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Estados Unidos ataca pandemia mundial de SIDA

Por Scott Evertz, director en la Casa Blanca de la
Oficina de Política Nacional sobre el SIDA

La administración Bush desarrolla una estrategia multidisciplinaria para abordar el VIH/SIDA a nivel nacional e internacional


En respuesta al reto sin paralelo que plantea la pandemia del VIH/SIDA, el presidente Bush ha hecho un planteamiento innovador e integrado para determinar prioridades y poner en efecto nuestra agenda. Primero, y antes que nada, se coordinará e integrará los temas nacionales e internacionales para presentar un planteamiento integral al problema. Este planteamiento está reflejado médicamente en nuestro compromiso para atacar la enfermedad en forma integrada, por medio de la atención, el tratamiento y la prevención. La administración reconoce que Estados Unidos, para ayudar a sus propios ciudadanos, debe ser parte de una solución global más amplia y que cualquier ataque contra el VIH/SIDA debe ir acompañado del esfuerzo general de parte de los países para mejorar la salud y el bienestar general de sus ciudadanos. Si bien la guerra contra el terrorismo obviamente ocupa mucho de nuestro pensamiento inmediato, la lucha mundial contra el VIH/SIDA sigue siendo una parte importante de la tarea de Estados Unidos, y esa tarea continúa.

Planteamiento de la administración Bush

En abril de 2001, el presidente Bush inició su campaña contra el VIH/SIDA al nombrarme director de la Oficina de Política Nacional sobre el SIDA (ONAP) en la Casa Blanca, y al ampliar nuestro mandato. La misión de la oficina incluye ahora los aspectos de seguridad internacional y nacional que presenta la pandemia, y la coordinación de la política internacional e interna en relación con los esfuerzos norteamericanos para combatir la enfermedad en el exterior. Nuestra oficina es la entidad principal en el gobierno de Estados Unidos encargada de formular, apoyar y coordinar la política sobre el VIH/SIDA.

Para mejorar la coordinación de la lucha internacional y nacional de la administración contra la pandemia del VIH/SIDA, y para poner en efecto nuestra decisión política de que los esfuerzos internacionales y nacionales deben ser integrados, el presidente Bush estableció en mayo de 2001 un grupo de trabajo presidencial para asegurar la respuesta más efectiva de Estados Unidos a la creciente amenaza de la pandemia mundial del VIH/SIDA. El grupo de trabajo es copresidido por el secretario de Estado Colin Powell y el secretario de Salud y Servicios Humanos Tommy Thompson, e incluye representantes de alto nivel de todas las agencias principales de relaciones exteriores e interiores.

El grupo de trabajo tuvo su primera reunión en julio de 2001 en la Casa Blanca. Además de la mayor coordinación provista por el grupo, es una manifestación física de la importancia que esta administración concede al tema. El grupo de trabajo forjará nuevas asociaciones internas que colaborarán con nuestros asociados internacionales en lo que respecta a este tema.

Entre los elementos importantes de nuestra lucha contra el VIH/SIDA figuran nuestras instituciones civiles y los organismos no gubernamentales (ONG). Como parte de este esfuerzo, el presidente Bush mantuvo el Consejo de Asesoramiento Presidencial sobre VIH/SIDA, retuvo a varios de sus integrantes y agregó varios miembros nuevos. El Consejo de Asesoramiento actúa como conducto principal de asesoramiento y de comunicación con todos aquellos de la sociedad estadounidense que están más interesados en el VIH/SIDA y más afectados por el mismo. El consejo nuevamente constituido proveerá también, por primera vez, opiniones e ideas acerca de los aspectos internacionales de nuestra campaña contra el VIH/SIDA, y confiamos en que otros países aprenderán de nuestra experiencia y establecerán mecanismos para asegurar una amplia participación y respaldo públicos en sus propias campañas nacionales para combatir el VIH/SIDA.

Liderazgo de Estados Unidos en el Fondo Mundial para Combatir el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis

En el plano internacional, hemos actuado enérgicamente para utilizar esta nueva estructura para ayudar a emprender la lucha mundial contra el VIH/SIDA. En junio de 2001, la Asamblea General de las Naciones Unidas tuvo una sesión especial para debatir y abordar el problema mundial del VIH/SIDA. Conforme a la iniciativa personal del secretario general Kofi Annan, con fuerte respaldo de Estados Unidos, las naciones del mundo se comprometieron a establecer un mecanismo independiente para recaudar y coordinar la distribución de cantidades masivas de recursos nuevos y existentes para combatir la pandemia en el mundo. Estados Unidos, bajo el liderato de la administración Bush, ha estado al frente de este esfuerzo, y ha aportado inicialmente 200 millones de dólares en el primer año del fondo. Hasta la fecha, éste es el aporte más grande al fondo.

A la fecha en que se imprime este artículo, estamos negociando con organizaciones y países afectados (donantes y beneficiarios) el establecimiento de nuevos mecanismos innovadores, responsables y transparentes de distribución de la ayuda mundial para combatir el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis. Estamos comprometidos a que este nuevo fondo utilice un método integrado de atención, tratamiento y prevención. Si bien se utilizará el fondo para sostener programas directos para combatir el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis, obviamente, también se considerará la infraestructura general del cuidado de la salud en los países afectados. Nuestro compromiso al éxito de este fondo es una de las piedras angulares de nuestra estrategia internacional.

Estados Unidos continúa también liderando al mundo en las investigaciones médicas, no solamente relacionadas directamente con el VIH/SIDA, sino también de muchas otras enfermedades contagiosas nuevas y resurgentes. Mientras trabajamos contra la pandemia del VIH/SIDA, tenemos presente el valor de los centenares de investigaciones en todo el mundo que son auspiciadas por los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos. La administración Bush ha propuesto y ha respaldado aumentar en varios cientos de millones de dólares los presupuestos actuales de estas instituciones claves.

Continuación de los esfuerzos bilaterales de Estados Unidos

Si bien estamos totalmente comprometidos al esfuerzo mundial, multilateral, de combatir el VIH/SIDA, creemos que también se debe mejorar y coordinar los programas bilaterales directos a nivel mundial. Estados Unidos ha sido en forma constante el proveedor más importante de asistencia bilateral internacional en la lucha contra el VIH/SIDA, y probablemente lo continuará siendo. Estados Unidos tiene programas cooperativos bilaterales con docenas de países, incluso en veinticinco de los que están en Africa al sur del Sahara. Sin embargo, aunque trabajamos en todo el mundo, no nos olvidamos nunca de que la salud internacional empieza en casa.

El presidente Bush, al reconocer la conexión que existe entre la salud en Estados Unidos y la de nuestros vecinos envió, en octubre de 2001, al secretario de Salud y Servicios Humanos Tommy Thompson y a mí a la región de la frontera de Estados Unidos y México para que trabajáramos con nuestros vecinos del sur en cuestiones generales de salud de interés mutuo, entre ellas el VIH/SIDA. Hemos visitado clínicas que atienden a la población de ambos lados de la frontera y nos hemos reunido con el ministro de Salud Julio Frenk, de México, para discutir la necesidad de una infraestructura de salud pública mejorada en ambos lados de la frontera. Esta visita es otro ejemplo de cómo obramos para poner en práctica nuestras políticas.

Aquí en Washington D.C., tuve el placer de participar en varios programas de visitantes internacionales de grupos interesados especialmente en temas relacionados con el VIH/SIDA. Estas reuniones y discusiones me han ayudado a conocer lo que los proveedores de cuidados de salud y las autoridades enfrentan en el mundo en la lucha contra la pandemia. Estos programas son una parte importante de nuestros esfuerzos bilaterales directos en la lucha internacional contra el VIH/SIDA. Aún más importante, las respectivas experiencias de nuestros programas internos pueden ser compartidas, adaptadas y transferidas entre todos como instrumentos nuevos contra la enfermedad. Repito, nuestra disposición de compartir esas oportunidades refleja nuestra creencia de que no se puede separar la enfermedad en compartimientos extranjeros y nacionales. La ONAP seguirá haciendo un esfuerzo especial para estar a disposición de nuestros colegas en el exterior en lo que respecta a intercambiar experiencias e ideas.

Conclusión

Por lo menos 40.000 personas quedan infectadas todos los años en Estados Unidos por el VIH/SIDA y, si bien nuestra tarea principal debe ser brindar la mejor atención, tratamiento y prevención en nuestro país, estoy consagrado a la misma meta para aquellos millones de personas afectadas en el mundo. Trabajaremos aquí en la Casa Blanca para lograr la mayor cooperación y coordinación posibles, no solamente en nuestro propio gobierno, sino también con colegas de igual parecer en el mundo. Una de las lecciones perdurables que hemos aprendido de la pandemia del VIH/SIDA es que la salud del mundo es la salud de Estados Unidos.

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Cuestiones Mundiales, diciembre 2001 - Contenido
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