Es la presencia de sangre en la cámara frontal del ojo, ocasionada usualmente por un trauma ocular.

El hifema es generalmente la consecuencia de un trauma ocular, ocasionado por una lesión penetrante o contundente. La inflamación severa del iris, una anomalía en los vasos sanguíneos o un cáncer ocular pueden igualmente ocasionar sangrado dentro de la cámara frontal.

Cuando la persona permanece erguida por un momento, se evidencia una capa de sangre frente a su iris. El glaucoma agudo se puede presentar súbitamente en esta condición.

• Hemorragia en el área frontal del ojo, entre la córnea y el cristalino en la cámara anterior
• Dolor ocular
• Problemas de visión
• Sensibilidad a la luz

• Examen ocular
• Medición de la presión intraocular (tonometría)

En algunos casos leves, la enfermedad no requiere tratamiento y la sangre se absorbe en pocos días. Generalmente se recomienda guardar reposo, colocar parches en el ojo y tomar sedantes para minimizar la actividad y reducir la posibilidad de recurrencia del sangrado. En caso de ser necesario, se pueden utilizar gotas oculares para disminuir la inflamación o bajar la presión intraocular.

Es posible que sea recomendable que el oftalmólogo retire la sangre, en especial cuando la presión intraocular aumenta en forma alarmante o la sangre se reabsorbe lentamente. En estos casos, es necesaria la hospitalización.

Los resultados dependen de la gravedad de la lesión ocular. Los pacientes con la enfermedad de células falciformes tienen una probabilidad mayor de complicaciones oculares y se los debe vigilar con más cuidado. Se puede presentar pérdida severa de la visión, por lo que es necesario el diagnóstico y tratamiento rápidos por parte de un oftalmólogo.

• sangrado recurrente
• Deterioro de la visión a causa de las manchas de sangre en la córnea
• Glaucoma

Se debe buscar asistencia médica, si se percibe sangre en la parte frontal del ojo o si se presenta una lesión ocular traumática.

Muchas de las lesiones en los ojos se pueden evitar usando gafas de seguridad o adoptando algún otro tipo de medidas de protección ocular, especialmente cuando se practican deportes como el racketball o de contacto como el baloncesto.