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Office of the Press Secretary
1 de mayo de 2003
DECLARACIONES DEL PRESIDENTE SOBRE EL DÍA NACIONAL DE LA ORACIÓN
The East Room
7:47 A.M. EDT
EL PRESIDENTE: Gracias por asistir, gracias por la cálida
bienvenida. Me complace que estén aquí en la casa del pueblo. Laura y yo
les damos la bienvenida; nos complace muchísimo que tenerlos aquí. Quiero
darle las gracias a cada uno de ustedes por participar en el Día Nacional
de la Oración. Es un buen momento para rezar... todos los días son un buen
día para rezar. (Risas.)
Hoy reconocemos las muchas maneras en que nuestro país es
bienaventurado, y reconocemos la fuente de esas bendiciones. Millones de
estadounidenses buscan orientación todos los días en las oraciones a Dios
Todopoderoso. Yo soy uno de ellos. También sé que muchos estadounidenses
nos mencionan a Laura y a mí en sus oraciones y estamos muy, muy
agradecidos.
Quiero darle las gracias al General Hicks, capellán de todo el
Ejército de los Estados Unidos, por estar hoy aquí, y gracias por su
servicio. Shirley, gracias, también por ser una vez más la Presidenta del
Día Nacional de la Oración. Veo que trajo a su esposo también. (Risas.)
Luis, muchas gracias, gracias por su hermosa oración. El Padre Joe
Wallroth va a estar con nosotros en un segundo; es un honor para mí que
esté aquí, Padre.
Realmente quiero darle las gracias al coro masculino y femenino de la
Catedral Nacional de Washington; es una manera fabulosa de comenzar una
mañana, caminar por el corredor y escuchar sus lindas voces resonar por
toda esa casa espléndida. Realmente nos complace que estén aquí y gracias
por... gracias por compartir su talento.
Julie, gracias, también, por asistir. Cielos, podría haberme sentado
aquí todo el día a escuchar su canto. (Risas.)
Nos acompañan muchos capellanes militares. Quiero darles las gracias
por su servicio a nuestro país y a todos aquellos que llevan el uniforme.
Tienen un impacto tremendo en las vidas, las vidas cotidianas de personas
que están asustadas y solitarias y preocupadas y son fuertes y valientes.
Aprecio muchísimo lo que han hecho y continuarán haciendo.
Tantos sucesos grandiosos en la historia de nuestra nación fueron
perfilados por hombres y mujeres que encontraron fuerza y dirección en la
oración. El primer Presidente en vivir en esta casa compuso una oración
sobre su segunda noche aquí para todos sus sucesores. Nuestro 16to
Presidente, Abraham Lincoln, sabía que sus cargas eran demasiado grandes
para cualquier hombre, por lo que se las encomendaba a Dios por medio de la
oración. Por la radio, el Día D en 1944, Franklin Roosevelt oró por las
bendiciones de Dios en nuestra misión de "liberar a una humanidad
sufriente".
El mes pasado fue otro tiempo difícil para los Estados Unidos y otro
tiempo de oración intensa. Los estadounidenses han estado rezando por la
seguridad de nuestras tropas y por la protección de las vidas inocentes en
Iraq. Los estadounidenses rezaron por que la guerra no fuese necesaria y
ahora rezan por que esa paz sea justa y perdurable.
Continuamos rezando por la recuperación de los heridos y por el
consuelo de todos aquellos que han perdido un ser querido. Las Escrituras
dicen: el Señor está cerca de todos aquellos que lo invocan. Invocar a
Dios por medio de la oración nos acerca a unos a los otros. Después del
rescate de su hijo en la región norte de Iraq, el padre del Sargento James
Riley de
Nueva Jersey dijo, "Nos han inundado las oraciones de la gente. Todos
están rezando por nosotros y estamos tan agradecidos."
Durante la Operación Libertad Iraquí, muchos estadounidenses se han
inscrito por Internet para adoptar a un soldado en la oración. Otros usan
brazaletes de oración para recordarse a sí mismos de interceder por
nuestras tropas. En Fountain City, Wisconsin, Lynn Cox ha recolectado por
lo menos 80 biblias y las ha enviado a aquellos que prestan servicios en
Iraq. En Green, Ohio, un grupo de parroquianos de la Iglesia Católica
Reina del Cielo ha hecho 2,000 rosarios para nuestras tropas. Margaret
Brown, que contribuyó a comenzar el grupo, dijo, "Queremos que sepan que
alguien aquí los está apoyando con oraciones y que Dios es tan poderoso que
puede satisfacer todas sus necesidades."
Rezar por otra persona es un acto de generosidad. Ponemos nuestras
propias preocupaciones de lado y tratamos de fortalecer al otro. La
oración nos enseña humildad. Encontramos que el plan del Creador a veces
es diferente al propio. Sin embargo, aprendemos a depender de Su voluntad
llena de amor y nos doblegamos a propósitos que no siempre entendemos. La
oración puede resultar en un corazón agradecido y hacer que notemos todos
los regalos de la vida y las grandes obras de Dios.
La oración también puede contribuir a la vida de nuestra nación.
Estados Unidos es una nación fuerte, en parte porque conocemos los límites
de la fuerza humana. Toda la fuerza debe ser guiada con sabiduría y
justicia y humildad. Rezamos porque Dios nos otorgue esa sabiduría, ese
sentido de justicia y esa humildad en nuestros retos actuales y en años
venideros.
Les agradezco a todos por contribuir a hacer que la oración siga
siendo una parte integral de nuestra vida nacional. Que Dios bendiga a
cada uno de ustedes y que Dios continúe bendiciendo a los Estados Unidos de
Norteamérica. (Aplausos.)
END 7:55 A.M.
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