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Servicio Noticioso desde Washington

16/01/2002

ESTADOS UNIDOS EXPLORARÁ ACUERDO DE LIBRE COMERCIO CON CENTROAMÉRICA

(Presidente dice también que Estados Unidos apoyará ayuda a Argentina) (2220)

El presidente Bush anunció que su administración explorará un acuerdo de libre comercio con América Central, como paso hacia la culminación de la propuesta Area de Libre Comercio de las Américas.

En un discurso que pronunció el 16 de enero en la conferencia de tres días de duración de los Consejos de Asuntos Mundiales, Bush discutió también las dificultades económicas de Argentina.

A continuación una traducción extraoficial del discurso de Bush, tal como fue preparado para su lectura, en la conferencia que se realiza en la sede de la Organización de los Estados Americanos en Washington:

(comienza el texto)

LA CASA BLANCA
Oficina del Secretario de Prensa
16 de enero de 2002

Palabras del presidente a los Consejos de Asuntos Mundiales, tal como fueron preparadas para su lectura:

Gracias por su cálida acogida. Es un placer ser parte de esta reunión. Agradezco a los Consejos de Asuntos Mundiales por promover el interés de la ciudadanía en los asuntos mundiales -- especialmente un interés en nuestro hemisferio y la importancia que tiene para nuestro país.

En septiembre del año pasado le di la bienvenida en la Casa Blanca a mi amigo el presidente de México. Uno junto a otro en el Prado Sur, el presidente Fox y yo hablamos de construir un hemisferio de libertad, prosperidad y progreso. Eso fue cinco días antes de que los terroristas atacaran la paz y la seguridad del mundo, asesinando a millares de ciudadanos de más de 80 naciones, entre ellas casi todas las naciones de este hemisferio.

Desde los ataques, Estados Unidos ha sido objeto de la simpatía y el apoyo de nuestros vecinos y amigos. He estado en estrecho contacto con líderes democráticos como el primer ministro Chretien, el presidente Fox, el presidente Cardoso, el presidente Lagos y el presidente Toledo. Y los líderes democráticos de todas las Américas han ofrecido ayuda, sabiduría, amistad y hasta mantenedores de la paz, y me siento profundamente agradecido.

Las naciones del Hemisferio Occidental están firmes: nos negamos a vivir en el temor, de modo que lucharemos contra el terrorismo dondequiera que se encuentre. Y nos hemos comprometido a construir un hemisferio próspero, libre y democrático. Nada nos distraerá, y nada nos desalentará de completar esta gran tarea.

Pero nos reunimos en un momento en que algunos ponen en tela de juicio el camino hacia la prosperidad. Algunos se preguntan si las reformas del mercado libre son demasiado dolorosas como para continuarlas. Algunos cuestionan la equidad del comercio libre y abierto, aferrándose al consuelo fácil del proteccionismo. Y hay un peligro aún mayor, que algunos puedan llegar a dudar de la misma democracia.

Nuestra respuesta a todas estas preguntas y dudas debe ser clara y constante: las esperanzas de todos nuestros pueblos -- desde los que viven en las barriadas empobrecidas de Río o Caracas... hasta los trabajadores migrantes de California... hasta los jubilados de Buenos Aires -- se fundan en una mayor libertad. Los mercados libres y comercio abierto son las mejores armas contra la pobreza, la enfermedad y la tiranía. Y la democracia es la demanda no negociable de la dignidad humana.

El futuro de este hemisferio depende de la fortaleza de tres compromisos: democracia, seguridad y desarrollo basado en el mercado. Estos compromisos son inseparables, y ninguno se logrará con medidas a medias. Este camino no es siempre fácil, pero es la única ruta a la estabilidad y la prosperidad para todos los pueblos de este hemisferio.

Nuestro primer compromiso es con la democracia y la libertad política. Esto lo afirma la Carta Democrática de las Américas, que sostiene que sólo las democracias pueden ser parte de nuestro sistema interamericano. Y estos gobiernos no pueden ser democráticos sólo de nombre. Los ciudadanos y las empresas deben saber que la alcaldía está libre de sobornos, amiguismo y todas las formas de corrupción. Estas viejas actitudes y hábitos son una forma de robo -- le roban al pueblo su dinero, su confianza y sus esperanzas de una vida mejor. Para que lleguen la libertad y la prosperidad, la corrupción debe irse. La libertad -- la libertad de votar, hablar, practicar su religión y ser propietario, es la gran idea de nuestra época y de todas las épocas. Y al construir gobiernos que son más honrados y justos, haremos que la libertad tenga más sentido para todos nuestros ciudadanos.

Nuestro segundo compromiso es con la seguridad: la seguridad contra los actos de terrorismo. Seguridad contra la violencia ilegal de los carteles de la droga y sus cómplices. Nuestros ciudadanos deben saber que pueden ejercer sus libertades en seguridad y paz.

Esa es, por ejemplo, la razón por la cual Estados Unidos, Canadá y México cooperan de maneras sin precedentes para construir "fronteras inteligentes" para el siglo XXI, que garanticen la seguridad de la gente y el comercio comunes y corrientes, pero dejen fuera el terrorismo y las drogas.

Esa es también la razón por la que Estados Unidos sigue comprometido a ayudar a naciones como Colombia a defender su democracia.

Colombia y las naciones andinas fortalecen la aplicación de la ley, reducen los cultivos ilegales y amplían las oportunidades de hacer negocios legítimos como alternativas al cultivo y el tráfico de drogas. El Congreso de Estados Unidos y yo aprobamos recientemente 625 millones de dólares para apoyar estos esfuerzos. Norteamérica ayudará a todas las naciones de la región a detener el suministro de drogas. Y, lo que es igualmente importante, ayudaremos a las naciones de la región reduciendo la demanda de drogas en nuestro país.

Nuestro tercer compromiso es con las economías crecientes y estables, donde los beneficios del crecimiento se comparten ampliamente; economías donde los dueños de pequeñas empresas, agricultores, trabajadores e inversionistas pueden todos ellos construir y conseguir su propia prosperidad. Debemos promover políticas que recompensen, y no que castiguen, el espíritu de empresa, el trabajo y la creatividad. Entendemos que el desarrollo sostenido depende de las economías basadas en el mercado, políticas monetarias y fiscales sólidas y un comercio más libre entre nuestras naciones.

Los acontecimientos recientes ocurridos en Argentina no cambian en nada esta realidad. Norteamérica se siente hondamente preocupada por las dificultades que encaran nuestra aliada y amiga Argentina y su gran pueblo. Compartimos vínculos de comercio, cultura y familia. Y Norteamérica confía en que Argentina superará estas perturbaciones. Fue una señal alentadora que el presidente Duhalde, al asumir su cargo, expresara un deseo de ir en busca de un Area de Libre Comercio de las Américas.

Argentina -- y las naciones de todo nuestro hemisferio -- necesitan fortalecer nuestro compromiso con la reforma basada en el mercado, no debilitarlo. Los atajos a la reforma sólo conducen a más problemas. Las medidas a medias no reducirán a la mitad el sufrimiento, sólo lo prolongarán.

Estados Unidos está preparado para ayudar a Argentina a capear esta tormenta. Una vez que Argentina se haya comprometido a seguir un plan económico sólido y sostenible, apoyaremos la ayuda a Argentina a través de las instituciones financieras internacionales. Esta ayuda puede mitigar el impacto de la crisis en las vidas del pueblo argentino, al acelerar el retorno del crecimiento y la prosperidad.

El éxito de la economía mundial les corresponde a los países que mantienen disciplina fiscal, que abren sus fronteras al comercio, que privatizan empresas estatales ineficientes, que eliminan las regulaciones en sus mercados internos y que invierten en la salud y la educación de sus pueblos. Y aquéllos que prometen proteccionismo o seguridad indoloros mediante el estatismo, aseguran un futuro sombrío y estancado.

Los países que se mantienen en el duro camino de la reforma reciben su recompensa. Chile ha reducido a la mitad su tasa de pobreza en la última década, y ha reducido su tasa de mortalidad infantil en casi dos terceras partes desde 1980. México resistió los reveses de mediados de la década de los 90, y su economía ha crecido más de 4 por ciento al año desde 1996. El hincapié que hace Costa Rica en la educación y en atraer la inversión extranjera ha transformado su economía durante la última década. Las exportaciones de productos de computadora de Costa Rica son ahora casi cuatro veces mayores en valor que sus exportaciones de bananas y cerca de ocho veces mayores que sus exportaciones de café.

Mi nación no es ajena a las dificultades de la reforma y la reestructuración. Una generación atrás, nuestro gobierno hizo un experimento equivocado y fallido con los controles de salarios y precios. Más tarde, durante las décadas de los 70 y 80, millones de nuestros trabajadores se vieron desplazados a medida que nuestras industrias se adaptaban a las demandas de una nueva economía mundial. Hemos crecido a través de los dolores de la recesión, la inflación y el desempleo, fortaleciendo nuestro compromiso con los mercados, las políticas monetarias y fiscales sólidas y el libre comercio. En definitiva, cada una de estas lecciones y retos nos hizo más fuertes y más prósperos. A pesar de todas sus pruebas y dificultades, una fe en la libertad nunca, en definitiva, sufre decepciones.

Esta creencia en los mercados se justifica dentro de nuestras fronteras y más allá de ellas. El comercio y la inversión libres producen economías saludables, crecientes, y pueden prestar servicios a la causa de la reforma democrática. Por el éxito del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) sabemos que estos son hechos, no teorías.

Basada en esta convicción, Norteamérica, como lo demostramos en Doha (Qatar), apoya con vigor nuevas negociaciones de comercio mundial.

En esta región, actuamos en varios frentes. Trabajamos para construir un Area de Libre Comercio de las Américas, y estamos decididos a completar esas negociaciones para enero de 2005. Planeamos completar un acuerdo de libre comercio con Chile a principios de este año. Una vez que concluyamos este acuerdo, urjo al Congreso que lo considere con rapidez. Y le pido al Senado que programe una votación, tan pronto como vuelva (de su receso), sobre la renovación y ampliación de la Ley de Preferencia Comercial Andina.

Hoy, anuncio que Estados Unidos explorará un acuerdo de libre comercio con los países de América Central. Mi administración colaborará estrechamente con el Congreso en dirección de ese objetivo. Nuestro propósito es fortalecer los vínculos económicos que ya tenemos con estas naciones... reforzar su avance hacia la reforma económica, política y social, y dar otro paso hacia la culminación del Area de Libre Comercio de las Américas.

Todos estos esfuerzos dependen de una cosa: el Congreso debe aprobar la Autoridad de Promoción Comercial. La Cámara de Representantes ha actuado. En el Senado, la Comisión de Finanzas le ha dado su vigorosa aprobación bipartidista. Ahora es el momento de que el pleno del Senado apruebe la Autoridad de Promoción Comercial, para que yo pueda ponerla a trabajar en beneficio de Norteamérica -- y de todas las Américas.

Los mercados y el comercio, el desarrollo y la democracia, dependen de poblaciones saludables y educadas. Por lo tanto, trabajamos también para llevar mejores cuidados de salud y una mayor alfabetización a las naciones de nuestro hemisferio. El financiamiento estadounidense de los programas de ayuda a la educación básica internacional serán este año 45 por ciento mayores que el año pasado. Y esta primavera se abrirá en Jamaica el primero de nuestros centros regionales de adiestramiento de maestros. Para fines de año, otros centros adicionales operarán en América del Sur y Central.

He pedido al Banco Mundial y a otros bancos de desarrollo que aumenten la porción de sus fondos dedicados a la educación. El Banco Interamericano de Desarrollo, por ejemplo, ha aumentado significativamente su porción el año pasado. Todos los bancos de desarrollo deben seguir avanzando en esta dirección.

He urgido también al Banco Mundial que provea hasta el 50 por ciento de su ayuda a las naciones más pobres del mundo, en forma de donaciones más bien que de préstamos -- donaciones para educación, salud, nutrición, suministro de agua y salubridad.

Con este fin, mi próximo presupuesto incluirá un aumento de cerca de 50 millones de dólares en ayuda a los programas del Banco Mundial que asisten a los países más pobres. Si el banco demuestra que puede usar los fondos para lograr resultados mensurables y avanza hacia las reformas que he propuesto, estoy dispuesto a considerar la solicitud de aumentos superiores a los 100 millones de dólares en cada uno de mis dos presupuestos siguientes. Esto significa que la contribución anual de Estados Unidos a estos programas sería más de 30 por ciento mayor, en tres años, que lo que es ahora.

Este hemisferio sigue un camino de reforma, y nuestras naciones lo recorren juntas. Tenemos una perspectiva -- una asociación de países fuertes, iguales y prósperos, que viven y comercian en libertad. Juntos defenderemos esa perspectiva contra la ilegalidad y la violencia. La afirmaremos contra el estatismo y el proteccionismo. Especialmente en épocas de adversidad, mantendremos nuestra perspectiva, porque libera las posibilidades que tiene cada sociedad y reconoce la dignidad de cada persona. Juntos, construiremos y defenderemos este hemisferio de libertad.

Muchas gracias.

(termina el texto)