For Immediate Release
Office of the Press Secretary
7 de enero de 2004
DECLARACIONES DEL PRESIDENTE SOBRE LA POLÍTICA INMIGRATORIA
The East Room
2:45 P.M. EST
EL PRESIDENTE: Gracias por asistir, gracias por la cálida
bienvenida, gracias por acompañarme al hacer un anuncio importante. un
anuncio que considero que hará que Estados Unidos sea un país más compasivo
y más humano y fuerte.
Les agradezco a los miembros de mi Gabinete que me acompañan hoy,
comenzando por nuestro Secretario de Estado, Colin Powell. (Aplausos.) Es
un honor para mí que nuestro Fiscal General, John Ashcroft, esté con
nosotros. (Aplausos.) El Secretario de Comercio Don Evans. (Aplausos.) El
Secretario Tom Ridge, del Departamento de Seguridad del Territorio
Nacional. (Aplausos.) El Embajador de México, Tony Garza. (Aplausos.) Les
agradezco a los otros miembros de mi gobierno que nos acompañan hoy.
Les agradezco a los miembros del Congreso que se han dado el tiempo
de venir: El Senador Larry Craig, el Congresista Chris Cannon y el
Congresista Jeff Flake. Es un honor para mí que todos ustedes nos
acompañen; gracias por asistir.
Les agradezco a los miembros de los grupos cívicos que nos
acompañan hoy. El Presidente de la Alianza Hispana a favor del Progreso
(Hispanic Alliance for Progress), Manny Lujan. Gil Moreno, Presidente y CEO
de la Asociación para el Progreso de los Mexicano-americanos (Association
for the Advancement of Mexican Americans). Roberto De Posada, Presidente de
la Coalición de Latinos (Latino Coalition). Y Héctor Flores, Presidente de
LULAC.
Gracias a todos por acompañarnos. (Aplausos.)
Muchos de ustedes presentes hoy son estadounidenses por elección y
han seguido el camino de millones. Y durante varias generaciones hemos
acogido a personas enérgicas, ambiciosas, optimistas de todas las regiones
del mundo. Por tradición y convicción, nuestro país es una sociedad
acogedora. Estados Unidos es una nación más fuerte y mejor debido al arduo
trabajo y la fe y el espíritu empresarial de los inmigrantes.
Todas las generaciones de inmigrantes han reafirmado la sensatez de
mantener una actitud abierta sobre los talentos y los sueños del mundo. Y
cada generación de inmigrantes ha reafirmado nuestra habilidad de asimilar
a los recién llegados, lo que es uno de los atributos que definen a nuestro
país.
Durante una gran época de inmigración -- entre 1891 y 1920 --
nuestra nación recibió a unos 18 millones de hombres, mujeres y niños de
otras naciones. El arduo trabajo de dichos inmigrantes ayudó a hacer que
nuestra economía se convirtiese en la más grande del mundo. Los niños de
los inmigrantes se pusieron el uniforme y ayudaron a liberar los países de
sus antepasados. Una de las razones principales por las cuales Estados
Unidos se convirtió en un gran poder en el siglo XX es porque acogimos el
talento y el carácter y el patriotismo de las familias inmigrantes.
Las contribuciones de los inmigrantes a los Estados Unidos
continúan. Aproximadamente 14 por ciento de la fuerza laboral civil de
nuestra nación nació en el extranjero. La mayoría de ellos inician sus
vidas laborales en los Estados Unidos al aceptar empleos difíciles y
trabajar horas largas en industrias importantes. Muchos de los inmigrantes
también comienzan negocios, tomando el camino conocido del trabajo
contratado a la propiedad.
Como tejano, he conocido a muchas familias inmigrantes,
principalmente de México, y he visto lo que contribuyen a nuestro país.
Aportan a los Estados Unidos los valores de la fe en Dios, el amor a la
familia, el trabajo arduo y la autosuficiencia; los valores que nos
hicieron una gran nación para comenzar. Todos hemos visto dichos valores en
acción por medio del servicio y sacrificio de más de 35,000 hombres y
mujeres nacidos en el extranjero que actualmente están en servicio activo
en las fuerzas armadas de los Estados Unidos. Uno de ellos es el Sargento
Mayor de Artillería Guadalupe Denogean, un inmigrante de México que ha
prestado servicios a la Infantería de Marina durante 25 años y más. El año
pasado, tuve el honor y el orgullo de ser testigo de cuando el Sgto.
Denogean prestó el juramento de la ciudadanía en un hospital donde se
recuperaba de las heridas que recibió en Iraq. Es un honor para mí ser su
Comandante en Jefe, me enorgullezco de llamarlo un conciudadano.
(Aplausos.)
En nuestra calidad de una nación que valora la inmigración y
depende de la inmigración, deberíamos tener leyes inmigratorias que
funcionan y nos enorgullecen. Sin embargo, no las tenemos. En vez, vemos
que muchos empleadores recurren al mercado laboral. Vemos a millones de
hombres y mujeres esmerados que están condenados al temor y la inseguridad
en una economía ilegal de grandes proporciones. La entrada ilegal por
nuestras fronteras dificulta aún más la urgente tarea de proteger el
territorio nacional. El sistema no está funcionando. Nuestra nación
necesita un sistema de inmigración que contribuya a la economía
estadounidense y refleje el Sueño Americano.
Las reformas deben comenzar al enfrentar un simple hecho de la vida
y la economía: algunos de los puestos que están siendo generados en la
economía en crecimiento de los Estados Unidos son puestos que los
ciudadanos estadounidenses no están llenando. Sin embargo, dichos puestos
representan una tremenda oportunidad para los trabajadores en el extranjero
que quieren trabajar y cumplir con sus deberes como esposo o esposa, hijo o
hija.
Su búsqueda de una vida mejor es uno de los deseos más básicos de
los seres humanos. Muchos de los trabajadores indocumentados caminaron
milla tras millas con el calor del día y el frío de la noche. Algunos
arriesgaron sus vidas en cruces fronterizos peligrosos del desierto o
pusieron sus vidas en las manos de grupos de contrabandistas humanos
despiadados. Los trabajadores que sólo desean ganarse la vida terminan en
las tinieblas de la vida estadounidense - temerosos, a menudo abusados y
explotados. Cuando son víctima del crimen, temen llamar a la policía o
buscar un remedio en el sistema legal. No están en contacto con sus
familias que están lejos, ya que temen que si salen de nuestro país para
visitar a sus familiares en sus países, es posible que nunca puedan
regresar a sus trabajos.
La situación que describí está mal. No es el estilo de vida
estadounidense. Debido al sentido común y la justicia, nuestras leyes deben
permitir que los trabajadores dispuestos entren a nuestro país y llenen las
vacantes que los estadounidenses no están llenando. (Aplausos.) Debemos
hacer nuestras leyes inmigratorias más sensatas y más humanas. Y considero
que podemos hacerlo sin perjudicar la subsistencia de los ciudadanos
estadounidenses.
Nuestras reformas deben ser guiadas por unos cuantos principios
básicos. Primero, Estados Unidos debe controlar sus fronteras. Tras los
ataques del 11 de septiembre de 2001, este deber del gobierno federal ha
pasado a ser incluso más urgente. Y estamos cumpliendo ese deber.
Por primera vez en nuestra historia, hemos consolidado todas las
agencias fronterizas bajo un techo para asegurarnos de que compartamos
información y el trabajo sea más eficaz. Estamos comparando todos los
solicitantes de visas con una lista de investigación más extensa para
identificar a los terroristas y criminales y aquellos que violan las leyes
de inmigración. Este mes, hemos comenzado a utilizar tecnología avanzada
para registrar y mantenernos al tanto de mejor manera de los extranjeros
que ingresan a nuestro país -- y para asegurarnos de que salgan tal como
está programado. Hemos desplegado sistemas nuevos de rayos gama y x para
escanear cargamentos y contenedores y envíos en los puertos de ingreso a
los Estados Unidos. Hemos ampliado significativamente la Patrulla
Fronteriza (Border Patrol) con más de mil agentes nuevos en las fronteras y
un aumento de más de 40 por ciento en los fondos durante los dos años
pasados. Estamos colaborando estrechamente con el gobierno canadiense y el
mexicano para aumentar la seguridad fronteriza. Estados Unidos está
actuando según una creencia básica: nuestras fronteras deben estar abiertas
para los viajes legales y el comercio honrado; nuestras fronteras deben
estar cerradas herméticamente a los criminales, los narcotraficantes y los
criminales y los terroristas.
En segundo lugar, las nuevas leyes de inmigración deben servir los
intereses de las necesidades económicas de nuestro país. Si un empleador
estadounidense ofrece un puesto que los ciudadanos estadounidenses no están
dispuestos a tomar, deberíamos acoger a nuestro país a la persona que llene
dicho puesto.
En tercer lugar, no deberíamos dar recompensas injustas a los
inmigrantes ilegales en el proceso de ciudadanía ni crear desventajas para
los que han venido aquí legalmente o esperan hacerlo.
En cuarto lugar, las leyes nuevas deben ofrecer incentivos para que
los trabajadores extranjeros temporales regresen permanentemente a sus
países de origen después de que se venza el periodo de trabajo en los
Estados Unidos.
Hoy, le pido al Congreso que se me una en aprobar leyes nuevas de
inmigración que reflejen dichos principios, que satisfagan las necesidades
económicas de los Estados Unidos y honren nuestros ideales más altos.
(Aplausos.)
Propongo un nuevo programa de trabajadores temporales que apareará
a los trabajadores extranjeros dispuestos con los empleadores
estadounidenses dispuestos cuando no se pueda encontrar ningún
estadounidense para llenar las vacantes. Este programa ofrecerá una
situación jurídica de trabajadores temporales a los millones de hombres y
mujeres indocumentados que ahora están empleados en los Estados Unidos, y a
aquellos en países extranjeros que desean participar en el programa y a
quienes se les ha ofrecido empleo aquí. Este nuevo sistema debe ser claro y
eficaz, para que los empleadores puedan encontrar trabajadores de manera
rápida y simple.
Todos aquellos que participan en el programa de trabajadores
temporales deben tener un puesto o, si no viven en los Estados Unidos, una
oferta de trabajo. La situación jurídica otorgada por este programa durará
tres años y podrá renovarse -- pero tendrá un fin. Los participantes que no
permanezcan empleados, no cumplan con las reglas del programa o violen la
ley no reunirán los requisitos para la participación continua y se
requerirá que regresen a sus países.
Conforme a mi propuesta, los empleadores tienen responsabilidades
clave. Los empleadores que hacen una oferta de trabajo primero deben hacer
un esfuerzo prudente para encontrar a un trabajador estadounidense para el
puesto disponible. Nuestro gobierno desarrollará un sistema rápido y simple
para que los empleadores busquen trabajadores estadounidenses. Los
empleadores no deben contratar extranjeros indocumentados ni trabajadores
temporales cuya situación jurídica ha caducado. Deben informar al gobierno
sobre los trabajadores temporales que contraten y dejen de trabajar para
ellos, para que podamos mantenernos al tanto de las personas en el programa
y aplicar mejor las leyes de inmigración. Debe aplicarse las leyes con
fuerza en los centros de trabajo, con penas estrictas para cualquiera, para
cualquier empleador que viole dichas leyes.
Se requerirá que los trabajadores indocumentados que están aqu
ahora paguen una cuota única para inscribirse en un programa para
trabajadores temporales. Aquellos que deseen incorporarse al programa desde
el extranjero y que han acatado nuestras leyes de inmigración no tendrán
que pagar cuota alguna. Se emitirá a todos los participantes tarjetas de
trabajador temporal que les permitirá ir y venir de sus países a los
Estados Unidos sin temor de que se les deniegue el reingreso a nuestro
país. (Aplausos.)
Este programa anticipa que los trabajadores temporales regresen
permanentemente a sus países de origen después de que se venza su periodo
de trabajo en los Estados Unidos. Y debe haber incentivos económicos para
que lo hagan. Trabajaré con los gobiernos extranjeros en un plan para
darles crédito a los trabajadores temporales cuando entren a los sistemas
de jubilación de sus propios países, por el tiempo que hayan trabajado en
los Estados Unidos. También apoyo que facilitemos que los trabajadores
temporales contribuyan una porción de sus ingresos a cuentas de ahorros con
privilegios tributarios, dinero que podrán cobrar cuando regresen a sus
países de origen. Al fin y al cabo, en muchos de dichos países, unos
cuantos ahorros son lo que es necesario para comenzar un negocio propio o
comprar tierra para sus familias.
Algunos trabajadores temporales tomarán la decisión de procurar
obtener la ciudadanía estadounidense. Se permitirá que aquellos que tomen
dicha decisión la soliciten de la manera normal. No se les dará una
ventaja injusta sobre las personas que han cumplido con los procedimientos
legales desde el inicio. Me opongo a la amnistía, poner a los trabajadores
indocumentados en un camino automático a la ciudadanía. Otorgar la amnistía
fomenta la violación de nuestras leyes y perpetúa la inmigración ilegal.
Estados Unidos es un país acogedor, pero la ciudadanía no debe ser una
recompensa automática por violar las leyes de los Estados Unidos.
(Aplausos.)
La fila para la ciudadanía, sin embargo, es demasiado larga, y
nuestros límites actuales para la inmigración legal son demasiado bajos. Mi
gobierno colaborará con el Congreso para aumentar el número anual de
residencias que pueden llevar a la ciudadanía. Aquellos dispuestos a tomar
el difícil camino a la ciudadanía - el camino del trabajo y la paciencia y
la asimilación - deben ser acogidos en los Estados Unidos, como las
generaciones de inmigrantes anteriores a ellos. (Aplausos.)
En el proceso de las reformas inmigratorias, debemos establecer
expectativas altas sobre lo que deben saber los ciudadanos nuevos. Un
entendimiento de lo que significa ser un estadounidense no es una
formalidad en el proceso de naturalización, es esencial para la
participación plena en nuestra democracia. Mi gobierno examinará el
estándar de conocimientos en la prueba actual de ciudadanía. Debemos
asegurarnos de que los nuevos ciudadanos conozcan no solamente los hechos
de nuestra historia, sino los ideales que han moldeado nuestra historia.
Cada uno de los ciudadanos de los Estados Unidos tiene una obligación de
aprender los valores que nos hacen una nación: libertad y responsabilidad
cívica, igualdad ante los ojos de Dios y tolerancia con otros.
Este programa nuevo de trabajadores temporales traerá más
beneficios económicos a los Estados Unidos. Nuestro territorio nacional
será más protegido cuando podamos mantenernos más al tanto de aquellos que
ingresan a nuestro país, en vez de la situación actual en que la ley no
sabe sobre millones de personas. Las agencias de la ley enfrentarán menos
problemas con los trabajadores indocumentados y podrán concentrarse más en
las verdaderas amenazas a nuestra nación de los criminales y terroristas. Y
cuando los trabajadores temporales puedan viajar de manera legal y libre,
habrá una administración más eficaz de nuestras fronteras y aplicación más
eficaz de la ley contra aquellos que representan un peligro para nuestro
país. (Aplausos.)
El sistema nuevo será más compasivo. Las personas decentes,
esmeradas ahora estarán protegidas por las leyes laborales, con el derecho
a cambiar de trabajo, ganar sueldos justos y disfrutar las mismas
condiciones laborales que la ley requiere para los trabajadores
estadounidenses. Los trabajadores temporales podrán probar sus identidades
al obtener documentos legales que todos nosotros damos por supuestos. Y
podrán hablar con confianza con las autoridades, reportar crímenes cuando
son perjudicados, sin temor de ser deportados. (Aplausos.)
La mejor manera, a la larga, de reducir las presiones que crea la
inmigración ilegal para comenzar es ampliar las oportunidades económicas
entre los países en nuestro vecindario. En unos días iré a México a una
Cumbre Especial de las Américas, donde hablaremos sobre maneras de promover
el libre comercio y combatir la corrupción y fomentar las reformas que
llevan a la prosperidad. El crecimiento real y la esperanza real en las
naciones de nuestro hemisferio disminuirán el flujo de inmigrantes nuevos a
los Estados Unidos cuando más ciudadanos de otros países puedan hacer sus
sueños realidad en sus propios países. (Aplausos.)
Sin embargo, nuestro país siempre se ha beneficiado de los sueños
que otros han traído aquí. Al trabajar duro por una vida mejor, los
inmigrantes contribuyen a la vida de nuestra nación. El programa de
trabajadores temporales que propongo hoy representa las mejores tradiciones
de nuestra sociedad, una sociedad que respeta la ley y acoge a los recién
llegados. Este plan contribuirá a que nuestro sistema de inmigración vuelva
a tener orden y equidad, y al hacerlo, honraremos nuestros valores, al
mostrar respeto por aquellos que trabajan duro y comparten los ideales de
los Estados Unidos.
Que Dios los bendiga a todos. (Aplausos.)
END 3:07 P.M. EST
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