For Immediate Release
Office of the Press Secretary
1 de marzo de 2003
Discurso Radial
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Buenos Días. Estados Unidos está empeñado en hacer cumplir las demandas
del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, enfrentando el grave y
creciente peligro de Saddam Hussein y sus armas de destrucción masiva. No
se le permitirá a este dictador intimidar y chantajear al mundo civilizado,
o entregar sus terribles armas a grupos terroristas, quienes no hesitarían
en usarlas en contra de nosotros.
La seguridad del pueblo estadounidense depende en que se termine con
esta amenaza. Pero la causa de Estados Unidos siempre va más allá de la
seguridad estadounidense. También representamos el avance de la libertad,
la oportunidad y la esperanza. Las vidas y la libertad del pueblo iraqu
le importan poco a Saddam Hussein - pero nos importan mucho a nosotros.
Saddam Hussein tiene una larga historia de crímenes brutales, sobre
todo en tiempo de guerra - incluso contra sus propios ciudadanos. Si
llegamos a un conflicto armado, él podría convertir en blancos a los
civiles o detenerlos dentro de instalaciones militares. Podría fomentar
la violencia étnica. Podría destruir recursos naturales. O, lo peor de
todo, podría usar sus armas de destrucción masiva.
A fin de minimizar el sufrimiento del pueblo iraquí, Estados Unidos y
nuestros socios de coalición estamos listos a ofrecer ayuda esencial.
Entregaremos medicinas a los pobres, y nos aseguraremos que los 55,000
sitios de distribución de alimentos en Irak, operando con suministros del
programa de petróleo-por-comida, estén abastecidos y abiertos lo más pronto
posible. Estamos almacenando suministros de alivio, tales como colchas y
envases para agua, para un millón de personas. Estamos movilizando casi
tres millones de raciones de emergencia para alimentar a los que tengan
hambre. Estados Unidos y Gran Bretaña están proporcionando decenas de
millones de dólares al Alto Comisariato para Refugiados de las Naciones
Unidas, y a grupos como el Programa Mundial de Alimentos y UNICEF, de modo
que estén listos para ofrecer ayuda de emergencia al pueblo iraquí.
También encabezaremos la labor urgente y peligrosa de destruir armas
químicas y biológicas. Ofreceremos seguridad contra aquellos que tratan de
diseminar el caos, o busquen arreglar cuentas, o amenacen la integridad
territorial de Irak. Buscaremos proteger a los recursos naturales de Irak
contra sabotaje por un régimen moribundo - y asegurar que sean utilizados
para el bien del mismo pueblo iraquí.
Estados Unidos no tiene ninguna intención de determinar la forma
precisa del nuevo gobierno de Irak. Esa decisión le pertenece al pueblo
iraquí. Pero nos aseguraremos que un dictador brutal no será reemplazado
por otro igual. Todos los iraquíes deben tener una voz en el nuevo
gobierno, y deberán protegerse los derechos de todos los ciudadanos.
La reconstrucción de Irak requerirá un compromiso sostenido de muchos
países, incluyendo el nuestro. Permaneceremos en Irak el tiempo que sea
necesario, y ni un día más. Estados Unidos ha tomado y cumplido con este
tipo de compromiso anteriormente - en la paz que siguió a la Segunda Guerra
Mundial. Luego de derrotar a enemigos, no dejamos atrás a ejércitos de
ocupación, dejamos constituciones y parlamentos. No dejamos atrás enemigos
permanentes; encontramos nuevos amigos y aliados.
Hubo un tiempo en que muchos dijeron que las culturas de Japón y
Alemania eran incapaces de sostener valores democráticos. Se equivocaron.
Algunos dicen lo mismo de Irak hoy en día. Ellos también se equivocan. La
nación de Irak - con su digna tradición, recursos abundantes, y gente capaz
y educada - está plenamente en condición de moverse hacia la democracia y
de vivir en libertad.
Será difícil ayudar a que la libertad tome raíces en un país que ha
conocido tres décadas de dictadura, policía secreta, divisiones internas y
guerra. Sin embargo, la seguridad de nuestra Nación y las esperanzas de
millones dependen de nosotros, y Estados Unidos no puede dar la espalda a
obligaciones sólo porque son difíciles. Hemos enfrentado grandes pruebas
en otros tiempos, y nos enfrentaremos a los retos de nuestra época.
Gracias por escuchar.
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