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Tratamiento

En esta sección del Centro de Recursos contra el Cáncer de la Próstata usted encontrará las respuestas a sus preguntas acerca de estos temas: En esta sección:
tratamiento
       - cirugía
       - quimioterapia
       - terapia expectante
       - radioterapia
       - criocirugía
       - estudios clínicos
       - tratamiento por etapa
preguntas a su médico
después del tratamiento

¿Cómo se trata el cáncer de la próstata?

Comentarios generales de la información sobre el tratamiento

En esta sección se resumen los tratamientos disponibles para los hombres con cáncer de la próstata, y luego se analizan los tratamientos convencionales para cada etapa del cáncer de la próstata.

No obstante, la información sobre los tratamientos que este documento contiene no es la norma oficial de la Sociedad ni se pretende que se use como un consejo médico que sustituya la experiencia y el criterio de su equipo de atención del cáncer. Esta información representa los puntos de vista de los médicos y enfermeras que prestan servicio en la Junta Editorial de la Base de Datos de la Sociedad Americana del Cáncer. Estos puntos de vista se basan en su interpretación de los estudios sobre los tratamientos del cáncer de la próstata que se han publicado en revistas médicas, así como en su propia experiencia profesional. Su objetivo es ayudar a usted y a su familia para que tomen una decisión basada en la información en conjunto con su equipo de atención del cáncer.

Por supuesto, su equipo de atención del cáncer puede tener razones para sugerir un plan de tratamiento que difiera de estas guías generales. No dude en hacerles preguntas sobre sus opciones de tratamiento. Además de la información contenida en este documento, recomendamos a los pacientes interesados que busquen información sobre los tratamientos en otras fuentes confiables.

Desde 1995, los expertos de 19 centros de cáncer más importantes del país, y que integran la National Comprehensive Cancer Network (NCCN), han creado guías de tratamiento del cáncer para los profesionales de atención del cáncer. La Sociedad Americana del Cáncer ofrece una versión de sus guías para el cáncer de la próstata, que se ha preparado especialmente para los pacientes y sus familias. Estas guías están disponibles en el Centro Nacional de Información sobre el Cáncer (1-800-ACS-2345), en la página en Internet de la Sociedad (www.cancer.org/nccn_acs/Prostate) y en el centro de información telefónica de la NCCN (1-888-909-NCCN).

El Instituto Nacional del Cáncer (NCI) proporciona guías de tratamiento a través de su centro telefónico de información (1-800-4-CANCER) y su página en Internet (www.cancer.gov).

Una vez que se haya diagnosticado su cáncer de la próstata y que se haya determinado su grado y etapa, tiene mucho que pensar antes de que usted y su médico seleccionen un plan de tratamiento. Tal vez sienta que debe tomar rápidamente una decisión, pero es importante que dedique tiempo para absorber la información que acaba de recibir. Hágale preguntas a su equipo de atención del cáncer. Lea la sección, "¿Qué debe preguntarle a su médico sobre el cáncer de la próstata?"

El tratamiento que seleccione contra el cáncer de la próstata debe tomar en cuenta:

    ·
  • Su edad y expectativa de vida ·
  • Sus sentimientos sobre los efectos secundarios asociados con cada tratamiento ·
  • Cualquier otra condición médica grave que pueda tener ·
  • La etapa y el grado de su cáncer ·
  • Las probabilidades de curación con cada tipo de tratamiento

Le sugerimos que obtenga una segunda opinión sobre la mejor opción de tratamiento para su situación, especialmente si hay varias opciones disponibles para usted. Le recomendamos que compare las ventajas de cada tratamiento con los posibles resultados, efectos secundarios y riesgos.

Terapia expectante (espera en observación)

Debido a que el cáncer de la próstata frecuentemente se propaga muy lentamente (especialmente aquellos hombres de edad avanzada o con otros problemas graves de salud) es posible que nunca necesite tratamiento contra el cáncer de la próstata. En vez de tratamiento, sus médicos pudieran recomendar por un método conocido como espera en observación.

La espera en observación conlleva vigilar de cerca el cáncer sin tratamiento activo, tal como la cirugía o la radioterapia. Pudiera ser recomendada cuando el cáncer no está ocasionando ningún síntoma, se espera que su crecimiento sea lento, es pequeño y está confinado a una sola área de la próstata. Es menos probable que sea una opción si usted es más joven, saludable y tiene un cáncer de rápido crecimiento.

Actualmente, la espera en observación es una opción razonable para algunos hombres con cánceres de crecimiento lento, ya que se desconoce si el tratamiento activo en estos hombres, tales como la cirugía, la radioterapia y la terapia hormonal (descritas a continuación), prolongan la supervivencia. Por otro lado, el tratamiento activo conlleva riesgos definitivos y efectos secundarios que pudieran algunas veces sobrepasar los posibles beneficios. Por esta razón algunos hombres optan por la “espera en observación.” Otros hombres no se sienten cómodos con este método, y están dispuestos a aceptar posibles efectos secundarios de tratamientos activos para tratar de extirpar o destruir el cáncer.

La terapia expectante no significa que usted no recibirá atención médica o de seguimiento. Por el contrario, el cáncer se observa y supervisa cuidadosamente. Usualmente este abordaje incluye una prueba sanguínea de PSA y un examen digital del recto (DRE) cada 6 meses, y posiblemente una biopsia de la próstata guiada con ecografía transrectal anualmente. Si se presentan síntomas molestos o si el cáncer comienza a crecer más rápidamente, entonces se puede considerar la administración de un tratamiento activo.

Se espera que en un futuro cercano podamos tener una mejor idea de los beneficios y las desventajas de la espera en observación versus el tratamiento activo. En un extenso estudio patrocinado por el Instituto Nacional del Cáncer y el programa Veterans Affairs Cooperative Studies Program se está investigando cómo los tratamientos activos afectan la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes de diferentes edades que tienen cáncer de la próstata. Este estudio, llamado PIVOT (abreviatura de Prostatic Intervention Versus Observation Trial), aún está en curso.

Cirugía

La prostatectomía radical es una cirugía para tratar de curar el cáncer, que se usa con más frecuencia cuando se piensa que el cáncer no se ha propagado hacia el exterior de la glándula (cánceres en etapa T1 o T2). En esta operación, el cirujano trata de curarle extirpando toda la glándula prostática además de una porción del tejido adyacente (incluyendo las vesículas seminales).

Prostatectomía radical retropúbica:esta es la operación que utiliza la mayoría de los cirujanos urólogos. Usted estará bajo anestesia general (dormido) o se le administrará anestesia espinal o epidural (el mismo tipo de anestesia que frecuentemente se les administra a las mujeres durante el parto para adormecer la sección inferior de su cuerpo) junto con sedación durante la cirugía.

Para esta operación, el cirujano hace una incisión en la piel de la parte baja del abdomen, desde el ombligo hasta el hueso púbico. Algunos cirujanos extirpan los ganglios linfáticos circundantes a la próstata en este momento. Si alguno de los ganglios tiene células cancerosas, lo cual significa que el cáncer se ha propagado, frecuentemente no continúan con la cirugía porque es poco probable curar el cáncer.

Otros cirujanos sólo extirpan la glándula prostática y es posible que no extirpen los ganglios linfáticos. La decisión depende de los niveles de PSA y de la puntuación de Gleason. Si cualquiera de estos es alto, se pueden extirpar los ganglios linfáticos que circundan la próstata.

El cirujano también presta mucha atención a los dos pequeños manojos de nervios tendidos en los dos lados de la próstata y que controlan las erecciones. Si ambos se extirpan, usted quedará impotente sexualmente (la incapacidad de tener erecciones espontáneas, y entonces se requerirán tratamientos adicionales para lograr las erecciones). Si ninguno de los manojos de nervios se extirpa, usted debe funcionar con normalidad. Si se extirpa uno, todavía tendrá probabilidades de conservar su habilidad para lograr una erección espontáneas, pero serán menores que si no se hubiera extirpado ninguno. Si podía tener erecciones antes de la cirugía, el cirujano tratará de no dañar estos nervios. Por supuesto, si el cáncer está creciendo en ellos, lo más probable es que el cirujano los extirpe.

Prostatectomía radical perineal: en esta operación el cirujano hace la incisión en el periné, que es la piel que se encuentra entre el ano y el escroto. Este procedimiento se usa con menos frecuencia debido a que no es posible preservar fácilmente los nervios y no se pueden extirpar los ganglios linfáticos. Sin embargo, a menudo es una operación más breve y puede ser apropiada cuando no es necesario preservar los nervios ni extirpar los ganglios linfáticos. También se puede usar si usted padece otras condiciones médicas que dificulten la cirugía retropúbica. Si se realiza correctamente, puede ser tan curativa como una cirugía retropúbica.

Cirugía retropúbica Cirugía perineal

Si usted está participando en un estudio clínico, recibirá un cuidado excelente. Usted tendrá un equipo de expertos que vigilarán su progreso muy cuidadosamente. El estudio está diseñado especialmente para prestarle atención de cerca a usted.

No obstante, existen algunos riesgos. Ninguna de las personas que forman parte del estudio puede anticipar si el tratamiento funcionará o exactamente qué efectos secundarios ocurrirán. Eso es lo que se pretende descubrir con el estudio. Aunque muchos de los efectos secundarios desaparecen con el tiempo, algunos pueden ser permanentes o incluso poner en peligro la vida. Sin embargo, tenga en cuenta que incluso los tratamientos convencionales causan efectos secundarios. Usted pudiera decidir inscribirse en un estudio clínico después de considerar muchos factores.

Decisión para inscribirse en un estudio clínico: la decisión de participar en un estudio clínico es totalmente suya. Sus médicos y enfermeras le explicarán los detalles del estudio y le proveerán un formulario que deberá leer y firmar para expresar su deseo de participar. Este proceso se conoce como consentimiento válido. Aun después de haber firmado el formulario y después de que el tratamiento haya comenzado, usted tiene total libertad para abandonar el estudio en cualquier momento y por cualquier motivo. El participar en un estudio clínico no impedirá que usted reciba algún otro cuidado médico que pudiera necesitar.

Para más información sobre los estudios clínicos, pregúntele al equipo de profesionales que atiende su cáncer. Entre las preguntas que debe hacer se encuentran:

    ·
  • Hay un estudio al que pudiera ser elegible? ·
  • ¿Cuál es el propósito del estudio? ·
  • ¿Qué tipo de pruebas y tratamientos implica el estudio? ·
  • ¿Qué hace este tratamiento? ·
  • ¿Qué es probable que pase en mi caso con, o sin, este nuevo tratamiento bajo investigación? ·
  • ¿Qué otras alternativas tengo y cuáles son sus ventajas y desventajas? ·
  • ¿Cómo pudiera el estudio afectar mi vida diaria? ·
  • ¿Qué efectos secundarios puedo esperar del estudio? ¿Pueden controlarse los efectos secundarios? ·
  • ¿Tendré que permanecer en el hospital? Si es así, ¿con qué frecuencia y por cuánto tiempo? ·
  • ¿Me costará algo el estudio? ¿Será gratis alguna parte del tratamiento? ·
  • Si resultara perjudicado como consecuencia de la investigación, ¿a qué tratamiento tendría derecho? ·
  • ¿Qué tipo de cuidado de seguimiento a largo plazo incluye el estudio? ·
  • ¿Se ha utilizado el tratamiento contra otros tipos de cáncer?

La Sociedad Americana del Cáncer ha desarrollado un centro de información sobre estudios clínicos que le ayudará a encontrar un estudio apropiado para usted. Visite nuestra página en Internet www.cancer.org o llame al 1-800-227-2345. Además, usted puede recibir una lista de los estudios clínicos vigentes auspiciados por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI). Llame gratis al 1-800-4-CANCER (1-800-422-6237) o visite la página en Internet del NCI (http://www.cancer.gov/clinical_trials/) para obtener la lista.

Métodos complementarios y alternativos

Hoy día existe un gran interés en las terapias complementarias y alternativas contra el cáncer. Antes de cambiar su tratamiento o añadir cualquier método, asegúrese de hablar con su médico o enfermera. Algunos métodos pueden ser usados con el tratamiento médico convencional sin peligro alguno. Otros, sin embargo, pueden interferir con los tratamientos convencionales o podrían causar efectos secundarios graves. Es posible que cada vez que visite a su médico, usted quiera llevar consigo una lista de todos los medicamentos, vitaminas y complementos que está tomando, y asegurarse de que su médico sepa sobre ellos.

Muchas mezclas de hierbas actualmente están en el mercado para la "salud de la próstata”. Debido a que estas mezclas son consideradas suplementos dietéticos en vez de medicamentos, no son regulados estrictamente por la FDA. No se requiere que sean estudiados para probar su eficacia o seguridad. Se desconocen los riesgos y las ventajas asociadas con estas mezclas ya que no se han estudiado.

El único suplemento dietético que muestra cierto beneficio contra el cáncer de la próstata en estudios científicos bien conducidos, conocido como PC-SPES, fue sacado del mercado en 2002 cuando se descubrió que estaba contaminado con medicamentos que requieren receta.

Consideración de las opciones de tratamiento del cáncer de la próstata

Si tiene cáncer de la próstata hay muchos factores importantes, tales como su edad y su estado general de salud, a considerar antes de tomar una decisión sobre la opción de tratamiento. También usted debe considerar los efectos secundarios que está dispuesto a soportar. Por ejemplo, algunos hombres no se pueden imaginar viviendo con los efectos secundarios, tales como la incontinencia o la impotencia. A otros hombres les inquietan menos estos efectos y están más preocupados por la extirpación o destrucción del cáncer.

Si tiene más de 70 años o tiene problemas médicos graves, es posible que le sea útil pensar en el cáncer de próstata como una enfermedad crónica que probablemente no le causará la muerte, pero que puede causarle síntomas que tal vez desee evitar. Quizá usted quiera analizar más seriamente la situación para evitar tratamientos que con probabilidad causan efectos secundarios, como la radiación y la cirugía, y en su lugar considerar una terapia hormonal o espera en observación (contar con la atención cuidadosa de seguimiento proporcionada por su médico).

Si está en sus años cincuenta o sesenta, y aparte del cáncer disfruta de una buena salud, tal vez le interesen más los tratamientos que le ofrezcan la mejor probabilidad de curación. La mayoría de los médicos ahora piensa que la radiación externa, la prostatectomía radical y la braquiterapia (implantes radiactivos) tienen las mismas tasas de curación en las etapas más tempranas del cáncer de próstata. La probabilidad de curarse depende de factores tales como el nivel de PSA, la etapa de su cáncer y su puntuación de Gleason. Sin embargo, los posibles efectos secundarios de estas formas de tratamiento (descritas anteriormente) son un poco diferentes.

Frecuentemente es difícil tomar esta complicada decisión por sí mismo. Necesita hablar con su familia y amigos y además considerar obtener más de una opinión médica. Es natural que los especialistas en cirugía, como los urólogos, recomienden la cirugía, y que los oncólogos radiólogos recomienden la radiación. Los médicos de atención primaria pueden ayudarle a seleccionar el tratamiento que sea mejor para usted.

Tal vez encuentre de utilidad hablar con personas que se han enfrentado o que se están enfrentando al mismo problema. El programa De Hombre a Hombre (Man to Man) de la Sociedad Americana del Cáncer, y los programas similares patrocinados por otras organizaciones, proporcionan un foro para reunirse y discutir éstos y otros temas relacionados con el cáncer. Si desea más información sobre nuestros programas, llame a la línea telefónica gratuita 1-800-ACS-2345 (1-800-227-2345) o visite nuestra página en Internet: www.cancer.org.

Tratamiento del cáncer de la próstata según la etapa

En la sección "¿Cómo se clasifica por etapas el cáncer de la próstata?" se explica cómo se usan las categorías T, N y M para clasificar el cáncer por etapas. La etapa del cáncer es uno de los factores más importantes para decidir la mejor manera de tratar el cáncer de la próstata.

A continuación se describen los tratamientos que pudieran ser opciones para los hombres con cáncer de la próstata diagnosticado en una etapa específica. Sin embargo, recuerde que otros factores, tales como la edad, expectativa de vida, y riesgo de cáncer recurrente después del tratamiento (basado en factores como la puntuación de Gleason y el nivel de PSA) también tienen que considerarse cuando se analizan las opciones de tratamiento.

Etapa I: estos cánceres de la próstata son pequeños y tienen bajas puntuaciones de Gleason. Generalmente crecen muy lentamente, y puede que nunca causen ningún síntoma ni otros problemas médicos.

Para aquellos hombres que no presentan ningún síntoma de cáncer de la próstata y que tienen edad avanzada u otros problemas médicos graves, la espera en observación y la radioterapia (radiación externa o braquiterapia) son opciones razonables.

Los hombres jóvenes y que disfrutan de una buena salud pudieran considerar la espera en observación, la prostatectomía radical o la radioterapia (radiación externa o braquiterapia).

Etapa II: en comparación con los cánceres de la próstata en etapa I, los cánceres en etapa II que no son tratados con cirugía o radiación tienen con el pasar del tiempo más probabilidades de propagarse más allá de la próstata y causar síntomas.

Al igual que con los cánceres en etapa I, la espera en observación con la supervisión del nivel de PSA es frecuentemente una buena opción para los hombres cuyo cáncer no les produce ningún síntoma y quienes están en edad avanzada o tienen otros problemas médicos graves. La prostatectomía radical y la radioterapia (radiación externa o braquiterapia) también pudieran ser opciones apropiadas.

Las opciones de tratamiento para los hombres más jóvenes y que de otra manera se encuentran sanos incluyen:

    ·
  • Prostatectomía radical (frecuentemente acompañada de la extirpación de los ganglios linfáticos pélvicos y algunas veces precedida por la terapia hormonal ·
  • Radioterapia externa solamente* ·
  • Braquiterapia solamente* ·
  • Braquiterapia y radioterapia externa combinadas* ·
  • Criocirugía (que en comparación con la cirugía o la radiación es mucho menos conocida respecto a su eficacia a largo plazo)

*todas las opciones de radiación pueden ir acompañadas de tres a seis meses de terapia hormonal.

Etapa III: los cánceres en etapa III se han propagado más allá de la glándula prostática, pero no ha alcanzado la vejiga, el recto, los ganglios linfáticos u órganos distantes. Pudiera ser menos probable que los tratamientos curativos, tales como la cirugía y la radioterapia, sean eficaces, aunque siguen siendo opciones. Las opciones de tratamiento en esta etapa pudieran incluir: · Radiación externa más terapia hormonal · Terapia hormonal solamente · Prostatectomía radical en selectos casos, sin preservación de los nervios (frecuentemente con la extirpación de los ganglios linfáticos de la pelvis y algunas veces precedida por la terapia hormonal) · Espera en observación para los hombres de edad avanzada cuyo cáncer no les causa síntomas o para aquellos hombres que tienen otras enfermedades más graves

Etapa IV: los cánceres en etapa IV ya se han propagado a la vejiga, el recto, los ganglios linfáticos o a los órganos distantes, tales como los huesos. Estos cánceres usualmente no se consideran curables.

Las opciones de tratamiento incluyen:

    ·
  • Terapia hormonal ·
  • Radioterapia externa junto con terapia hormonal (en selectos casos) ·
  • Cirugía (TURP) para aliviar los síntomas tales como sangrado u obstrucción urinaria ·
  • La espera en observación para los hombres de edad avanzada cuyo cáncer no les causa síntomas o para aquellos hombres que tienen otras enfermedades graves

Si los síntomas no se alivian con los tratamientos convencionales, y el cáncer continúa creciendo y extendiéndose, se puede considerar la quimioterapia como una opción. Es posible que también desee considerar la participación en un estudio clínico. El tratamiento de cáncer de la próstata en etapa IV también pudiera incluir tratamientos para aliviar los síntomas (paliativos), por ejemplo el dolor de los huesos.

Cáncer recurrente de la próstata: si el nivel de PSA indica que el cáncer de la próstata no ha sido curado o ha regresado (recurrencia) después del tratamiento inicial, el tratamiento de seguimiento dependerá de si se cree que el cáncer está localizado y qué otros tratamientos ya se hayan administrado. (Usualmente, el mismo tipo de tratamiento no es una opción. Por ejemplo, los hombres que ya recibieron radioterapia, no pueden recibir radiación otra vez.)

Si se sigue creyendo que el cáncer está localizado a un área de la próstata, pudiera ser posible un segundo intento de terapia curativa. En caso de que se haya hecho una prostatectomía radical, pudiera ser útil administrar radioterapia. Si su tratamiento inicial fue radiación, la prostatectomía radical puede aún ser una opción en ciertos casos, aunque conlleva un alto riesgo de que se presenten posibles efectos secundarios. La criocirugía también puede ser una opción si el cáncer continúa localizado.

Si el cáncer se ha propagado a otras partes del cuerpo, es posible que la terapia hormonal sea el tratamiento más eficaz. Puede administrarse radiación (externa o radiofarmaceúticos) u otros tratamientos (medicamentos tales como bifosfonatos) para aliviar los síntomas del dolor de huesos. Se puede considerar la quimioterapia u otros tratamientos que se están investigando en estudios clínicos.

Cáncer de la próstata hormona-refractario (HRPC, por sus siglas en inglés):

el cáncer que ya no está respondiendo a la terapia hormonal, tal como los análogos de la LHRH o a los antiandrógenos se considera "cáncer hormono-refractario", el cual puede ser difícil de tratar. Otros medicamentos que afectan los niveles hormonales, tales como ketoconazol, megestrol, o diethylstilbestrol (DES) son algunas veces eficaces.

En el pasado se creía que la quimioterapia no era eficaz contra el cáncer de la próstata. Sin embargo, en años recientes esta idea ha sido retada. Varios medicamentos de quimioterapia han demostrado que reducen los niveles de PSA y mejoran la calidad de vida. Los estudios recientes de los regímenes de quimioterapia que incluyen el medicamento docetaxel han demostrado que también pueden mejorar la supervivencia por varios meses.

Los bifosfonatos parecen ser útiles para muchos hombres, cuyos cánceres se han propagado a los huesos, reduciendo el dolor e incluso haciendo que el crecimiento del cáncer sea más lento en muchos casos. También hay otros medicamentos y técnicas disponibles para mantener bajo control el dolor y otros síntomas.

Existen varios agentes nuevos y prometedores que se están probando actualmente contra el cáncer de la próstata, incluyendo vacunas, anticuerpos monoclonales y agentes de diferenciación. Debido a que la capacidad de tratar el cáncer de la próstata hormono-refractario continúa siendo en gran medida insatisfactoria, se exhorta a los hombres a participar en estudios clínicos para explorar estas opciones.

¿Qué debe preguntarle a su médico sobre el cáncer de la próstata?

Es importante que tenga una discusión sincera y franca con su equipo de atención del cáncer. Ellos desean contestar todas sus preguntas, no importa lo insignificantes que le puedan parecer. Por ejemplo, considere hacer estas preguntas:

    ·
  • ¿Cuál es la probabilidad de que el cáncer se haya propagado fuera de la próstata? Si es así, ¿es aún curable? ·
  • ¿Cuáles pruebas adicionales me recomienda y por qué? ·
  • ¿Cuál es la etapa clínica y la puntuación de Gleason (grado) de mi cáncer? ¿Qué significan en mi caso? ·
  • ¿Cuál es mi tasa de supervivencia esperada según la etapa clínica, grado y varias opciones de tratamiento? ·
  • ¿Debo considerar la espera en observación como una opción? ¿Por qué o por qué no? ·
  • ¿Recomienda una prostatectomía radical o radiación? ¿Por qué sí o por qué no? ·
  • Si recomienda una prostatectomía radical, ¿se hará con la preservación de nervios? ·
  • ¿Qué otro tratamiento o tratamientos pueden ser apropiados para mí? ¿Por qué? ·
  • Entre estos tratamientos, ¿cuáles son los riesgos o efectos secundarios que debo esperar? ·
  • ¿Cuáles son las probabilidades de que tenga problemas de incontinencia o de impotencia? ·
  • ¿Cuáles son las probabilidades de que tenga otros problemas urinarios o rectales? ·
  • ¿Cuáles son las probabilidades de recurrencia de mi cáncer con los programas de tratamiento que hemos discutido? ·
  • ¿Debo hacer una dieta especial?

Además de estas preguntas de ejemplo, asegúrese de anotar otras que pueda tener. Por ejemplo, es posible que desee preguntar sobre los tiempos de recuperación para que pueda planear su programa de trabajo. Si es joven, tal vez desee discutir sus planes para tener hijos, si existe la posibilidad de que se vuelva impotente o estéril. Tal vez también desee preguntar acerca de segundas opiniones o sobre los estudios clínicos para los cuales puede calificar.

¿Qué sucederá después del tratamiento del cáncer de la próstata?

Después del tratamiento del cáncer de la próstata, su médico querrá observarle muy cuidadosamente para vigilar si su cáncer recurre o se propaga más. Sus médicos también deben preparar un plan de seguimiento. Este plan usualmente incluye visitas regulares al médico, pruebas sanguíneas de PSA y exámenes digitales del recto. También se pueden hacer gammagrafías óseas u otros estudios por imágenes, dependiendo de su condición médica. Todos los síntomas o efectos secundarios nuevos pueden evaluarse y tratarse.

El cáncer de la próstata puede reaparecer muchos años después del tratamiento inicial, por lo que es importante seguir regularmente las visitas al médico e informar cualquier síntoma nuevo (como dolor en los huesos o problemas urinarios.) Si el cáncer de la próstata regresa, sus opciones de tratamiento dependerán del lugar donde se cree está el cáncer y qué tipos de tratamiento ya usted recibió. Para más información, vea la sección “¿Cómo se trata el cáncer de la próstata?”

Es posible que pueda acelerar su recuperación y mejorar la calidad de su vida si aprende cómo detectar los efectos secundarios del tratamiento y les informa inmediatamente a los miembros de su equipo de atención del cáncer, para que ellos puedan tomar las medidas necesarias a fin de minimizarlos y reducir su duración.

Recuerde que su cuerpo es único, al igual que su personalidad y sus huellas dactilares. Aunque el entendimiento de la etapa de su cáncer y el conocimiento de la eficacia de las opciones de tratamiento pueden ayudarle a predecir los problemas de salud a los que se puede enfrentar, nadie puede decir con precisión cómo responderá al cáncer o a su tratamiento.

Es posible que tenga fortalezas especiales, tales como antecedentes excelentes de nutrición y de actividad física, un sólido sistema de apoyo familiar o una fe profunda, y estas fortalezas pueden marcar la diferencia en la forma como responda al cáncer. También existen algunos profesionales con experiencia en servicios de salud mental, servicios de trabajo social y servicios pastorales que pueden ayudarle a enfrentarse a su enfermedad.

También puede ayudar en su propia recuperación del cáncer tomando decisiones saludables sobre su estilo de vida. Si usa tabaco, es la hora de renunciar a él. Si deja de fumar mejorará su salud general y la recuperación total de su sentido del olfato puede ayudarle a disfrutar una dieta saludable durante su recuperación. Si bebe alcohol, limite la cantidad que ingiere. No beba más de uno o dos tragos al día. Una buena nutrición puede ayudarle a sentirse mejor después del tratamiento. Adopte una dieta nutritiva y bien equilibrada, con suficientes frutas, vegetales y alimentos de granos integrales.

Si está recibiendo tratamiento contra el cáncer, esté consciente de la lucha que se está llevando a cabo en su cuerpo. El tratamiento contribuye al cansancio causado por la enfermedad misma. Ofrézcale a su cuerpo todo el descanso que necesita, para que se sienta mejor en el transcurso del tiempo. Haga ejercicio una vez que se sienta lo suficientemente descansado. Pregúntele a su equipo de atención del cáncer si su cáncer o sus tratamientos limitarán su programa de ejercicios u otras actividades. Es importante que su concentración en las pruebas y tratamientos, y los aspectos físicos de la recuperación, no le impidan también atender su salud emocional, psicológica y espiritual.

Frecuentemente, las preocupaciones sobre la sexualidad son muy inquietantes para los hombres con cáncer de próstata. Es importante recordar que algunos tratamientos del cáncer de próstata pueden afectar negativamente el interés o la respuesta sexual. Los aspectos relacionados con la pareja también son importantes, ya que tienen mucho efecto, tanto en la pareja como en el paciente. Las parejas usualmente se preocupan sobre cómo expresar su amor física y emocionalmente durante y después del tratamiento. Las sugerencias que pueden ayudar a un hombre a enfrentarse a estos cambios en su cuerpo incluyen buscar la ayuda de otras personas, de preferencia antes de la cirugía; la participación de la pareja, tan pronto como sea posible después de la cirugía; y la comunicación franca de los sentimientos, necesidades y deseos.

Un diagnóstico de cáncer y su tratamiento son retos importantes en la vida de una persona, y causan un impacto en todos sus seres queridos. Antes de que llegue a un punto en el que se sienta abrumado, considere asistir a las reuniones de un grupo local de apoyo. Si necesita asistencia individual de alguna otra manera, comuníquese con nosotros (1-800-ACS-2345) o con el departamento de servicios sociales de su hospital y solicite ayuda para comunicarse con consejeros o para obtener otros servicios.

¿Qué hay de nuevo en las investigaciones y el tratamiento del cáncer de la próstata?

Genética

Las nuevas investigaciones de los genes relacionados con el cáncer de la próstata ayudan a los científicos a entender mejor cómo se origina el cáncer de la próstata. Se espera que los estudios adicionales sobre estos genes proporcionen respuestas sobre los cambios químicos que originan el cáncer de la próstata. Esto podría permitir la creación de medicamentos para revertir estos cambios. Las pruebas para detectar genes anormales relacionados con el cáncer de la próstata también podrían ayudar a identificar a los hombres con alto riesgo, los cuales se podrían beneficiar de pruebas de detección más intensivas o de estudios de quimioprevención.

Un desarrollo nuevo y fascinante en la investigación genética consiste en el uso de una técnica, conocida en inglés como "DNA microarray technology", que le permite a los científicos estudiar miles de genes al mismo tiempo. A través de esta técnica, los investigadores han identificado varios genes que ahora se cree desempeñan un papel en el cáncer de la próstata. Con el tiempo, se pudieran ofrecer pruebas de detección para el cáncer de la próstata más precisas que la prueba de sangre del PSA que se usa actualmente.

Uno de los mayores problemas que enfrentan actualmente los médicos y sus pacientes con cáncer de la próstata consiste en determinar cuáles cánceres tienen probabilidad de permanecer confinados en la glándula, y cuáles tienen más probabilidad de crecer y propagarse (para los que se necesitaría tratamiento). El producto de un gen identificado por la técnica "DNA microarray technology", conocido como EZH2, aparece con más frecuencia en los cánceres de la próstata avanzados que en aquellos cánceres en etapa inicial. Los investigadores están tratando de determinar si la presencia del producto de este gen indica que el cáncer es más agresivo. Con el tiempo, esto pudiera ayudar a distinguir a los hombres que necesitan tratamiento de aquellos que pudieran estar mejor optando por la observación y espera.

Prevención

Los investigadores continúan buscando alimentos que puedan aumentar o disminuir el riesgo de cáncer de la próstata. Los científicos han encontrado algunas sustancias (licopenos) en los tomates y en los frijoles de soya (isoflavones) que pudieran prevenir el cáncer de la próstata. Actualmente se llevan a cabo estudios para examinar más de cerca los posibles efectos de estos componentes. Además, los científicos están tratando de formar compuestos relacionados que sean aún más potentes y que se puedan usar como suplementos dietéticos.

Algunos estudios indican que ciertos suplementos vitamínicos y minerales (como la vitamina E y el selenio) pueden reducir el riesgo de cáncer de la próstata. Un estudio a gran escala sobre este tema, llamado "Selenium and Vitamin E Cancer Prevention Trial (SELECT) se encuentra en progreso.

Los científicos también están probando ciertas medicinas hormonales como una forma de reducir el riesgo de contraer cáncer de la próstata. La finasterida (Proscar) y dutasteride (Avodart) son medicamentos que disminuyen en el cuerpo los niveles de un andrógeno potente llamado DHT. Ambos medicamentos ya se usan para tratar la hiperplasia prostática benigna (BPH), y se están realizando estudios clínicos en los que se evalúa si estos medicamentos pueden ayudar a prevenir el cáncer de la próstata. Los resultados de uno de estos estudios, el Prostate Cancer Prevention Trial, fue recientemente informado y se discute anteriormente en la sección "Se puede prevenir el cáncer de la próstata"?

Detección temprana

Prueba rápida de PSA: un avance reciente que pudiera tener implicaciones prácticas para los hombres y sus médicos consiste en el desarrollo de una prueba rápida de PSA. Mientras las muestras de la prueba de PSA convencional son enviadas a un laboratorio y se requiere de varios días para obtener los resultados, esta prueba automática puede ser hecha en la oficina del médico y sus resultados están disponibles en aproximadamente 15 minutos. Actualmente, esta prueba sólo se usa para monitorear los niveles de PSA en los hombres que ya han sido tratados contra el cáncer de la próstata, pero puede usarse en el futuro como prueba de detección.

PSA complejo:una de las desventajas principales de una prueba de sangre PSA consiste en que puede producir resultados falsos. Por lo tanto, los investigadores están buscando maneras para hacer esta prueba más precisa. Como se describió en la sección “¿Se puede detectar el cáncer de la próstata en sus etapas iniciales?”, una de las maneras para hacer esto consiste en medir primero el total de PSA y luego determinar el PSA “libre” si el total está dentro del límite (entre 4 y 10). Sin embargo, esto requiere de dos pruebas. La otra opción pudiese consistir en medir el PSA “complejo” (la porción de PSA que no está “libre”) en lugar de medir primero el total de PSA. Esta prueba por sí sola pudiera ofrecer la misma cantidad de información que las otras dos por separado. Actualmente se llevan a cabo estudios para determinar si esta prueba provee el mismo nivel de precisión.

Diagnóstico Los médicos que realizan biopsias de la próstata a menudo confían en la ecografía transrectal (TRUS), la cual crea imágenes blancas y negras de la próstata usando ondas de sonido, para saber de dónde tomar las muestras. Sin embargo, la ecografía convencional pudiera no detectar algunas áreas que contienen cáncer. Una técnica bastante nueva, conocida como ecografía Doppler a color, mide el flujo sanguíneo dentro de la glándula. (A menudo los tumores tienen más vasos sanguíneos alrededor que el tejido normal.) Esta técnica pudiera tomar biopsias más precisas de la próstata ya que ayuda a asegurar que se obtengan muestras de la parte correcta de la glándula. Una técnica igualmente nueva pudiera mejorar aún más la ecografía Doppler a color. Ésta primero requiere que se le inyecte al paciente un agente de contraste que contiene microburbujas. Se han informado resultados prometedores, aunque se necesitarán más estudios antes de que se use comúnmente.

Clasificación por etapas La clasificación por etapas desempeña un papel clave en determinar a cuáles opciones de tratamiento un hombre pudiera ser elegible. No obstante, los estudios por imágenes para el cáncer de la próstata, tales como CT y MRI, no pueden detectar todos los cánceres, especialmente en áreas pequeñas de cáncer en los ganglios linfáticos. Una técnica nueva, llamada MRI mejorado, pudiera ayudar a encontrar los ganglios linfáticos que contienen cáncer. Primero, a los pacientes se les hace un MRI convencional, y luego se les inyecta con partículas magnéticas diminutas, y se les hace otro MRI el próximo día. Las diferencias entre los dos MRI identifican las posibles células cancerosas en los ganglios linfáticos. Los resultados preliminares de esta técnica son prometedores, aunque se necesitarán más estudios antes de que se pueda usar ampliamente.

Tratamiento

Cirugía: si se tienen que extirpar los nervios que controlan las erecciones (los cuales están en cualquiera de los lados de la próstata) durante la operación, el hombre quedará impotente. Hoy día, algunos médicos están explorando el uso de injerto del nervio sural para tratar de restaurar la potencia si los nervios originales tienen que ser extirpados. Este método, realizado al mismo tiempo que la prostatectomía radical, conlleva el reemplazo de los nervios originales con pequeños nervios que se toman del lado de un pie. Esta técnica sigue considerándose experimental, y no todos los médicos están de acuerdo con su utilidad. Por lo tanto, se están realizando más estudios sobre esta técnica.

Como se mencionó en la sección “¿Cómo se trata el cáncer de la próstata?”, una innovación quirúrgica bastante reciente es la prostatectomía radical laparoscópica (LRP). En esta técnica, se hacen varias incisiones diminutas en el abdomen, por las cuales se insertan instrumentos especiales miniaturizados para observar, cortar y extirpar la próstata.

La prostatectomía laparoscópica tiene sus ventajas sobre la prostatectomía radical histórica abierta, incluyendo menos pérdida de sangre y dolor, y estadías más breves en el hospital y períodos de recuperación más cortos (usualmente no más de un día.) La LRP es una operación que es técnicamente compleja. Cuando es hecha por médicos con experiencia en el procedimiento, la LRP es tan eficaz como la prostatectomía radical abierta y no toma más tiempo. Debido a que la LRP está asociada con iluminación superior y gran magnificación, se asocia con una mayor precisión y control en comparación con la prostatectomía radical abierta.

Un método de preservación de los nervios es posible con la LRP, aumentando la probabilidad de potencia después de la operación. Los estudios preliminares reportan que las tasas de efectos secundarios de la LRP parecen ser casi las mismas que las de la prostatectomía abierta.

Algunos cirujanos hacen la LRP a distancia e indirectamente mediante el uso de una interface robótica. Para el paciente, no hay diferencia entre la LRP a distancia y la directa. La elección de la LRP directa o a distancia/indirecta refleja la preferencia de herramientas del cirujano, como el uso de aguja o máquina de coser pudiese reflejar las preferencias de una costurera. Mucho más que la elección de instrumentos, el factor que más determina el éxito clínico es la experiencia, el compromiso y la atención del cirujano.

La LRP ha sido usada en los Estados Unidos desde 1999 y se ha hecho en centros comunitarios y universitarios. Debido a que sigue siendo relativamente una técnica nueva, los resultados de los estudios a largo plazo no están disponibles. Sin embargo, en realidad no es un tratamiento nuevo, sino una encarnación moderna del tratamiento más antiguo contra el cáncer de la próstata: prostatectomía radical.

Si usted está considerando la LRP como tratamiento, es importante entender lo que se conoce y lo que todavía se desconoce sobre este método. Si decide que la LRP es el tratamiento apropiado para usted, asegúrese de encontrar un cirujano que tenga una vasta experiencia con este procedimiento.

Radioterapia: como se describió en la sección “¿Cómo se trata el cáncer de la próstata?”, los avances tecnológicos están haciendo posible que la radiación se dirija con más precisión que en el pasado. Las técnicas que actualmente se usan, como la radiación conformal (CRT) y la radioterapia de intensidad modulada (IMRT) le permite a los médicos tratar solamente la glándula de la próstata y tratar al máximo de evitar la radiación a los tejidos normales. Se espera que esto aumente la eficacia de la radiación y reduzca sus efectos secundarios. Se están realizando algunos estudios para determinar cuáles técnicas de radiación son más adecuadas para categorías específicas de pacientes con cáncer de la próstata.

La tecnología está logrando que otras formas de radioterapia también sean más eficaces. Los programas nuevos de computadora permiten a los médicos planear mejor las dosis de radiación y los métodos de tanto la radiación externa como la braquiterapia. La planificación de la braquiterapia hoy día se puede hacer incluso durante el procedimiento (intraoperatoriamente).

Tratamientos nuevos para la enfermedad localizada:los investigadores están estudiando nuevas formas de tratar el cáncer de la próstata que se encuentra en etapas iniciales, ya sea como tratamiento primario o para ser usado después de la radioterapia si se cree que no ofreció buenos resultados.

Un tratamiento prometedor conocido como ultrasonido de alta intensidad (HIFU, por sus siglas en inglés) destruye las células cancerosas al realizar un calentamiento intenso con rayos ultrasónicos. Aunque se ha estado usando más en Europa, todavía no se usa en los Estados Unidos. Se están realizando estudios para determinar la seguridad y efectividad de este método.

En otra forma de terapia experimental se implantan varillas de metal dentro de la próstata y luego se coloca al paciente en un campo magnético alterno. Esto calienta las varillas y destruye el tejido que les rodea. Sin embargo, los estudios de esta técnica se encuentran en sus etapas iniciales.

Terapia hormonal: se están creando nuevos medicamentos para bloquear los efectos de las hormonas masculinas y prevenir el crecimiento del cáncer de la próstata. También se están llevando a cabo algunos estudios para identificar la combinación más eficaz de los tratamientos hormonales actuales y para determinar el valor del uso de la terapia hormonal antes o después de la radioterapia o la cirugía. También se están realizando algunos estudios sobre la terapia hormonal intermitente.

En varios países se ha estado usando una nueva forma de terapia hormonal: el uso en altas dosis de bicalutamida. Este medicamento es un antiandrógeno que en los Estados Unidos usualmente se administra (junto con un análogo de LHRH) en dosis de 50 mg/día. En algunos estudios recientes se demostró que cuando la bicalutamida se administra en dosis de 150 mg/día es casi tan eficaz como el bloqueo total de andrógenos para controlar el cáncer avanzado de la próstata. Este medicamento se administra por la boca y pudiera tener menos efectos secundarios que la terapia hormonal tradicional.

Quimioterapia: los estudios realizados recientemente indican que muchos medicamentos quimioterapéuticos pueden afectar el cáncer de la próstata, y por lo menos uno ha demostrado ayudar a los hombres a vivir por más tiempo. Actualmente se están estudiando varios medicamentos quimioterapéuticos nuevos y combinaciones de medicamentos.

Una forma de vitamina D, llamada calcitriol, recientemente ha mostrado resultados prometedores cuando se combina con el medicamento quimioterapéutico docetaxel (Taxotere). Los hombres que reciben la combinación parecen estar mejor en otros estudios que los hombres que sólo reciben "docetaxel". Un estudio clínico a gran escala se está llevando a cabo para comparar el tratamiento de la combinación de calcitriol y docetaxel con el tratamiento en el que se usa docetaxel solamente.

El atrasentán y la exisulinda son dos complejos prometedores que funcionan de forma un poco diferente a la quimioterapia convencional y que parecen tener cierto efecto contra el cáncer de la próstata. En algunos estudios clínicos se están estudiando éstos y otros agentes nuevos.

Terapia de vacunación contra el cáncer de la próstata: se están probando en estudios clínicos varios tipos de vacunas para estimular la respuesta inmunológica del cuerpo ante las células cancerosas de la próstata. En una técnica, se extraen las células dendríticas (células del sistema inmunológico) de la sangre del paciente y se exponen a un componente de las células cancerosas de la próstata llamado antígeno de membrana prostático específico (PSMA). Estas células luego se regresan al cuerpo donde ellas inducen a otras células del sistema inmunológico a atacar el cáncer de la próstata del paciente.

Otras vacunas contra el cáncer de la próstata utilizan virus genéticamente modificados que contienen antígeno prostático específico. (PSA). Al paciente se le inyecta el virus, y su sistema inmunológico responde al virus y también se sensibiliza a las células cancerosas que contienen PSA y las destruye.

En este momento, todavía no se han probado completamente las vacunas contra el cáncer de la próstata, y sólo están disponibles en estudios clínicos.

Inhibidores de la angiogénesis:el crecimiento del cáncer de la próstata depende del crecimiento de los vasos sanguíneos (angiogénesis) que nutren las células cancerosas. El análisis de la angiogénesis en las muestras de cáncer de la próstata puede ayudar a establecer el pronóstico. Los cánceres que estimulan el crecimiento de muchos vasos nuevos son los que tienen la peor expectativa. Se están estudiando nuevos medicamentos que pueden ser útiles para detener el crecimiento del cáncer de la próstata al evitar la formación de nuevos vasos sanguíneos. Ya se están probando en ciertos estudios clínicos algunos medicamentos antiangiogénicos, como la talidomida.

Tratamiento del dolor en los huesos: los médicos actualmente están estudiando el uso de ablación por radiofrecuencia (RFA) para ayudar a controlar el dolor en los hombres cuyo cáncer de la próstata se ha propagado a una o más áreas en los huesos. Durante la RFA, el médico usa la tomografía computarizada (CT) o la ecografía para guiar una pequeña sonda de metal dentro del área del tumor. Una corriente de alta frecuencia pasa a través de la sonda, calienta y destruye el tumor. Aunque la RFA se ha estado usando por muchos años para tratar los tumores en otros órganos, tales como el hígado, su uso para tratar el dolor en los huesos sigue siendo relativamente nuevo.

Revised 10-15-04

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