaciones tan pronto como sea posible
para que podamos entregar ese dinero a los gobiernos locales.
Estamos montando un sistema nacional de sensores aéreos para detectar los
ataques biológicos. Estas son medidas responsables y esenciales para
proteger nuestro territorio nacional y a nuestro pueblo. Y durante los
próximos años, debemos aumentar nuestras defensas contra el uso de
enfermedades como armas.
En mi discurso sobre el Estado de la Nación, pedí al Congreso que aprobase
un plan integral para la investigación y producción de medicamentos y
vacunas necesarios, un plan que denominamos el proyecto BioShield. Mi
presupuesto solicita casi $6,000 millones para producir rápidamente vacunas
y tratamientos más seguros y eficaces contra agentes como la viruela, el
ántrax (carbunco), la toxina botulínica, Ebola y la peste.
Ya contamos con los conocimientos y la capacidad de fabricar algunas
vacunas y medicamentos que necesitamos. Sin embargo, realmente no hemos
tenido motivo de hacerlo hasta ahora porque los casos naturales de estas
enfermedades en nuestro país son tan poco comunes. Pero el mundo cambió el
11 de septiembre de 2001, y tenemos que responder a ese cambio.
En vista de las amenazas nuevas, debemos ahora desarrollar y acumular
dichas vacunas y dichos tratamientos. Actualmente, Estados Unidos debe ir
más allá de nuestras fronteras y encontrar compañías dispuestas a fabricar
las vacunas para combatir las armas biológicas. Dos tratamientos
principales utilizados para tratar el ántrax son producidos en el
extranjero. Debemos reestablecer la capacidad de los Estados Unidos de
producir vacunas al dedicar al gobierno federal a la compra de medicamentos
para combatir el terrorismo biológico.
Con el proyecto Bioshield, el gobierno tendrá la autoridad de comprar estas
vacunas en cantidades enormes, lo suficiente como para enfrentar cualquier
situación de emergencia que pueda surgir. El proyecto BioShield dará a
nuestros líderes científicos mayor autoridad y flexibilidad en las
decisiones que puedan afectar nuestra seguridad. Nuestros laboratorios
podrán contratar a expertos, obtener fondos más rápidamente y construir las
mejores instalaciones para acelerar los descubrimientos que se necesitan
urgentemente.
Contaremos con una vacuna mejor y más segura contra la viruela, anticuerpos
para tratar el botulismo, aparatos sofisticados que puedan confirmar un
caso de infección con ántrax casi instantáneamente. Nos aseguraremos que
haya medicamentos prometedores a la disposición para ser utilizados en una
emergencia. Como muchos otros esfuerzos científicos, el proyecto BioShield
tendrá muchas otras aplicaciones más allá de sus objetivos inmediatos. Al
dedicarse los científicos a vencer las armas del terrorismo biológico, se
formarán una idea de cómo actúan otras enfermedades. Esto también abrirá
nuevos horizontes en la búsqueda de tratamientos y curas para otras
enfermedades. Esto podría resultar en grandes beneficios para toda la
humanidad, particularmente en los países en desarrollo, donde las
enfermedades infecciosas a menudo están fuera de control.
La guerra de los Estados Unidos contra el terrorismo ha puesto a prueba a
esta nación, ha puesto a prueba nuestra resolución, nuestra voluntad,
nuestra determinación, y confío que podemos aprovechar nuestros recursos y
nuestros atributos para prevalecer. No tengo ninguna duda: Los hombres y
las mujeres de la comunidad científica son unos de los grandes atributos de
este país. El VIH/SIDA significó alguna vez sólo un sufrimiento terrible y
la muerte segura. Ahora en los Estados Unidos, existen tratamientos contra
el SIDA que prolongan la vida, tratamientos que vamos a compartir en todo
el mundo.
Esta nación grandiosa, fuerte y poderosa no sólo se esforzará por mantener
la paz, sino que se nos dedicaremos a asegurarnos que la sociedad sea un
lugar más compasivo. Nos lamentamos por los que sufren en el continente
africano y tenemos la intención de hacer algo al respecto. (Aplausos.)
Nuestros científicos han alcanzado logros significativos para curar ciertos
tipos de cáncer. Y vamos a continuar trabajando arduamente para asegurarnos
de alcanzar logros para curar todo el cáncer.
Las enfermedades que amenazaron a otras generaciones, tales como la
poliomelitis y el sarampión, ahora son parte del pasado debido a la visión
y el ingenio de los hombres y las mujeres que trabajan aquí en NIH. Este
siglo nuevo trae la necesidad urgente de aplicar esta visión e ingenio a la
defensa de esta nación. Y ustedes están preparados para la tarea.
Espero con interés colaborar con el Congreso de los Estados Unidos para
sacar al proyecto BioShield de sus comités, a un voto general, a mi
despacho, para que todos ustedes puedan trabajar a favor del pueblo
estadounidense, para que puedan utilizar los talentos que Dios les ha dado,
sus fantásticos cerebros, su visión clara para proteger a los Estados
Unidos. Esta es la línea de conducta correcta. Esto es lo que le debemos al
pueblo estadounidense. Y esto es lo que aportaremos.
Es un gran honor estar aquí, un lugar de curación y esperanza, un lugar de
genialidad y trabajo, en nombre de una nación agradecida.
Que Dios bendiga lo que hacen y que Dios continúe bendiciendo a los Estados
Unidos de Norteamérica. (Aplausos.)
END 2:20 P.M. EST
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