Solicite por correo un folleto gratuito El síndrome de dolor regional complejo (CRPS, por sus siglas en inglés) es una trastorno de dolor crónico que se cree es el resultado de un disfuncionamiento en el sistema nervioso central o periférico. Las características típicas incluyen cambios dramáticos en el color y la temperatura de la piel en la extremidad o parte del cuerpo afectada, acompañados por un dolor candente severo, sensibilidad de la piel, sudoración e inflamación. El CRPS I frecuentemente es provocado por una lesión a un tejido; el término describe a todos los pacientes con los síntomas anteriores, pero que no tienen una lesión subyacente a los nervios. Los pacientes con CRPS II experimentan los mismos síntomas pero sus casos están claramente asociados con una lesión a los nervios. Entre los términos que se usaban antiguamente para describir al CRPS están “el síndrome de distrofia simpática refleja” y “causalgia,” un término que se utilizó por primera vez en la Guerra Civil para describir el dolor intensivo y candente que algunos de los veteranos sentían aún mucho después de que sus heridas se habían sanado. El CRPS puede comenzar a cualquier edad y afecta tanto a hombres como a mujeres, aunque la mayoría de los expertos están de acuerdo en que es más común en las mujeres jóvenes.
El síntoma principal del CRPS es un dolor continuo e intenso, desproporcionado a la severidad de la herida (si es que la hubiese), que con el tiempo se empeora en vez de mejorar. El CRPS a menudo afecta una de las extremidades (brazos, piernas, manos o pies) y también frecuentemente está acompañado por: Frecuentemente el dolor se extiende para incluir toda la mano o pierna, aun cuando la herida original haya sido solamente en un dedo. A veces el dolor puede propagarse a la extremidad opuesta. El dolor se puede empeorar con el estrés emocional. Los síntomas del CRPS varían en severidad y duración. Algunos expertos creen que hay tres etapas asociadas con el CRPS, cada una marcada por cambios progresivos en la piel, los músculos, las articulaciones o coyunturas, los ligamentos y los huesos del área afectada, aunque esta progresión aún no ha sido validada por investigaciones clínicas. La primera etapa se cree que dura de 1 a 3 meses y está caracterizada por un dolor candente severo, acompañado de espasmos musculares, rigidez en las articulaciones, crecimiento excesivo del vello, y alteraciones en los vasos sanguíneos que hacen que la piel cambie de color y temperatura. La segunda etapa dura de 3 a 6 meses y está caracterizada por la intensificación del dolor, inflamación, disminución del crecimiento del vello, uñas rajadas, quebradizas, acanaladas o manchadas, huesos debilitados, articulaciones rígidas y un tono muscular débil. En la tercera etapa, el síndrome progresa al punto en que los cambios en la piel y los huesos del paciente ya no se pueden revertir. El dolor es incesante y puede involucrar toda la extremidad o el área afectada. Hay un deterioro muscular marcado (atrofia), una movilidad severamente limitada, y contracciones involuntarias de los músculos y tendones que flexionan las articulaciones. Las extremidades se pueden contorsionar.
Los médicos no están seguros que causa el CRPS. En algunos casos, el sistema nervioso simpático1 juega un papel importante en el sostenimiento del dolor. Las teorías más recientes sugieren que los receptores del dolor en la parte del cuerpo afectada se han vuelto responsivos a una familia de mensajeros del sistema nervioso conocidos como catecolaminas. Los estudios en animales indican que la norepinefrina, una catecolamina liberada por los nervios simpáticos, adquiere la capacidad de activar las vías de dolor después de una lesión a un tejido o a un nervio. La incidencia del dolor mantenido por el sistema simpático en el CRPS no ha sido determinada. Algunos expertos creen que la importancia del sistema nervioso simpático depende de la etapa de la enfermedad Otra teoría es que el CRPS después de una herida (CRPS II) es causado por una respuesta inmune, lo que lleva a los síntomas inflamatorios característicos de rubor, calor e inflamación en el área afectada. El CRPS puede, por lo tanto, representar una interrupción del proceso de saneamiento. Lo más probable es que el CRPS no tenga una sola causa, sino que sea el resultado de varias causas que producen síntomas similares. El CRPS se diagnostica principalmente a través de la observación de las señales y los síntomas. Sin embargo, debido a que muchos otros trastornos tienen síntomas similares, puede ser difícil para los médicos hacer un diagnóstico firme de CRPS en la etapa inicial del transcurso del trastorno cuando los síntomas son pocos o leves. O, por ejemplo, un simple atropamiento de un nervio puede en ciertas ocasiones causar un dolor suficientemente severo como para parecerse al CRPS. El diagnóstico se complica todavía más por el hecho de que algunas personas mejorarán gradualmente con el tiempo sin recibir ningún tratamiento. Ya que no existe una prueba específica para diagnosticar el CRPS, la función más importante de las pruebas es la de descartar otros trastornos. Algunos clínicos aplican un estímulo (como tocar, pinchar, aplicar calor o frío) al área para ver si causa dolor. Los médicos también pueden utilizar un escaneo óseo de triple fase para identificar cambios en los huesos y en la circulación sanguínea. El pronóstico para el CRPS varía de una persona a otra. En algunas personas hay una remisión espontánea de los síntomas. Otras pueden tener un dolor incesante, y cambios irreversibles e incapacitantes a pesar del tratamiento. Algunos médicos creen que un tratamiento precoz ayuda a limitar el trastorno, pero esta creencia aún no está apoyada por evidencia de estudios clínicos. Se necesitan más estudios para comprender las causas del CRPS, cómo progresa, y el papel del tratamiento precoz. Ya que no existe una cura para el CRPS, el fin del tratamiento es de aliviar los síntomas dolorosos para que los pacientes puedan reanudar sus vidas normales. A menudo se utilizan las siguientes terapias: El Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés), un componente de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), apoya y realiza investigaciones sobre el cerebro y el sistema nervioso central. Algunos estudios se realizan en los laboratorios y clínicas del Instituto en el campus de los NIH en Bethesda, Maryland. Otros son financiados a través de subvenciones a los principales institutos médicos en todo el país. Los científicos apoyados por NINDS están estudiando nuevos criterios para tratar el CRPS e intervenir más agresivamente después de una herida traumática para disminuir las probabilidades de desarrollar el trastorno. Otros estudios para superar los síndromes de dolor crónico se describen en el folleto de NINDS en inglés, “Pain: Hope Through Research.” (El Dolor: Esperanza a través de la Investigación)
Para obtener información adicional sobre los programas investigación del NINDS, contacte a la Unidad
de Recursos Neurológicos y Red de Información del Instituto (BRAIN por su sigla en inglés) en: Para satisfacer las necesidades de las personas con CRPS y otros trastornos que causan dolor crónico, las siguientes agencias de salud de carácter voluntario promueven las investigaciones, proporcionan información, y pueden ofrecer consejos de cómo lidiar con el dolor crónico. Para información, escriba o llame a: Reflex Sympathetic Dystrophy Syndrome Association
(RSDSA)
American RSDHope Group
American Chronic Pain Association (ACPA)
National Chronic Pain Outreach Association
(NCPOA)
National Foundation for the Treatment of Pain
American Pain Foundation
Preparado por: El material del NINDS sobre la salud se ofrece solamente para propósitos informativos y no significa un endoso ni la posición oficial del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes
Cerebrovasculares o de ninguna otra agencia federal. Cualquier recomendación sobre el tratamiento o cuidado de un paciente en particular debe obtenerse a través de una consulta con un médico que lo
haya examinado o que esté familiarizado con el historial médico de dicho paciente. Toda la información preparada por el NINDS es de dominio público y se puede reproducir libremente. Se agradece que se le dé el crédito correspondiente al NINDS o a los NIH. Reviewed March 4, 2004 |