Es una condición en la cual existe una agitación (temblor) que se presenta cuando la persona afectada se está moviendo o intenta moverse, sin que esté asociado con otros síntomas y es causado por el uso de un medicamento.

Los temblores inducidos por medicamentos son una respuesta muscular simple a los medicamentos. Entre éstos se pueden mencionar:

• Estabilizadores del estado de ánimo como el carbonato de litio
• Broncodilatadores como la teofilina y Alupent
• Anticonvulsivantes como el ácido valproico y Depakote
• Inmunosupresores como la ciclosporina
• Estimulantes como la cafeína

• Temblores
  • esporádicos (ocasionales), episódicos (se presentan en estallidos repentinos discretos) e intermitentes (que ocurren en algunos momentos durante la actividad, pero no en otros)
  • frecuencia de alrededor de 6 a 10 temblores por segundo (cuando los temblores se están presentando) que afectan áreas tales como la cabeza, las manos, los brazos y los párpados
  • generalmente no afecta la parte inferior del cuerpo
  • es posible que no afecte por igual los dos lados del cuerpo
• Sonido agitado o tembloroso en la voz
• Balanceo de la cabeza
• Temblores que empeoran con el movimiento voluntario y el estrés emocional
• Temblores que desaparecen durante el sueño

El diagnóstico se establece generalmente con base en el antecedente del consumo de una droga o medicamento que puede causar temblores y un examen que revela temblores con el movimiento voluntario, sin que esté presente ninguna otra anomalía. El compromiso de las piernas, la pérdida de coordinación o los temblores involuntarios (aquellos que se presentan en reposo) pueden indicar una enfermedad como el parkinsonismo, en vez de un temblor inducido por medicamentos.

Es posible que no se requiera de otros exámenes y las pruebas pueden ayudar a descartar otras causas de los temblores como abstinencia del alcohol, anomalía en el funcionamiento de la glándula tiroides, feocromocitoma u otros trastornos. Los exámenes de laboratorio como TC de la cabeza, IRM, radiografía, angiografíau otros exámenes no revelan anomalías en el temblor inducido por medicamentos.

Este problema se puede resolver con la suspensión del medicamento causal. El médico puede hacer una evaluación y comparar el beneficio del medicamento contra la severidad de los temblores producidos con el fin de ajustar las dosis o probar otro medicamento similar que no ocasione el problema.

Es probable que el tratamiento no se necesite si los temblores son leves y no interfieren con la actividad diaria.

El temblor inducido por medicamentos generalmente no es peligroso y no es indicador del desarrollo de una condición peligrosa, pero puede ser molesto e interferir con actividades como escribir. El cambio de medicamentos generalmente elimina el temblor.

No se recomienda cambiar o suspender los medicamentos sin discutir la situación con el médico que los ha recetado, dado que muchos medicamentos causantes del problema deben disminuirse poco a poco para evitar los síntomas de abstinencia.

Algunas complicaciones interfieren con las actividades normales o de la vida diaria, como comer o beber, que se pueden ver afectadas por temblores severos.

Se debe buscar asistencia médica si la persona está tomando un medicamento y se desarrollan temblores que interfieren con la actividad o están acompañados por otros síntomas.

Se deben usar los medicamentos bajo la supervisión del médico. Los medicamentos de venta libre deben tomarse con precaución, especialmente los que puedan tener estimulantes o teofilina.

Si la persona es propensa a los temblores, se le recomienda disminuir la ingesta de bebidas que contengan cafeína (como café, té y gaseosas).