Es una infección localizada en el tejido mamario, en el cual las bacterias han penetrado a través de fisuras en los pezones en la mayoría de los casos.

Las infecciones de las mamas son, por lo general, causadas por bacterias muy comunes que se encuentran en la piel normal (estafilococo dorado). Las bacterias se introducen a través de una fisura o ruptura en la piel, generalmente en los pezones. Luego la infección tiene lugar en el tejido parenquimal (graso), ocasionando su inflamación por fuera de los conductos mamarios. Dicha inflamación comprime a su vez estos conductos, provocando dolor en la mama afectada. Las infecciones en las mamas se presentan generalmente en mujeres que están lactando y las infecciones no relacionadas con la lactancia deben ser diferenciadas de un tipo muy raro de cáncer de mama.

• dolor de mama
• protuberancia de mama
• agrandamiento de mamas de un lado solamente
• hinchazón, sensibilidad, enrojecimiento y calor en el tejido mamario
• secreción del pezón (puede contener pus)
• cambios de sensibilidad en el pezón
• prurito
• ganglios linfáticos agrandados y/o sensibles en las axilas del mismo lado
• fiebre

En pacientes que no están lactando, los exámenes pueden ser: mamografía o biopsia de mama. A excepción de estos, generalmente los exámenes no son necesarios.

El cuidado personal puede incluir la aplicación de calor húmedo al tejido de la mama infectada durante 15 a 20 minutos, 4 veces diarias.

Los antibióticos generalmente son muy efectivos para tratar la mastitis. Se motiva a la paciente para que continúe lactando o extrayendo leche materna con el fin de aliviar la congestión mientras recibe el tratamiento.

El estrés de la enfermedad a menudo se puede aliviar participando en un grupo de apoyo cuyos miembros comparten experiencias y problemas comunes. Ver grupo de apoyo para la lactancia materna.

Por lo general, la condición desaparece rápidamente con terapia de antibióticos.

Se puede desarrollar un absceso en infecciones severas. Los abscesos exigen un tratamiento más extenso incluyendo incisión y drenaje, en cuyo caso puede ser necesario suspender la lactancia materna.

Se debe buscar asistencia médica si se observa que parte del tejido de la mama se torna rojo, sensible, hinchado o caliente, o si los ganglios linfáticos bajo la axila se tornan sensibles y/o se agrandan.

Un buen cuidado de las mamas, especialmente después del parto y durante la lactancia, puede disminuir el riesgo potencial de infección mamaria.