La insuficiencia aórtica es una enfermedad de la válvula cardíaca en la cual la válvula aórtica se debilita o se abomba, impidiendo que dicha válvula cierre bien, lo cual produce un subsecuente reflujo de sangre desde la aorta (el vaso sanguíneo más grande) hasta el ventrículo izquierdo (la cámara inferior izquierda del corazón).

La insuficiencia aórtica puede ser producto de cualquier condición que debilite la válvula aórtica. La fiebre reumática solía ser la principal causa de insuficiencia aórtica; sin embargo, con la aplicación de tratamientos con antibióticos para esta enfermedad, se ha observado el aumento de la frecuencia de otras causas, entre las cuales se pueden mencionar: condiciones congénitas (anomalías de la válvula al nacer), endocarditis (infección de la válvula), hipertensión, el síndrome de Marfan, disección aórtica, espondilitis anquilosante, el síndrome de Reiter, sífilis (rara ahora) y otros trastornos.

Esta condición afecta a 5 de cada 10.000 personas, y es más común en hombres de 30 a 60 años.

• Percepción marcada y desagradable de los latidos cardíacos o palpitaciones
• Pulso saltón
• Pulso irregular, rápido, acelerado o palpitante
• Desmayos
• Debilidad, particularmente con la actividad
• Dificultad para respirar cuando se está en actividad o acostado
• Fatiga, cansancio excesivo
• Dolor en el pecho tipo angina (raro):
  • por debajo del esternón y puede irradiarse a otras áreas
  • presión, opresión, compresión
  • dolor que aumenta con el ejercicio y se alivia al descansar

Nota: por lo general, en la insuficiencia aórtica no aparecen síntomas durante muchos años; éstos pueden aparecer gradual o repentinamente.

La auscultación (el escuchar el tórax con un estetoscopio) revela un soplo cardíaco. Los latidos cardíacos hiperdinámicos (muy fuertes) pueden ser detectados con la palpación (examinación con la mano). La presión diferencial del pulso (diferencia entre la presión sanguínea diastólica, es decir, la presión durante la contracción del corazón y la presión sistólica, es decir, la presión durante la relajación del corazón) puede ampliarse y la presión sanguínea diastólica estar baja. Es posible que se presenten signos de edema pulmonar (líquido en los pulmones).

La insuficiencia aórtica puede apreciarse con:

• Angiografía aórtica
• Ecocardiograma transesofágico
• Cateterización del corazón en el lado izquierdo
• Ecocardiograma (examinación del corazón con ultrasonido)
• Ultrasonido Doppler

El ECG o los rayos X del tórax pueden mostrar un agrandamiento del ventrículo izquierdo.

Los exámenes de laboratorio no sirven para diagnosticar la insuficiencia aórtica, pero ayudan a descartar otros trastornos o factores causales.

Si no hay síntomas o si son leves, el trastorno puede requerir sólo observación, pero si los síntomas son severos, puede que sea necesario hospitalizar al paciente. Medicamentos como los diuréticos o la digoxina se utilizan para estabilizar la condición. Estos medicamentos también pueden utilizarse en personas con síntomas leves para prevenir que empeoren. Es posible que se recomiende al paciente limitarse a realizar actividades moderadas.

La reparación o reemplazo quirúrgico de la válvula aórtica corrige la insuficiencia de la aorta. Cuando la insuficiencia es causada por problemas de esta arteria, es probable que se requiera repararla quirúrgicamente.

La insuficiencia aórtica es curable mediante la reparación quirúrgica. Es probable que se resuelvan los síntomas por completo a menos que se desarrollen complicaciones o insuficiencia cardíaca severa.

• Insuficiencia cardíaca del lado izquierdo
• Edema pulmonar (líquido en los pulmones)
• Endocarditis (infección de la válvula)

Se debe buscar asistencia médica si los síntomas indican la posible presencia de una insuficiencia aórtica. Asimismo, si los síntomas empeoran o si se desarrollan síntomas nuevos en una persona con insuficiencia aórtica, especialmente si los síntomas son dolor en el pecho, dificultad respiratoria o edema (inflamación).

Las infecciones por estreptococos se deben ser tratar para prevenir la fiebre reumática que puede llevar a una insuficiencia aórtica. Dicha condición no se puede prevenir, pero sí algunas de sus complicaciones.

Se debe notificar al médico o al odontólogo sobre los antecedentes de una enfermedad de la válvula del corazón antes del tratamiento de cualquier condición. Cualquier trabajo dental, incluyendo una limpieza, así como los procedimientos invasivos, pueden introducir bacterias en el torrente sanguíneo, las cuales pueden infectar la válvula debilitada provocando una endocarditis.

Se debe cumplir el tratamiento médico indicado para aquellas condiciones que puedan producir una enfermedad de la válvula y notificar al médico de cualquier antecedente familiar de enfermedades cardíacas congénitas.