For Immediate Release
Office of the Press Secretary
16 de enero de 2003
DECLARACIONESS DEL PRESIDENTE SOBRE LA REFORMA DE RESPONSABILIDAD MÉDICA
University of Scranton
Scranton, Pennsylvania
12:00 EST
EL PRESIDENTE: Gracias a todos. Sírvanse tomar asiento. Gracias por asistir
y gracias por la cálida bienvenida... adentro. (Risas)... Es muy grato
volver a estar en Scranton, Pennsylvania... (aplausos) tierra de mucha
gente magnífica y de una gran universidad.
Quiero agradecer a la Universidad de Scranton... (aplausos)... quiero
agradecer a la Universidad de Scranton por su hospitalidad. Quiero
agradecer al Padre Joe McShane por recibirme en estas hermosas
instalaciones y a los miembros de la delegación al Congreso que han venido
y al gran Secretario de Salud y Servicios Humanos, Tommy Thompson.
(Aplausos).
Aprecio que ustedes aguanten esto y me den la oportunidad de hablar sobre
un problema importante que enfrenta los Estados Unidos. Y ese problema es
el hecho de que nuestro sistema de responsabilidad médica no funciona, y
por lo tanto, muchos estadounidenses no tienen acceso a recibir cuidados de
la salud a precios razonables. Estoy aquí para declarar en Pennsylvania que
tengo la intención de colaborar con el Congreso para tratar de hacer algo
para solucionar este problema. (Aplausos).
Vamos a necesitar su ayuda. La democracia puede responder. La gente de
Washington tiende a responder cuando el pueblo se pronuncia. (Risas). As
que voy a pasar un rato hoy animándolos a ustedes y a todos aquellos que
estén viendo televisión a que empiecen a expresar sus deseos con el fin de
asegurar que puedan contar con cuidados de la salud al alcance de sus
bolsillos en los Estados Unidos. (Aplausos).
Viajo hoy con un grupo de personas de primera. Una persona decidió regresar
a Washington para representar los intereses Pennsylvania ante el Senado. Él
viajó conmigo y hablé con él sobre este tema. Es el Senador Arlen Specter.
Quiero agradecerle por su amistad. (Aplausos). Parece que finalmente se
están organizando en el Senado de los Estados Unidos. (Aplausos). Y es
probable que empiecen a votar por el proyecto de ley de asignaciones para
el 2003, lo que sería de gran ayuda. (Risas).
También viajé con Jim Greenwood. Es un honor para mí que Jim estuviera en
el avión. Jim fue uno de los que apoyó el proyecto de ley del que voy a
hablar hoy ante la Cámara de Representantes y que espero promulgar este
año, para así ayudar a los médicos y pacientes del estado de Pennsylvania.
Los aprecio. (Aplausos).
Paul Kanjorski, miembro de la Cámara de Representantes de los Estados
Unidos, se encuentra también aquí. Paul, es un honor para mí que esté aquí.
El tema de hoy no es un asunto republicano, no es un asunto demócrata; es
un problema que afecta a personas de todas las esferas. Y es un asunto que
se tiene que resolver. (Aplausos).
Alguien que solía representar a Scranton es Don Sherwood. Aprecio a Don y
su amistad. Gracias por asistir. (Aplausos.) También con nosotros se
encuentran dos excelentes miembros de la delegación de Pennsylvania ante el
Congreso, Todd Platts y Pat Toomey, y quiero darles las gracias por su
presencia hoy. (Aplausos.)
Me honra que el alcalde de Scranton, Chris Doherty, esté con nosotros.
Señor alcalde, gracias. (Aplausos). Él estaba parado afuera en el frío
esperando a Air Force One. Quiero que sepan que eso va más allá de sus
obligaciones. (Risas). Pero gracias, señor.
Agradezco mucho al procurador general del estado de Pennsylvania, mi amigo,
Mike Fisher. Me complace que esté aquí, Mike. (Aplausos). John Perzel está
aquí, ha venido de... en representación de la Cámara de Diputados, junto
con senadores y miembros de la Cámara de Representantes de esta zona de
Pennsylvania. Me honra que todos ustedes estén aquí. Gracias por venir.
Gracias por su interés en este asunto. (Aplausos).
Hoy cuando llegué, me reuní con Ed Gilmartin. Él es un representante del
USA Freedom Corps de los Estados Unidos. Es voluntario del Goodwill
Industries of Northeastern Pennsylvania. Quiero darle las gracias a Ed por
asistir. Quiero agradecerle por trabajar con el Goodwill. Él nos recuerda
que mientras uno de nosotros no puede hacer todo para aliviar el
sufrimiento de los Estados Unidos, cada uno de nosotros puede hacer algo
para lograr mejorar la vida de una persona de nuestra comunidad...
(aplausos)... y que, mientras seguimos en la lucha contra personas malvadas
que quieren hacerle daño a los Estados Unidos, lo podemos hacer no sólo por
medio de nuestros militares sino al hacer el bien en nuestras comunidades.
Cada uno de nosotros puede hacer algo bueno al amar a su prójimo de la
misma manera que quisiera ser amado.
Ven, tenemos grandes problemas en este país. Estoy aquí para hablar de un
problema, pero tenemos más. Uno de ellos es buscar cómo afianzar la paz.
Una manera de afianzar la paz es no olvidar nunca lo que nos sucedió el 11
de septiembre, acorralar a los asesinos uno a uno y entregarlos a la
justicia. Esto es lo que los Estados Unidos va a hacer. (Aplausos).
Seguiremos enfrentando problemas antes que éstos se agudicen. Sabemos que
el mundo cambió el 11 de septiembre. Los océanos ya no nos protegen contra
las grandes amenazas que se forman en el extranjero. Y es por ello que he
sido claro sobre mi deseo de mantener la paz confrontando a Saddam Hussein.
Ahora le toca decidir. Está en manos del Señor Hussein hacer lo que el
mundo entero le está pidiendo. El mundo, a través del Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas, le ha dicho que deponga las armas en nombre de la
paz. Es su decisión. Hasta el momento, no hay pruebas concretas del
desarme. Y se está acabando el tiempo. En algún momento se acabará la
paciencia de los Estados Unidos. En el nombre de la paz, si no depone las
armas, encabezaré una coalición de quienes quieran desarmar a Hussein.
(Aplausos).
Lidiaremos con esos problemas en el extranjero y lidiaremos con los
problemas que tenemos en casa también. Nuestra economía no tiene la fuerza
que debería tener. Y por eso, he propuesto al Congreso maneras para
reforzar la economía, comenzando por el siguiente principio: Si nos
preocupa la vitalidad de la economía, lo mejor sería permitir que los
estadounidenses retuviesen más de su propio dinero.
Si queremos que la gente consiga trabajo, si nos preocupa alguien en
particular que está buscando trabajo, como me sucede a mí, la mejor manera
de fomentar el crecimiento económico es permitir que las personas retengan
más de su propio dinero. Y una lección que intento explicarle a Washington,
claro que estos miembros no quieren oírlo, es que el dinero que gastamos en
Washington no es el dinero del gobierno sino el dinero de los
estadounidenses. (Aplausos).
Espero con interés colaborar con el Congreso. Espero con interés colaborar
con el Congreso para crear condiciones propicias para que las pequeñas
empresas crezcan y se vuelvan grandes empresas, para que el espíritu
empresarial se fortalezca, y finalmente y más importante, para que las
personas que buscan trabajo lo encuentren. (Aplausos).
Pero el problema del que les quiero hablar hoy es el problema que tenemos
con nuestro sistema del cuidado de la salud. Espero que estén tan
orgullosos como yo de nuestro sistema del cuidado de la salud. Me refiero a
que somos muy buenos en lo que hacemos. (Aplausos). En los Estados Unidos
tenemos grandes médicos... (aplausos)... muy hábiles, bien capacitados,
personas que se preocupan por sus pacientes. En Los Estados Unidos tenemos
enfermeros espléndidos... (aplausos)... personas que aman a sus pacientes.
Tenemos hospitales excelentes, muy buenos investigadores. Estamos a la
vanguardia de los cambios tecnológicos en este país. Realizamos nuevos
descubrimientos constantemente. Desarrollamos nuevas curas y, por lo tanto,
damos nuevas esperanzas a los enfermos. Somos buenos en lo que hacemos. Y
estoy orgulloso del sistema de cuidado de la salud de los Estados Unidos.
(Aplausos).
Pero tenemos algunos problemas. Y parte de mi trabajo es hablar francamente
sobre los problemas y alentar a las personas a que encuentren soluciones a
los problemas y luego los resuelvan. Tenemos un problema porque demasiados
estadounidenses carecen de cuidado de la salud. Por eso propongo un crédito
fiscal reembolsable para que el pueblo pueda tener la capacidad de elegir y
pagar un plan de cuidado de la salud.
Hay muchas personas que llegan a las salas de urgencia en busca de cuidados
básicos y eso las satura. Es muy difícil para los hospitales comunitarios.
Por eso abogo por los centros de salud comunitarios, que constituyen una
forma realista y efectiva para que las personas que no tienen un plan de
cuidado de la salud puedan recibir atención médica básica.
Nuestros ancianos necesitan un plan de Medicare reformado que incluya
medicamentos recetados. (Aplausos). Tenemos un sistema que está estancado
en el pasado. Medicare está estancado. La medicina se ha modernizado y
Medicare no lo ha hecho. Me parece que sería un buen comienzo que el
Congreso revisase su propio sistema del cuidado de la salud. Ellos tienen
las opciones. Los congresistas y senadores, así como sus empleados, pueden
escoger el plan que satisface sus necesidades de la mejor manera. Me parece
un buen principio para nuestros ancianos, confiar en que ellos tomen las
decisiones correctas en su favor.
El cuidado de la salud es costoso. De cada $100 que se gastan en este país,
$11 se gastan en cuidados de salud. La tasa de aumento de costos es la más
elevada en casi una década. En mi opinión, ese es un problema. La mayoría
de los costos en nuestra economía están controlados en buena medida; la
inflación es baja. Pero el caso del cuidado de la salud es distinto. Y
necesitamos hacer algo al respecto, antes de que el pueblo sea el
perjudicado.
Los costos del cuidado de la salud aumentan por diversas razones. La
investigación es costosa. La tecnología cuesta mucho. Algunos de estos
costos son necesarios. Pero yo creo que existen costos innecesarios. Y el
problema es que los costos innecesarios no se generan en las salas de
espera o en las salas de operación, sino en los tribunales. (Aplausos).
Somos una sociedad litigiosa, parece que todos estuviéramos demandando a
alguien. En los Estados Unidos hay muchas demandas judiciales y se entablan
demasiadas demandas sin sustento contra médicos y hospitales. (Aplausos).
Lo que los estadounidenses deben entender es que aunque muchas de estas
demandas son infundamentadas y sin sustento, siguen siendo costosas. Es
costoso pelearlas. Es costoso defender una demanda sin fundamento. Y muchas
veces, para evitar el litigio y para reducir los costos, los médicos y las
compañías aseguradoras prefieren llegar a acuerdos con los demandantes.
Ven, aunque la demanda no tenga fundamento, y para salir del problema,
dicen, "bueno, pagamos. Nos sacamos el problema de encima". En vez de
sufrir las consecuencias de un jurado y un veredicto que no les favorezca,
prefieren pagar. Esto es caro para el sistema cuando sucede una y otra vez,
como nos está sucediendo en los Estados Unidos en estos tiempos.
(Aplausos).
Y lo que sucede es que las pólizas de seguro están por las nubes. Y los
médicos necesitan seguro para poder ejercer. Hoy me reuní con muchas
personas dedicadas al cuidado de la salud, con sanadores, gente decente,
personas compasivas que aman a sus pacientes. Ellos son médicos - también
estuve con pacientes - que hablan sobre las consecuencias de nuestra
sociedad litigiosa. Oí casos de personas que no pueden pagar las primas de
sus seguros. Eso quiere decir que muchas personas ya no tienen acceso al
cuidado de la salud. Cuando un médico no puede pagar la prima de su seguro,
y por ende, no puede ejercer, alguien se queda sin servicios médicos. Esto
pone mucha presión en el sistema.
Lo que sucede, lo que dicen los médicos es, "bueno ya no me alcanza el
dinero en Pennsylvania, me voy. Llevaré mi corazón y mi habilidad a otra
comunidad donde me alcance el dinero". Pero cuando eso sucede, alguien sale
perjudicado. Alguien se queda sin atención médica. Alguna madre esperando
bebé se pregunta si su médico estará presente a la hora del parto. Es -
escuchamos un relato sobre ello, por cierto - es una situación penosa.
Existe mucha incertidumbre en nuestra sociedad. Las demandas judiciales
encarecen los costos del paciente. Pero también crean un sentido de
incertidumbre en Los Estados Unidos para el pueblo que necesita estabilidad
en el cuidado de la salud.
Cuando conversé con los médicos, tuve la oportunidad de hablar sobre
personas que literalmente tenían lágrimas en los ojos al explicar su
situación. Debra DeAngelo y su esposo se están yendo de Scranton para
mudarse a Hershey. Ellos querían quedarse en Scranton; crecieron en
Scranton. Conocí a uno de los pacientes de Debra que realmente necesita que
ella esté en Scranton. Ellos se van a mudar porque pueden conseguir seguro
allá y no acá.
El tema del seguro está generando problemas en comunidades a lo largo de
Los Estados Unidos. Las personas tienen que mudarse. Personas que no
quieren hacerlo tienen que mudarse para poder mantener sus empresas y poder
seguir trabajando.
Jack Brooks es un patólogo reconocido del University of Pennsylvania
Hospital . Estuvo aquí hoy. Se ha ido a Búfalo. Se había vuelto a mudar a
su estado de origen pero tres compañías aseguradoras rechazaron asegurarlo
cuando regresó a Pennsylvania. La cotización de una cuarta compañía
aseguradora fue tan alta que no la podía pagar. Jack Brooks jamás ha sido
demandado judicialmente. Es uno de los médicos más importantes de
Pennsylvania, es uno de los mejores recursos humanos que tienen. Nunca ha
estado ante los tribunales; no obstante, cómo el sistema no funciona, no
pudo quedarse en Pennsylvania. Afortunadamente, consiguió seguro a través
de un hospital, ya que él mismo no podía conseguirlo. Tienen un problema en
este estado. (Aplausos).
Greg Przybylski estuvo aquí. Es un especialista en el cerebro. Se ha tenido
que mudar de Pennsylvania a Illinois y luego a New Jersey porque los costos
eran demasiado altos. No puede mantener su negocio. No puede ejercer la
profesión para la que está capacitado, lo que ama hacer, tratar pacientes.
Habló sobre su experiencia en Chicago, habló sobre un paciente suyo que
tenía complicaciones graves y como no pudo conseguir ayuda en Pennsylvania,
tomó el auto y manejó hasta Chicago para que Greg lo tratara. Eso dice
mucho sobre Greg. Dice mucho sobre sus pacientes. Y desgraciadamente prueba
que algo está mal en nuestro sistema del cuidado de la salud. Los costos de
seguro de responsabilidad médica son tan altos que uno no puede recibir el
cuidado médico necesario en Pennsylvania.
Pero no son los únicos. Este no es el único estado que tiene problemas. Una
ginecóloga/obstetra del estado de Florida nos contó cómo no consiguió
seguro. Y en Nevada, las mujeres embarazadas a veces tienen que salir del
estado para encontrar un médico. Una mujer llamó a más de 50 médicos de su
región y no pudo conseguir a ninguno que la tratara. Así que tiene que ir a
Utah a dar a luz.
Hace poco estuve en Mississippi hablando sobre este problema. Hay un médico
y su esposa que también es médica, que llegaron del norte de Mississippi a
la región del delta del estado. Y en la región del delta existen muchas
personas enfermas, personas necesitadas, muchas personas que requieren de
cuidados de la salud. Y ellos se fueron, no a crear una gran fortuna, sino
porque tienen corazones grandes. Sintieron un llamado. Ellos atribuían el
llamado al Todopoderoso. Habiéndolo visto, también yo lo hubiese atribuido
al Todopoderoso. Él tiene un gran corazón. Yo me percaté de su inspiración.
Me dijo que tenía que irse del delta porque los abogados no lo dejaban
tranquilo. No podía ejercer sin que lo demandaran.
Algo pasa con el sistema. Y un sistema como este, que no funciona, atenta
contra los pacientes y contra el pueblo estadounidense. (Aplausos).
En todo el país, el veinte por ciento de los hospitales ha tenido que dejar
de proveer algún servicio: traer bebés al mundo, o neurocirugía o cirugía
cardiovascular o cirugía ortopédica. Es un hecho. Así que el problema no
sólo radica en Pennsylvania, sino en todo el país.
Además hay otro motivo en el incremento de los costos. Si uno está siempre
preocupado por la posibilidad de ser demandado, es natural que ponga en
práctica lo que llamamos medicina defensiva. En otras palabras, pedir a los
pacientes que se hagan exámenes innecesarios para poder defenderse uno en
corte. Eso cuesta y es una de las razones por las que los costos están
incrementando. Estas demandas están afectando en gran medida a nuestro país
y tenemos que entenderlo.
Este es un asunto de vital importancia para los estados. Espero que el
estado de Pennsylvania pueda abordar este problema. Pueden hacerlo en el
capitolio del estado. Cuando llegué a Washington dije, "Es un asunto
importante para los estados". Y no me tomó mucho tiempo darme cuenta que
era un tema importante también para el gobierno federal, y les diré por
qué. (Aplausos). El costo directo de seguros de negligencia médica, as
como el costo indirecto que deviene de la medicina defensiva, han
incrementado el costo del cuidado de la salud del gobierno federal por lo
menos en 28 mil millones de dólares al año. La negligencia médica y la
práctica de medicina defensiva afectan los costos de Medicare, de Medicaid,
de la salud de los veteranos, y de los empleados de gobierno. Afectan al
gobierno federal. Por lo tanto, es un asunto federal. (Aplausos).
Es un problema nacional que requiere de una solución a nivel nacional.
(Aplausos). Y aquí la tenemos - primero quiero decirles lo siguiente
claramente - queremos que nuestro sistema de justicia funcione. Las
personas que tengan un reclamo, un reclamo legítimo, deben tener un juicio.
Alguien que se ha perjudicado en manos de un médico debe ser protegido. Y
ellos se merecen una corte no atiborrada de casos frívolos y sin
fundamento. Si tienen pruebas que fundamenten su caso, deben poder
recuperar el costo de su tratamiento y curación y los ingresos perdidos y
las pérdidas económicas durante el resto de sus vidas. Es lo justo. Es
razonable. Y es necesario que podamos tener confianza en el sistema médico,
así como en el sistema judicial. (Aplausos).
Sin embargo, para conseguir un sistema de cuidado de la salud al alcance
del bolsillo y económico en los Estados Unidos, debemos poner un límite a
lo que llamamos daños no-económicos. (Aplausos). Y propongo establecer un
tope de $250,000. (Aplausos). De otra manera, los montos excesivos
adjudicados por el jurado, como los de Pennsylvania, y aquellos que -
recién me describieron uno - hoy un hombre levantó un aviso de una página
entera en el periódico que fue pagado con el dinero adjudicado por el
jurado. (Risas y aplausos). Estos montos en exceso siguen incrementando los
costos de seguros, y conllevarán a que médicos buenos quiebren o los hará
que se muden de su comunidad, perjudicando a comunidades como Scranton,
Pennsylvania. Es un hecho. (Aplausos). Por eso debemos establecer un tope
al monto por daños no-económicos; por eso debemos establecer un tope a los
daños punitivos, también. (Aplausos).
Como les había mencionado - y es muy importante que nuestro pueblo lo
entienda - el miedo a los daños no-económicos y daños punitivos ilimitados
son la causa primordial que lleva a los médicos y las empresas aseguradoras
a realizar acuerdos sin recurrir a un juicio con los demandantes. Ven, es
muy fácil chantajear a un médico para convencerlo a que llegue a un acuerdo
en vez de entablar una demanda contra él una y otra vez ya que el sistema
se comporta a manera de lotería gigante. (Aplausos). Gracias.
También necesitamos otras reformas. Muchas veces, los abogados demandan a
cualquiera en su camino para tratar de ganar algo. En los casos en que la
responsabilidad del perjuicio de un paciente recae en más de una persona,
se debe culpar justamente a los responsables. Necesitamos reformas diversas
y conjuntas en nuestro sistema de responsabilidad médica.
Tenemos que asegurar que los médicos puedan cuidar a sus pacientes sin
tener el miedo que algún día los pacientes usen los consejos dados por los
médicos contra ellos mismos. No es fácil creer en el sistema. (Aplausos).
Se oye hablar mucho sobre la relación médico-paciente, una relación
sumamente importante para que el sistema de cuidado de la salud funcione
bien. Imagínense un sistema en el que los médicos no pueden intercambiar
información entre sí, o peor aún, no pueden hablar con sus pacientes, por
miedo a que lo que dicen sea luego utilizado en su contra, algún día, en
corte.
El sistema carece de equilibrio. El sistema no es justo. El sistema no
necesita cortar la relación entre el médico y el paciente por el temor a
que luego un abogado use lo que dice el médico para demandarlo. Por eso
necesitamos estas reformas, por el bien del país.
Conseguimos que el proyecto de ley fuera aprobado en la Cámara de
Representantes, gracias a Jim y los miembros de la delegación aqu
presentes. Quiero agradecerles por su liderazgo y su voto. (Aplausos). Y el
Senado no tomó una decisión, así que debemos comenzar desde cero. Estoy
listo para comenzar nuevamente. (Aplausos). Y los tiempos se están poniendo
peores. Eso es lo que la gente de allá arriba en Washington, allá en
Washington, allá abajo en Washington, lo que sea. (Risas). Pensé por un
momento que estaba en Crawford. (Risas y aplausos).
Es, repito, es un problema nacional y no podemos permitir que un montón de
partidismo innecesario prevenga que se llegue a una solución buena y
concreta. (Aplausos). Y déjenme decir algo más. Este problema no se
solucionará echándole dinero al problema. Este problema se solucionará
desde sus raíces, que son las demandas injustificadas.
Si buscan soluciones en Pennsylvania, miren los casos de los estados que
han logrado ayudar a los pacientes. California es un buen ejemplo. Hace más
de 25 años se aprobó una ley que puso un límite al monto a pagarse por
juicios de negligencia médica. Y la ley ha surtido efecto.
Veamos las estadísticas. Los informes de Filadelfia arrojan que el monto
adjudicado por juicios de negligencia médica supera a los montos
adjudicados en todo el estado de California en los tres últimos años. Eso
nos indica dos cosas: Que deberían tomar en cuenta el ejemplo de la ley de
California y que tienen un problema en Pennsylvania. (Aplausos).
Hubo una historia con final feliz en Mississippi. Fui allá - y no fue por
mi, sino porque los doctores y pobladores entendían el costo de un sistema
descontrolado, así que redactaron una ley, una ley de responsabilidad
médica. Establecieron montos máximos, topes reales. Adivinen lo que
sucedió. En algunos condados, las demandas por negligencia médica se
redujeron sustancialmente, antes de que la ley entrara en vigencia.
(Risas). Bien. ¿Qué nos indica esto sobre el sistema? Nos indica que el
sistema tiene menos de justicia y más de lo que parece ser una lotería. Eso
es lo que me parece. (Aplausos). Y los abogados demandantes reciben hasta
el 40 por ciento de los veredictos, a veces sólo hay un ganador en la
lotería. (Aplausos).
Necesitamos reformas. Necesitan reformas en Pennsylvania, y necesitamos
reformas en los Estados Unidos, y necesitamos que el Congreso de los
Estados Unidos apruebe una reforma. (Aplausos). Es una ley que reconoce que
el centro de un buen sistema de cuidado de la salud es la preocupación por
el paciente, el pueblo estadounidense. Es una ley que entiende que
lograremos un mejor sistema del cuidado de la salud si imponemos límites,
límites en montos adjudicados por daños no económicos y daños punitivos.
Eso es lo que creo. (Aplausos).
El Congreso debe tomar una decisión sobre esta ley. El Congreso tiene que
escuchar al pueblo y no dar excusas para no actuar. Creo que conseguiremos
algo en la Cámara de Representantes. Creo que conseguiremos una buena ley
en la Cámara de Representantes. Y luego el Senado no debe dejar de cumplir
con su responsabilidad ante el pueblo estadounidense nuevamente.
(Aplausos).
Ustedes pueden ayudar. Cada estado tiene un par de senadores. (Risas).
Tienen que dirigirse a ellos. Considero que sus dos senadores son aliados,
pero ellos deben escuchar lo que ustedes tienen que decir. En cada estado,
las personas que se preocupan por tener un sistema del cuidado de la salud
al alcance de sus bolsillos o cualquier tipo de cuidado de la salud, deben
contactarse con sus representantes. La democracia funciona. La democracia
puede tener un impacto. Cuando el pueblo se pronuncia, las personas en
Washington, D.C. escuchan. (Aplausos). Y estoy aquí para pedirles que se
sumen a esta causa, por el bien de las personas que ustedes quieren, sus
seres queridos, sus vecinos, y la gente de su comunidad.
No, tenemos muchos problemas en los Estados Unidos. Tenemos la
responsabilidad de hacer del mundo un lugar donde reine la paz. Tenemos la
responsabilidad de hacer de nuestro territorio nacional un lugar seguro.
Tenemos la responsabilidad de asegurar que cada niño reciba una educación.
Tenemos la responsabilidad de asegurar que nuestro sistema del cuidado de
la salud funcione. Tenemos muchos problemas. Pero les voy a decir algo
sobre este país. Yo creo que no hay duda que los problemas los vamos a
resolver, porque esta es la nación más grandiosa, llena de gente magnífica,
de la faz de la Tierra.
Gracias por asistir. Que Dios los bendiga. Gracias a todos.
END 12.36 P.M. EST
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