Omita y vaya al Contenido
MedlinePlus Información de Salud para Usted Los ee.uu. L a Biblioteca nacional de la MedicinaLos Institutos nacionales de la Salud
Contáctenos FAQs - Preguntas Más Frecuentes índice Sobre MedlinePlus
English Página Principal Temas de Salud Medicinas Enciclopedia Médica Tutoriales Interactivos Noticias

Healthday

Los padres afectan el riesgo de enfermedad cardiaca de sus hijos

Version para imprimir Enviar esta página a un amigo

Por Ed Edelson Reportero de HealthDay

Traducido del inglés: Martes, 12 de octubre, 2004

MARTES 12 de octubre (HealthDayNews/HispaniCare) -- Dos estudios señalan que lo que los padres hacen, y lo que no hacen, antes del nacimiento de su hijo y durante los primeros años de su vida afecta significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón en la edad adulta.

Un estudio realizado entre mujeres australianas y sus hijos reveló que el hábito de fumar de la madre durante el embarazo, su decisión respecto a la lactancia e incluso su peso afectaban la presión sanguínea del bebé, un factor de riesgo importantísimo para enfermedades del corazón.

Además, otro estudio más cercano a casa halló que un porcentaje sorprendentemente alto de adolescentes estadounidenses tiene uno o más riesgos de enfermedad cardiaca, como presión alta, obesidad y niveles de colesterol malo. Es un hallazgo que el investigador principal atribuye a la falta de guía paterna.

Ambos estudios aparecen en la edición del 12 de octubre de la publicación de la American Heart Association Circulation.

El estudio estadounidense utilizó información de 1,960 niños entre 12 y 19 años tomada de la tercera National Health and Nutritional Examination Survey, realizada entre 1988 y 1994.

"Lo más sorprendente es que muchos de ellos tuvieron al menos un problema", afirmó la Dra. Sarah de Ferranti, asistente de cardiología del Hospital Infantil de Boston y autora líder del informe. "El nueve por ciento tenía tres o más. Estos niños están en alto riesgo de padecer problemas en el futuro como diabetes, enfermedades del corazón o apoplejías".

El factor de riesgo más común era un nivel bajo de colesterol HDL (el "bueno"), observado en más del cuarenta por ciento de los adolescentes. Cerca del 30 por ciento tenía niveles elevados de triglicéridos (grasa en la sangre que puede bloquear las arterias) y más del treinta por ciento tenía circunferencias de cintura que reunían las características de obesidad.

En general, el 63.4 por ciento tenía más de un factor de riesgo. Cerca de uno de cada diez tenía lo que los cardiólogos llaman "síndrome metabólico", es decir, tres o más factores de riesgo principales.

Nadie está predestinado a estos problemas, aseguró de Ferranti. "El estilo de vida es seguramente lo que está afectando a estos niños", sostuvo. "Mi meta cómo doctora sería identificar a estos niños y trabajar con ellos de manera intensiva para modificar sus factores de riesgo".

Pero es costoso y conlleva mucho tiempo que un médico asuma semejante responsabilidad, explicó de Ferranti, así que los padres deben compartir parte de la responsabilidad.

"Los padres deben vigilar el tipo de alimentos que los niños estén comiendo, las cosas que ellos llevan a casa y las actividades que estén realizando", explicó. "Trato de explicarle a las familias que veo en mi práctica clínica que reduzcan el tiempo de televisión a no más de dos horas diarias, que hagan que sus niños practiquen actividades aeróbicas por al menos treinta minutos diarios, ojalá sesenta".

La dieta debería ser otra preocupación para los padres, continuó de Ferranti. "Tenemos la responsabilidad para con nuestros niños de ayudarles a encontrar hábitos alimenticios saludables".

Sin esas medidas básicas del estilo de vida, "en 20, 30, ó 40 años, veremos un problema enorme", pronosticó.

En el otro estudio, los investigadores combinaron una cantidad de características de 8,500 mujeres australianas con la presión sanguínea de sus hijos a la edad de cinco años.

Algunos factores eran incontrolables, como la edad de la madre. La presión sanguínea de los niños era 0.7 milímetros de mercurio (mm Hg) más alta por cada cinco años de edad en el momento del parto.

Pero fumar durante el embarazo afectaba aún más, pues aumentaba la presión en 1 mm Hg. La obesidad de cualquiera de los padres era otro factor de riesgo.

Sin embargo, el amamantamiento durante al menos seis meses se asoció con menor presión sanguínea.

"Debido a que la presión sanguínea en la infancia continúa en la edad adulta, las intervenciones encaminadas a los factores de riesgo iniciales, como dejar de fumar durante el embarazo, la lactancia y la prevención de la obesidad de todos los miembros de la familia podría ser importante para reducir la distribución poblacional de la presión sanguínea", explicó la Dra. Debbie A. Lawlor, catedrática principal consultora en epidemiología de la Universidad de Bristol en Inglaterra, quien dirigió el estudio.


HealthDay

Derecho de Autor © 2004 ScoutNews, LLC. Todos los derechos reservados.

Noticias relacionadas:
Más noticias desde esta fecha

Temas relacionadas: