Es la cirugía que se practica para aliviar la presión intracraneal causada por hidrocefalia. El líquido es derivado de los ventrículos cerebrales a la cavidad abdominal o en muy pocos casos al espacio pleural en el tórax.

En la hidrocefalia, los ventrículos cerebrales se agrandan con líquido cefalorraquídeo. Esta condición hace que el tejido cerebral se comprima contra el cráneo, causando de esta manera graves problemas neurológicos. La derivación es necesaria para drenar el exceso de líquido y aliviar la presión en el cerebro y debe realizarse tan pronto como se diagnostica la hidrocefalia para proporcionarle al niño las mejores perspectivas neurológicas.

En algunos casos, la hidrocefalia es secundaria a otro proceso patológico que afecta el cerebro. Un ejemplo es una hemorragia intracraneal donde llega sangre a los ventrículos y hace que el líquido no drene adecuadamente. En casos como éste, es necesaria una derivación para ayudar a retirar el líquido con el fin de aliviar el aumento de la presión intracraneal.

Los riesgos de cualquier procedimiento con anestesia son:

• Reacciones a los medicamentos
• Problemas respiratorios

Los riesgos de cualquier cirugía son:

• Sangrado
• Infección

Las complicaciones comunes de la derivación VP son: mal funcionamiento, obstrucción o infección. El mal funcionamiento puede estar relacionado con el crecimiento y es posible que la derivación se deba reemplazar por un catéter más largo. Los síntomas de mal funcionamiento de la derivación pueden ser: dolor de cabeza, fiebre, somnolencia y convulsiones.

Como con cualquier otra cirugía del cerebro, existe riesgo para el tejido cerebral, ya que el catéter de la derivación debe pasar a través de dicho tejido para ingresar al ventrículo, por lo que existe un riesgo pequeño pero potencial de que se lesione el tejido cerebral y se produzca una deficiencia neurológica.

Los resultados de la cirugía son buenos. Sin embargo, este defecto frecuentemente está asociado con otras condiciones tales como espina bífida, tumor cerebral, meningitis, encefalitis o hemorragia, que influyen en el pronóstico del paciente. El grado de hidrocefalia antes de la cirugía también afecta los resultados.

En la mayoría de las zonas existen grupos de apoyo para las familias con niños hidrocefálicos o con espina bífida.

Los signos vitales y el estado neurológico se vigilan muy de cerca. Se administran medicamentos para el dolor, líquidos intravenosos y antibióticos. Se observa al paciente muy de cerca para asegurarse de que la derivación esté funcionando adecuadamente.

Por lo general, se requieren dos o tres días de hospitalización y luego el niño puede irse a casa. A menudo se llevan a cabo estudios imagenológicos como exámenes de TC posoperatorios para confirmar la buena ubicación de la derivación y la resolución de la hidrocefalia.