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Heroína

La heroína es una droga extremadamente adictiva cuyo uso es un problema serio para los Estados Unidos. Los estimados actuales sugieren que aproximadamente 600.000 individuos necesitan tratamiento por heroinomanía. Estudios recientes indican que la forma de usar la heroína ha cambiado, pasando de inyectarse droga a inhalarla o fumarla, debido a que se obtiene mayor pureza con estos métodos y al concepto erróneo de que estas formas de empleo no llevarán a la adicción. El heroinómano usa la droga, como promedio, hasta cuatro veces al día.

La heroína se procesa a partir de la morfina, sustancia que ocurre naturalmente y se extrae de la bellota de la adormidera asiática. Aparece generalmente en forma de polvo blanco o marrón. Los nombres vulgares relacionados con esta droga incluyen "smack" ("pasta"), "H," ("H"), "skag" ("polvo blanco"), y "junk" ("lenguazo"). Otros nombres se refieren al tipo de heroína producido en una zona geográfica específica, como "Mexican black tar" ("goma").

Peligros para la salud

La heroinomanía puede traer graves consecuencias para la salud, entre ellas sobredosis mortal, aborto espontáneo, colapso de las venas, y enfermedades infecciosas, incluso VIH/SIDA y hepatitis.

Los efectos a corto plazo del abuso de heroína aparecen poco después de la primera dosis y desaparecen en unas cuantas horas. Después de una inyección de la droga, el usuario dice sentir un brote de euforia ("rush") acompañado de un cálido sonrojo de la piel, boca seca y extremidades pesadas. Después de esta euforia inicial, el usuario está "volando" ("on the nod"), estado en el que se alterna la vigilia con el adormecimiento y se turban las facultades mentales debido a la depresión del sistema nervioso central.

Los efectos de la heroína a largo plazo aparecen después que la droga se ha estado usando repetidamente por algún período de tiempo. El usuario crónico puede sufrir colapso de las venas, infección del endocardio y de las válvulas del corazón, abscesos, celulitis y enfermedades del hígado. Puede haber complicaciones pulmonares, incluso varios tipos de neumonía, como resultado del mal estado de salud del toxicómano, así como por los efectos depresivos de la heroína sobre la respiración.

Además de los efectos de la misma droga, la heroína que se vende en la calle puede tener aditivos que no se disuelven con facilidad y obstruyen los vasos sanguíneos que van a los pulmones, el hígado, los riñones o el cerebro. Esto puede causar infección o hasta muerte de pequeños grupos de células en estos órganos vitales.

La Red de Alerta sobre Abuso de Drogas (DAWN) de la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y de Salud Mental recopila datos sobre muertes y episodios relacionados con drogas en las salas de urgencia de los hospitales de 21 zonas metropolitanas. Según los informes de 1995, entre las drogas vinculadas con mayor frecuencia a la muerte, la heroína quedó en segundo lugar. De 1990 a 1995 el número de episodios relacionados con la heroína se duplicó, y entre 1994 y 1995, aumentó 19 por ciento.

Tolerancia, toxicomanía y abstinencia

El uso regular de la heroína produce tolerancia a la droga, lo que significa que el toxicómano debe usar mayor cantidad para obtener la misma intensidad o efecto. Este uso de mayores dosis lleva, con el tiempo, a la dependencia física, en la que el cuerpo, al haberse adaptado a la presencia de la droga, puede sufrir síntomas de abstinencia si se reduce o se abandona su uso.

La abstinencia, que en el toxicómano regular puede ocurrir tan pronto como varias horas después de la última administración de heroína, provoca deseo de usar la droga, agitación, dolores en los músculos y en los huesos, insomnio, diarrea y vómitos, escalofríos con piel de gallina ("cold turkey"), movimientos en forma de patadas ("kicking the habit") y otros síntomas. Entre éstos, los principales alcanzan su punto máximo de 48 horas a 72 horas después de la última dosis y se calman después de una semana más o menos. La abstinencia repentina en los usuarios que dependen mucho de la droga y están en mal estado de salud resulta mortal a veces, aunque se cree que la supresión de heroína es mucho menos peligrosa que la de alcohol y barbituratos.

Tratamiento

Hay una gran variedad de opciones terapéuticas para la adicción a la heroína, entre las que figuran los medicamentos y la terapéutica de la conducta. La ciencia nos ha enseñado que combinar tratamiento a base de medicamentos con otros servicios de apoyo al paciente hace posible que el toxicómano deje de usar la heroína (u otro opiáceo) y vuelva a una vida más estable y productiva.

En noviembre de 1997, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) reunieron a un Grupo de Consenso sobre el Tratamiento Médico Eficaz de la Drogadicción. Este grupo de expertos de toda la nación concluyó que las adicciones a los opiáceos son enfermedades del cerebro y trastornos médicos que en realidad sí pueden tratarse eficazmente. Recomendó firmemente (1) mayor acceso a los programas de tratamiento de mantenimiento a base de metadona para las personas que están adictas a la heroína y otras drogas opiáceas; y (2) la eliminación de reglas federales y estatales, así como de otras barreras, que impiden acceso a estos programas. También recalcó la importancia de ofrecer orientación sicológica contra el abuso de sustancias, terapéuticas sicosociales y otros servicios de respaldo al paciente, que fomenten la retención y el éxito de los programas de tratamiento de mantenimiento a base de metadona. La declaración completa del grupo de expertos

puede obtenerse llamando al 1-888-NIH-CONSENSUS (1-888-644-2667) o visitando el sitio del programa de fomento de consenso del NIH en la telaraña mundial en http://consensus.nih.gov.

La Metadona, un medicamento opiáceo sintético que obstaculiza los efectos de la heroína durante unas 24 horas, tiene una historia de éxitos probados cuando se receta en concentraciones suficientemente altas para las personas adictas a la heroína. El LAAM, que también es un fármaco opiáceo sintético para tratar la heroinomanía, puede impedir los efectos de la heroína hasta 72 horas. Otros productos aprobados son la naloxona, que se utiliza para tratar los casos de dosis excesivas, y la naltrexona, que obstruyen los efectos de la morfina, la heroína y otros opiáceos. También se están estudiando otros medicamentos utilizados en los programas de tratamiento contra la heroína.

Hay muchos tratamientos de la conducta eficaces contra la heroinoamanía. Estos pueden incluir métodos residenciales y ambulatorios. Varias terapéuticas nuevas de la conducta están resultando especialmente prometedoras contra este tipo de adicción.

La terapia de manejo de situaciones imprevistas utiliza un sistema basado en el concepto del vale, donde el paciente gana "puntos" por tener resultados negativos en los análisis que determinan si ha usado drogas, y puede cambiarlos por artículos que fomentan una vida sana. Las intervenciones de la conducta cognoscitiva se han ideado para ayudar a modificar el pensamiento, las esperanzas y los comportamientos del paciente y para aumentar su habilidad de hacerle frente a varios factores causantes de tensión nerviosa en la vida.

El Perfil estatal de abuso de alcohol y drogas,* es una encuesta sobre recursos, servicios, y necesidades relacionadas con el abuso del alcohol y las drogas en los Estados Unidos. Esta información indica que, en 1995, el abuso de heroína ocupó el segundo lugar entre las causas responsables por el mayor número de ingresos en programas de tratamiento antidrogas subvencionados por el estado. En Puerto Rico, California, Connecticut, Maryland, Massachusetts, New Jersey, Rhode Island y Washington, fue la principal droga de abuso mencionada por los nuevos pacientes sometidos a tratamiento por drogadicción en programas subvencionados por el estado.

Alcance del uso

Estudio de observación del futuro (MTF)**

El estudio de observación del futuro consiste en una encuesta anual sobre el uso de drogas por estudiantes de 80, 100, y 120 grados. En 1997 el estudio indicó que el uso de heroína ha permanecido relativamente estable y bajo desde fines de 1970, pero el empleo de la droga comenzó a aumentar entre los estudiantes de 100 y 120 grados después de 1991, y entre los de 80 después de 1993. En 1997, la prevalencia de uso de heroína fue similar en los tres grados encuestados. Las tasas de prevalencia anuales del uso de heroína en 1997, aunque permanecieron relativamente bajas, son aproximadamente dos o tres veces más altas que las registradas en 1991.

Uso de heroína por estudiantes, 1997:
Estudio de observación del futuro

   8 grado  10 grado  12 grado
 Usaron alguna vez
 2,1%  2,1%  2,1%
 Usaron en el último año
 1,3  1,4  1,2
 Usaron en el último mes
 0,6  0,6  0,5

Grupo de Trabajo Epidemiológico Comunitario (CEWG)t

En diciembre de 1996, el Grupo de Trabajo Epidemiológico Comunitario informó que la disponibilidad de heroína de alta calidad a bajo precio continúa aumentando, especialmente en el este y algunas zonas de la región central de los Estados Unidos. También se ha observado este aumento en algunas ciudades que antes habían escapado la afluencia de heroína de alta calidad.

Algunos indicadores cuantitativos e informes en el terreno continúan sugiriendo que hay cada vez más casos de nuevos usuarios (inhaladores) entre los grupos de edades más jóvenes, a menudo entre las mujeres. Una preocupación es que las jóvenes que inhalan heroína pueden comenzar a inyectársela debido a mayor tolerancia, dolores en la nariz, menor pureza de la droga o menor confiabilidad en su pureza. El uso de inyecciones las pondría bajo mayor riesgo de contraer VIH y SIDA.

En algunas regiones, como Boston y San Francisco, los iniciados recientes incluyen cada vez más miembros de la clase media. En Newark, los usuarios de heroína se encuentran en general entre las poblaciones suburbanas.

Encuesta domiciliaria nacional sobre el abuso de drogas (NHSDA)tt

La encuesta domiciliaria nacional sobre el abuso de drogas realizada en 1996, muestra un aumento significativo en el número estimado de usuarios corrientes de heroína (una vez el mes pasado) en comparación con la cifra de 1993. Los estimados han aumentado de 68.000 en 1993 a 216.000 en 1996. Entre los individuos que habían usado heroína alguna vez en su vida, la proporción que la había fumado, aspirado o inhalado creció de 55 por ciento en 1994 a 82 por ciento en 1996. Durante ese mismo período, la proporción de usuarios que se inyectaron heroína permaneció más o menos igual, en 50 por ciento.


* Recursos y servicios estatales relacionados con los problemas del alcohol y otras drogas para el ejercicio económico de 1995: Análisis de datos sobre el perfil estatal de abuso de alcohol y drogas, redactado por la Asociación Nacional de Directores [de Programas] Estatales contra el Abuso de Alcohol y Drogas (NASADAD), julio de 1997. Usted puede obtener copias llamando a la NASADAD al 202-293-0090.

** El estudio de observación del futuro (MTF) es una encuesta anual sobre uso de drogas y actitudes conexas de los adolescentes en Estados Unidos que comenzó en 1975. La encuesta la realiza el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan bajo los auspicios del NIDA. Puede obtener copias de la encuesta más reciente llamando al Centro Internacional de Información sobre Alcohol y Drogas, al 1-800-729-6686.

t El Grupo de Trabajo Epidemiológico Comunitario (CEWG) es una red de investigadores patrocinados por el NIDA en 20 importantes zonas metropolitanas de los Estados Unidos y países extranjeros seleccionados que se reúnen dos veces al año para discutir sobre la epidemiología actual del abuso de drogas. El informe más reciente del Grupo de Trabajo Epidemiológico Comunitario es Tendencias epidemiológicas del abuso de drogas, volúmenes I y II, diciembre de 1996.

tt La encuesta domiciliaria nacional sobre abuso de drogas (NHSDA) es una encuesta anual realizada por la Administración de Servicios de Abuso de Sustancias y de Salud Mental. Puede obtener copias de la encuesta más reciente llamando al Centro Internacional de Información sobre Alcohol y Drogas, al 1-800-729-6686.


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