En la década de los 90 los mercados financieros han llegado a ser realmente mundiales, acontecimiento que encierra grandes promesas y, a la vez, grandes peligros.

Los países de todo el mundo en desarrollo y el que fuera el bloque comunista han adoptado las políticas occidentales basadas en el mercado. Este cambio ha traído consigo la amplia privatización de bancos y compañías de propiedad estatal, la creación de nuevos mercados de acciones y bonos y la apertura de las economías a todas clases de inversión y capital extranjeros.

Pero las sucesivas y severas crisis financieras que afectaron a países que se creía se desempeñaban bien y que atraían cantidades considerables de capital privado extranjero han arrojado sombras sobre el nuevo sistema financiero mundial. Primero fue la crisis de México en 1994-95, y ahora la de Asia. Las perturbaciones económicas amenazan también a otros países.

Estas crisis sacaron a relucir deficiencias graves en los sistemas financieros de los diferentes países y en la propia arquitectura financiera mundial.

En la reunión cumbre que sostuvieron en Birmingham, Inglaterra, en mayo de 1998 las naciones industrializadas que componen el Grupo de los 7 (G-7), los líderes apelaron a sus ministros de finanzas para que tracen nuevas estrategias con el fin de fortalecer la arquitectura financiera mundial, con particular hincapié en cuatro aspectos: aumentar la transparencia de los datos y condiciones económicos de los diferentes países; ayudar a los diferentes países a prepararse para la afluencia del capital mundial; fortalecer los sistemas financieros nacionales; y asegurar que el sector privado asuma la responsabilidad de sus decisiones cuando surgen las crisis.

Este número de Perspectivas Económicas examina las propuestas de reforma de la arquitectura financiera mundial.

Perspectivas Económicas
Publicación Electrónica de USIS, Vol. 3, No. 4, agosto de 1998