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El VIH y SIDA en las mujeres de Estados Unidos:
las minorías y mujeres jóvenes siguen corriendo riesgos
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Entre 1992 y 1999 el número de personas afectadas por el SIDA aumentó
en todos los grupos ya que a partir de 1993 se comenzó a definir los casos
de la enfermedad de una manera más amplia, y más recientemente, debido
a una supervivencia más prolongada de aquellos que se han beneficiado
de las nuevas terapias de combinación de medicamentos. Durante este período
de siete años, el número de mujeres infectadas con el VIH aumentó, lo cual
refleja un cambio en los segmentos de población afectados por la epidemia.
En 1992, las mujeres representaban el 14% de la población adulta y adolescente
afectada por el SIDA; en 1999, el porcentaje había ascendido a 20%.
Desde el 1985, la proporción de casos de SIDA
reportados en las mujeres adultas y adolescentes aumentó más del triple,
de un 7% en 1985 a un 25% en el 2000. La epidemia ha aumentado de manera
más marcada entre las mujeres negras. Las mujeres afroamericanas e hispanas
componen menos del 25% de la población femenina de los Estados Unidos,
sin embargo representan más de tres cuartos (78%) de los casos de SIDA
reportados en las mujeres de nuestro país. Sólo en el 2000 (Ver gráfica),
las mujeres afroamericanas e hispanas representaban una proporción aun mayor
(80%) de casos reportados en las mujeres.
Las muertes relacionadas con el VIH y el SIDA en la población femenina
siguen disminuyendo en 1999 como resultado de los avances recientes en
el tratamiento del VIH. El VIH y el SIDA siguen siendo la quinta causa
de muerte de las mujeres entre 25 y 44 años de edad en los EE.UU. En el
caso de las mujeres negras del mismo grupo de edad, el SIDA constituía
la primera causa de mortalidad en 1999.
Ahora el contacto heterosexual
representa el mayor riesgo para la mujer
Las relaciones sexuales con consumidores
de drogas producen un gran número de casos
El 38% de los nuevos casos de SIDA en la población femenina
reportados en 1999 se debían a exposición al VIH durante un contacto heterosexual;
un 25% de los casos se atribuían al uso de drogas por vía intravenosa.
Además del riesgo directo en que se incurre al inyectarse drogas (compartir
jeringas), el consumo de drogas también está contribuyendo a la extensión
de la epidemia entre la población heterosexual. En gran parte de los casos
de mujeres infectadas durante un contacto heterosexual, el virus había
sido transmitido al tener relaciones sexuales con un consumidor de drogas
por vía intravenosa. Para reducir los estragos causados por la enfermedad
en la población femenina, es necesario realizar esfuerzos para luchar
contra el uso indebido de drogas, además de reducir aquellas conductas
que entrañan el riesgo de contraer el VIH.
Muchos casos de mujeres afectadas por el VIH o SIDA en los Estados Unidos
han sido reportados inicialmente sin incluir información sobre las conductas
de riesgo, lo que sugiere que las mujeres parecen ignorar los factores
de riesgo de sus compañeros sexuales o que el personal sanitario no está
recolectando información sobre los riesgos. Más de dos tercios de los
casos de SIDA en mujeres que habían sido documentados inicialmente sin
incluir información sobre los riesgos fueron posteriormente reclasificados
como casos de transmisión heterosexual, y sólo un poco más de una cuarta
parte fueron atribuidos al consumo de drogas por vía intravenosa.
Necesidades de la mujer en materia
de prevención
- Prestar atención a la prevención entre las mujeres. La epidemia
del SIDA está muy lejos de terminar. Los científicos piensan que el
número de casos de infección por VIH reportados en la población entre
13 y 24 años de edad constituye una indicación de las tendencias generales
de incidencia del VIH (el número de nuevos casos de infección durante
un período de tiempo, generalmente un año) porque este grupo de edad
ha iniciado más recientemente conductas de alto riesgo. Las mujeres
representan casi la mitad (47%) de los casos de VIH en este grupo de
edad reportados por las 34 áreas en las que se informó en el 2000 de manera
confidencial acerca de los casos de VIH en adultos y adolescentes. Además,
si se toman en cuenta los resultados de todos los años combinados, las
mujeres negras e hispanas jóvenes representan las tres cuartas partes
de las infecciones de VIH reportadas entre las mujeres de edad comprendida
entre 13 y 24 años en estas áreas.
- Implementar programas que hayan demostrado ser eficaces para
cambiar las conductas de riesgo en las mujeres y hacer que estos cambios
sean duraderos, prestando atención particular a la población femenina
infectada y no infectada.
- Hacer un mayor énfasis en los servicios de prevención y tratamiento
para las mujeres jóvenes y mujeres negras. Conocer las conductas
de prevención y estar consciente de la necesidad de practicarlas es
fundamental para todas y cada una de las generaciones de mujeres jóvenes;
los programas de prevención deben ser completos y deben contar con la
participación de los padres así como del sistema educativo. Los programas
comunitarios deben alcanzar a los jóvenes que están fuera del sistema
educativo, como los jóvenes internados en reformatorios o aquellos que
se hayan en refugios para jóvenes que han huído de sus hogares.
- Reconocer el vínculo existente entre el consumo de drogas y la
transmisión sexual del VIH. Las mujeres corren el riesgo de contraer
el VIH al compartir jeringas o tener contacto sexual con un compañero
que consume drogas por vía intravenosa. Además, las mujeres que consumen
drogas que no se inyectan (Por ejemplo “crack”, cocaína, metanfetaminas)
corren un riesgo mayor de contraer el VIH por vía sexual, especialmente
si intercambian favores sexuales por drogas o dinero.
- Diseñar y divulgar métodos efectivos de prevención a cargo de la
mujer. Se necesita con urgencia más opciones para el caso de aquellas
mujeres que no quieren o no pueden hacer que sus compañeros sexuales
utilicen condones. Los CDC están colaborando con los científicos de
todo el mundo para evaluar la efectividad de prevención del condón femenino
y para realizar investigaciones y elaborar microbicidas de uso tópico
que puedan matar el VIH así como los patógenos que causan enfermedades
de transmisión sexual.
- Integrar de forma más efectiva los servicios de prevención y tratamiento
para la mujer de manera generalizada, incluyendo la prevención y
tratamiento de otras enfermedades de transmisión sexual así como el
uso indebido de las drogas y el acceso a la terapia antirretroviral.
Para mayor información, escriba a...
Línea telefónica de ayuda de los CDC en materia de enfermedades de
transmisión sexual y SIDA:
1-800-342-AIDS (2437)
Español: 1-800-344-SIDA (7432)
Para los sordos: 1-800-243-7889
Red nacional de información sobre prevención de los CDC:
P.O. Box 6003
Rockville, MD 20849-6003
1-800-458-5231
Recursos en Internet:
NCHSTP: http://www.cdc.gov/nchstp/od/nchstp.html
DHAP: http://www.cdc.gov/hiv
NPIN: http://www.cdcnpin.org
Última Revisión: 11
de marzo de 2002
Centros para el Control y la Prevención
de Enfermedades
NCHSTP - Divisiones
para la Prevención de VIH/SIDA
Comuníquese con los CDC
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