Es aquella persona que no tiene la capacidad de resistir el impulso de apostar, lo cual le acarrea graves consecuencias sociales y personales.

El juego patológico es una conducta que afecta del 1 al 3% de los adultos y usualmente más a los hombres que a las mujeres. En los hombres comienza generalmente en la adolescencia y en las mujeres un poco más tarde.

Esta conducta generalmente progresa del juego ocasional al juego habitual. La necesidad de apostar se vuelve tan grande que la tensión sólo puede aliviarse apostando cada vez más. Se llevan a cabo apuestas mayores y se toman riesgos personales; se descuidan otros intereses, la familia y el trabajo. Esta conducta puede ocasionar problemas familiares severos, ruina financiera y conducta criminal para sostener el hábito del juego. La causa de esta conducta se desconoce y es posible que uno de los factores de riesgo sea el excesivo consumo de alcohol que disminuye las inhibiciones y deteriora el buen juicio.

• La apuesta ocasional se convierte en habitual
• Hay pérdida del control del tiempo gastado en las apuestas
• Se continúa apostando, sin importar si se gana o se pierde, hasta perder el dinero o terminar el juego
• Se apuesta hasta acumular grandes deudas
• Hay falta de preocupación por las expectativas sociales y las leyes
• Pueden presentarse conductas ilegales para sostener el hábito y para pagar deudas

La historia y la evaluación sicológica revelan una conducta de apostador compulsivo.

El tratamiento para el apostador compulsivo comienza con su propio reconocimiento del problema. Esta conducta se asocia frecuentemente con negación, lo cual hace que la persona piense que no necesita tratamiento. La mayoría de las personas afectadas por el juego adictivo comienzan el tratamiento por presión de otros y no por convicción personal.

Las opciones de tratamiento incluyen sicoterapia individual y grupal, y grupos de apoyo para autoayuda como es el caso de Apostadores Anónimos, el cual es probablemente el tratamiento más efectivo. Este es un programa que consta de 12 fases y es similar al de Alcohólicos Anónimos. Para el tratamiento de la conducta de juego compulsivo también son importantes los principios de abstinencia que se aplican a otros tipos de adicción tales como el abuso de sustancias y la dependencia del alcohol.

Recientemente se ha demostrado la eficiencia de algunos medicamentos como los antidepresivos combinados con sicoterapia.

Muchas personas son capaces de tomar control de sus vidas después de someterse a un tratamiento para las apuestas compulsivas.

• Si la conducta del juego compulsivo no se detecta y se trata oportunamente, podría traer consigo el distanciamiento de la familia y de los amigos, al igual que problemas financieros y legales.
• El juego compulsivo es una condición crónica y la recaída después del tratamiento es un riesgo real.

Se debe buscar asistencia médica o de un profesional en salud mental si se presentan síntomas de juego compulsivo.

La prevención del instinto a desarrollar una conducta adictiva es un reto y podría no ser viable en todos los casos. La asesoría profesional puede beneficiar a quienes tienen propensión a la apuesta compulsiva o a otras conductas adictivas. Las personas que son conscientes de que el juego compulsivo afecta a los familiares cercanos podrían estar en un mayor riesgo y deben ser especialmente cuidadosos.