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El tamoxifén no aumenta el riesgo de derrame

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Por Serena Gordon Reportera de HealthDay

Traducido del inglés: Miércoles, 20 de octubre, 2004

MIÉRCOLES 20 de octubre (HealthDayNews/HispaniCare) -- Tomar tamoxifén para tratar el cáncer de mama no aumenta su riesgo de derrame.

Sin embargo, un informe sobre ese hallazgo, que aparece en la edición del 20 de octubre del Journal of the National Cancer Institute, sí concluyó que la quimioterapia puede aumentar el riesgo de un ataque al cerebro.

"El punto de ese estudio es que cuando observamos mujeres que habían tenido su primer derrame luego del diagnóstico de cáncer de mama, no vimos ninguna relación entre el tamoxifén y el derrame", afirmó la coautora del estudio, Ann Geiger, líder del grupo de investigación del cáncer del Kaiser Permanente del Sur de California en Pasadena.

El tamoxifén es un medicamento a veces llamado antiestrogeno porque interfiere con la actividad del estrógeno que puede ayudar a las células de cáncer a crecer. El tamoxifén ha sido utilizado por más de veinte años como tratamiento contra el cáncer de mama y muchas mujeres que están en alto riesgo de este tipo de cáncer lo utilizan hoy en día para tratar de prevenir la enfermedad.

Estudios anteriores habían mostrado que el tamoxifén podría incrementar el riesgo de derrame cerebral en las mujeres. Según Geiger, sin embargo, estos estudios no confirmaron independientemente el diagnóstico de apoplejía y no controlaron la información de los demás factores de riesgo para derrame de los pacientes.

Geiger y sus colegas reclutaron a más de 11,000 mujeres del condado de Los Ángeles que habían recibido un diagnóstico de cáncer de mama con el fin de evaluar el riesgo de derrame con el tratamiento con tamoxifén.

Todas las mujeres habían recibido su diagnóstico entre 1980 y 2000 y todas eran miembros de Kaiser Permanente, una importante organización para el mantenimiento de la salud.

Los investigadores recolectaron información acerca de los tratamientos recibidos para el cáncer de mama, las características de los tumores, la estatura, el peso, la historia de diabetes, la presión arterial alta y el colesterol alto. Los investigadores también recolectaron información sobre la historia reproductiva, el uso de anticonceptivos y la historia de tabaquismo.

Se halló que cuatrocientas veintidós mujeres habían tenido posibles derrames. Cuarenta y nueve de éstas fueron excluidas porque el derrame tuvo lugar antes del diagnóstico de cáncer de mama. Otras 194 de ese grupo se consideraron inelegibles porque su derrame no podía ser confirmado o porque los investigadores no podían recolectar suficiente información sobre el tamoxifén.

Quedaron así 179 mujeres con derrames confirmados luego de su diagnóstico de cáncer de mama. Los investigadores luego compararon a estas mujeres con 431 pacientes de control que fueron clasificadas según su edad y que habían tenido un cáncer de mama similar.

Los investigadores no hallaron ninguna relación entre el uso del tamoxifén y la apoplejía. En cambio, encontraron que la quimioterapia aumentó en más del doble el riesgo de derrame en las mujeres. Parecía no importar a qué régimen de quimioterapia se había sometido una mujer, todos parecían incrementar el riesgo de derrame.

Geiger apuntó rápidamente, sin embargo, "que el riesgo de derrame en general es muy bajo comparado con los beneficios conocidos de la quimioterapia".

El Dr. Jay Brooks, jefe de hematología y oncología del Hospital Ochsner Clinic Foundation de Nueva Orleáns, afirmó que, debido a que la quimioterapia acaba rápidamente con las células que se están dividiendo, podría "endurecerlas" y así aumentar las posibilidades de coágulos.

Los investigadores no estaban seguros de por qué podría la quimioterapia aumentar el riesgo de derrame. Especularon que las mujeres que se habían sometido a quimioterapia podrían haber tenido cánceres más avanzados o más persistentes que pueden incrementar el riesgo de coágulos. También algunos de los medicamentos administrados para ayudar a controlar los efectos secundarios de la quimioterapia pueden tener algo que ver, agregó Geiger.

"Creo que si las mujeres están pensando en tomar tamoxifén, ellas y sus médicos quizá no deberían estar preocupados por su riesgo de derrame. Las mujeres que se han sometido a quimioterapia probablemente desearán manejar su riesgo de apoplejía lo mejor posible controlando su presión arterial y colesterol, al igual que observando su dieta y haciendo ejercicio", aseguró Geiger.

"Creo que este estudio es reconfortante para las pacientes que toman tamoxifén, pero no concuerda con algunos de los demás estudios que hallaron que el riesgo de apoplejía en las pacientes que toman tamoxifén es mayor, pero relativamente bajo", agregó Brooks.

"Generalmente, no me acerco mucho al tamoxifén si se trata de pacientes con mayor riesgo de enfermedad cardiovascular por la disponibilidad de otros agentes que evitan la reincidencia de cáncer de mama", sostuvo Brooks.


HealthDay

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