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Lesión del riñón y uréter

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Anatomía del riñón
Anatomía del riñón
Flujo de sangre y orina en el riñón
Flujo de sangre y orina en el riñón

Nombres alternativos    Volver al comienzo

Daño renal; lesión tóxica del riñón; lesión renal; lesión traumática del riñón; riñón fracturado; lesión inflamatoria del riñón; riñón contuso; lesión ureteral

Definición    Volver al comienzo

Es la lesión sufrida en el tracto urinario superior (riñones y/o uréteres).

Causas, incidencia y factores de riesgo    Volver al comienzo

Los riñones están localizados en el flanco (parte posterior del abdomen superior, a cada lado de la columna vertebral). Se encuentran en lo profundo del abdomen desde la parte frontal y están protegidos en la parte posterior por la columna vertebral, la parte baja de la cavidad torácica y los músculos fuertes de la espalda.

Esta ubicación los protege de muchas fuerzas externas y están bien acolchonados por una razón: son órganos altamente vasculares, es decir, tienen una gran entrada de sangre, lo que podría provocar un sangrado severo si se rompen.

Los riñones pueden lesionarse (daño renal) por un daño a los vasos sanguíneos que los abastecen o los drenan, lo que puede ocurrir en las formas de aneurisma, fístula arteriovenosa, oclusión arterial o trombosis de vena renal.

La extensión del sangrado depende de la ubicación y del grado de lesión. Los riñones también pueden sangrar profusamente si se lesionan centralmente (en el interior) y esta es una lesión potencialmente mortal. Afortunadamente, la mayoría de las lesiones renales causadas por trauma contundente se presentan de manera periférica, lo que sólo provoca un hematoma del riñón (por lo general un proceso autolimitado).

Las personas con condiciones renales no diagnosticadas, como anigomiolipoma (tumor benigno), obstrucción de la unión ureteropélvica (congénita o adquirida) y otros trastornos son más susceptibles a lesiones renales y tienen más probabilidades de tener complicaciones serias si éstas se presentan.

Otras causas de lesión y sangrado renal son los procedimientos médicos. Las biopsias de riñón, colocación de tubos de nefrostomía u otras cirugías pueden provocar una conexión anómala entre una arteria y una vena (fístula arteriovenosa). Éste, por lo general, es un proceso autolimitado pero requiere observación estrecha.

La lesión del riñón también puede provocar daño del tracto urinario, lo que produce filtración de orina del riñón.

Cada riñón filtra cerca de 1.700 litros de sangre por día y concentra líquido y residuos en casi 1 litro de orina por día. Debido a esto, los riñones están más expuestos a sustancias tóxicas en el organismo que ningún otro órgano; por lo tanto, son altamente susceptibles a lesiones por sustancias tóxicas.

La nefropatía por analgésicos es uno de los tipos más comunes de daño tóxico al riñón. La exposición al plomo, productos de limpieza, disolventes, combustibles u otros productos químicos nefrotóxicos (aquellos que pueden ser tóxicos al riñón) puede lesionar los riñones.

La acumulación excesiva de residuos corporales como el ácido úrico (que puede ocurrir con la gota o con el tratamiento de la médula ósea, los ganglios linfáticos u otros trastornos) también puede lesionar los riñones.

La inflamación (irritación con hinchazón y presencia de células inmunes adicionales) provocada por una respuesta inmune a los medicamentos, infección u otros trastornos también puede lesionar las estructuras del riñón, causando a menudo diversos tipos de glomerulonefritis o necrosis tubular aguda (muerte de tejido).

La lesión renal puede ocasionar daño a corto plazo con la presencia mínima o de ningún síntoma. También puede ser potencialmente mortal debido al sangrado y shock asociados o puede tener como consecuencia insuficiencia renal aguda o insuficiencia renal crónica.

Las lesiones ureterales (lesiones de los conductos que llevan orina desde los riñones hasta la vejiga) también puede ser provocadas por trauma (contundente o penetrante), procedimientos médicos y otros procesos patológicos en el retroperitoneo. Las lesiones traumáticas se deben explorar, si el paciente es sometido a una laparotomía por otra lesión intraabdominal (y el índice de sospecha es elevado).

Las terapias médicas (como las cirugías ginecoobstétricas, radio/quimioterapia previas y cirugías abdominopélvicas anteriores) son factores de riesgo para lesiones ureterales. En otros casos, los procesos patológicos extraperitoneales (como fibrosis retroperitoneal, sarcomas retroperitoneales o cánceres positivos de ganglios linfáticos metastásicos) pueden interferir con los procesos uretéricos normales y producir obstrucción/hidroureteronefrosis (inflamación del uréter y el riñón por reflujo urinario).

Síntomas    Volver al comienzo

Los síntomas de emergencia o agudos son:

Síntomas crónicos:

Signos y exámenes    Volver al comienzo

Un antecedente de lesión física, exposición a sustancias potencialmente tóxicas, infecciones o enfermedades recientes puede indicar el origen de la lesión al riñón y en caso de haber pérdida de sangre, un examen por tacto (palpación) puede revelar sensibilidad extrema sobre este órgano.

Es posible que se presenten signos de hemorragia y shock, incluyendo ritmo cardíaco rápido y disminución de la presión sanguínea. La lesión tóxica o por inflamación puede causar insuficiencia renal crónica o aguda.

Tratamiento    Volver al comienzo

El objetivo del tratamiento se centra en los síntomas de emergencia y la prevención o tratamiento de complicaciones. La mayoría de los casos de trauma externo dan como resultado contusiones leves que se curan espontáneamente.

Puede ser necesario el uso de analgésicos para aliviar el dolor y es posible que se requiera hospitalización y observación estrecha debido al riesgo de que se produzca una hemorragia interna a causa de un riñón lesionado traumáticamente.

Aproximadamente el 20% de los casos de daño externo requiere cirugía de emergencia por problemas de sangrado, el cual puede ser lo suficientemente severo para requerir la extirpación quirúrgica de todo el riñón (nefrectomía) con el fin de controlar dicho sangrado. Las intervenciones quirúrgicas para controlar el sangrado pueden involucrar drenaje del espacio alrededor del riñón. Algunas veces se utiliza angio-embolización para detener el sangrado.

La reparación quirúrgica de un riñón desgarrado o "fracturado", vasos sanguíneos y uréter desgarrados o lesiones similares puede evitar la extirpación del órgano. La programación de la exploración quirúrgica depende de la ubicación, la extensión de la lesión y la situación clínica general.

Por ejemplo, si se descubre una lesión ureteral aislada una semana después, el médico puede desviar la orina con el tubo de nefrostomía, permitir que la inflamación ceda y decidir operar una semana después para el tratamiento definitivo.

El riñón puede volver a su función normal o puede experimentar insuficiencia aguda o crónica. Si sólo uno de los riñones se ve afectado, puede no existir síntomas del riñón defectuoso, ya que el segundo riñón (saludable) funciona adecuadamente y es apropiado para tener una salud normal.

La extirpación quirúrgica o reparación de coágulos u otras obstrucciones pueden corregir la lesión causada por el daño a los vasos sanguíneos o al uréter.

Para el tratamiento no quirúrgico por daño externo al riñón se puede recomendar reposo en cama por 1 ó 2 semanas o hasta que el sangrado haya disminuido, la administración de narcóticos para aliviar el dolor, la estricta observación y el tratamiento de los síntomas de insuficiencia renal.

Debe suspenderse la exposición a substancias, incluyendo aquellos medicamentos de los que se sospecha pueden causar lesión renal. Esto puede significar la suspensión o cambio de medicamentos o puede requerir una modificación de los hábitos recreativos u ocupacionales. Muchos casos de lesión tóxica se neutralizan cuando se suspende la exposición a la substancia.

Algunas sustancias nefrotóxicas requieren tratamientos específicos para neutralizarlas. Por ejemplo, la intoxicación con plomo puede tratarse con terapia por quelación, la cual involucra el uso de penicilamina, un medicamento que se une con el plomo y permite que éste sea excretado del cuerpo. La gota y otras causas de acumulación de ácido úrico pueden tratarse con alopurinol o medicamentos similares.

La lesión causada por infección o inflamación debe tratarse de acuerdo con el tipo específico de glomerulonefritis o necrosis tubular aguda que se desarrolle y el tratamiento puede involucrar el uso de medicamentos tales como corticosteroides, inmunosupresores y otros.

También puede involucrar restricciones dietéticas y el tratamiento de la insuficiencia renal aguda.

Expectativas (pronóstico)    Volver al comienzo

El resultado varía de acuerdo con la causa y extensión de la lesión. El daño puede ser leve y reversible, puede ser potencialmente mortal o puede ser prolongado y ocasionar complicaciones.

Complicaciones    Volver al comienzo

Situaciones que requieren asistencia médica    Volver al comienzo

Se debe buscar asistencia médica si los síntomas indican lesión al riñón o al uréter, especialmente si existe antecedente de lesión física, exposición a substancias potencialmente tóxicas, enfermedad o infección.

Asimismo, se debe buscar asistencia médica de emergencia o llamar al número de emergencia local (como el 911) si se desarrolla disminución del gasto urinario después de lesión renal, ya que esto puede indicar insuficiencia renal.

Prevención    Volver al comienzo

El daño externo puede prevenirse tomando precauciones de seguridad general, empleando equipo de seguridad adecuado al jugar y trabajar, usando cinturones de seguridad y conduciendo con cuidado.

La lesión tóxica puede prevenirse al seguir adecuadamente las instrucciones de uso del medicamento o producto. Se deben seguir las instrucciones del médico para el uso de todos los medicamentos, incluyendo los que no requieren prescripción médica.

Los productos de limpieza, disolventes y combustibles se deben utilizar como lo indican las instrucciones y en un área ventilada, debido a que las emanaciones pueden ser también tóxicas. Es necesario estar consciente de las fuentes potenciales de la intoxicación con plomo, como las pinturas viejas, vapores provenientes del trabajo con metales revestidos de plomo, alcohol destilado en radiadores reciclados de automóviles y fuentes similares.

Se deben seguir las instrucciones del médico para el tratamiento de la gota y otras enfermedades.


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