Pérdida de la audición por daño del oído interno, ocasionada por la exposición al ruido o a la vibración como resultado de ciertas ocupaciones o formas de entretenimiento.

La pérdida de la audición ocupacional es una forma de trauma acústico causado por la exposición a la vibración o al sonido. Se escucha a partir del momento en que el oído convierte la vibración de las ondas sonoras en impulsos en los nervios del oído.

Los sonidos que están por encima de los 90 decibeles (dB es la medida de la intensidad o fuerza de la vibración de un sonido), especialmente si son prolongados, pueden ocasionar una vibración tan intensa que lesionan el oído interno.

• 90 decibeles equivale aproximadamente a escuchar el ruido de un camión grande a 4,5 m (5 yardas) de distancia. Las motocicletas, las motos de nieve y otros motores similares emiten entre 85 y 90 dB.
• En algunos conciertos de rock se pueden alcanzar los 100 dB.
• Un martillo neumático emite sonidos de aproximadamente 120 dB a unos 90 cm (3 pies) de distancia.
• Un motor de reacción emite 130 dB a unos 3 m (100 pies) de distancia.

Un método práctico general dice que si es necesario gritar para ser escuchado, el nivel de sonido está en un límite en que puede lesionar el oído.

Algunos trabajos como la construcción, el mantenimiento de aeronaves en tierra, la agricultura y los entretenimientos en los cuales hay ruidos de alto volumen, provenientes de la música o de maquinaria, conllevan un alto riesgo de sufrir una pérdida auditiva. En los Estados Unidos, el máximo nivel de ruido permitido en los sitios de trabajo es regulado por la ley y se le presta atención tanto al período de exposición al ruido como al grado (nivel de decibeles). En caso de que la exposición esté en el nivel máximo permitido o por encima de él, se deben implementar medidas protectoras de inmediato.

El principal síntoma es la pérdida auditiva parcial o completa y dicha pérdida puede empeorar con el tiempo.

Un examen físico normalmente no muestra ningún cambio específico. Los exámenes que se pueden llevar a cabo son, entre otros:

• Audiología/audiometría: puede determinar el grado de pérdida auditiva.
• Radiografía de cráneo o TC de cabeza: se puede utilizar para descartar otras causas de la pérdida de la audición, incluyendo otras formas de trauma acústico.

Es posible que la pérdida de la audición no se corrija, así que el objetivo del tratamiento es mejorar la capacidad auditiva residual en la persona y desarrollar habilidades para desempeñarse por sí sola.

La reconstrucción quirúrgica de la membrana timpánica y de los huesecillos del oído medio se puede intentar algunas veces para corregir la pérdida de la audición.

Se recomienda proteger el oído de futuras lesiones y usar dispositivos auditivos, si es necesario, para mejorar la comunicación. La persona debe desarrollar habilidades tales como el uso de ayudas visuales y la lectura de labios, al igual que otras ayudas tecnológicas y destrezas apropiadas de acuerdo con el grado de pérdida auditiva.

La pérdida de la audición es a menudo permanente en el oído afectado. Suele ser progresiva si no se toman las medidas necesarias para prevenir daños posteriores.

La pérdida de la audición puede progresar hasta la sordera total.

Se debe buscar asistencia médica si se presenta pérdida de la audición, si la audición continúa disminuyendo o si se desarrollan nuevos síntomas.

Es necesario que la persona proteja sus oídos, si está expuesta a ruidos de tono alto, empleando protectores auditivos u orejeras para prevenir el daño producido por equipos ruidosos. De igual manera, las personas deben ser conscientes de los riesgos que generan las actividades tales como disparar un arma, conducir vehículos de nieve u otras actividades similares. Se recomienda no escuchar música a alto volumen por períodos prolongados.