Es la inflamación del estómago y los intestinos causada por una infección viral.

Muchos tipos de virus pueden causar gastroenteritis, pero los más comunes son el rotavirus y el virus Norwalk. El rotavirus es la principal causa de gastroenteritis en niños y puede darse en adultos expuestos a niños con el virus. El virus Norwalk causa diarreas colectivas o institucionales y alcanza su máxima frecuencia durante el invierno. Los virus similares al Norwalk son comunes en niños en edad escolar.

Estos virus se encuentran, con frecuencia, en el agua potable o en alimentos contaminados, causan cerca del 40% de las enfermedades diarreicas colectivas, afectan a niños mayores y a adultos, y son más frecuentes en los meses de invierno. Los síntomas aparecen después de 4 a 48 horas de la exposición al agua o alimentos contaminados y generalmente se diseminan por vía oro-fecal.

El rotavirus causa gastroenteritis severa en bebés y niños pequeños. La deshidratación severa y la muerte pueden ocurrir en el grupo de menor edad. Este virus es responsable de hasta 50% de las hospitalizaciones de niños con diarrea. Los brotes también pueden ocurrir en un medio geriátrico, como en ancianatos. Usualmente, a la edad de 3 años, la mayoría de los niños han adquirido anticuerpos contra el virus.

La gastroenteritis afecta con mayor severidad a los jóvenes, los ancianos y a las personas inmunosuprimidas.

• Dolor abdominal
• Cólicos abdominales
• Diarrea
• Náuseas
• Vómitos

Los síntomas adicionales que pueden estar asociados con esta enfermedad son:

• Pérdida involuntaria de peso
• Vómito con sangre (muy raro)
• Sudoración excesiva
• Piel fría y húmeda
• Dolor muscular
• Rigidez de las articulaciones
• Incontinencia
• Fiebre
• Escalofríos
• Alimentación deficiente

• El análisis de las heces para virus puede identificar el agente específico y un cultivo de heces puede descartar causas bacterianas de la enfermedad.

El objetivo del tratamiento es reemplazar líquidos y electrolitos (sales y minerales) perdidos en la diarrea. La terapia con antibióticos no es efectiva en enfermedades virales. Por lo general, no se administran medicamentos antidiarreicos, ya que pueden prolongar el proceso infeccioso. Las medidas de cuidados personales para prevenir la deshidratación incluyen el consumo de soluciones electrolíticas (disponibles sin receta médica) para reemplazar la pérdida de líquidos por la diarrea.

Las personas con diarrea, que no pueden ingerir líquidos por vía oral debido a las náuseas, pueden necesitar líquidos intravenosos, en especial los niños pequeños.

A las personas que toman diuréticos, el médico les puede recomendar suspender el consumo de estos medicamentos durante un episodio agudo.

¡SE DEBE CONSULTAR CON EL MÉDICO ANTES DE SUSPENDER UN MEDICAMENTO PRESCRITO!

NO se deben administrar medicamentos antidiarreicos a los niños, a menos que el médico lo indique y debido a que el riesgo de deshidratación es mayor en los bebés menores de un año y en los niños pequeños, los padres deben vigilar de cerca el número de pañales mojados por día cuando el niño esté enfermo. Las soluciones de reemplazo de electrolitos y líquidos para niños están disponibles en farmacias y expendios de alimentos. El agua de gelatina, las bebidas gaseosas y el agua pura no reemplazan los electrolitos que el niño necesita cuando se ha deshidratado por vómitos o diarrea. En este sentido, es bueno hacer modificaciones alimentarias en los niños con diarrea hasta que ésta se resuelva.

La mayoría de las infecciones se resuelven de forma espontánea, pero los niños pueden enfermarse gravemente por la deshidratación causada por la diarrea.

La deshidratación es la principal complicación y rara vez se pueden presentar reacciones severas.

Se debe buscar asistencia médica si se presentan síntomas de deshidratación, entre ellos, disminución del gasto urinario, náuseas, desmayos o vértigo, boca reseca, ojos de apariencia hundida, fontanela (punto blando en la cabeza del bebé) hundida y confusión.

También, se debe llamar al médico si la diarrea persiste por más de varios días o si se observa sangre en las heces.