Es un bloqueo súbito del flujo de orina de ambos riñones que puede producir una acumulación de orina y lesión renal.

La uropatía obstructiva ocurre cuando se obstruye el flujo de orina. Los riñones continúan produciendo la orina en forma normal, pero ésta no drena adecuadamente debido a la obstrucción. Se aumenta la presión en el tracto urinario y da como resultado una hidronefrosis (inflamación renal) y una uropatía obstructiva bilateral (daño de ambos riñones, causado por la obstrucción de la orina). La uropatía obstructiva finalmente puede conducir a hipertensión o insuficiencia renal aguda. La obstrucción súbita causa uropatía obstructiva bilateral aguda, mientras que la obstrucción lenta y progresiva provoca uropatía obstructiva bilateral crónica.

La uropatía obstructiva bilateral aguda por lo general es causada por la obstrucción de la uretra y se presenta en forma súbita o en un período de tiempo corto. En los hombres, se presenta con más frecuencia como resultado de un agrandamiento de la próstata. Otras causas en los hombres pueden ser el cáncer de próstata, cálculos renales bilaterales obstructivos y cáncer en la vejiga. La condición es mucho menos común en las mujeres pero puede ocurrir como resultado de un cistocele en la vejiga, embarazo, lesión debido a una cirugía que comprometa los órganos reproductores femeninos o cáncer cervical. Otras causas comprenden válvulas uretrales posteriores en niños pequeños, vejiga neurogénica, necrosis papilar, sangre coagulada, hongos y otros procesos retroperitoneales raros.

Inicialmente, la vejiga reacciona a la obstrucción a través del aumento de la irritabilidad; hay una urgencia más frecuente de orinar y se pueden presentar espasmos vesicales o incontinencia. A medida que la orina se acumula, esto puede conducir a estasis urinaria y a infecciones del tracto urinario (ver ITU aguda). Igualmente, la orina se puede acumular en los uréteres (conductos que transportan la orina desde los riñones hasta la vejiga) y en el riñón.

La uropatía obstructiva aguda bilateral ocurre en aproximadamente 5 de cada 10.000 personas.

• Disminución del gasto urinario (puede ser menor de 10 mL por día)
• Dificultad urinaria
• Flujo de orina anormal con goteo terminal
• Incontinencia
• Disminución en la fuerza del chorro urinario, chorro pequeño y débil
• Aumento en la frecuencia y urgencia urinarias
• Necesidad de orinar durante la noche
• Necesidad imperiosa de orinar
• Ardor o picazón en la micción
• Sensación de vaciamiento incompleto de la vejiga
• Dolor en el flanco o dolor súbito en ambos costados
• Sangre en la orina
• Fiebre
• Náuseas/vómitos
• Presión sanguínea alta (hipertensión) que ha aumentado recientemente
• Color anormal de la orina

El examen al tacto (palpación) muestra aumento de tamaño y sensibilidad de los riñones, mientras que la palpación en la vejiga revela distensión vesical. La colocación de un catéter en la vejiga puede aliviar la ausencia de gasto urinario. Los residuos posteriores a la evacuación (medición del volumen remanente de orina por cateterización después de la micción) son reiteradamente mayores a 50 mL. Por lo general, el examen rectal muestra un agrandamiento de la próstata en los hombres. Puede presentarse aumento en la presión sanguínea, así como también signos y síntomas de insuficiencia renal aguda y es común la fiebre con la infección.

• Un análisis de orina puede ser anormal
• Una muestra limpia de orina puede revelar la infección en el tracto urinario
• La creatinina sérica puede incrementarse repentinamente, en 2 mg/dL o más en el lapso de dos semanas
• La capacidad de eliminación de la creatinina puede disminuir
• El BUN (nitrógeno de la urea sanguínea) puede incrementarse repentinamente
• Un examen de potasio sanguíneo puede estar elevado
• Los gases arteriales y la química sanguínea pueden revelar acidosis metabólica

La hidronefrosis se hace evidente en cualquiera de los siguientes exámenes:

• Pielograma intravenoso (PIV)
• Gammagrafía renal
• Ultrasonido de los riñones
• Tomografía computarizada del abdomen

Este problema también puede alterar los resultados de los siguientes exámenes:

• Cistograma con radionúclidos
• Creatinina en orina

El tratamiento se centra en el alivio de la obstrucción, lo cual permitirá que la orina drene desde el tracto urinario y a su vez que el cuerpo comience el proceso natural de curación.

La cateterización puede aliviar los síntomas a corto plazo, ya sea a través de un catéter uretral (Foley), autocateterización intermitente o un conducto suprapúbico (conducto que drena directamente la vejiga a través de la pared abdominal).

Puede ser necesario suministrar antibióticos u otros medicamentos al diagnosticar la infección o la insuficiencia renal. La evaluación inicial y el tratamiento podrían requerir hospitalización.

El alivio a largo plazo se logra a través de la corrección de la causa de la obstrucción.

La reducción quirúrgica de la próstata, tal como se hace con TURP (resección transuretral de la próstata), puede aliviar la obstrucción por el agrandamiento de este órgano. La intervención quirúrgica también puede ser adecuada para otros trastornos que causan obstrucción de la uretra o del cuello de la vejiga.

Por lo general, los síntomas desaparecen entre horas y días si la obstrucción aguda se alivia inmediatamente. De lo contrario, el trastorno causa daño progresivo a los riñones y puede conllevar insuficiencia renal y muerte.

• ITU
• Insuficiencia renal aguda
• Hipertensión arterial
• Nefropatía por reflujo
• Uropatía obstructiva bilateral crónica
• Disfunción de evacuación (retención/incontinencia urinaria)

Se debe buscar asistencia médica si se presenta disminución del gasto urinario, dificultad al orinar, dolor en el flanco o si aparecen otros síntomas de uropatía obstructiva bilateral aguda.

En muchos casos este problema no se puede prevenir. Se recomiendan los chequeos médicos anuales de rutina con un médico general. Si se encuentra que el paciente presenta una uropatía obstructiva aguda, éste debe ir a la sala de emergencias más cercana y consultar con el urólogo.