17 de noviembre de 2004
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Nacimiento Prematuro

La mayoría de los embarazos dura cerca de 40 semanas. Cuando un bebé nace entre las semanas 37 y 42 de gestación se dice que es un bebé nacido a término. A los bebés nacidos antes de finalizadas las 37 semanas de embarazo se los llama bebés prematuros o nacidos antes de término. En los Estados Unidos, casi el 12 por ciento de los bebés nace antes de término. De estos bebés, la mayoría (cerca del 83 por ciento) nace entre las semanas 32 y 36 de gestación, mientras que cerca del 10 por ciento lo hace entre las semanas 28 y 31, y aproximadamente el 6 por ciento antes de cumplidas las 28 semanas. Todos los bebés nacidos antes de término corren el riesgo de tener serios problemas de salud, pero los más prematuros están más expuestos al riesgo de nacer con discapacidades duraderas o de morir. Afortunadamente, los avances en la obstetricia y la neonatología— la rama de la pediatría que se ocupa de los recién nacidos—han mejorado las probabilidades de supervivencia incluso para los bebés más pequeños.

Los bebés nacidos prematuramente están expuestos a un riesgo mayor de tener serios problemas de salud por varias razones. Cuanto más prematuros son, menor es su peso y menos desarrollados están sus órganos, y es probable que deban enfrentar más complicaciones. Por lo general estos bebés requieren atención especial en una unidad de cuidados intensivos neonatal (NICU), con personal médico y equipos especializados capaces de tratar los diferentes problemas. Los bebés muy prematuros también tienen el riesgo más alto de morir o nacer con discapacidades duraderas, como retraso mental, parálisis cerebral y pérdida de la visión y la audición.

Además de ser pequeños y enfermizos, los bebés prematuros tienen un aspecto muy diferente al de los bebés nacidos a término. Su piel, por ejemplo, puede ser delgada y arrugada, y sus cabezas demasiado grandes en relación con el tamaño de sus cuerpos. Pero su aspecto es normal durante la etapa de desarrollo y comienzan a asemejarse más a los bebés nacidos a término a medida que continúan desarrollándose y creciendo.

¿Cuáles son las causas de los nacimientos prematuros?
Un bebé puede nacer antes de término cuando el médico induce el parto debido a complicaciones en el embarazo o a problemas de salud de la madre. Sin embargo, la mayoría de los nacimientos prematuros se debe a un parto prematuro (que puede ocurrir después de la rotura prematura de las membranas). No se conocen a ciencia cierta las causas del parto prematuro o de la rotura prematura de las membranas, pero las últimas investigaciones sugieren que en muchos casos obedecen a la respuesta natural del organismo a ciertas infecciones, como aquellas que afectan al líquido amniótico y las membranas fetales. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el médico no puede determinar la razón que provoca un parto prematuro en una mujer determinada. Además, por el momento, hay muy poco que el médico o la mujer embarazada puedan hacer para evitar el parto prematuro.

Existen tres grupos de mujeres que corren un riesgo mayor de tener un parto prematuro y dar a luz a un bebé prematuro:

  • Mujeres que ya han tenido un parto prematuro o un bebé prematuro 
  • Mujeres que esperan mellizos, trillizos o más bebés
  • Mujeres con anomalías en el útero o el cuello del útero

Recuerde, que aunque pertenezca a uno de estos grupos de riesgo eso no significa que tendrá un parto prematuro. Sin embargo, es importante que conozca las señales de un parto prematuro y sepa qué hacer si tiene alguna de ellas.

Los investigadores también han idetificado otros factores de riesgo. Por ejemplo, las mujeres de origen afro-americano, las mujeres que tienen menos de 17 años o más de 35 años de edad y las mujeres con pocos recursos corren un riesgo mayor que otras mujeres.  Ciertos factores del estilo de vida y del medio ambiente pueden poner a una mujer en riesgo de tener un parto prematuro. Entre los factores se encuentra: la falta del cuidado prenatal o comenzar el cuidado prenatal tarde, fumar, beber alcohol, el uso de drogas ilícitas, la exposición al medicamento dietylestilbestrol (DES), la violencia doméstica (incluyendo el abuso físico, sexual y emocional), carencia del apoyo social, el estrés, y trabajar por horas largas y estar de pie por largos períodos de tiempo.

Ciertas condiciones médicas durante el embarazo también pueden aumentar la probabilidad de que una mujer tenga un parto prematuro. Entre las condiciones se encuentra: las infecciones vaginales (incluyendo infecciones del tracto urinario, vaginales, transmitidas sexualmente y posiblemente otras infecciones), diabetes, alta presión arterial, trastornos de coagulación (trombofilia), sangrado vaginal, ciertos defectos de nacimiento en el bebé, estar embarazada con un sólo bebé después de una fertilización in vitro, obesidad, y períodos cortos entre embarazos (menos de 6 a 9 meses entre el nacimiento y el comienzo de otro embarazo).

Riesgos del Estilo de Vida
Algunos estudios han encontrado que ciertos factores del estilo de vida pueden poner a una mujer en riesgo de tener un parto prematuro. Entre los factores se encuentra:

  • La falta del cuidado prenatal o comenzar el cuidado prenatal tarde
  • Fumar
  • Beber alcohol
  • El uso de drogas ilícitas
  • Maltrato doméstico, incluyendo el abuso físico, sexual o emocional
  • La carencia de apoyo social
  • Niveles altos de estrés
  • Trabajar por horas largas y estar de pie por largos períodos de tiempo
  • Bajos ingresos

Riesgos Médicos
Ciertas condiciones médicas durante el embarazo puede aumentar la probabilidad de que una mujer tenga un parto prematuro.  Entre las condiciones se encuentra:

  • La ruptura prematura de las membranas (cuando el saco dentro del útero o matriz que sostiene al bebé se rompre antes de tiempo)
  • Infecciones vaginales, infecciones de las vías urinarias, infecciones de transmisión sexual, y posiblemente otras infecciones
  • Altra presión arterial
  • Diabetes
  • Trastornos de coagulación (trombofilia)
  • Tener un peso inferior al normal antes del embarazo
  • Obesidad
  • Períodos cortos entre embarazos (menos de 6 a 9 meses entre el nacimiento y el comienzo de otro embarazo)
  • Ciertos defectos de nacimiento en el bebé
  • Sangrado vaginal
     

¿Qué complicaciones médicas son comunes en los bebés prematuros?
Hay una serie de complicaciones que ocurren con mucha mayor probabilidad en los bebés prematuros que en los bebés nacidos a término. Mientras que por lo general los bebés nacidos cerca de la fecha de término experimentan pocos o ninguno de los problemas que pasaremos a enumerar, los bebés nacidos entre las semanas 32 a 34 de gestación pueden tener una serie de complicaciones que van de leves a severas y que, en algunos casos, son mortales.

Síndrome de dificultad respiratoria (SDR): Cerca de 40.000 bebés al año—la mayoría de ellos nacidos antes de las 34 semanas de gestación— padecen este problema respiratorio. Los bebés con SDR carecen de una proteína llamada surfactante que impide que los alvéolos pulmonares (los pequeños sacos de aire que hay en los pulmones) se colapsen. El tratamiento con surfactante ayuda a los bebés a respirar con más facilidad y, desde que fue introducido en 1990, las muertes a causa de SDR han disminuido en más de un 60 por ciento.

El médico puede sospechar que el bebé tiene SDR cuando nota que hace esfuerzo al respirar. A menudo, el diagnóstico puede confirmarse mediante una radiografía y análisis de sangre. En algunos casos, los bebés con SDR necesitan oxígeno adicional y asistencia respiratoria mecánica para mantener dilatados los pulmones. Es posible tratarlos con presión positiva continua en las vías respiratorias (PPCV), un método que consiste en aplicar aire presurizado a los pulmones del bebé. El aire puede suministrarse a través de pequeños tubos que se colocan en la nariz del bebé, o a través de un tubo que se le inserta en la tráquea. La PPCV ayuda al bebé a respirar, pero no respira por él. Los bebés más enfermos pueden necesitar temporalmente la ayuda de un respirador que respire por ellos mientras sus pulmones maduran. También es posible tratarlos con un gas llamado óxido nítrico, que puede mejorar la respiración al facilitar la relajación de los vasos sanguíneos de los pulmones.

Apnea: A veces, los bebés prematuros dejan de respirar durante 20 segundos o más. Esta interrupción en la respiración se denomina apnea y puede ir acompañada de una reducción en el ritmo cardíaco. Los bebés prematuros están bajo observación permanente para detectar cualquier caso de apnea. Si el bebé deja de respirar, el personal de enfermería lo estimulará dándole palmaditas o tocándole las plantas de los pies.

Hemorragia intraventricular (HIV): Aproximadamente el 10 al 50 por ciento de los bebés nacidos antes de las 34 semanas de gestación sufre una hemorragia cerebral. Normalmente, estas hemorragias se producen durante los primeros cuatro días de vida y, por lo general, pueden diagnosticarse mediante una ecografía. Casi todas las hemorragias son leves y se resuelven solas, provocando pocas o ninguna consecuencia permanente. Las hemorragias más severas pueden hacer que los ventrículos cerebrales (unas cavidades del cerebro que están llenas de líquido) se dilaten rápidamente y aumenten la presión sobre él, lo cual puede producir daño cerebral. En estos casos, los cirujanos suelen introducir un tubo en el cerebro para drenar el líquido y reducir el riesgo de daño cerebral. En los casos más leves se utilizan drogas que permiten reducir la acumulación de líquido.

Conducto arterial patente (CAP): El CAP es un problema cardíaco comúnmente observado en los bebés prematuros. Antes del nacimiento, una arteria grande llamada ductus arteriosus o conducto arterial hace que la sangre no pase por los pulmones ya que el feto recibe el oxígeno que necesita a través de la placenta. Normalmente, el conducto se cierra poco después del nacimiento para que la sangre pueda circular hacia los pulmones y absorber oxígeno. En los bebés prematuros, el conducto no siempre se cierra adecuadamente, lo cual puede llevar a insuficiencia cardíaca. El CAP puede diagnosticarse con un tipo de ecografía conocido como ecocardiografía o con otros estudios por imágenes. Los bebés con CAP se tratan con una droga que ayuda a cerrar el conducto, aunque puede requerirse cirugía si la droga no resulta eficaz.

Enterocolitis necrotizante (ECN): Algunos bebés prematuros desarrollan este problema intestinal potencialmente peligroso (por lo general, de 2 a 3 semanas después del nacimiento), que lleva a dificultades de alimentación, hinchazón abdominal y otras complicaciones. El intestino puede lesionarse cuando disminuye la irrigación sanguínea que recibe, y las bacterias que están normalmente presentes invaden la zona lesionada y provocan nuevas lesiones. Cuando se comprueba mediante estudios (incluidos radiografías y análisis de sangre) que el bebé tiene ECN, se lo trata con antibióticos y se lo alimenta por vía intravenosa mientras su intestino se cura. En algunos casos, es necesario realizar una cirugía para extirpar secciones lesionadas del intestino.

Retinopatía de la premadurez (RDP): La RDP, un crecimiento anormal de los vasos sanguíneos del ojo, se produce principalmente en los bebés nacidos antes de las 32 semanas de gestación. Puede ocasionar hemorragias y la formación de cicatrices capaces de dañar la retina y a veces producir la disminución de la visión y la ceguera. Por lo general, los bebés con RDP leve—que se diagnostica mediante un examen oftalmológico—no requieren tratamiento ya que, en la mayoría de los casos, los ojos se curan solos con poca o ninguna pérdida de la visión. En casos severos, el oftalmólogo puede tratar los vasos anormales con láser o con crioterapia (congelamiento) para proteger la retina y preservar la visión.

Anemia: Los bebés prematuros a menudo son anémicos, lo cual significa que no tienen suficientes glóbulos rojos. Normalmente, el feto almacena hierro durante los últimos meses de gestación y lo utiliza después del nacimiento para producir glóbulos rojos. Los bebés prematuros pueden no haber tenido suficiente tiempo para almacenar hierro. Si el bebé es anémico, suele desarrollar problemas de alimentación y crecer más lentamente. La anemia también puede agravar los problemas cardíacos o de respiración. Estos bebés pueden tratarse con suplementos dietéticos de hierro, nuevas drogas que aumentan la producción de glóbulos rojos o, en casos severos, con transfusiones de sangre.

Displasia broncopulmonar (DBP): La DBP es un trastorno pulmonar crónico que afecta más comúnmente a los bebés prematuros que han requerido tratamiento con respiración mecánica y oxígeno durante más de 28 días. Estos bebés acumulan líquido en los pulmones y sufren cicatrices y lesiones pulmonares que pueden observarse mediante radiografías. Los bebés afectados se tratan con medicamentos que facilitan la respiración y, gradualmente, se va interrumpiendo el uso del respirador. Por lo general, sus pulmones se curan durante los dos primeros años de vida, aunque algunos desarrollan una enfermedad pulmonar crónica similar al asma.

Infecciones: Los bebés prematuros tienen sistemas inmunológicos inmaduros incapaces de combatir de manera eficiente las bacterias, los virus y otros organismos que pueden causar infecciones, como neumonía, sepsis (infección de la sangre) y meningitis (infección de las membranas que rodean el cerebro). Los bebés contraen estas infecciones de sus madres al nacer o se infectan después de nacer por el contacto con miembros de la familia, personal del hospital o equipos infectados. Las infecciones se tratan con antibióticos o drogas antivirales.

¿Cuáles son las perspectivas para los bebés nacidos antes de las 29 semanas de gestación?
En Estados Unidos menos del 2 por ciento de los bebés nace en forma tan prematura. Ellos son los que sufren la mayor cantidad de complicaciones. La mayoría de estos bebés nace con un peso muy bajo (menos de 3 libras y 4 onzas, o 1.500 gramos). Los nacidos antes de las 26 semanas de gestación normalmente pesan sólo de 1 a 2 libras (450 a 900 gramos). Prácticamente todos ellos requerirán tratamiento con oxígeno, surfactante y asistencia respiratoria mecánica. Estos bebés son demasiado inmaduros para succionar, tragar y respirar al mismo tiempo. Por esta razón, se los debe alimentar por vía intravenosa. A menudo no pueden llorar y duermen la mayor parte del día. Estos bebés de tamaño tan pequeño tienen poco tono muscular y la mayoría se mueve muy poco.

Además estos bebés corren un alto riesgo de desarrollar una o más de las complicaciones antes mencionadas. Sin embargo, la mayoría de los que nace después de cumplidas 26 semanas de gestación sobrevive (cerca del 75 por ciento de los que nacen a las 26 semanas y cerca del 85 por ciento de los nacidos a las 29 semanas), aunque pueden tener que permanecer más tiempo en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Lamentablemente, cerca del 30 por ciento de los bebés nacidos antes de las 26 semanas de gestación y cerca del 20 por ciento de los nacidos entre las 26 y las 29 semanas desarrolla discapacidades serias y duraderas.

¿Qué ocurre con los bebés nacidos entre las 30 y 34 semanas de gestación?
Estos bebés tienen un aspecto similar al de los bebés nacidos en forma más prematura, pero son más grandes (por lo general pesan entre 2 y 5 libras, o 900 y 2.300 gramos) y tienen incluso más probabilidades de sobrevivir (cerca del 90 al 95 por ciento). Algunos pueden respirar por cuenta propia y muchos necesitan oxígeno suplementario, pero sólo como ayuda (son pocos los que necesitan un respirador). A muchos de ellos se les puede dar el pecho o alimentar con fórmula por un tubo que se les coloca en el estómago a través de la nariz o la boca. Algunos necesitan ser alimentados por vía intravenosa.

Los bebés nacidos entre las semanas 30 a 34 de gestación están igualmente expuestos al riesgo de desarrollar algunas complicaciones. Sin embargo cuando se presentan no suelen ser tan severas. Los bebés nacidos después de las 32 semanas de gestación rara vez desarrollan RDP y sólo cerca del 15 por ciento desarrolla discapacidades serias.

¿Los bebés nacidos entre las 35 y 37 semanas de gestación corren riesgo de desarrollar problemas médicos?
La mayoría de estos bebés requiere poco o ningún cuidado especial después del nacimiento, y tiene casi las mismas probabilidades de sobrevivir que los bebés nacidos a término. Por lo general, pesan entre 4 y 7 libras (1.800 y 3.200 gramos) pero parecen más delgados que la mayoría de los bebés nacidos a término. Algunos experimentan problemas leves, como dificultades para respirar, pero la mayoría se recupera rápidamente. Muchos pueden ser alimentados con el pecho o con biberón, pero algunos necesitan ser alimentados por un tubo durante un breve tiempo. Estos bebés tienen muy pocas probabilidades de desarrollar discapacidades debido a su nacimiento prematuro.

¿Pueden prevenirse los problemas médicos en los neonatos prematuros?
Cuando el médico sospecha que una mujer podría tener un parto prematuro, puede indicarle reposo y tratamiento con corticosteroides. Los corticosteroides cruzan la placenta y aceleran la maduración de los pulmones del feto, lo cual reduce la muerte de bebés en un 30 por ciento y la incidencia de las dos complicaciones más serias del nacimiento prematuro, el SDR (en un 50 por ciento) y la hemorragia cerebral (en un 70 por ciento). Estas drogas se aplican mediante inyecciones y son más eficaces cuando se las administra al menos 24 horas antes del parto. El médico puede indicar además el tratamiento con medicamentos (llamados tocolíticos) para demorar el parto (aunque a menudo no más de un par de días). Incluso esta breve demora puede dar al médico tiempo de tratar a la mujer embarazada con corticosteroides y preparar el parto en un hospital que tenga una unidad de cuidados intensivos neonatales para proporcionar los cuidados adecuados que pueden salvar la vida del bebé prematuro.

¿Qué investigaciones se están realizando sobre este tema?
March of Dimes otorga una serie de becas destinadas a profundizar el conocimiento de las causas del parto prematuro, con el objetivo de conocer de qué manera prevenirlo. Algunos investigadores, por ejemplo, están estudiando la manera en que los genes, el estrés de la madre, la raza, los factores ocupacionales y ambientales y las infecciones pueden contribuir al parto prematuro. Otros están buscando formas de mejorar los tratamientos existentes para los bebés prematuros, como el tratamiento con surfactante y el tratamiento del ECN.


Referencias
Linden, D.W., Paroli, E.T., Doron, M.W. Preemies. New York: Pocket Books, 2000.

Manginello, F.P., DiGeronimo, T.F. Your Premature Baby. New York: John Wiley & Sons, 1998.

Ventura, S.J., et al. Births: Final Data for 1999. National Vital Statistics Reports, volumen 49, número 1, 17 de abril de 2001.


09-1621-01 5/04



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