La gonorrea es
una enfermedad de transmisión sexual (ETS), provocada por
la Neisseria gonorrhoeae, una bacteria que puede crecer y multiplicarse
fácilmente en áreas húmedas y tibias del tracto
reproductivo, incluidos el cuello uterino (la abertura de la matriz),
el útero y las trompas de Falopio (también llamadas
oviductos) en la mujer, y en la uretra (conducto urinario) en la
mujer y en el hombre. Esta bacteria también puede crecer
en la boca, la garganta, los ojos y el ano.
La gonorrea es
una enfermedad infecciosa muy frecuente. Los CDC calculan que más
de 700,000 personas en los EE.UU. contraen nuevas infecciones por
gonorrea al año. Solamente cerca de la mitad de estas infecciones
son comunicadas a los CDC. En el año 2002, se reportaron
351,852 casos de gonorrea a los CDC. La tasa nacional de casos
de gonorrea disminuyó entre 1975 y 1997 a raíz de
la puesta en práctica del programa nacional para el control
de la gonorrea, a mediados de la década de 1970. Después
de un pequeño aumento en 1998, la tasa de la gonorrea ha
disminuido levemente desde 1999. En el año 2002, la tasa
reportada de esta infección fue de 125 por cada 100,000
personas.
La gonorrea se
transmite por contacto con el pene, la vagina, la boca o el ano.
No es necesario que se dé la eyaculación para transmitir
o contraer la gonorrea. La gonorrea también puede transmitirse
de madre a hijo durante el parto.
Las personas que
han tenido gonorrea y han sido tratadas pueden infectarse nuevamente
si tienen relaciones sexuales con una persona que tiene
la enfermedad.
Toda persona sexualmente
activa puede infectarse con gonorrea. En los Estados Unidos, las
tasas más altas de infección se registran entre adolescentes
sexualmente activos, jóvenes adultos y afro-americanos.
Aun cuando es probable
que muchos hombres con gonorrea no tengan ningún síntoma,
en algunos aparecerán algunos signos y síntomas de
dos a cinco días después de contraer la infección.
Algunos síntomas pueden tardar hasta 30 días en aparecer.
Entre los signos y síntomas se encuentran la sensación
de ardor al orinar y una secreción blanca, amarilla o verde
del pene. Algunas veces a los hombres con gonorrea les duelen los
testículos o se les inflaman.
La mayoría de las mujeres con gonorrea no tienen síntomas,
y si los tienen, éstos son leves. Incluso cuando tienen síntomas,
pueden ser tan poco específicos que se confunden con los síntomas
de una infección vaginal o de cistitis. Entre los primeros
síntomas y signos en las mujeres se encuentran una sensación
de dolor o ardor al orinar, aumento del flujo vaginal y hemorragia
vaginal entre períodos. Las mujeres con gonorrea están
expuestas al riesgo de tener graves complicaciones de la infección,
independientemente de la presencia o gravedad de los síntomas.
Entre
los síntomas de infección rectal tanto en hombres
como en mujeres, puede haber secreción, picazón,
dolor y sangrado en el ano y dolor al defecar. También
es probable que la infección rectal no esté acompañada
de síntomas. Las infecciones de la garganta puede que
provoquen dolor de garganta, pero por lo general no se presenta
ningún
síntoma.
Cuando la gonorrea
no es tratada, puede provocar problemas graves y permanentes de
salud tanto en hombres como en mujeres.
En las mujeres, la gonorrea es una causa frecuente de enfermedad
inflamatoria pélvica (EIP). Anualmente, cerca de un millón
de mujeres en los Estados Unidos contraen EIP. Las mujeres con EIP
no tienen necesariamente síntomas. Pero cuando sí se
presentan, pueden ser muy graves e incluir dolor abdominal y fiebre.
La EIP puede provocar abscesos internos (pústulas llenas de
pus difíciles de curar) y dolor pélvico crónico
prolongado. La EIP puede causar daños a las trompas de Falopio
y producir infertilidad o aumentar el riesgo de un embarazo ectópico.
El embarazo ectópico es una afección potencialmente
mortal en la cual un óvulo fecundado crece fuera del útero,
usualmente en una trompa de Falopio.
En los hombres, la gonorrea puede provocar epididimitis, una
afección
dolorosa de los testículos que puede provocar infertilidad
si no es tratada.
La gonorrea puede propagarse a la sangre y a las articulaciones.
Esta afección puede ser potencialmente mortal. Además,
las personas con gonorrea pueden fácilmente infectarse con
el VIH, el virus que causa el SIDA. Las personas infectadas con VIH
que tienen gonorrea tienen más probabilidad de transmitir
el VIH a otra persona.
Si una mujer embarazada
tiene gonorrea, es probable que le transmita la infección
a su bebé cuando éste pasa por la vía de parto
durante el nacimiento, lo que puede provocar ceguera, infección
en las articulaciones y una infección sanguínea potencialmente
mortal en el bebé. Tratar la gonorrea tan pronto como es detectada
en la mujer embarazada reducirá el riesgo de estas complicaciones.
Se aconseja que las mujeres embarazadas vean a un proveedor de atención
médica para que sean examinadas y se les hagan las pruebas
y el tratamiento necesarios.
Existen varias pruebas
de laboratorio para diagnosticar la gonorrea. Un médico o
una enfermera puede tomar una muestra de las partes del cuerpo que
pudieran estar infectadas (cuello uterino, uretra, recto o garganta)
y enviarla a un laboratorio para que sea analizada. La gonorrea presente
en el cuello uterino o en la uretra puede ser diagnosticada en el
laboratorio con un sencillo análisis de una muestra de orina.
Una prueba rápida de laboratorio que puede realizarse en algunas
clínicas y consultorios médicos es la prueba de tinción
de Gram. La tinción de Gram de una muestra de la uretra o
del cuello del útero permite al médico visualizar la
bacteria en el microscopio. Este examen funciona mejor en los hombres
que en las mujeres.
Existen varios antibióticos
con los cuales se puede tratar exitosamente la gonorrea en adolescentes
y adultos. Sin embargo, ha estado aumentando el número de
cepas de gonorrea resistentes a las medicinas en muchas partes del
mundo, incluidos los Estados Unidos, por lo que el tratamiento de
la gonorrea se hace cada vez más difícil. Dado que
muchas personas con gonorrea también tienen clamidia, otra
enfermedad de transmisión sexual, se suele recetar antibióticos
para tratar ambas infecciones al mismo tiempo. Se recomienda que
las personas con gonorrea también se hagan pruebas para detectar
otras ETS.
Para curar la gonorrea, es necesario tomar toda la medicina recetada.
Si bien la medicina detendrá la infección, no remediará ninguna
lesión permanente provocada por la enfermedad. Las personas
que han tenido gonorrea y se han curado, pueden contraer nuevamente
la enfermedad si tienen relaciones sexuales con personas infectadas
con gonorrea. Si los síntomas en una persona persisten después
del tratamiento, debe regresar al médico para que sea evaluada
nuevamente.
La manera más
segura de evitar el contagio de enfermedades de transmisión
sexual es absteniéndose del contacto sexual o tener una relación
duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien se le
han hecho pruebas y se sabe que no está infectada.
Los condones de látex, cuando se usan de manera habitual y correcta,
pueden reducir el riesgo de transmisión de la gonorrea.
Todo síntoma genital, como por ejemplo secreción o ardor
al orinar, una úlcera poco usual o una irritación, debe
ser razón para dejar de tener relaciones sexuales y consultar
a un proveedor de atención médica de inmediato. Si a
una persona se le ha diagnosticado gonorrea y ha recibido tratamiento
contra esta enfermedad, debe informarle de esto a todas sus parejas
sexuales recientes para que éstas vean a un proveedor de atención
médica y reciban tratamiento. Esto reducirá el riesgo
de que las parejas sexuales presenten complicaciones graves por la
gonorrea y reducirá el riesgo de reinfección en una
persona. La persona con gonorrea y todas sus parejas sexuales deben
evitar tener relaciones sexuales hasta que hayan terminado su tratamiento
contra la enfermedad.
División
para la Prevención de ETS (DSTDP, por sus siglas en inglés)
Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
www.cdc.gov/std
Para
preguntas personales sobre salud y solicitud de información
acerca de las ETS:
Líneas
nacionales gratuitas de información de los CDC sobre
ETS y SIDA
(800) 227-8922 ó (800) 342-2437
En español: (800) 344-7432
TTY para sordos y personas con limitaciones auditivas: (800) 243-7889
Recursos:
Red
nacional de información sobre la prevención de
los CDC (CDC National Prevention Information Network, NPIN)
P.O. P.O. Box 6003
Rockville, MD 20849-6003
1-800-458-5231
1-888-282-7681 Fax
1-800-243-7012 TTY
Correo electrónico: info@cdcnpin.org
www.cdcnpin.org
Asociación
Americana de Salud Social
(American Social Health Association, ASHA)
P.O. Box 13827
Research Triangle Park, NC 27709-3827
1-800-783-9877
www.ashastd.org
Preguntas sobre ETS: std-hivnet@ashastd.org
Fuentes:
Centers
for Disease Control and Prevention. Sexually Transmitted Diseases
Treatment Guidelines 2002. MMWR 2002;51(no. RR-6)
Centers for Disease
Control and Prevention. Sexually Transmitted Disease Surveillance, 2002.
Atlanta, GA: U.S. Department of Health and Human Service, October 2003.
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Handsfield, H.H. Gonococcal infections in the adult. In: K. Holmes, P.
Markh, P. Sparling et al (eds). Sexually Transmitted Diseases, 3rd
Edition. New York: McGraw-Hill, 1999, 451-466.
Weinstock H, Berman S, Cates W. Sexually transmitted disease among
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