Reacciones adversas a los medicamentos

Los medicamentos son claramente beneficiosos. Sin embargo, algunos medicamentos pueden causar efectos físicos adversos en algunas personas. Aproximadamente del 5 al 10% de estas reacciones adversas son alérgicas, lo cual significa que el sistema inmunológico del paciente reacciona exageradamente al fármaco.

Reacciones no alérgicas
Las reacciones no alérgicas a los medicamentos se deben a diversas causas. Los síntomas de reacciones adversas pueden variar, y dichas reacciones pueden desencadenarse casi con cualquier fármaco. Estas no son reacciones alérgicas: el sistema inmunológico no se ve involucrado y los pacientes pueden tomar una dosis menor del mismo medicamento. Pueden producirse reacciones no alérgicas debido a:

  • intolerancia a ciertos medicamentos. Por ejemplo, muchas personas encuentran que el antibiótico eritromicina les causa síntomas gastrointestinales como molestias o diarrea.

  • menor habilidad para descomponer un fármaco en un plazo normal. Esta menor excreción puede deberse a problemas de hígado o riñones.

  • dos o más fármacos en el cuerpo al mismo tiempo, que compiten para descomponerse mediante la misma vía y aprovecharse. Esto puede producir un nivel más alto de un fármaco, con los efectos secundarios consiguientes. Por ejemplo, si se administra al mismo tiempo eritromicina y un fármaco contra el asma, aumentará el nivel de teofilina lo cual podría desencadenar un ataque.

  • una deficiencia de la enzima responsable de metabolizar el fármaco (éste es un problema que ocurre rara vez).

  • una dosis grande. Las sobredosis pueden ser tóxicas y desencadenar síntomas, especialmente si se dan en plazos prolongados. Por ejemplo, en grandes cantidades en un cierto período, el antibiótico vancomicina puede dañar las funciones auditivas y renales.

Algunas personas, especialmente quienes tienen asma o problemas sinusales, tienen sensibilidad a la aspirina y otros fármacos anti-inflamatorios sin esteroides, como ibuprofeno. Hasta el 19% de los pacientes adultos con asma, y hasta el 40% de aquellos con pólipos nasales o sinusitis crónica, también experimentan sensibilidad a la aspirina. Esta sensibilidad no es una verdadera reacción alérgica, pero los síntomas pueden ser intensos. Las personas sensibles a la aspirina o los fármacos anti-inflamatorios sin esteroides pueden experimentar síntomas tales como congestión nasal con goteo; picazón, lágrimas o inflamación en los ojos; tos; dificultades al respirar o silbido; o ronchas que pican y se llaman urticaria. En casos aislados, las reacciones graves pueden producir shock.

Si usted tiene síntomas fuera de lo común después de tomar un fármaco, asegúrese de informar a su doctor. Si sus síntomas son graves, obtenga atención médica de urgencia inmediatamente.

Reacciones alérgicas
Sólo un pequeño porcentaje de los pacientes expuestos a un fármaco desarrolla una verdadera reacción alérgica. Esto depende, en parte, de la naturaleza química del fármaco. Entre los fármacos que inducen generalmente las reacciones alérgicas se cuentan los antibióticos como la penicilina y sulfas, alopurinol (que se receta para tratar casos de gota), fármacos que anticonvulsivos y medicamentos antiarritmia (cardíacos).

Cuando se desarrolla una verdadera alergia, las señales y los síntomas dependen de la parte del sistema inmunológico que esté reaccionando. La reacción potencialmente más grave ocurre cuando el sistema inmunológico de una persona alérgica produce el anticuerpo alérgico inmunoglobulina E (IgE) en respuesta a un fármaco. Cuando el cuerpo de la persona encuentra el fármaco nuevamente, el anticuerpo alérgico IgE unido a las células mast produce una liberación explosiva de histamina y otros agentes químicos. Esto desencadena síntomas de una reacción alérgica, que puede variar desde urticaria esporádica hasta anafilaxis (véase a continuación).

Las posibilidades de desarrollar una reacción alérgica pueden aumentar si el fármaco se administra con frecuencia, en grandes dosis o por inyección en vez de una píldora. El factor más importante puede ser una tendencia genética hereditaria del sistema inmunológico para desarrollar alergias. Contrariamente a lo que se cree, sin embargo, los antecedentes familiares de alergia a un fármaco específico no significan que un paciente tenga mayor posibilidad de reaccionar al mismo fármaco.

La reacción alérgica más común a un fármaco es una irritación similar al sarampión (sin urticaria) que se produce comúnmente después de varios días a dos semanas de tratamiento. Es lo más probable que esto se deba a células inmunes específicas en la piel, las cuales reaccionan al fármaco. En la mayoría de los casos, sólo se ve afectada la piel y la irritación comúnmente desaparece una vez que se deje de tomar el fármaco. Diríjase a su médico si se desarrolla una irritación de este tipo. En casos extremos, puede ser necesario el tratamiento con esteroides (cortisona). Si el paciente experimenta picazón, pueden ayudarle los antihistamínicos. Rara vez, aparecen ampollas relacionadas con una irritación debida a un fármaco. Esta es una señal de una complicación grave, llamada eritema multiforme mayor (síndrome de Steven-Johnsons), y debe informarse de inmediato a su médico.

Anafilaxis
La reacción alérgica más grave es la anafilaxis. Esté atento a cualquiera de los síntomas siguientes por sí solos o en combinación con otros después de tomar un fármaco: una sensación de tibieza, sonrojo, picazón, urticaria, inflamación en la garganta, asma o silbidos al respirar, mareos por presión arterial baja, ritmo cardíaco irregular, náuseas o vómitos, calambres abdominales o shock. Estos síntomas requieren atención de urgencia, incluida una inyección inmediata de epinefrina (adrenalina). En casos aislados, si no se trata inmediatamente la reacción con epinefrina, la anafilaxis puede causar la muerte.

La mayoría de las reacciones anafilácticas se producen dentro de una hora después de que el paciente tome el fármaco. Entre el 5 y el 20% de los casos, puede reaparecer la reacción anafiláctica hasta varias horas más tarde. Esto es más común en pacientes con una reacción inicial intensa. En pacientes con peligro de anafilaxis, el culpable es el anticuerpo de IgE que produce su sistema inmunológico en respuesta a una exposición previa al fármaco. Dado que la producción inicial de IgE es gradual, muchos pacientes no demuestran síntomas; otros pueden desarrollar picazón y urticaria mientras tomen el fármaco. Es muy importante informar a su doctor de las reacciones adversas al tomar un medicamento.

Evaluación
Si desarrolla una reacción inesperada con un medi-camento, su médico considerará varios factores para determinar si tiene una verdadera reacción alérgica a un medicamento y, de ser así, a cuál. El médico determinará:

  • si los síntomas indican una reacción alérgica;

  • cuáles medicamentos se introdujeron recientemente en el sistema del paciente;

  • la tendencia de los fármacos a provocar una reacción alérgica.

La mayoría de las reacciones alérgicas a los medica-mentos ocurren dentro de días o semanas después de la dosis inicial. Los fármacos que se han tolerado durante meses rara vez causan reacciones.

Actualmente hay sólo exámenes limitados para diagnosticar alergias a un medicamento específico. Se ofrecen exámenes alérgicos de la piel para determinar la presencia del anticuerpo IgE en el caso de la penicilina e insulina. A veces se realizan los exámenes de la piel con otros medicamentos, pero los resultados no están estandarizados.

Si ha tenido una reacción a un medicamento en el pasado, ¿puede recibirlo otra vez? En la mayoría de los casos, debe recibir otro fármaco en el futuro. Sin embargo, en el caso de la penicilina, el 70% de los pacientes pierde su alergia dentro de 5 a 10 años. Los exámenes específicos de la piel pueden detectar esta alergia y, si las pruebas son negativas, el paciente puede recibir nuevamente penicilina y sus derivados. Actualmente no hay exámenes para predecir la posibilidad de desarrollar irritaciones recurrentes. En el caso de irritaciones causadas por el antibiótico ampici-lina o un fármaco sulfa (usado en pacientes con SIDA), muchos pacientes pueden tolerar la readministración si es necesario el fármaco, pero esto debe hacerse con cuidado. Si usted tiene antecedentes de irritaciones con ampollas, nunca se le debe recetar nuevamente el fármaco.

Si ha tenido alguna reacción anterior a medicamentos, asegúrese de mantener un registro personal de tal modo que todo médico que lo trate en el futuro puede estar bien informado. Usted debe conversar con su médico para saber si también debe evitar fármacos relacionados y si necesita usar un rótulo MedicAlert para alertar sobre su alergia a los fármacos. El factor más importante es informar a su médico de cualquier reacción inusitada que sienta al tomar un medicamento.

Su especialista en alergias/inmunólogo puede proporcionarle más información sobre reacciones adversas a los medicamentos.

Los folletos Consejos para Recordar han sido creados por el Comité de Educación Pública de la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología. Este folleto se actualizó en 2003.

El contenido de este folleto es únicamente para fines informativos. No pretende reemplazar la evaluación de un médico. Si Ud. tiene preguntas o inquietudes médicas, por favor póngase en contacto con su especialista en alergias/inmunólogo.

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