For Immediate Release
Office of the Press Secretary
12 de abril de 2003
DISCURSO RADIAL DEL PRESIDENTE A LA NACIÓN
Audio
Buenos Días. En los últimos días el mundo ha observado mientras el régimen
de Saddam Hussein comenzó a pasar a la historia. Siempre recordaremos las
primeras imágenes de una nación liberada de décadas de tiranía y temor. El
conflicto continúa en Irak, y nuestras fuerzas militares aún tendrán una
lucha tenaz por delante. Sin embargo, las estatuas del dictador, y todas
las obras de su régimen de terror, se están viniendo abajo.
Desde el comienzo, y hasta esta misma hora, miembros de las fuerzas
estadounidenses y de coalición se han comportado con toda la habilidad y el
honor que esperamos de ellas. Nuestros enemigos han visto su valentía. El
pueblo de Irak está viendo su compasión, al proporcionar nuestros militares
alimentos, agua y atención médica a todos los que la necesitan, incluso a
soldados iraquíes capturados. Como dijo el Sargento Mayor del Ejercito
Howard Kutcher del estado de Delaware de su servicio en el medio oriente,
"No estoy aquí para conquistar, estoy aquí para ayudar".
En una ciudad, soldados estadounidenses se toparon con una multitud
de ciudadanos iraquíes que pensaron que nuestras tropas estaban a punto de
atacar una mezquita cercana. En ese momento, el Teniente Coronel Chris
Hughes ordenó a sus hombres que se arrodillaran y que apuntaran sus armas
hacia el suelo. Este gesto de respeto ayudó a calmar una situación
peligrosa y dejó en claro nuestras intenciones pacíficas.
Las fuerzas de coalición también han encontrado escenas que explican
por qué el temor es tan arraigado entre el pueblo iraquí. En Bagdad el
Martes, Infantes de Marina de los Estados Unidos ayudaron a liberar a más
de 100 niños quienes, según un informe, habían sido encarcelados por
negarse a formar parte de la organización juvenil del Partido Baath.
Desnutridos y harapientos, los niños quedaron encantados de ver a sus
padres, y a nuestras fuerzas de liberación. En las palabras del Teniente
Coronel Fred Padilla, comandante del Primer Batallón, 5ª compañía de
Infantería de Marina: "Estos niños salieron corriendo por los portales y
sus padres comenzaron a abrazarnos. Cientos de niños nos rodeaban y nos
besaban".
A medida que se termina el régimen de terror de Saddam, el pueblo de
Irak está mostrando los verdaderos deseos que siempre ha tenido. No debe
sorprender a nadie que los iraquíes, como todos los pueblos, renegaban de
la opresión y abrazan su propia libertad. No debe sorprender a nadie que
en toda nación y en toda cultura, el corazón humano desea las mismas cosas
buenas - la dignidad, la libertad y la oportunidad de crear una mejor vida.
A medida que las personas en todo Irak celebran la llegada de la libertad,
Estados Unidos celebra con ellos. Sabemos que la libertad es el regalo de
Dios a la humanidad, y nos regocijamos cuando otros lo pueden compartir.
El miércoles en el centro de Bagdad, uno de los hombres iraquíes que
llevó una almádena al pedestal de la enorme estatua de Saddam dijo lo
siguiente: "Tengo 49 años, pero nunca he vivido un solo día. Ahora voy a
comenzar a vivir".
Millones de iraquíes sienten lo mismo, ahora que por fin se les devuelve a
ellos su país. La pesadilla del régimen de Saddam Hussein en Irak está
llegando a su fin. Pronto el pueblo bueno y talentoso de Irak estará libre
de escoger dirigentes que respeten sus derechos y reflejen su carácter. En
todo lo que está por venir, ellos tendrán la buena voluntad del mundo
entero. Y tendrán la amistad del pueblo de Estados Unidos.
Gracias por escuchar.
|